La fidelidad de Elfman a un estilo y unas melodías muy concretos y la fuerza de los pasajes relativos a los monstruos, destacando el potente uso del órgano.
Que aunque es una composición notabilísima, no llega a las cotas de perfección de otras colaboraciones entre Elfman y Burton y puede ser catalogada injustamente de obra menor.
Los cortes “The Funeral” y “Getting Ready”.
BSOSpirit opina
Nota media: 8,78
Ángel Aylagas (8), David Doncel (9), Fernando Fernández (8), Asier G. Senarriaga (9), Óscar Giménez (9), Ignacio Granda (10), David Martínez (8), Sergio Rivas (9), David Saiz (9)
Un breve recorrido por el universo Elfman-Burton El dúo Tim Burton-Danny Elfman siempre es garantía de efectividad, es uno de esos claros ejemplos en los que director y compositor han llegado a un nivel de entendimiento y compenetración óptimos, que redunda en obras, a nivel audiovisual por lo menos, de un refinamiento y singularidad más que notables. Cuando estamos ante un fragmento de una de estas obras y ante su acompañamiento musical, identificamos perfectamente a sus autores y sus constantes, para regocijo de dos de nuestros sentidos, la vista y el oído.
Con tan sólo dos paréntesis en la filmografía de Burton, Danny Elfman ha colaborado en todas las cintas dirigidas por el genio de Burbank desde la muy rotiana Pee Wee’s Big Adventure. La deliciosamente festiva y carnavalesca Beetlejuice daría paso al arrollador y novedoso sonido de Batman, una auténtica revolución en la música de cine de Superhéroes. Después nos damos de bruces con una de las cumbres de este partnership, Edward Scissorhands, uno de los más bellos scores jamás compuestos para quien esto firma, con un uso del coro absolutamente arrebatador, de una belleza incontestable, fruto de llevar al extremo las enseñanzas y estilo del Maestro Herrmann. Batman Returns, partitura temática compleja y pluscuamperfecta, nos lleva a la segunda cumbre de la colaboración: The Nightmare Before Christmas, maravilloso musical con canciones inolvidables hilvanadas en un precioso score, en un auténtico encaje de bolillos que, de nuevo para quien esta reseña firma, resulta en una de las fusiones entre imagen y música más perfectas del séptimo arte. Y esta cumbre, de parto ciertamente complejo, es la que traería el conflicto entre Burton y Elfman, y la siguiente película del primero llevaría una música compuesta por Howard Shore, que realizó un trabajo magnífico, del todo inusual en la carrera del compositor de la saga Lord of the Rings, para Ed Wood, el biopic del icono del cine Z. La descacharrante y cáustica Mars Attacks reuniría a los compañeros de fatigas, hasta ir encadenando grandes colaboraciones tan sólo con el paréntesis de Sweeney Tood, donde por motivos obvios la música incidental fue compuesta por el Maestro Stephen Sondheim: la muy hammeriana en todos los sentidos Sleepy Hollow, la percusiva y contundente Planet of the Apes, la emotiva Big Fish, una nueva incursión en el musical barroco con Charlie and the Chocolate Factory, la delicada Corpse Bride, terminando por Alice in Wonderland, con un fabuloso tema principal, y la incomprendida y romántica (en el buen sentido de la palabra) Dark Shadows, en este mismo 2012.
Frankenweenie circa 1984 Y llegamos a Frankenweenie, recién estrenada cinta de animación stop motion, una nueva joya salida de la poderosa imaginación de Mr. Burton, tras las espléndidas The Nightmare Before Christmas y Corpse Bride. El origen de Frankenweenie hay que buscarlo en los años 80, etapa en la que Burton ejerció de animador en la Todopoderosa Walt Disney. En palabras propias, tras frustrantes trabajos en producciones Disney (el propio realizador recordaba que los zorritos que él diseñaba para la producción The Fox and the Hound parecían recién atropellados por un camión), el joven animador tuvo la oportunidad de dirigir dos cortos, de corte -valga la redundancia- personalísimo: el extraordinario Vincent, que ya utilizaba la animación stop motion, narrado por su ídolo Mr. Vincent Price, sobre un chaval con un peculiar gusto por lo macabro y un mediometraje de imagen real, precisamente Frankenweenie.
