Puntúa esta banda sonora

 

 

 
  Vertigo

(Vértigo. De entre los muertos)
Bernard Herrmann
     
Año:   1958
Orquestadores:   Bernard Herrmann
 
 
 
 
 

Ignacio Granda

 

altVertigo es más que una banda sonora. Vertigo es la banda sonora. Cinco palabras que definen, al menos desde mi punto de vista, la música imperecedera del maestro Bernard Herrmann. Otra confesión: el músico neoyorquino es mi compositor preferido. No es el momento de elevar aún más alto de lo que está su figura, pues su obra ya ha sido suficientemente analizada durante los últimos años.

Todos los aficionados echamos de menos su capacidad camaleónica de adaptarse a cualquier género: ciencia-ficción (Fahrenheit 451), comedia (The Trouble with Harry), melodrama (Jane Eyre), terror (Psycho), fantástico (Journey to the Center of the Earth), thriller (Vertigo), western (Garden of Evil), histórico (The Egyptian)… Y es precisamente esa capacidad de adaptación, junto con su talento a la hora de crear melodías sutilmente solventes, que hacen de Herrmann un genio del siglo XX.

Vertigo es su banda sonora más célebre, no solamente por su carácter innovador sino también por pertenecer a una película clave en la historia del cine. Al principio el score fue un tanto criticado por sus ‘semejanzas’ con la obra de Richard Wagner, aunque lo único que hizo Herrmann fue una adaptación muy personal de su Tristán e Isolda. Pero dejando de lado consideraciones críticas superficiales, Vertigo es lo que es gracias a una temática que se apoya en todo momento en sólidos cimientos musicales, pues Herrmann dibuja una creación de intenso carácter descriptivo que no sólo subraya la acción del filme sino que se convierte, consciente o inconscientemente, en un personaje más de la película de Alfred Hitchcock.

Sería inútil resaltar un tema sobre otro. Todos son perfectos. Desde el imponente prólogo («Prelude») hasta su sorprendente epílogo («Finale»), pasando por el inmortal tema de amor («Scène d’Amour»), el score es una sucesión de melodías plenas de solidez dramática que deslumbran y seducen sin excepción. Y como hay que seleccionar, mi tema favorito es «The Park», que tiene una duración que no llega al minuto pero que por su increíble belleza es una de esas melodías que nunca me canso de escuchar.