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Con motivo del lanzamiento en Blu-ray de las películas de Indiana Jones, hemos querido recuperar y ampliar el especial que publicamos hace unos cinco años en la antigua página de BSOSpirit sobre las bandas sonoras creadas por John Williams para la saga. Las reseñas fueron escritas por Óscar Giménez (Raiders of the Lost Ark e Indiana Jones and the Temple of Doom) y Sergio Benítez (Indiana Jones and the Last Crusade). Un año después de publicado el monográfico se estrenó Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull, cuya reseña escribieron Asier G. Senarriaga y Julio César Fernández y que hemos incluido en este especial.

Los análisis se elaboraron antes de que Concord Records lanzara al mercado en 2008  la caja que contenía las cuatro bandas sonoras. Lo más interesante es que los discos de la trilogía original incluyeron nuevos temas y fragmentos que nunca habían sido editados oficialmente hasta entonces y que únicamente se podían esuchar en las propias películas o en ediciones piratas. Además, la caja incluía un CD extra con entrevistas y más música procedente de las tres primeras películas. Hemos respetado las reseñas tal como se publicaron en su día, pero añadiendo en los tracklists y al final de cada una una explicación con las novedades que se incluyeron en esta edición de Concord.

El Renacimiento de un género

Érase una vez un arqueólogo…

Hawai, mayo de 1977…

altGeorge Lucas y Steven Spielberg pasaban unos días en esas islas del Pacífico. Lucas estaba a punto de estrenar La guerra de las galaxias en Estados Unidos, temiendo el peor de los fracasos. Spielberg estrenaría dentro de unos meses Encuentros en la tercera fase.

En una conversación en la playa –se dice que mientras hacían un castillo de arena-, Spielberg, que ya había conocido las mieles del éxito con Tiburón, le comentó a Lucas que le gustaría hacer una película del estilo de James Bond, con acción desbordante, humor, romance… en la onda de aquellas producciones que veían de niños en las matinales de los sábados, con buenos y malos claramente definidos y sin otra pretensión que la de entretener a un público que en los años setenta parecía estar bastante saturado de películas de las llamadas «con mensaje».

altLucas le habló entonces de la idea de que el héroe fuera un arqueólogo, profesor universitario con una doble vida de aventurero buscador de antigüedades. Era una idea que Lucas manejaba desde hacía unos pocos años, pero no era original, sobre todo si tenemos en cuenta que había un evidente precursor del personaje de Indiana Jones: Harry Steele, al que encarnó Charlton Heston en la película El secreto de los incas, dirigida por Jerry Hopper en 1954.

Para desarrollar el argumento de la primera película, En busca del arca perdida, George Lucas se había unido años antes a Philip Kaufman –la idea de buscar el Arca de la Alianza fue de este último, quien además iba a ser el director-, y el guión finalmente lo escribió Lawrence Kasdan, también responsable del guión de El imperio contraataca.

Algunas series de televisión de los años cuarenta y cincuenta también tuvieron una influencia decisiva en la composición de la película, como Spy Smasher, Mashed Marvel, Perils of Nyoka o Secret Service in the Darkest África.

altComo casi todos saben, en un principio fue Tom Selleck el actor con más posibilidades de encarnar a Indiana Jones, pero había firmado un contrato para interpretar al televisivo detective Magnum, hecho que le impidió protagonizar En busca del arca perdida. Elegir al protagonista fue un proceso complejo, e incluso se cuenta que Nick Nolte rechazó serlo. Mientras hacían los castings para escoger a la actriz que debía ser Marion, utilizaron a Harrison Ford para leer los diálogos de réplica –tarea que también hizo Sean Young con los candidatos masculinos-. Al final, Spielberg y Lucas se llamaron por teléfono tres días de empezar a rodar, y coincidieron en que habían tenido a Indiana ante sus narices desde hacía mucho tiempo. Han Solo se convertiría en el aventurero más famoso de las pantallas, un héroe y anti-héroe al mismo tiempo, vulnerable y que a pesar de recibir múltiples palizas y estar en el filo de la muerte constantemente no se detiene nunca en el camino hacia su objetivo. Esa vulnerabilidad es lo que consigue que el espectador se identifique y asume gran parte del mérito de la saga.

altPara el papel de Marion, que interpretó Karen Allen, se consideró a Amy Irving -que en 1985 se convirtió en la señora Spielberg– y Debra Winger. El de Sallah iba a ser para Danny De Vito, pero problemas de agenda lo impidieron y lo acabó haciendo John Rhys-Davies. En cuanto a Belloq, Spielberg pensó en Giancarlo Gianinni, personaje que finalmente interpretó Paul Freeman.

