12. The Second Biggest Apes I’ve Seen This Month (02:36)
13. The Right of Challenge (02:23) *
14. The Prize Is Barsoom (04:29) *
15. The Fight for Helium (04:34) *
16. Not Quite Finished (02:07)
17. Thernabout (01:19)
18. Ten Bitter Years (03:13) *
19. John Carter of Mars (08:55) *
* Los mejores temas
La brillantez con que se estructura la partitura, la belleza de los motivos principales, la maestría con que el compositor domina todos y cada uno de los recursos de la orquesta, para definir a los personajes y su historia, y el regreso a sensaciones olvidadas de nuestra niñez cuando a través de la música lográbamos viajar a otro mundo con inocencia. La grandeza sinfónica y emotiva de “John Carter of Mars”, la belleza lírica de “Carter They Come, Carter They Fall”, los temas del héroe y la princesa Dejah, a lo largo de una partitura en constante variación y crecimiento…, en resumen, todo.
Que partituras como ésta sean lamentablemente la excepción y no la regla, que no haya más directores que expresen esta confianza y este amor por la música de cine, y por el talento de aquellos que son capaces de entregar, ni más ni menos, que magia.
Multitud, pero nos centraremos en tres. La persecución y posterior ataques del líder de Zodanga a la nave Heliumita en que viaja la princesa Dejah Thoris, y el épico rescate que acomete John Carter, con un Michael Giacchino en desaforado despliegue sinfónico, “Sab Than Pursues The Princess”; el sacrificio del héroe para proteger a sus amigos, enfrentándose de forma suicida a un ejército enemigo, durante un flashback en el que las cotas emocionales de la sentida partitura alcanzan cotas paroxísticas, “Carter They Come, Carter They Fall”; y el instante final, sin decir más, en el que los motivos de John Carter y Dejah Thoris se funden en un éxtasis coral, que pone literalmente la piel de gallina, “John Carter of Mars”. En definitiva, magia.
BSOSpirit opina
Nota media: 8,77
David Doncel (10), Rubén Franco (9), Asier G. Senarriaga (10), Óscar Giménez (9), Ignacio Granda (10), David Martínez (8), Sergio Rivas (9), David Saiz (7), Jordi Vázquez (7)
John Carter, Dejah Thoris, dos mundos, un mismo destino, la saga Barsoom
Edgar Rice Burroughs y las aventuras marcianas, descubriendo el Planeta Rojo
Debo señalar antes de entrar en materia, que el autor de la Saga Barsoom, y dentro de la misma, de títulos, en mi humilde opinión, imprescindibles, como Una Princesa de Marte, Los Dioses de Marte o John Carter de Marte, y creador de los personajes y mundos que la pueblan, y de mitos de la literatura, el cine y el comic universales, como Tarzán de los Monos, es probablemente uno de mis autores favoritos de todos los tiempos, y no puedo ser objetivo, ante su recuerdo, cuando la infancia de quien esto suscribe está llena de sus viajes y andanzas. Porque si algo tengo claro es que debo mucho a estas historias, que definieron mi amor por la aventura y mi pasión por la ciencia ficción y la emoción de historias de magnos personajes y hazañas más grandes que la vida, como, sin ir más lejos, las de John Carter de Marte.
Edgar Rice Burroughs nos hizo soñar, nos hizo viajar y sentir que cualquier cosa era posible, nos hizo creer en nosotros mismos a través de la fantasía, nos hizo identificarnos con sus héroes, nos enseñó mundos extraordinarios, y nos acompañó durante odiseas inmortales, y es por historias como Espadas de Marte o Llana de Gathol, por las novelas de Tarzán, Rey de los Monos, la Saga de Venus o la Luna, Pellucidar o Caspak, historias del Far West como Apache Devil, o narraciones épicas como Yo, Bárbaro, que la lectura y la pasión por la ciencia ficción y la aventura más pura calaron en el autor de este texto, y es gracias a Edgar R. Burroughs, que ahora mismo, estoy escribiendo estas mismas líneas.
Consta de 11 novelas, la primera, Una Princesa de Marte, fue comenzada durante el año 1912, sin embargo no llegó a editarse hasta 1917. Desde entonces hasta 1964, fecha de publicación de la conclusión de la saga, casi 50 años de aventuras, y muchos, muchos personajes y protagonistas, peligros sin cuento y viajes eternos al lugar más importante de todos, el corazón de los lectores.
