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  Darwin

 
Michael Brook
     
Año   2011
Sello:   Bicycle Music Company
Edición:   Descargable desde iTunes y Amazon
Nº Tracks:   25
Duración:   53 minutos
     
Ficha IMDB
 
Web del Compositor
 
 

Reseña por:
Jordi Montaner

 
1. Darwin Theme
2. Middle of the Night
3. What You Are Today
4. My Stepson
5. The Minino Days
6. I Don’t Like The City
7. Even Alter Death
8. I Was Back East
9. Water Source
10. Monty’s Firetruck
11. Shawn’s Theme
12. Ryal’s Theme
13. Can’t Blame the Devil
14. Reading Tarot
15. China Lake
16. End of Times
17. Independence Day
18. Too Quiet, Too Serene
19. Barker Ranch
20. Hank’s Theme
21. Susan’s Theme
22. We Don’t Cry Anymore
23. Penny and Ryal Leave
24. Darwin Theme (Reprise)
25. Darwin End Credits
 
 

«Darwin Theme»

«China Lake»

«End of Times»

 


Lo último del laboratorio de guitarras de Michael Brook, la música más fresca (que no nueva) y un sonido sin parangón.


El montaje final reduce la película documental a menos de hora y media y algunos temas musicales quedan entrecortados.


“China Lake”. Brook se desmelena y une un surtido de percusiones a sus tratamientos de guitarra.  

 
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Utopía americana
     

altDarwin es un municipio californiano único en Estados Unidos. No tiene ayuntamiento, ni iglesia, ni gasolinera, ni comercios, ni fábricas, ni bancos, ni policía, ni escuela… De hecho, no tiene niños. Un pueblo perdido en el Valle de la Muerte (Death Valley) de sólo 35 habitantes que viven aislados y a su bola. Es el culo del mundo en el país más rico del mundo.

Estas curiosidades son aborrecidas por el gran público estadounidense, pero suscitan un cierto interés en los jóvenes realizadores de esta parte del Atlántico. El fotógrafo y realizador Nick Brandestini acogió el encargo de una productora suiza para rodar en Darwin un documental único, ejemplar. En tan sólo un año ha acaparado una docena de premios y nominaciones, y constituye todo un arquetipo con el que explicar una realidad escondida en un país exhibicionista.

altHay una carretera que cruza el desierto de Mohave antes de internarse en Death Valley y perder el mundo de vista. Es un lugar inhóspito. La zona se empleó durante años para realizar explosiones de bombas atómicas… Los habitantes de Darwin bromean con la posibilidad de que algún día una bomba perdida borre su pueblo del mapa, pero resisten alrededor del único pozo de agua contra corriente y sin electricidad.

Rotten Tomatoes da a este documental una puntuación del 88%, y parte del mérito corresponde a su banda sonora. Los tratamientos de guitarra de Michael Brook, como Ry Cooder en Paris, Texas, crean una atmósfera alucinante, un epitafio musical a un pueblo que es casi un espejismo. Sus habitantes son mineros, ex convictos, bailarinas de striptease, hippies extraviados en una carretera que literalmente se deshace en el medio del desierto… ¿Qué tiene el tal pueblo? Absolutamente nada. Es como flotar en el vacío de la intemperie.

altLa edad media de los habitantes de Darwin sobrepasa los 50. Su filosofía es un carpe diem total. No se conceden ningún futuro (no hay niños) y les importa un carajo el pasado. Viven cada día como una suerte perdida, inmerecida, robada. La mayoría posee armas; en algún caso, un arsenal. La policía federal suele evitar la zona para no importunar. Todo ocurre, por tanto, al margen de la ley.

Más gente curiosa: un hirsuto anarquista, un pianista de jazz, un bon vivant francés venido a menos… Toda una fauna de criaturas marginales que ha convertido Darwin en su bastión. En 1877, cuando Darwin se fundó, casi tres mil personas habitaban a diario el ectoplásmico municipio. Eran peregrinos en busca de oro, sal y promesas de trabajo en San Francisco o Sacramento. Pero el tiempo lo ha ido poniendo todo en su lugar; y lo perdido, perdido está.

Guitarra elegíaca

alt¿Qué hay en las BSO de Mission: Impossible 2 y Black Hawk Down que pueda echarse en falta en otras composiciones de Hans Zimmer? La guitarra (las guitarras) de Michael Brook.

Este canadiense de 61 años, maestro de músicos como Daniel Lanois o The Edge (U2), compañero de faenas de Brian Eno, Robert Fripp o Bryan Ferry, productor de gente como The Pogues, Youssou N’Dour, Nusrat Fateh Ali Khan, Cheb Khaled, U. Srinivas, Lisa Germano, David Sylvian o Djivan Gasparyan, inventor de la “guitarra infinita”, es un prodigio musical.

altCineastas como Michael Mann, Kevin Spacey, Richard Burton o Paul Schrader han recurrido en más de una ocasión a sus tratamientos de guitarra, a su depurado sonido, para la ilustración de imágenes en la gran pantalla.

La suya es una música atmosférica, envolvente, cargada sin embargo de una gran profundidad.

En Darwin, Brook emplea únicamente guitarras para ilustrar el vacío, la nada, la soledad de un pueblo sin porvenir, azotado por tormentas de arena, débilmente unido a una precaria fuente de agua, condenado a la más absoluta marginalidad.