El protagonista de esta deliciosa película, es ni más ni menos que el fiel reflejo del propio Tim Burton, un chaval amante del cine de género que realiza cintas caseras de súper 8, en homenaje a sus adoradas películas niponas de monstruos tipo Godzilla, o las clásicas películas de terror e invasiones alienígenas de los años 50, como el propio Burton hacía en su infancia. Lo único que Victor (de apellido Frankenstein) ama más que este cine es su fiel perro, Sparky, que participa activamente en las producciones cinematográficas de su dueño. Tras un accidente fatal, en el que Sparky fallece, Victor no se resigna a perderlo y, haciendo honor a su apellido, revivirá al perrito, ante la atónita mirada de sus progenitores, interpretados por Shelley Duvall y Daniel Stern, y el resto de sus convecinos. En riguroso blanco y negro, la cinta contenía continuos homenajes a los clásicos del cine de terror de la Universal, especialmente a Frankenstein y Bride of Frankenstein, tanto temática, visual, como musicalmente. En aquella ocasión, la música del gran David Newman reunía hábilmente el estilo y los sonidos de ese cine de género clásico.
Frankenweenie circa 2012 El Frankenweenie actual parte de la premisa argumental del mediometraje y lo adapta al formato de animación, multiplicando exponencialmente las referencias al cine de la Universal, al Kaiju-eiga y a cintas más modernas pero consideradas clásicos como Gremlins, de Joe Dante. El guionista John August, colaborador habitual de Tim Burton (y director de la excepcional The Nines, film a reivindicar desde ya), a partir de una idea de éste último, teje un guión el que destacan las caracterizaciones de los compañeros de instituto de Victor y sus respectivas mascotas. De nuevo en riguroso blanco y negro, apuesta arriesgada para los tiempos que corren, esta deliciosa película reúne a diversos sospechosos habituales en la filmografía burtoniana: Winona Ryder, Martin Landau, Catherine O’Hara y Martin Short en las voces (estos dos últimos con casi media docena de personajes cada uno), Chris Lebenzon en el montaje, Rick Heinrichs en el diseño de producción y por supuesto, Danny Elfman en el apartado musical.
La música de Frankenweenie reúne todas las constantes de la colaboración Elfman-Burton, desde un delicado y hermoso tema principal, construido sobre el uso de la orquesta y el coro, primo hermano del de Edward Scissorhands, hasta una serie de material temático asociado a los monstruos y a los aspectos más siniestros de la trama, entre la socarronería de Mars Attacks y la sobriedad de Sleepy Hollow, con los colores orquestales del theremín y un imponente órgano de iglesia.
¡Atención: Spoilers a partir de aquí!
Frankenweenie track-a-track
1. Frankenweenie Disney Logo La inmortal “When You Wish Upon a Star” de Leigh Harline y Ned Washington, adaptada por Elfman mientras el logo de la Disney con su característico castillo aparece en escena, acentúa los coros y es interrumpida brutalmente por un ominoso estallido de orquesta, órgano y theremín, mientras el cielo de Disneylandia se oscurece y empieza a diluviar y relampaguear. A Burton siempre le ha gustado alterar los logos de los estudios al inicio de sus films y Elfman siempre ha sido un buen cómplice en estos menesteres.
2. Main Titles Se introduce el bello y delicado tema principal, el piano y las cuerdas dan paso al coro, posteriormente a los vientos, en un dulce y apacible diálogo musical, muy en la línea del score de Edwards Scissorhands, hasta desembocar en un animado scherzo, muy característico del compositor a partir del minuto 1:45, para acabar en un final abrupto coincidente con la aparición del irascible vecino de los protagonistas, el Sr. Burgermeister, poniendo fin al apacible ambiente creado por Elfman, retratando la tranquila vida de los Frankenstein en la suburbia de New Holland.