• Una Princesa de Marte (A Princess of Mars) 1917 • Los Dioses de Marte (The Gods of Mars) 1918 • El Señor de la Guerra de Marte (The Warlord of Mars) 1919 • Thuvia, la Doncella de Marte (Thuvia, Maid of Mars) 1920 • El Ajedrez Viviente de Marte (The Chessmen of Mars) 1922 • El Cerebro Supremo de Marte (The Master Mind of Mars) 1928 • Un Guerrero de Marte (A Fighting Man of Mars) 1931 • Espadas de Marte (Swords of Mars) 1936 • Los Hombres Sintéticos de Marte (Synthetic Men of Mars) 1940 • Llana de Gathol (Llana of Gathol) 1948 • John Carter de Marte (John Carter of Mars) 1964
Nos encontramos en Marte, conocido como Barsoom en lenguaje de sus habitantes originarios, planeta rojo de cultura evolucionada a la par que bárbara, en el que podemos encontrar múltiples razas, como los Tharks, y criaturas, como Woola o los fieros Monos Blancos, territorios legendarios, y dos ciudades estado que pugnaran en una guerra cruenta por el predominio y la supremacía, Zodanga y Helium, vigiladas por unos seres mitológicos, a medio camino entre dioses y mortales (se les puede herir y matar, aunque a su vez son inmortales si nada atenta contra ellos), los Therns, cuyo mayor éxito es manejar los hilos de su mundo, gestionar genocidios y destrucción para que el equilibrio beneficie su interés cruel, mientras son considerados meramente mitos por los habitantes de Barsoom (como bien señalara Keyser Söze, “el mayor éxito del Diablo fue convencer a todos de que no existía, para después, desaparecer”). Mientras, una deidad, Issus, vela en el infinito por el resultado de los enfrentamientos y manipulaciones, hasta que un humano de la Tierra (Yasoom en lenguaje marciano), natural de Virginia, Estados Unidos, viajó a través de las estrellas para cambiar el destino de todo un planeta, su nombre
John Carter.
El film de Disney/Pixar, con Andrew Stanton a los mandos, está basado en la primera novela, A Princess of Mars, con eventos y situaciones de otros títulos y momentos clave de la saga, marcando el año de su estreno, 2012, el centésimo aniversario de la creación del personaje.
Sean bienvenidos pues, a un mundo muy diferente, con reglas muy diferentes y aventuras a cada recodo,
Sean bienvenidos a… Barsoom.
John Carter y la evolución de la ciencia ficción, un germen para un género
Podríamos decir sin temor a equivocarnos, que John Carter y la saga Barsoom son el nacimiento, hace ya un siglo, de la ciencia ficción moderna, como ahora la entendemos, y que sin las ideas de Edgar R. Burroughs, por ejemplo, ahora quizá no existirían, al menos como los conocemos, Jedis (Sr. Lucas, ¿el término Jeddak le suena de algo?, por cierto, los Siths en Barsoom son algo muy diferente a los de una galaxia muy, muy lejana, pero recuerden, los de Marte existieron antes), saltos desafiando la ley de la gravedad y luchas épicas a lo largo de mundos impensables, el descubrimiento de nuevos planetas y razas míticas (Mr. Cameron, Pandora nació en Marte, ¿verdad?, ¿no cabe la posibilidad de que los Tharks pudieran extrapolarse en los Na’vis? 😉 ), imperios que oprimen mundos y luchas en las que fuerzas rebeldes se enfrentan a la tiranía, seres mitológicos conviviendo con criaturas y razas extraídas de la más fértil de las imaginaciones, y viajes allende tiempo y espacio a otros lugares más allá de la imaginación,…
Gracias por comenzar un viaje maravilloso, Mr. Burroughs, gracias por, ya en los albores del siglo XX, ser un visionario, y hacernos creer en otros mundos, en la aventura, en la pasión, en el amor de una princesa guerrera, y en el sentirse integrado de nuevo cuando la esperanza ya no encontraba cobijo en un corazón herido,
gracias por hacernos sentir a todos y cada uno de nosotros, un héroe, desde Yasoom, gracias por hacernos ser John Carter de Marte.
El Camino a John Carter (The Movie), treinta años de guiones de Hollywood
Si a los guionistas que se enfrentaron al reto de adaptar la saga marciana de Burroughs al cine, les hubieran dicho, allá por finales de los años ochenta, que hasta cumplirse el primer centenario del héroe, la posibilidad de un film no se haría realidad, probablemente no hubieran luchado con tanto ahínco por sacar un proyecto adelante, que claramente la tecnología de la época no tenía capacidad de llevar a cabo tal como el autor lo imaginó.
Y si les dijéramos que al concluir una trilogía inolvidable de viajes en el tiempo con clase, en un DeLorean nada menos, Bob Gale, guionista de Regreso al Futuro, junto a su director Robert Zemeckis, viajó a Barsoom para hacer realidad su esencia;
y si les reveláramos que los guionistas más celebrados del género aventurero, las dos décadas siguientes, Ted Elliot y Terry Rossio (La Máscara del Zorro, La Ruta Hacia El Dorado, La Leyenda del Zorro, la saga completa de Piratas del Caribe), esculpieron una adaptación de Una Princesa de Marte digna de mostrarse en un museo;
y si les mostráramos, que nuevos escritores como Mark Protosevich o Ehren Kruger, pulieron y pulieron nuevos borradores del héroe de Virginia, ya en el siglo XXI…
Sin embargo no fue hasta el desembarco de Pixar y Disney y su apuesta por el proyecto, y la ilusión de un genio de la animación como Andrew Stanton, lo que revivió desde los cimientos, la posibilidad de hacer de un nuevo sueño, realidad: ver a John Carter y Marte, en la pantalla grande.
