La cuarta colaboración entre Danny Elfman y Tim Burton fue Edward Scissorhands (Eduardo Manostijeras, 1990). El filme cuenta la historia de Edward, un muchacho creado por un extravagante inventor que no pudo concluir su obra, quedando como fatal final de la misma, y tras su muerte, unas manos en forma de tijeras amenazantes.
Tan excéntrico relato es resuelto musicalmente a través de una partitura casi descaradamente bucólica, y es ese intenso tono lírico (personalizado en la presencia constante de un coro infantil y femenino) el que otorga a Eduardo Manostijeras su carácter de obra clave en la filmografía de Danny Elfman, pues afirma una línea melódica deudora de la tradición europea que irá desarrollando a lo largo de su dilatada carrera y que, con anterioridad, dio sus primeros pasos con los scores de La gran aventura de Pee-wee, Bitelchús, Big Top Pee-wee y Los fantasmas atacan al jefe. Danny Elfman es un autor especialmente dotado para la temática elegiaca cuyo carácter lastimero y melancólico es el perfecto acompañante para las historias que juegan con la fantasía y la fina ironía.
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