En busca del arca perdida iba a ser una película de bajo presupuesto, ya que la Paramount no tenía depositadas demasiadas confianzas en ella, sobre todo tras el fracaso comercial de Spielberg con 1941. No obstante, los costes se triplicaron, alcanzando los 22 millones de dólares. En palabras de Spielberg, «está hecha como una película de serie B. Nunca la contemplé más que como una versión un poco mejor que los seriales de Republic«.

Pese a esto, En busca del arca perdida fue un gran éxito. Se estrenó en Estados Unidos el 12 de junio de 1981, país donde recaudó en su momento más de 242 millones de dólares. En todo el mundo, la película ha recaudado hasta la fecha 384 millones.

En busca del arca perdida fue nominada a 8 Oscar, ganado 4 estatuillas (sonido, montaje, efectos visuales y decorados). La película, el director, la fotografía y la banda sonora también optaban a premio, pero se quedaron sin él. Fue un año en que los Oscar estuvieron muy repartidos. Carros de fuego -ganadora a mejor película y banda sonora-, obtuvo el mismo número de galardones que En busca del arca perdida, y con tres quedaron Rojos, de Warren Beatty –que lo ganó por mejor director-, y En el estanque dorado, de Mark Rydell, que consiguió los dos premios de interpretación principales para los veteranísimos Henry Fonda y Katharine Hepburn.

En la categoría de banda sonora original, John Williams vio cómo el griego Vangelis le arrebataba el Oscar. Las otras nominadas fueron En el estanque dorado, de Dave Grusin; Ragtime, de Randy Newman; y El dragón del lago de fuego, de Alex North.

Por otro lado, es necesario apuntar que la película supuso el renacimiento de un género de aventuras sin grandes pretensiones artísticas que parecía desaparecido. A Indiana Jones le siguieron algunos imitadores que no alcanzaron su éxito y aceptación, como la pareja formada por Michael Douglas y Kathleen Turner que interpretaron Tras el corazón verde (1984) y La joya del Nilo (1985); o el inefable Richard Chamberlain en sus aventuras como Allan Quatermain: Las minas del rey Salomón (1985) –en la que también aparecía John Rhys-Davies– y Allan Quatermain y la ciudad perdida del oro (1987). Y no olvidemos a Tom Selleck –el que pudo haber sido Indiana Jones– como protagonista de La gran ruta hacia China (1982).

A por la secuela
altEn 1984 llegó a las pantallas la segunda aventura: Indiana Jones y el templo maldito –al principio iba a ser «el templo de la muerte»-, aunque temporalmente se trata de una precuela. La historia comenzaba en Shanghai un año antes que la aventura del arca perdida. En esta ocasión no había nazis, sino malvados seguidores de un culto a la diosa hindú Kali, que habían robado una piedra sagrada y secuestrado a decenas de niños para hacerles trabajar como esclavos en una mina.

Manteniendo el estilo aventurero de los años cuarenta y cincuenta, suponía un giro bastante radical en la historia, algo que afectó a las expectativas del público y a la taquilla, aunque no demasiado.

Los responsables del guión, debido a la indisponibilidad de Lawrence Kasdan, fueron Willard Huyck y Gloria Katz, quienes ya habían trabajado con Lucas en American Graffiti.

altEn cuanto al reparto, Harrison Ford repetía por razones más que obvias. Sin embargo, la protagonista femenina era distinta respecto a la primera película. Sharon Stone era la primera opción para el papel de la sensual e histérica Willie Scott, que acabó haciendo Kate Capshaw, una actriz que gustó a Steven Speilberg hasta el punto de que acabó casándose con ella cinco años más tarde. Para buscar al niño que interpretaría a Tapón se hicieron pruebas a cientos de niños orientales. El joven Jonathan Ke Quan acompañó a su hermano a una de las pruebas y captó la atención de los responsables del casting cuando lo vieron todo el tiempo aconsejando a su hermano de cómo debía hacer las cosas. Así, el papel acabó siendo suyo.

La Academia de Hollywood le otorgó dos nominaciones. John Williams logró una más de su cuenta particular en la categoría de banda sonora original, pero perdió ante Pasaje a la India, de Maurice Jarre. Indiana Jones y el templo maldito se hizo con el Oscar a los mejores efectos visuales, premio que ya había conseguido tres años antes con En busca del arca perdida.

En cuanto a la taquilla, la recaudación fue inferior que con la primera película. En Estados Unidos hizo casi 180 millones de dólares, y en todo el mundo 333 millones, lo que no estaba nada mal si tenemos en cuenta que el presupuesto de la producción fue de 28 millones.