Y tras varios borradores y meses y meses de trabajo y esfuerzo colectivo, el colaborador final, quien dio el último toque a la historia, y marcó el camino a seguir, Michael Chabon (Wonder Boys, Spiderman 2), entró en juego, logrando que ya en 2012, un film titulado John Carter hiciera de nuevo volar la imaginación de miles de personas a lo largo del mundo, al conocer que su héroe de infancia y adolescencia iba a volver, de nuevo,
a viajar a Barsoom.
Andrew Stanton, un director con alma
Tras dedicar toda una vida a hacer de una compañía como Pixar, lo que es hoy en día, la mejor empresa creadora de films de animación, y a mucha, mucha distancia del resto, el director Andrew Stanton, ganador del Premio de la Academia por Wall·E, da el salto, nunca mejor dicho, a la imagen real, con la adaptación a la pantalla grande de las historias de la saga Barsoom y John Carter de Marte.
Su debut como director se produjo con Buscando a Nemo (que asimismo obtuvo el Oscar a Mejor Film de Animación del año), tras ser guionista de entre otras, la primera Toy Story, colaborando en la creación y escritura de otros éxitos como Bichos, Up, Toy Story 2 o Monsters Inc. Desde luego, si algo ha caracterizado a este director es el extremo cuidado e investigación de todos y cada uno de los elementos que pueblan sus historias, desde la fauna de la Barrera de Coral Australiana para Finding Nemo, hasta reunirse con físicos y científicos de todo el mundo para que aportaran su visión del futuro y cómo podría acabar siendo nuestro planeta tal como lo conocemos, para Wall·E (tal como Steven Spielberg ya hiciera para Minority Report), dotando a sus personajes de alma y realidad, pese a encontrarse en ambientes cercanos al fantástico o la ciencia ficción, o siendo estos, juguetes, insectos o una variedad inimaginable de peces, moluscos, aves o tortugas.
Fanático de la serie de libros de “Barsoom” desde su infancia, Stanton afirma que sintió la inspiración de llevar John Carter al cine porque siempre se sintió motivado por la idea de un humano aparecido en Marte, entre las criaturas de un mundo nuevo y totalmente extraño. Algo que bien mirado no es ajeno a su universo particular y a las historias en las que el director se había desenvuelto hasta el momento.
Michael Giacchino viaja a Marte, John Carter y su música
Michael Giacchino se dio a conocer en el mundo del cine, una vez su labor fue requerida para insuflar de Sixties Spy Music Vibe (el espíritu de la música de espías de los sesenta) a la magnífica Los Increíbles, a la que dotó de una de las partituras más creativas, vibrantes y memorables de la primera década del siglo XXI. Su unión con la factoría Pixar se vio corroborada posteriormente con dos nuevas excelsas creaciones nominadas a Mejor Partitura en los Premios de la Academia, Ratatouille y Up, por la que finalmente y con abrumadora justicia, el compositor recibió su primer Oscar de Hollywood. Tras éstas, llegaría la divertidísima y lúdica Cars 2, que de nuevo, tras el primer título citado, recuperaba el estilo que tan bien reflejaran Maestros como Henry Mancini , John Barry o Burt Bacharach durante el siglo pasado.
Cuatro films para Pixar, colaborando con Brad Bird, Pete Docter o John Lasseter, y sin embargo, ninguna coincidencia con otro de los genios de la compañía, que hasta la fecha había contado con los servicios de Thomas Newman. Su nombre, Andrew Stanton.
Sin embargo, para su primer film en imagen real, el destino de una partitura para John Carter y las aventuras en pantalla grande de las novelas de la saga marciana de Edgar R. Burroughs, tuvieron mucho que ver con las aptitudes y el talento de, con toda seguridad, la elección ideal para el film, un Michael Giacchino que iba a ofrecer todo su potencial para conseguir una creación que hiciera justicia al autor, al personaje, y, cómo no,
a un Planeta Rojo.
Un score para otro mundo, Marte obtiene su pentagrama
La idea de partida para la composición de John Carter, se basa en la creación de un tema central fuerte y poderoso, capaz de adaptarse a multitud de variaciones y registros, retentivo y espectacular, al tiempo que lírico y emotivo para momentos de pausa y riqueza dramática. La tarea no se presumía fácil, pues de encontrar ese tema que definiera al personaje y el film dependía el éxito de la empresa, que la narración obtuviera un apoyo enérgico y épico, o romántico y emocional, ligado a un motivo que quedara grabado ya para siempre a film y personaje. Michael Giacchino lo consigue sin duda, envolviéndolo en un agradecido para el aficionado entorno sinfónico de primer orden, unas orquestaciones lujosas y elaboradas, trabajadas y virtuosas, que desde el segundo en que las luces se encienden y salimos de la sala de cine, se queda con nosotros y no nos suelta.
Giacchino crea un tema pleno de color y vigor que desde su primera escucha nos evoca amplios espacios abiertos y paisajes grandiosos, en la vena de grandes trabajos épicos y aventureros del pasado, como los creados por Maurice Jarre para Lawrence de Arabia o David Arnold y su Stargate, por citar tan solo dos ejemplos, en los que, como en este caso, la inmensidad de los desiertos y las batallas hiperbólicas tienen el centro de atención del espectador y oyente. Sin duda, la definición musical de esta grandeza épica y de la magnificencia de escenarios y situaciones es otra característica común tanto a los trabajos citados, como a este John Carter.
