The Amazing Spider-Man

Hace más de una década, cuando James Cameron estaba asociado a la posible versión cinematográfica de Spiderman, me permití el lujo de soñar con James Horner escribiendo la banda sonora para la misma. Después de todo, tras su reconciliación en Titanic no era algo fuera de lo posible. Finalmente, tras la batalla legal por los derechos, aquella posibilidad volvió a quedarse en el reino de los sueños. Después llegó la película de Sam Raimi con la genial banda sonora de Danny Elfman y uno podía estar más que satisfecho. Entonces llegó el turno del relanzamiento y Marc Webb era el encargado de la difícil tarea de redefinir al personaje, una tarea nada fácil después del excelente trabajo de Raimi. Lo mismo se podía decir de la banda sonora. Tras un tiempo en el que algunos nos preguntábamos quién sería el elegido para dar música al personaje empezó a correr el rumor de que Horner era el elegido. Servidor no podía creerlo, pero finalmente se confirmó la noticia y el sueño se hizo realidad.

Muchos querrán entrar en comparaciones con el excelente trabajo que realizó Elfman para las anteriores películas del personaje, pero no es el objetivo de esta reseña. Baste decir que ambos compositores han abordado la tarea con un enfoque similar y ambos han logrado una obra excelsa en la que la principal diferencia es puramente estilística.

En este trabajo de Horner encontramos una obra refinada, madura, donde se unen las virtudes del Horner clásico con las del Horner más actual para crear una pieza compleja en la que tenemos momentos dramáticos (cortes 1, 8, 10, 13), románticos (12, 19, 20), comimos (3, 6, 7), de tensión (4, 5, 14), de acción trepidante (13, 16, 17, 18) y grandes momentos heroicos (2, 11, 13, 16, 17, 20), como debe ser toda partitura de este género.

Tejiendo la música: gran orquesta, electrónica, coros/solistas

Para Spiderman, Horner hace uso de todo su arsenal creando una amalgama de sonidos de las más ricas en su carrera. Además de su clásico sonido orquestal, el maestro suma una gran variedad de sonidos electrónicos, algunos característicos de su repertorio y unos cuantos nuevos, guitarras eléctricas incluidas, que dan al resultado un sabor muy fresco y nuevo a su música. Además, Horner también hace un gran uso de las voces, tanto solistas como de forma coral. El uso de todos estos elementos, que la mayoría de las veces trabajan al unísono, crea uno de los acabados más ricos y complejos del compositor desde Avatar. Trabajos como estos demuestran que compositores de la talla de Horner son capaces de adaptar su estilo incorporando nuevas sonoridades para actualizarse sin renunciar a su identidad musical.

Asombrosos protagonistas: la voz y el piano

Aunque para estas obras es habitual en Horner el sonido orquestal, en este trabajo en concreto hay dos elementos que destacan llevándose el protagonismo de la partitura: la voz y el piano. Es sorprendente la prominencia de ambos a lo largo de la partitura. Desde Avatar, Horner no combinaba tantos elementos a la vez, en especial voz y piano. Ambos tienen una más que notable importancia en la mayoría de los cortes, en algunos casos trabajando conjuntamente, como en «Becoming Spider-Man». Además Horner hace un uso muy variado de las voces, que va desde los solistas como en los lamentos de la muerte de tío Ben, a los gritos de rabia, ambos en «Ben’s Death», pasando por los toques primitivos asociados al lagarto en «Making a Silk Trap» y los emocionantes solos de «The Bridge» o «Saving New York». Estos son solo algunos de los momentos más destacados del uso de voces. Así como el piano, interpretado por el propio Horner, que aunque es el elemento primordial en los temas románticos, se hace con el protagonismo de los cortes de tensión como «Hunting for Intormation» o «The Briefcase», así como de montajes como «Becoming Spider-Man» o «The Galiani Device». Es una opción habitual en Horner, pero que sorprende en una película de este género que en un principio no parecía ofrecer tantas oportunidades.

Sorprendentes temas

Como es habitual en los trabajos de maestros como Horner el sentido de estructura narrativa, la riqueza temática y la coherencia son elementos presentes en su Spiderman. Al igual que demostrase Silvestri recientemente con sus Vengadores, Horner se acerca al género de superhéroes de la única manera que conoce, con un tema central que haga de hilo conductor de la toda la partitura.

