Jaws

En 1975 John Williams empezaba a situarse como uno de los compositores más importantes del momento gracias no sólo a su merecido Oscar por El violinista en el tejado (música adaptada), sino también a partituras tan notables como Los rateros, Jane Eyre, La aventura del Poseidón o El coloso en llamas. Un año antes coincidió por primera vez con el director que marcaría para siempre su trayectoria en la industria: Steven Spielberg. Juntos colaboraron en la relativamente fallida Loca evasión, por otra parte uno de sus scores más alejados de su particular estilo sinfónico. Así que para describir musicalmente la terrorífica novela de Peter Benchley, Tiburón, el realizador estadounidense no dudó un instante en contar con los inestimables servicios de Williams para su homónima aventura marina. 

Tras visualizar Tiburón (Jaws), el músico neoyorquino pensó en un primer momento en la magia de Erich Wolfgang Korngold y sus inmortales recreaciones aventureras (El halcón del mar, Robin de los bosques…). Esta visión inicial se transformó en una combinación de terror y aventuras, que acabaría otorgando especial protagonismo a un posteriormente celebérrimo tema principal, símbolo del instinto depredador del tiburón. No obstante, el conjunto de la banda sonora refleja a la perfección la simbiosis mencionada en la que se alía con singular maestría toda una paleta melódica cuya principal virtud es la coherencia temática. Así, cortes como el dramático «Shark Attack», el intimista «Father and Son» o el abiertamente vitalista «Out to sea» conforman un score de gran carisma y perfectamente conjuntado con las poderosas imágenes de un filme irrepetible.