El efecto que el compositor logra con la exposición y sucesivas variaciones del motivo a lo largo de la creación es una unidad y una estructura muy de agradecer en las bandas sonoras de hoy en día, precisamente, por la carencia de éstas, en muchas, por no decir casi todas, de las composiciones actuales. Y es ahí donde se nota el trabajo y la colaboración entre todos los estamentos de la producción, director, compositor, montador, montaje de sonido y efectos sonoros, logrando una mixtura en la que nada impide a cada uno de estos apartados de la creación cinematográfica, destacar, sin imponerse sin embargo sobre los demás, en un equilibrio, que logra en el film una experiencia total de implicación con la historia y emoción genuina.
El tema de John Carter hace su presentación, ya desde el primer instante, en el track inicial, “A Thern for the Worse”, con una elegante cadenza introductoria a las cuerdas, para posteriormente y como ya hemos indicado, dar rienda suelta a su acompañamiento del personaje central en todas las situaciones en las que éste se va encontrando, con un carácter épico y aroma de western clásico en el vibrante “Get Carter”, a ritmo de vals elegante y pelín cómico mostrando el aprendizaje del protagonista adaptándose a las peculiaridades de la gravedad marciana para un terrícola, “Gravity of the Situation”, envuelto en un intenso tour de force de acción orquestal puntuando las heroicidades de Carter en su rescate de Dejah Thoris, en el instante en que estos dos personajes, destinados a enamorarse, se conocen, “Sab Than Pursues the Princess”, para solemnemente llenar de excitación al oyente ante el desafío al que John se verá abocado en la arena del circo marciano al ejercer el derecho al desafío, y convertirse en nuevo jefe de los Tharks, Dottar Soyak, “The Right of Challenge”, para mostrarnos su transformación en el héroe definitivo de Barsoom en la perentoria batalla por el planeta, “The Fight for Helium” (con una curiosa variación a ritmo de fandango del motivo, entre el 2:01 y el 2:52), o finalmente para mostrarnos y hacernos entender en su unión al tema de Dejah Thoris a la conclusión coral de la suite final, “John Carter of Mars”, que el destino del personaje y su arco vital han llegado a su término, dando sensación de resolución y catarsis, de éxtasis místico al finalmente, John Carter, de la Tierra, pasar a ser, John Carter de Marte.
Pero no sólo del tema del personaje que da título al film vive la obra, y junto a éste, podemos encontrar otros motivos que interactuarán con el en una danza constante durante toda la composición. Así encontramos, el ya señalado tema de Dejah Thoris, el amor de Carter al que todos sus pasos irán abocando, cuya plasmación más hermosa tiene lugar en el climático “Carter They Come, Carter They Fall” sirviendo además de motivo romántico del personaje, al recordar en esta escena la pérdida del amor y de su familia en el pasado, y su sacrificio en el presente para salvar a su nuevo amor, la Princesa de Marte. El lirismo exacerbado y la pureza de la melodía, encabezada por unos violines y cellos en estado de gracia es, hay que destacar, uno de los momentos por antonomasia de la obra.
Otros motivos destacados de la composición son el tema de los Tharks, en “Thark Side of Barsoom”, concretamente a partir del 1:51 y rodeado por una creativa percusión étnica y voces corales mixtas apoyadas en una sección de cuerdas marca de la casa y una activa participación de los metales en un juego constante con la melodía; el tema de los Therns, “A Thern Warning”, mostrado a través de una sinuosa voz femenina y notas agudas a los violines avisándonos del potencial peligro que estos semidioses tienen para Barsoom y para el protagonista, el tema de la pérdida, “Ten Bitter Years” puntuando la odisea para regresar a su verdadero hogar, Dejah Thoris, de un John Carter que entiende al fin cuál es su destino, al perder de nuevo aquello que amaba, a base de acuciantes y angustiosos ostinatos a los violines y cellos, mientras la trama de desmadeja y entendemos el porqué de la estructura del film y de la historia y el verdadero plan maestro de Carter para regresar a Barsoom.
Finalmente, encontraremos una plasmación de los instantes más hermosos de la composición a modo de suite recopilatoria final en el track conclusivo, “John Carter of Mars”, en el que el tema del héroe irá dando paso a los motivos de los Tharks y su salvaje mundo, los Therns , Dejah Thoris y su bellísimo leitmotiv alcanzando cumbres emocionales de un lirismo abrumador, y finalmente, John Carter, explotando en un éxtasis coral con una fastuosa coda sinfónica de hondo significado e inolvidable plasmación que cierra con broche de oro, una creación para el recuerdo, y probablemente, la mejor partitura hasta la fecha, de un Michael Giacchino que alcanza sin lugar a dudas con esta obra, la excelencia.