No hay dos sin tres
altLa tercera de la serie llegó a los cines cinco años más tarde. Del guión de Indiana Jones y la última cruzada se encargó Jeffrey Boam, responsable hasta entonces de los guiones de La zona muerta, El chip prodigioso y Jóvenes ocultos. Sin embargo, Tom Stoppard también escribió parte de los diálogos, aunque su nombre no aparece acreditado.

Debido a algunas críticas sobre el cambio de orientación de Indiana Jones y el templo maldito, Spielberg y Lucas volvieron al mismo patrón de éxito de En busca del arca perdida. Los malos de turno fueron de nuevo los nazis, ansiosos de encontrar objetos sagrados, y en lugar del Arca de la Alianza la búsqueda se centró en esta ocasión el Santo Grial, una idea que partió de Lucas.

A Spielberg, por su parte, se le ocurrió incluir en la trama la figura del padre, por lo que se fichó a Sean Connery como Henry Jones senior. El escocés, que acababa de ganar un Oscar como actor secundario en Los intocables de Eliot Ness, fue la primera opción de Spielberg para este papel. Recordemos que la idea inicial del director era hacer una película de estilo James Bond. Gregory Peck fue otro de los candidatos que se barajaron. En cuanto a la elección del malogrado River Phoenix para encarnar al joven Indiana, fue una proposición del propio Harrison Ford, quien ya había trabajado con él en La Costa de los Mosquitos.

altAlison Doody, que había sido «chica Bond» en Panorama para matar, se hizo con el papel de Elsa Schneider, mientras que Julian Glover, escogido inicialmente para encarnar a un coronel nazi, acabó siendo Walter Donovan. Como curiosidad, este actor también había hecho de malo en una película de la serie Bond, Sólo para sus ojos. Asimismo, se recuperaban personajes secundarios de la primera película: Denholm Elliott como el profesor Marcus Brody, y John Rhys-Davies como Sallah.

El presupuesto de esta tercera parte casi duplicó el de Indiana Jones y el templo maldito, alcanzando los 48 millones de dólares. En su primer fin de semana de exhibición rozó los 30 millones de recaudación, que finalmente fue en Estados Unidos de 197 millones. No obstante, en todo el mundo fue la película que mejor funcionó de las tres, con una recaudación total superior a los 484 millones de dólares.

En los Oscar, John Williams volvió a estar nominado, y por partida doble, ya que obtuvo otra candidatura por Nacido el cuatro de julio. La banda sonora ganadora, sin embargo, fue La sirenita, de Alan Menken. Otra nominación de Indiana Jones y la última cruzada fue para el equipo de sonido, mientras que la única estatuilla conseguida fue por los mejores efectos de sonido.

Una polémica cuarta entrega
altDurante años muchos muchos circularon abundantes noticias sobre una cuarta entrega que parecía no llegar nunca. Tanto Spielberg como Lucas habían anunciado en distintas ocasiones tener a guionistas trabajando en el proyecto. Finalmente, Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal se estrenó en 2008, con un guión acreditado a David Koepp y al propio Lucas, aunque es bien sabido que buena parte de las ideas proceden del guión finalmente rechazado a Frank Darabont.

Con un Indiana Jones más envejecido, la acción se situaba en los años cincuenta y los malos de turno eran los rusos, interesados en conseguir una enigmática calavera de cristal con interesantes poderes. Junto a Harrison Ford volvió Karen Allen, en su papel de Marion. Otro protagonista principal fue el joven Shia LaBeouf, mientras que la mala de la función fue Cate Blanchett, encarnando a la soviética Irina Spalko.

altEl presupuesto estimado fue de unos 185 millones de dólares, pero la recaudación tan solo alcanzó los 317 en Estados Unidos (786 en todo el mundo). La acogida de la crítica y del público no fue especialmente buena. Carecía de ese sabor ochentero que dio forma al personaje y a sus historias, y lo de incluir extraterrestres en la receta provocó que a algunos fans se les indigestara el argumento y desearan que la cuarta entrega nunca hubiera visto la luz. De las críticas ni siquiera se salvó John Williams, compositor que, en cualquier caso, nos ha dejado en esta saga un conjunto musical soberbio e histórico en el género de aventuras.

Tal como se comenta en las reseñas incluidas en este monográfico, las primeras ediciones se quedaron cortas o muy cortas en cuanto al material incluido. El asunto se resolvió en 2008 cuando Concord Records lanzó una caja que contenía las bandas sonoras de las cuatro películas, con mucho material no editado previamente de las tres primeras. Si os interesa profundizar en la música de Indiana Jones, aquí tenéis las reseñas:

 

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