Situado entre dos obras maestras como Jaws 2 y Dracula, Superman es, junto con Star Wars, el score más emblemático de John Williams. La película dirigida por Richard Donner permanece como una de las adaptaciones de superhéroes más respetuosas tanto con el original como con el público. En su momento su éxito fue enorme, lo cual invitó no sólo a una continuación, de hecho en parte rodada por el propio Donner, sino a dos secuelas más, ambas muy inferiores al filme inicial.
Tras el impacto mediático que supuso Star Wars, y su merecido Oscar recibido en 1978, John Williams se posicionó dentro de la Industria como el principal compositor para las grandes producciones. Su dominio de la melodía, y en especial de los temas con carisma, ha hecho de él el autor más notable del mundo de la música de cine. Si para el épico filme de George Lucas creó el inmortal Main Title que todos conocemos, homenaje al clasicismo de Richard Strauss y Erich W. Korngold, para su nueva aventura de ciencia-ficción era inevitable componer un leitmotiv acorde con los cánones del género, que casi siempre se han decantado por las fanfarrias esplendorosas. Así, el tema central de Superman es fiel reflejo de ese estilo epopéyico en el que impera una orquestación ambiciosa y alejada de tonos simples. Pero Williams, como autor obsesionado por la estructura temática creativa, no se conformó con una mera sucesión de variaciones; más bien todo lo contrario. Dejó que los personajes tuvieran su propia melodía, enriqueciendo además al argumento con toda una serie de cortes que recorren, con brillantez y delicadeza, todo el espectro musical de su inconfundible estilo academicista.
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