Análisis tema a tema
A Thern For The Worse Una noble y llena de sentido del pathos entrada del motivo de John Carter abre la partitura antes de que una voz solista femenina ejerza de precursora del suspense musical que precederá al prologo del film y de que a partir del 1:42, Barsoom nos sea presentado a través de acuciantes pasajes a las cuerdas y una heráldica incursión de los metales y la percusión. Estamos en medio de la primera gran batalla de la narración, una confrontación aérea en la que los Therns tendrán mucho que decir. Solemnidad y fuerza sonora para definir el poder de unos semidioses de Marte que rigen los destinos de todo el planeta. La voz solista nos guiará de nuevo a través de un neblinoso pasaje a las cuerdas hacia la Tierra, siglo XIX, y un ostinato de los violines se volverá acuciante y obsesivo, mientras asistimos a una juguetona rendición al tema de Carter, acompañada de piano, percusión, címbalo y flauta, recreando musicalmente el acoso al que el protagonista es sometido a lo largo de las calles de una ciudad anegada por la lluvia. El tema confluye finalmente en una elegíaca culminación a las cuerdas alargando las notas en última instancia creando suspense, sugiriendo la posibilidad de que no todo es como lo ven nuestros ojos.
Get Carter El protagonista intenta ser reclutado a la fuerza por el ejército y en su fastuosa huida a través de los espacios abiertos de Utah, seguido por la milicia, Giacchino nos ofrece una espectacular presentación del tema de John Carter al completo en la gran tradición del western clásico (Bernstein o Moross se hubieran sentido orgullosos) que da paso al acoso de una tribu apache sobre el protagonista y el coronel del pelotón, al que Carter salva la vida para refugiarse ambos en una cueva en las montañas, un lugar místico descrito a través de golpes de piano y percusión, notas agudas y largas a las cuerdas creando un ambiente hipnótico y misterioso, hasta descubrir, que se encuentran en un puente entre dos mundos, junto a un invitado sorpresa. Flauta, arpa, voces femeninas en la lejanía reflejando el motivo de los Therns nos avisan del peligro, y el viaje a Marte se ha consumado.
Gravity Of The Situation Los metales alargan una nota sostenida en el tiempo, y un pizzicato es puntuado por una virtuosa y muy juguetona rendición del motivo central, que da paso a la entrada de la sección de cuerdas al completo en una suntuosa conversión de éste en un preciosista vals, mientras Carter va conociendo las peculiaridades de la gravedad de Marte para alguien de la Tierra.
Thark Side Of Barsoom El tema de Dejah Thoris se abre ante nosotros con un tempo lento a través de una sentida interpretación llena de entrega de los violines, que nos dicen mucho de ese personaje y su situación personal en el mínimo tiempo, el espectador cae fascinado ante los encantos del personaje, su fuerza interior y su convicción, gracias a la música. Entonces los metales, la voz coral y la entrada de la percusión interrumpen el motivo para llevarnos al territorio Thark, y desplegar por primera vez la fuerza de los coros, que acompañados de la orquesta al completo y un creativo uso de la percusión nos sitúan en un mundo nuevo, con criaturas de cuatro metros e idéntico número de brazos, nobles y pendencieros, aunque también crueles y llenos de valor.
Sab Than Pursues The Princess Los timbales abren el camino, cuerdas, metales, coros, trompetas, y trompas nos conducen a la acción desaforada, y al rescate que de Dejah Thoris realizará John Carter haciendo un apabullante uso de sus poderes de salto. Si tuviéramos que definir este tema, diríamos que es puro Goldsmith, pues en el espíritu del compositor está escrito, con giros, puntuaciones heroicas del tema principal aquí y allá, sin dejar de describir ni por un segundo la escena y al modo Mickey-Mousing acompañar cada requiebro con brillantes orquestaciones, consiguiendo en instantes como a partir del 3:43, que casi saltemos de la butaca para acompañar a John Carter en su lucha. A partir del 4:10 el motivo de Sab Than, villano y líder del pueblo de Zodanga adquiere su presencia más fastuosa, llevándonos en volandas a una explosión orquestal brillante y un fin de fiesta con el tema de John Carter siendo realzado por los coros, que te deja literalmente apabullado. Soberbio trabajo de orquestación y adecuación a las imágenes el conseguido por Giacchino, sin perder en ningún momento de vista una cuidada estructura musical, y reflejando los motivos de cada personaje en el momento idóneo, en definitiva, un clásico instantáneo, un track del que Jerry Goldsmith se hubiera sentido, sin duda, muy orgulloso.
The Temple Of Issus Una percusión fuerte de metal con uso del yunque, y la entrada del duduk nos llevan en volandas al exotismo del templo de Issus. Sutiles voces corales y la definición de una sociedad y un mundo bárbaro, donde no obstante no dejan de percibirse nobleza y cualidades ¿humanas?, nos acompañan durante el track, con un delicado y tremendamente hermoso empleo de la voz femenina, en un ejemplo de la sensibilidad del compositor para la creación de pasajes emocionales, cerrándolo con una inquietante atonalidad a las cuerdas y el ascenso de los timbales.