Desde Avatar, el compositor americano ha escrito trabajos en los que ha demostrado que es capaz de desplegar su sonido clásico, especialmente a la hora de crear temas memorables, como The Karate Kid o Black Gold. Para Spiderman cualquier aficionado esperaba que Horner crease un gran tema al estilo tradicional del género de superhéroes, el compositor no solo no decepciona sino que escribe uno de los mejores temas de sus últimos años. Su tema de Spiderman no solo representa de forma excelente al personaje en su heroísmo y jovialidad sino que es una idea musical omnipresente en todo el disco. Horner crea un gran número de variaciones de esta melodía recordándonos las muchas virtudes de tener un leitmotiv retentivo que sirva de vínculo de unión entre las imágenes, la música y el espectador.

Este tema se nos presenta nada más iniciar el disco en «Main Title – Young Peter», tímidamente con los metales y de forma más contundente cuando el título aparece en pantalla.
 

Acompañando al tema principal, se escuchan unos sintetizadores con un sonido similar al que usara Elfman para su Spiderman, que dan ese toque ligeramente arácnido y contemporáneo a la pieza.

Este genial tema está prácticamente presente en todos los cortes del disco de una forma u otra, desde versiones heroicas en temas de acción, como el triunfal final de «Metamorphosis» (2:32 – 3), hasta otras más tranquilas como en «Peter’s Suspicions» (0:00 – 0:20) o «Promises – Spider-Man End Titles» (1:12 – 1:32); alguna cómica, como el genial «Playing Basketball» (0:50 – 1:06), que nos devuelve al clásico Horner del cine de animación, pasando por las numerosas variaciones que oímos en «Becoming Spider-Man», uno de los punto álgidos del disco, que narra el montaje donde Peter diseña su disfraz y sus lanza-redes hasta acabar convirtiéndose en Spiderman (1:18 – 1:48).
 

Pero aunque este tema es sin duda la gran estrella de la partitura, no es la única idea musical asociada al personaje. Hay otras asociadas a su alter ego, Peter Parker. La primera la oímos en la segunda parte de la pista uno («Young Peter”) acompañada por una voz solista de niño que da un matiz de inocencia a las imágenes del joven Peter.
  

Horner usa este motivo para el personaje varias veces a lo largo de la partitura. Aun así, no es este el único motivo, ya que hay un tercer tema asociado al conflicto interno de Peter por el recuerdo de sus padres, que más adelante Horner desarrolla convirtiéndolo en el tema de amor. Estas tres ideas asociadas al personaje se encuentran en la primera pista, de modo que Horner nos presenta musicalmente todos los motivos que irán acompañando al personaje durante el resto de la cinta. Mencionar que estos «Main Titles” no son los que aparecen en la versión del film, sino una versión ligeramente más larga.

Además de los motivos dedicados a Spiderman/Peter, en la partitura también encontramos un tema para el misterio que rodea a la desaparición de los padres de Peter, un motivo breve para el villano y el mencionado tema romántico en donde Horner brilla especialmente.

Tras haber compuesto una gran variedad de temas de amor a lo largo de su extensa carrera, cabría pensar que cada vez es más difícil crear una melodía memorable. Con Spiderman el compositor crea uno de sus temas románticos más líricos e íntimos. Aunque, sin duda, sorprende, más que su delicadeza, su orquestación. Horner escribe la melodía para esta relación de adolescentes con ternura y sin ningún tipo de exceso orquestal. Siempre mantiene la melodía en el terreno íntimo, con el piano y un ligero acompañamiento orquestal. No es el clásico tema de amor grandilocuente, pero dada la naturaleza de la historia y el enfoque de la misma, Horner se aproxima al material de manera real, como si se tratase de un drama romántico, dando mayor peso a estas escenas.

Un ejemplo claro de esto lo tenemos en «Rooftop Kiss» (1:33 – 2:08), donde primero introduce la melodía con el piano para después dar paso al viento, acentuando sutilmente el momento del beso y terminando con las cuerdas.
 

Aunque el gran momento romántico es el penúltimo corte, «I Can’t See You Anymore», una autentica delicia digna de cualquier película romántica. Asombra encontrar una pista de casi 7 minutos dedicada exclusivamente a la relación romántica del héroe en este tipo de cine, pero quizás es una de las razones por las que Horner es tan adecuado para esta en concreto.
 

Lo mismo se puede decir de las escenas dramáticas, donde Horner escribe un música contenida e intensa. Estas piezas acercan el sonido de la partitura al de los mejores dramas del compositor y son las que ayudan en gran medida a subir el grado de emoción de las secuencias que acompaña. Especial mención merece el corte «Ben’s Death», donde se encuentran los momentos más dramáticos de la obra, para apoyar el tormento de Peter ante la muerte de su tío Ben (3:10 – 3:41).
 

