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 Cuando en 1972 Charlton Heston debutó tras la cámara para rodar la tragedia de Shakespeare sobre Marco Antonio y Cleopatra, confió la partitura al británico John Scott, formado como músico en una banda militar y que había colaborado durante los sesenta con varios grupos de pop/rock –Beatles incluidos- y creado su propia banda de jazz.
Scott se había iniciado en la música de cine en 1965 con A Study in Terror (Estudio de terror), film de James Hill con John Neville en el papel de Sherlock Holmes. Pero fue siete años más tarde cuando consiguió dejar su impronta en la música de cine con su extraordinario score para Antony and Cleopatra, película rodada en gran parte en localizaciones españolas y con unos cuentos nombres nacionales en el reparto, como Carmen Sevilla, Fernando Rey, Juan Luis Galiardo o Sancho Gracia.
La banda sonora para gran orquesta sinfónica y coros de Scott es exquisita y contiene uno de los temas de amor más bellos que puedan recordarse y que suena en unos cuantos tracks, desde la «Overture» y los «Main Titles» hasta «Undying Love» y «Epilogue». En conjunto, se trata de una obra dramática llena de matices y magníficamente orquestada en la que, además del tema romántico para los protagonistas del título, destaca e tema para la propia Cleopatra –«Give Me to Drink Mandragora», «The Barge She Sat In»– y para Octavio, un motivo de carácter marcial que representa la propia Roma. La película fue un fracaso económico y la banda sonora no tuvo la popularidad de otros títulos cuyas películas obtuvieron mayor reconocimiento. No obstante, la partitura de Scott nunca ha pasado desapercibida para los aficionados a la música de cine, que la siguen teniendo en muy alta estima.
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