Zodanga Happened La amenaza del conflicto bélico y de la tiranía sobre el territorio de Helium, de Zodanga y sus tropas nos es mostrada musicalmente a través de pasajes de cuerdas y atonalidad, buscando con la orquestación combinar la rudeza de unos, a través de percusión y timbales, con la manipulación y poder de los otros mediante puntuales golpes sonoros y la entrada del duduk y poco a poco de la sección de cuerdas en un crescendo que culmina con la voz femenina solista en un desgarrado canto a la guerra y una llamada a las armas. El track se cierra con una nueva y bellísima rendición al tema de Dejah Thoris, dejándonos constancia de su sufrimiento al no poder hacer nada, ¿o tal vez sí?, por evitar una guerra. Una postrera presencia del tema de John Carter nos acompaña a la clausura en alto del tema.
The Blue Light Special La voz femenina en desgarrado canto nos da paso de nuevo a la entrada del coro, mientras en pantalla el poder de la luz azul nos es descrito a la par que su potencial para resolver los conflictos si ésta cayera en buenas manos. El tema de Carter se ofrece en una variación llena de lirismo con participación de la tuba y las cuerdas para dar paso de nuevo a la voz coral y conducirnos hacia la clave del viaje del Virginiano a Barsoom, a través de cellos, piano, arpa y final en alto.
Carter They Come & Carter They Fall Con uno de esos inicios que caracterizaran el trabajo musical de Michael Giacchino para la serie Lost, da comienzo este track. Agitadas cuerdas, percusión e irrupciones de golpes de sonido provenientes de los metales (tuba, trompa, trompetas) dan paso a la sección de cuerda al completo con un extasiante despliegue a los violines del motivo de Dejah Thoris, mostrando en el film la pérdida de la mujer e hijo, a través de un flashback, del protagonista, y el inmenso dolor de éste, para quien la princesa marciana supone su última oportunidad de amar. Y será su sacrificio, enfrentándose a todo un ejército él solo, para defender a su amor, lo que definirá el destino de todo un planeta. Y Michael te atrapa y te llena con su melodía, te transforma en John Carter y hace que sientas su dolor como propio, y te identifiques, y luches con él, por Barsoom. Y una solemne marcha épica a las trompas culmina el tema describiendo el resultado de la contienda.
A Change Of Heart Notas alargadas a las cuerdas, arpa, y solemnidad contenida nos arropan, retomando el motivo de la princesa, el lirismo nos envuelve e inadvertidamente, notamos como los ojos se nos humedecen y la emoción nos embarga, asistiendo a una toma de posición, a una decisión y a un entendimiento.
A Thern Warning El tema de los Therns encuentra aquí su presentación más completa. La voz femenina nos guía en un canto cuasi ceremonial de evocador significado, a la par que el inmenso poder que estos seres ejercen sobre Marte y sus pueblos, nos es mostrado mediante un lirismo trágico que encoge el corazón del oyente ante la belleza, a la par triste y melancólica que el tema consigue inspirar.
The Second Biggest Apes I’ve Seen This Month La acción regresa a la partitura con renovado vigor. Metales a plena potencia, percusión y golpes sonoros de gran contundencia llevan la voz cantante, mientras en pantalla los grandes Monos Blancos se enfrentan a Tars Tarkas y John Carter en la arena del circo de los Tharks. El crescendo orquestal llega a su cenit conforme las posibilidades de supervivencia empeoran, la intensidad aumenta hasta que …
The Right Of Challenge El tema de John Carter emerge victorioso en una interpretación llena de épica y emoción, antes de que un derecho al desafío sea ejercido. Las cuerdas son interrumpidas por la percusión de los Tharks y las trompas toman el relevo para dar paso a una entusiasta rendición al tema del protagonista, a la que poco a poco se va uniendo la citada percusión aplicada a esta raza, en una decisión del compositor llena de acierto, al inferir que John Carter ya es un Thark por pleno derecho, logrando que subliminalmente sintamos esto sin necesidad de explicarlo de otro modo. Simplemente brillante.
The Prize Is Barsoom Podríamos denominar a este motivo el tema de Marte, recibiendo el planeta rojo una melodía emocional que va creciendo, con puntual presencia de la percusión, en las cuerdas, en un ostinato al que se van uniendo la orquesta y las voces corales, en uno de esos momentos para el recuerdo que definen un trabajo. Los coros le proporcionan una pátina de importancia y fuerza, que junto a las imágenes nos preparan para un clímax, en el que la batalla por todo un planeta será inevitable. Atención a la preciosista rendición a violín solista a partir del 3:23, un instante en que parece que el tiempo se detiene, para seguidamente comenzar el crescendo definitivo y llevarnos a la lucha por Helium.
The Fight For Helium Metales reverberantes, vientos de madera, cuerdas desquiciadas, juegos de orquestación, sinfonismo a todo trapo, y una sucesión de rendiciones al tema de Marte, de Sab Than, o de John Carter, en una variación que le dota de una cualidad como de fandango de gran epicidad, nos llevan a la conclusión coral de la batalla en la que un enemigo será derrotado, y otro permanecerá en las sombras.
Not Quite Finished Una rendición pastoral con voces angelicales del tema de John Carter nos mece en la antesala de un aparente final feliz, en el que Dejah entrega su amor al humano, mientras su tema de despliega con suavidad, difuminándose no obstante antes de tiempo en el espectro sonoro. Quizá no todo ha acabado aún.