Otro momento especialmente reseñable está en la pista «The Bridge». Después de introducir el tema del héroe y el del villano, pasa a un tono dramático para narrar la escena en la que Spiderman rescata a un niño de un coche en llamas. Aquí Horner retoma el solo de voz con el motivo del joven Peter para la escena en la que devuelve el niño a su padre, buscando un paralelismo entre este niño y Peter en el momento donde el personaje se da cuenta de que puede marcar la diferencia.

No obstante, el momento más emocionante del disco es la carrera de Spiderman por los tejados de Nueva York en su intento desesperado de salvar la ciudad y a Gwen -«Saving New York»-. Aquí, para acompañar a un herido Spiderman que recibe la ayuda de unos obreros que le facilitan su camino, Horner vuelve a recurrir a la voz para crear la sufrida marcha del héroe, que va creciendo en intensidad hasta culminar con la interpretación más espectacular y épica del tema central. Uno de los mejores momentos de todo el disco y de los últimos años de Horner.
 

Para los momentos de acción, el compositor desata todo el poder de la orquesta y la electrónica, creando algunos momentos realmente refrescantes en su repertorio. Así, por ejemplo, en «Lizard at School» podemos oír como el tema del villano y del héroe se «pelean» en pleno caos orquestal acompañados de guitarras eléctricas (1:03 – 1:43). Resulta muy interesante el uso de las guitarras que hace Horner, siempre en un segundo plano, como un instrumento más, sin darle relieve a su sonido.
 

Otros momentos destacables son el final del corte «Ben’s Death», cuando Peter trata de escapar de unos delincuentes en una persecución estilo parkour para la que Horner usa un coro masculino en forma de grito, con percusiones y electrónica, que luego acompaña con un adorno en los metales marca de casa, creando un sonido muy urbano para esta secuencia (4:55 – 5:25).

Tampoco podemos olvidar el gran clímax final de «Oscorp Tower», donde podemos encontrar uno de esos momentos Horner trepidantes llenos de emoción (1:17 – 1:47). Es uno de esos temas cargados de acción desde el inicio hasta el final en el que Horner nos hace sentir con su música el momento en que la torre se viene abajo.
 

Con el villano del film Horner no se explaya. La mayor parte de la carga emocional de la historia recae en Peter y Gwen dejando menos espacio al personaje de Connors, al que dedica una melodía ambigua, algo oscura, que podemos oír al comienzo de «Metamorphosis», así como en «The Equation» o «Peter’s Suspicions», para simbolizar su drama interno y confuso. También destina un motivo para su alter ego, el Lagarto, que no deja de ser un tema de «monstruo» o «amenaza», pero muy efectivo, especialmente en los temas de acción. Este motivo podemos oírlo en «The Bridge», «Lizard at School» o «Oscorp Tower» (0:25 – 0:32).
 

Además de todos estos ingredientes aún hay más en este trabajo de James Horner. Hay algunos tracks donde crea una música de tensión/thriller para la investigación que hace Peter sobre la muerte de sus padres, incorporando un sonido de chasquido de dedos que la da un color muy moderno a la pieza. También merecen especial mención cortes como «The Spider Room – Rumble in the Subway», donde vuelve a usar el sonido de chasquidos con una electrónica casi «rapera» y sus habituales recursos orquestales, creando un corte con un sonido realmente distinto. Otro de los brillantes ejemplos del uso de la electrónica lo encontramos en «Making a Silk Trap».

Sería imposible terminar sin mencionar uno de los grandes cortes del disco: «The Ganali Device». En esta pista nos regala uno de esos temas que nos devuelven a esas melodías geniales de principios de los noventa, con el piano y el viento de protagonistas, para acabar con una de las versiones más luminosas del tema central. Por si fuera poco, contamos con unos breves títulos de crédito finales donde Horner despliega de nuevo su tema central en su versión más espectacular. Un forma perfecta para cerrar el disco.

Podría escribir una reseña realmente extensa sobre este trabajo porque hay mucho de lo que hablar, pero sería más apropiado para un estudio o un análisis. Baste decir que Horner ha escrito uno de sus grandes trabajos para The Amazing Spider-Man. Ha creado una de esas obras que revisitas a menudo y que te recuerdan todo lo que puede dar de sí este género musicalmente. Horner ha vuelto a demostrar que está en una excelente forma y nos ha regalado uno de sus grandes temas, de los mejores desde La máscara del Zorro. Uno de esos que no dejas de tararear. Un clásico instantáneo. Marc Webb acaba de ser confirmado para dirigir la secuela y no puedo más que volver a soñar de nuevo, desear que Horner nos regale más de este tapiz musical que ha tejido para Spiderman. ¡Gracias, maestro!