5. Did I Make the Most of Loving You – Mary-Jess (04:14)
6. Nothing to Forgive (02:34)
7. Fashion (01:19)
8. Damaged (05:24)
9. New World (01:51)
10. I’ll Count the Days – Rebecca Ferguson (02:41)
11. The Fallen (03:01)
12. A Glimpse of Happiness (02:03)
13. Elopement (04:44)
14. Preparation (03:26)
15. Us and Them (01:53)
16. Patrick (01:52)
17. Deception (02:50)
18. A Dangerous Path (03:13)
19. With or Without You – Scala & Kolacny Brothers (04:34)
20. Violet (01:55)
21. An Ideal Marriage (02:45)
22. A Song and a Dance (01:28)
23. Every Breath You Take – Scala & Kolacny Brothers (04:27)
Duración: 71:05
EDICIÓN OFICIAL 2011
1. Downton Abbey – The Suite (07:09)
2. Love and the Hunter (03:18)
3. Emancipation (02:15)
4. Story of My Life (01:57)
5. Fashion (01:19)
6. Damaged (05:25)
7. If You Were the Only Girl in the World – Alfie Boe (03:47)
8. Preparation (03:26)
9. Such Good Luck (02:30)
10. Us and Them (01:53)
11. Violet (01:56)
12. A Drive (01:03)
13. An Ideal Marriage (02:43)
14. Roses of Picardy – Alfie Boe (03:55)
15. Telegram (01:44)
16. Deception (02:51)
17. Titanic (02:10)
18. A Song and a Dance (01:30)
19. Did I Make the Most of Loving You – Mary-Jess (04:18)
Duración: 54:53
Tema principal en «Downton Abbey: The Suite»
Tema de Mary y Matthew en «Nothing to Forgive»
Tema de Sybil y Branson en «Elopment»
La elegancia de la partitura, que combina clasicismo y sencillez para acercar la historia al público. Todo un acierto.
La inclusión de versiones de U2 y The Police que, por muy populares que sean, no vienen a cuento.
«Downton Abbey: The Suite» resume perfectamente el sonido de la serie, con el tema principal y otros destacados. Personalmente, destacaría el tema de Sybil y Branson en «Elopment», y el dramático «The Fallen».
BSOSpirit opina
Nota media: 7,00
Ángel Aylagas (7), Fernando Fernández (7), Asier G. Senarriaga (8), Óscar Giménez (8), Ignacio Granda (6), David Martínez (8), Jordi Montaner (5), David Saiz (7)
Estrenada con éxito en 2010 en el canal privado británico ITV, la serie Downton Abbey no ha hecho más que recibir elogios, cosechar algunos premios –unos cuantos Emmys y un Globo de Oro para Maggie Smith– e incrementar sus seguidores tanto en Reino Unido como en el resto de países donde se emite.
No es una serie para todos los gustos, puesto que no a todo el mundo le interesan los entresijos de una familia aristocrática inglesa -y de sus criados- de principios del siglo XX, pero es indudable que se trata de una de esas series británicas de gran calidad artística y factura técnica impecable.
Julian Fellowes es la persona que está detrás del éxito de Downton Abbey como creador de la idea y guionista de unos cuantos episodios, un buen conocedor de la época y las costumbres, como ya demostró con Gosford Park, película de Robert Altman por la que ganó un Oscar en 2001.
La serie se centra en la vida de los habitantes de Downton, tanto de la familia del conde Grantham, formada por su esposa, sus tres hijas y su madre –la impagable condesa viuda interpretada por Maggie Smith-, y su nutrido grupo de criados, dirigidos por Carson, el mayordomo (Jim Carter). Los sucesivos episodios abordan los asuntos cotidianos –o no tan cotidianos- de todos ellos, abarcando un amplio abanico de temas que van desde problemas económicos y relaciones románticas hasta zancadillas maquiavélicas, chantajes, desengaños, enfermedades, guerra, cárcel, nacimientos, bodas y entierros, ingredientes clásicos de todo serial que se precie, pero impregnados de esa sobriedad británica, con clase, con estilo –y con presupuesto-, lo que lo aleja de posibles comparaciones con culebrones de tres al cuarto (aunque en algunas líneas argumentales más sensibleras llegue a rozar esa comparación).
Además de Maggie Smith y Jim Carter, otros rostros conocidos son los de Elizabeth McGovern (casi 30 años después de Érase una vez en América), Hugh Bonneville (Man to Man) y, desde luego, Shirley MacLaine, que mantiene un duelo dialéctico épico con Maggie Smith al principio de la tercera temporada, enfrentando la práctica mentalidad americana con la anquilosada inmovilidad de la nobleza británica.