Thernabout Efectivamente, los Therns juegan su última y trágica baza, alejando, con el acompañamiento del motivo de estos a la voz femenina, a Carter, de Marte, haciéndolo regresar a la Tierra, hiriéndolo donde más duele, en el corazón, al separarlo de su adorada princesa marciana.
Ten Bitter Years Es entonces cuando comenzamos a entender la curiosa estructura de la narración, al situarnos en el mismo instante que descubrimos al inicio del film, y entendiendo que Carter tiene un plan magistral para engañar a los insidiosos Therns y lograr regresar a su verdadero hogar, Barsoom. Giacchino nos hace partícipes mediante una serie de virtuosos arabescos a las cuerdas con puntuales entradas de los metales y la voz humana en un crescendo de intensidad abrumadora que nos va tensionando e impacientando al percibir la complejidad del plan, mientras deseamos que el protagonista salga victorioso, y la melodía explota, hasta evaporarse en el vacío.
John Carter Of Mars El címbalo o dulcimer, nos evoca un pasado mítico, y el tema de John Carter se despliega con los violines mostrando la belleza del motivo en toda su pureza y sencillez, dejando que la emoción empiece a surgir en el oyente recordando el viaje que hemos vivido junto al héroe…
…y dé comienzo la presentación final de todos los leitmotivs de la partitura sucesivamente, primero la viveza y talante étnico, la brutalidad, pero también nobleza de los Tharks, definidos por la atávica entrada coral llena de la hidalguía y solemnidad que definen a esta raza a la perfección, dando entrada al tema de los Therns en su inquietante belleza hipnótica, y la rendición más abrumadoramente bella del tema de la princesa Dejah, iniciándose con timidez al violín solista para ir incorporándose las cuerdas poco a poco y después toda la orquesta en una exquisita rendición que pone un nudo en la garganta por la emoción que llega a suscitar en el oyente. Finalmente, este motivo se funde con prestancia con el de John Carter, creándose una unión de ambos, allende tiempo y espacio, que sólo prologa lo inevitable, la más impresionante entrada coral que imaginarse puedan, una unión de dos almas, un viaje más allá de las estrellas, en el que un hombre perdido, hallará de nuevo el camino, junto a su destino, una mujer valiente, decidida y tierna, de arrebatadora fuerza interior, que le hará convertirse en
John Carter de Marte.
Michael Giacchino contesta para BSOSpirit sobre John Carter
BSOSpirit: ¿Cómo desarrollaste el score, creando los temas principales primero (John Carter, Dejah Thoris, los Tharks…) o siguiendo el orden del film y permitiéndoles fluir hasta que todo descubrió el camino apropiado para cada tema y motivo?
Michael Giacchino: Para un trabajo complejo como éste escribo normalmente los temas principales o los más importantes primero, eso proporciona claridad y estructura a todo lo demás. En este caso, escribí temas para John Carter, Dejah Thoris, los Tharks y los Therns (y entonces para Sab Than…) antes de sumergirme en la partitura en sí misma.
BS: Los instantes llenos de lirismo, con el hermoso y trágico flashback en el centro del film, «Carter They Come, Carter They Fall» está compuesto con tanta emoción y sentido del destino, que el momento permanece en la memoria largo tiempo después de que el film ya ha acabado. ¿Cómo decidiste el enfoque que más convenía a esta pieza?
MG: Siempre intento encontrar el subtexto emocional en cada escena, porque es importante mantener presente el arco de la historia y lo que los personajes están sintiendo. Ese momento para Carter es pérdida y redención, significa el sacrificio por algo más grande que él mismo, y es muy emocional. Componer para la escena con más música de acción no hubiera hecho justicia a los personajes o la historia. Sería solamente “una secuencia de lucha más” en lugar de lo que realmente es, el punto de cambio emocional para este personaje.
BS: Personalmente amo como los temas principales de John y Dejah, finalmente se fusionan de un modo épico al final de “John Carter of Mars”, con el apoyo de los coros, creando una emotiva coda para la aventura, ¿tuviste esta idea en mente desde el principio, hacer de los dos temas uno solo al final?
MG: Yo siempre intenté representar y apoyar musicalmente lo que la historia está intentando contar – en este caso nosotros siempre supimos y deseábamos que John y Dejah Thoris acabasen juntos, y habíamos estado anticipándolo durante el todo el film. Así que parecía lo más adecuado que sus temas se unieran en un final, en forma de clímax, mientras ellos se reúnen a través del tiempo y el espacio una vez más. Así que, sí, fue intencionado, ¡Y estoy feliz de que funcionará para ti!
BS: Muchas gracias en nombre de BSOSpirit por tu amabilidad, Michael.
BSOSpirit: How did you develop the score, creating the main themes first (John Carter, Dejah Thoris, the Tharks…) or following the order of the film and letting them flow until everything discovered the appropriate path for every cue and motif?
Michael Giacchino: I typically write out the majors themes first for a large work like this, as it gives clarity and structure to everything else. In this case, I wrote themes for John Carter, Dejah Thoris, the Tharks, and the Therns (and then for Sab Than…) before I jumped into the score itself.