3. Mr. Burgermeister/Noses Meet El alegre tema principal, ya asociado con el perro Sparky, se combina con las ominosas cuerdas aplicadas al personaje del vecino, némesis del can. Destaca la segunda parte de este track, que refleja la interacción entre Sparky y la caniche del vecino, con una deliciosa variación a piano del tema principal en el minuto 1:20 del corte.
4. Game Of Death El deseo del padre de Victor de que éste practique un deporte como el béisbol recibe un tratamiento festivo, con las cuerdas como motor musical, que muta en lo heroico a partir del minuto 1:15 del track con participación de la orquesta y el coro, cuando inesperadamente la jugada de Victor da en la diana. Sin embargo, este golpe de suerte tendrá un efecto funesto, como es el atropello de Sparky mientras intenta atrapar la bola lanzada por Victor, lo que se remarca con un golpe de orquesta y una breve y melancólica intervención del tema principal al final del track.
5. The Funeral Llegamos a uno de los cortes más bellos del score, en el que se extiende la melancólica variación del tema principal que cerraba el corte anterior, con protagonismo de las cuerdas, celesta y arpa, con un interludio de piano, a los que se une posteriormente un celestial coro. Como el nombre del corte indica, ilustra el entierro del perrito protagonista.
6. Electricity Se introduce aquí el theremín en el score en el momento en que Víctor se percata de un uso de la electricidad que podría devolverle a su querido amigo, lo que da lugar a una música alegre y presta, acorde al estado de ánimo del joven. Lo que sigue es la música que acompaña a los preparativos del experimento, incluida una nueva visita al cementerio de animales, a lo que se aplica una música ominosa, con intervenciones puntuales del tema principal, como en el agridulce reencuentro de Victor con los restos de su mascota.
7. Re-Animation Este extenso corte, como nos detalla su título, ilustra la secuencia de la resurrección de Sparky. Música robusta, con cuerdas haciendo las veces de percusión de fondo y la intervención metales y coro: el ambiente plácido y melancólico que ha dominado el score hasta ahora queda atrás. De nuevo, el theremín entra con el rayo o, lo que es lo mismo, la electricidad y el tema principal retorna a partir del minuto 4:00, primero triste cuando parece que el experimento no ha surtido efecto y finalmente optimista y dulcificado con coro y vientos cuando se revela el éxito del mismo.
8. Sparky’s Day Out Música incidental para acompañar las correrías del revivido Sparky, de nuevo combinando el tema del canino protagonista con el del vecino y los violines que se asocian con Edgar, el compañero de clase de Victor.
9. Dad’s Talk Breve corte descriptivo de la conversación de Victor con su padre, con ecos del tema principal.
10. The Bride / Edgar Knows Uno de los momentos más destacables del film, ya presente en el corto de 1984, es la creación de la Novia, la vecina caniche de los Frankenstein que, tras un contacto eléctrico con uno de los tornillos que sujetan la cabeza de Sparky, adquiere un peinado idéntico al que lucía Elsa Lanchester en la inolvidable película de James Whale. Elfman aplica una música descriptiva, no exenta de mickeymousing, muy apropiado, por otra parte, en una producción Disney. La segunda parte del track presenta una música sinuosa, que ilustra las extorsiones de Edgar a Victor, al conocer que Sparky está vivo y coaccionarle a que revele sus secretos, para ponerlos en práctica con su mascota, un pez.
11. Invisible Fish / Search For Sparky La primera parte del corte aplica una música ominosa, una variación del tema del track 7, menos furiosa, pero con la primera intervención destacada del órgano al inicio del track y posteriormente, junto al coro en la conclusión del experimento con el pez de Edgar. Agitadas cuerdas acompañan la búsqueda del desparecido Sparky y el tema principal en clave melancólica suena cuando finalmente se encuentra al perrito, asustado, en la que fue su tumba en el cementerio de animales.