Al mismo tiempo, la serie refleja una forma de vida aristocrática que tenía los días contados en un mundo que comenzó a cambiar a marchas forzadas, especialmente a partir de la segunda década del siglo XX. La sustitución de los carruajes por automóviles, la instalación de la electricidad y el teléfono, el cambio de relaciones entre señores y criados, el pensamiento revolucionario de las clases bajas…, todo ello tiene cabida en la historia y muestra cómo mentalidades ancladas en al pasado e inmutables durante décadas –representadas sobre todo por el conde Grantham y su madre Violet– se ven obligadas a aceptar las transformaciones de su entorno.
El primer episodio arranca en 1912, la mañana después del hundimiento del Titanic. La primera temporada transcurre hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial, la segunda durante los años de la contienda, y la tercera después de finalizada.
Un veterano de la TV británica
Pasando al tema de la música, aunque John Lunn es un veterano de la televisión británica, con varias decenas de trabajos realizados a lo largo de las dos últimas décadas, Downton Abbey ha sido el primero que ha tenido un impacto popular real y una edición discográfica en condiciones. Hasta ahora únicamente existía un CD de la película Get Real (1998) con tres temas del compositor y un single de The Legend of Loch Lomond (2001).
Respecto a las ediciones discográficas de Downton Abbey, en 2011 Decca lanzó un CD con 19 tracks y unos 55 minutos de música que recogía una cuidada selección de temas de la primera temporada de la serie, además de tres canciones. Dos de ellas, “If You Were The Only Girl In The World” y “Roses of Picardy”, son canciones populares de la época que interpreta Alfie Boe y que cortan bastante la continuidad de la escucha. La verdad es que no tienen mucha razón de ser en el conjunto del CD. La tercera es “Did I Make The Most Of Loving You”, basada en la melodía del tema principal de la serie e interpretada por la soprano Mary-Jess con letra de Don Black.
A finales de 2012 Decca lanzó otro CD titulado “Downton Abbey: The Essential Collection”, que comparte un gran número de cortes con la edición anterior, pero añade temas destacados de la segunda temporada y más canciones (sin incluir las dos populares de época). Este disco es el que centra esta reseña, aunque en alguna ocasión me refiera a algún track del primer CD de 2011.
Una máquina bien engrasada
Hay que destacar que el trabajo de John Lunn para esta serie es todo un acierto. Inspirándose en maestros británicos como Edward Elgar y Ralph Vaughan Williams, y al mismo tiempo en composiciones de Philip Glass –sobre todo en las progresiones de piano de algunos temas- la partitura de Downton Abbey respira elegancia y saber hacer sin buscar armonías complejas. La formación orquestal se compone de una sección de cuerda de algo más de una treintena de instrumentos, piano y corno inglés. Así que no vamos a encontrar percusión, ni metales, ni otras maderas.
Lo que inmediatamente retiene el espectador es su pegadizo tema principal. Aparece ya desde el comienzo del primer episodio y se presenta en el track “Telegram” –incluido solamente en el primer CD de 2011-. Lo primero que vemos en pantalla es un telégrafo emitiendo un mensaje. Poco después un tren se dirige hacia Downton. John Lunn explica que con su música quería captar la energía y movimiento del tren, de ahí ese acompañamiento rítmico del piano y las cuerdas sobre el que escuchamos la melodía del tema principal con piano. Los instrumentos evolucionan en un marco de música agradable y dinámica, reflejando un mundo que se antoja relativamente placentero.
Tras ese primer acercamiento al sonido de la serie, Lunn declara que tuvo que pensar en la siguiente escena, en la que doncellas, criados y demás miembros del servicio trabajan en la casa –con un plano-secuencia realmente logrado- antes de que la familia se despierte. Comprobó que el mismo patrón rítmico y armónico utilizado para el tren servia perfectamente para esa escena de trabajos cotidianos de los criados. Es lo que escuchamos en “Preparation”, un track en el que encontramos gran parte de lo escuchado en “Telegram”, pero sin la referencia explícita del tema principal. En palabras del propio compositor, la música sirve en este caso para mostrar que, del mismo modo que el tren, “la casa es una máquina bien engrasada”.