BS: The lyrical instants, with the beautiful and tragic flashback at the centre of the film, «Carter They Come, Carter They Fall» is composed with such an emotion and pathos that the musical instant remains in the memory long after the film has finished, how did you decide the way to compose this piece?
MG: I always try to find the emotional undercurrent in every scene, because it’s important to keep in mind the overall story and what the characters are feeling. That moment for Carter is very much about loss and redemption, about sacrificing for something greater than himself, and it’s very emotional – to score it with more action music wouldn’t do justice to the characters or the story. It would be just ‘one more fight sequence’ instead of what it really is, the emotional turning point for his character.
BS: I personally love how the main themes of John and Dejah, finally merges in epic fashion at the end of «John Carter of Mars» with the choral support, creating a moving coda for the adventure, did you have this idea in mind from the beginning, to finally made from two themes, one, at the end?
MG: I always try to represent and support musically what the story is telling – in this case, we always knew and wanted Carter and Dejah Thoris to be together, and we have been anticipating it for the entire movie. It only seemed fitting that their themes come together in one final, climactic way as they are reunited across time and space once again. So, yes, it was intentional, and I’m glad it worked for you!
Dedicatorias
Como perfectamente señala Andrew Stanton en la carpetilla del CD, los 70 y los 80 fueron la era dorada de los soundtracks de películas. Parecía que con cada film, un álbum con su música seguía al estreno, lanzado como avanzadilla, para anticipar el camino a un acontecimiento cinematográfico único. La gente se dirigía en peregrinación ya como una rutina deliciosa a las tiendas de discos para encontrarse las novedades y poder adquirir y escuchar antes de acudir a la gran pantalla, aquellos scores que se preveían mágicos, y luego se disfrutarían aún más, ya en conjunción con las películas. Se descubrían leitmotivs tan inmediatamente memorables que ya se dada por garantizado que este intercambio entre los creadores y directores, y los aficionados era una promesa irrenunciable. Entonces, y desgraciadamente, este tipo de scores que te dejaban sin aliento, que te enamoraban sin remedio desde el primer instante, empezaron a desvanecerse y desaparecer.
Andrew Stanton señala que sabe perfectamente que Michael Giacchino era uno de estos aficionados, creciendo y deseando que esta maravillosa experiencia continuara para todo los fans hoy en día. Bueno, una cosa es desear que esto vuelva a ocurrir, pero ser capaz de realmente hacerlo suceder es casi, casi un milagro. Sin embargo, Michael lo logró.
No hay otro score hoy en día que me haya catapultado a esa época de nuevo, señala Stanton, a regresar a la magia de ser un soundtrack lover de nuevo, a esa expectativa de grandeza, como este score para John Carter. Sólo por eso, ya estoy eternamente agradecido a Michael Giacchino. Pero aún más importante, su música ha elevado la película a un nivel de aventura y romance que nunca me había permitido a mi mismo creer fuera posible, hasta ahora.
Solamente espero, de corazón, que aún exista un niño, en algún lugar deseando escuchar estos tracks como anticipación a las emociones que vivirá en la película, esperando con ansia e ilusión llenas de inocencia imaginar los pasajes y los personajes que esa música describirá. Si aún hay alguien en esa situación, experimentará sin duda el mismo fuego que nos llenó a Michael Giacchino y a mí y nos llevó a trabajar en el cine. Así que, no dejes de seguir buscando, chaval, a por ellos.
“Yo siempre quise viajar a Marte. Nunca supe, sin embargo, que gracias a un libro ya centenario, la imaginación de un increíble director, tan afilada, como las uñas de los productores, una familia que te llena de apoyo y un equipo musical equivalente en agallas y talento, a los primeros pioneros espaciales de la NASA, llegaría finalmente allí. ¡¡¡Gratitud y amor para todos!!!!” (Michael Giacchino)
Porque mientras luchamos por olvidar un pasado que nos atormenta, por hacernos merecedores de un segundo más de vida, por lograr sentirnos unidos a un mundo que nos rechaza y al que rechazamos, una oportunidad nos fue dada, una segunda existencia más allá de las estrellas, una razón para ser mejor, para hacer libre a un pueblo oprimido por un poder superior que se divierte jugando al ajedrez con el destino de un planeta, para alcanzar la redención, el amor, una nueva esperanza, sentirse uno con el mundo,
y proteger a los Tharks, entablar una amistad eterna con Tars Tarkas y la noble Soola, volver a sentir el significado de la palabra lealtad como algo real, convertirse en Dottar Soyak, percibir el vibrante pálpito del corazón ante el amor de y por Dejah Thoris, que logró con su mirada pura, con su pasión incondicional,
que Barsoom fuera su nuevo hogar, y por mucho que quisieran alejarle de allí, él regresaría,
regresaría, regresaría, regresaría para siempre, convirtiéndose en
John Carter de Marte
Ock Ohem Ocktei, Wish BARSOOM!!!!
Agradecimientos especiales por la cesión de las fotografías de las sesiones de grabación de John Carter, y su amable colaboración para este artículo,
a Maria Giacchino, Michael Giacchino y Dan Goldwasser.
No hay comentarios