12. A Premonition Dominado por el theremín y la celesta, el corte ilustra el peculiar sistema de adivinación del futuro de una de las compañeras de clase de Víctor. Encontramos en este track ecos del score de Mars Attacks, concluyendo con una agitada variación del tema principal.
13. The Speech Cuerdas ominosas por debajo de un solo de violín caracterizan al extraño profesor de ciencias, cuya voz interpreta el gran Martin Landau.
14. Mom’s Discovery / Farewell La madre de Victor descubre que Sparky habita en el desván al compás de una música agitada y de intriga, marcando por contrate el tono no exento de comicidad del momento, para desembocar de nuevo en una variación del tema principal, esta vez con protagonismo de la celesta.
15. Getting Ready El preludio de la tormenta: todos los compañeros de clase de Víctor, una vez conocen su secreto, deciden emularle, reviviendo a sus fallecidas mascotas. La música es de nuevo furiosa, terrible, muy influenciada por la propia de los clásicos de la Universal y las monster movies de los cincuenta tan amadas por Burton, pero con una personalidad decididamente elfmaniana, con tintes de su scores para Batman y Sleepy Hollow. Destaca el uso de un imponente órgano de iglesia y, de nuevo, los coros.
16. Making Monsters Prosigue el modo iniciado en el corte anterior, con agresivas exclamaciones de orquesta, coro y órgano, mientras asistimos a las transformaciones de las mascotas, con explícitos homenajes a Drácula, la Momia, el Hombre Lobo, Godzilla y los Gremlins. Una nueva intervención hacia el minuto 4:45 del tema principal nos informa de la intención de Sparky de salvar el día. La intervención de la percusión en el minuto final del tema, muy en el estilo de las películas niponas de monstruos (Kaiju-eiga) nos alerta de la amenaza gigante que se cierne sobre New Holland.
17. Pool Monsters Attack Los metales lideran esta pieza, con la inestimable ayuda del órgano y la percusión y la intervención puntual del coro, mientras los monstruos atacan una fiesta junto a una piscina.
18. Mad Monster Party Elfman sigue aplicando los mismos colores orquestales a la destrucción y el caos que van sembrando las mascotas monstruosas.
19. Final Confrontation De inicio más suave, el tema va derivando hacia lo heroico y épico durante el duelo final en un molino de un campo de mini-golf, salvando Sparky la vida de su amigo Victor a costa de la suya, en un claro homenaje a las inmortales películas dirigidas por James Whale para la Universal.
20. Happy Ending Volvemos a la faceta más lírica y dulce de Danny Elfman, mientras todos los habitantes de New Holland ponen de su parte para devolver la vida a Sparky, ayudados por las baterías de sus automóviles. El tema principal explosiona en todo su mágico esplendor coral cuando se consigue el objetivo, poniendo el broche de oro final a la partitura.
21. Alternate Main Titles El primero de los bonus tracks que se incluyen es una versión alternativa del segundo corte del CD, con el tema principal, ligeramente más enfático en el uso inicial del coro, y con una sección de solo de piano más extensa.
22. Over The Fence Breve corte que presenta una música inquietante y sinuosa que posiblemente sea un descarte que aquí se incluye, por el título seguramente relativo a las correrías de Sparky en el vecindario.
Epílogo: Ediciones discográficas La edición del score, disponible en todas las tiendas y sites habituales, es más que correcta, con un libreto compuesto mayormente de fotos y los créditos del score, con una duración adecuada y contiene prácticamente la totalidad de la música para la película.
Se ha editado también un CD con canciones, de las cuales solamente dos aparecen en la película: “Strange Love”, de Karen O, peculiar y barroco mambo-pop muy del gusto burtoniano, que suena al inicio de los títulos de crédito finales y “Praise Be New Holland”, himno compuesto por Danny Elfman, con letra de John August y el propio Elfman, interpretado por Winona Ryder, en su personaje de Elsa Van Helsing, durante la desangelada fiesta que tiene lugar en la parte final del film. Como curiosidad, indicar que la edición americana de este disco de canciones se presenta en un digipack cuya portada brilla en la oscuridad con el perrito protagonista.
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