El tema principal suena muchas veces a lo largo de los episodios y está asociado a la mansión y a su poseedor, el conde Grantham. Además de escucharlo en la presentación de cada capítulo, suele aparecer cuando están a punto de finalizar y proseguir con los créditos finales.
En las ediciones discográficas, además de los tracks citados, protagoniza la suite de 7 minutos –al principio y al final, dado que su tramo medio incluye partes de “Emancipation” y del tema de Mary y Matthew-, la canción mencionada “Did I Make the Most of Loving You”, se insinúa en “Fashion”, aparece al final de “Violet” –una pieza puntual referida al personaje de Maggie Smith- y en el tramo central de “An Ideal Marriage”.
Relaciones de pareja
Aunque no hay temas para personajes a nivel individual, Lunn creó varios leitmotivs para acompañar las relaciones sentimentales que se dan entre algunos de ellos. El carácter de la música, a veces romántico, otras más dramático o más esperanzador, sirve para calibrar en cada instante el momento que atraviesa cada relación de pareja. Una de las relaciones con más altibajos es la de Mary, la hija mayor, con Matthew, el nuevo heredero de Downton. El tema de ambos es el que encontramos al inicio de “Nothing to Forgive” (track que en el CD de 2011 se titula “Such Good Luck”), y en el comienzo y el final de “An Ideal Marriage”. Es un bonito leitmotiv de carácter romántico, pero que irradia cierta tristeza.
Para esta pareja formada por Mary y Matthew encontramos otro tema que se usa con más frecuencia en la segunda temporada. Es el que se oye en “Nothing to Forgive” después de la exposición de su otro tema. Acompaña los instantes finales del capítulo que cerraba la segunda temporada, un leitmotiv bello y conmovedor de piano y cuerdas que sirvió de melodía para otra canción, la titulada “I’ll Count the Days”, que interpreta Rebecca Ferguson, cantante británica que se hizo famosa en el concurso The X-Factor.
Como tema romántico, el que más me gusta es el que relaciona a la hija menor, Sybil, con el chófer Tom Branson. Aparece en la segunda temporada, en la que Lunn lo utiliza con bastante asiduidad –y sigue haciéndolo en la tercera-, y lo encontramos en “Elopment”. Es un hermoso y agridulce tema de cuerdas del que emana ternura y, en cierto modo, desconsuelo.
Para otra de las parejas la serie, formada por el ayuda de cámara Bates y la doncella Anna, no hay un tema sino tres. En el primer episodio de la serie ya sonaba “Story of My Life” en su primera toma de contacto, una pieza triste de cuerdas que remite al sonido de las producciones dramáticas del Hollywood clásico. Es un tema que suena a menudo a lo largo de las distintas temporadas, poniendo de manifiesto lo difícil que es estar juntos para esta pareja.
Esa misma dificultad de la relación se expresa en otro tema muy utilizado y que encontramos en “Damaged”, con series de cinco notas de piano, sobre el que se desarrollan otras frases de cuerdas, violonchelo solo o corno inglés. Es también un motivo cargado de desánimo.
Algo más optimista, aunque tampoco demasiado, es “A Glimpse of Happiness”, tema que arranca como un vals y acompaña uno de los instantes de felicidad de Anna y Bates a final de la segunda temporada, si bien las cuerdas transmiten en cierto modo lo efímera que puede ser esa felicidad.
En uno de los episodios de la segunda temporada encontramos otro de los temas de pareja, aunque en este caso tiene un sentido más amplio. Se trata de “The Fallen” y es una de las piezas más emotivas y dramáticas de la partitura. Notas graves de las cuerdas expresan el drama de la guerra, donde resultan heridos dos de los personajes de la serie. El tema queda asociado posteriormente a la evolución de uno de ellos, el lacayo William, y en particular a su relación con Daisy, la joven e ingenua ayudante de cocina. Es un leitmotiv de un solo capítulo, pero uno de los más logrados de la serie.
Del resto de cortes, algunos contienen fragmentos que mantienen una presencia más o menos constante a lo largo de distintos capítulos, como es el caso de “Deception”, que acompaña escenas de personajes distintos, o de “Emancipation”, una pieza en la que los pizzicatos, combinados con notas de piano y frases de corno inglés, otorga un aire furtivo a las peripecias de la hija menor, Sybil, para ayudar a una de las doncellas a encontrar trabajo de secretaria.
Sonidos amables y bucólicos protagonizan “Us and Them”, acompañando escenas en que los criados trabajan mientras los nobles se preparan para una cacería. El compositor lo muestra todo como si fuera una elegante danza.
La música de “Us and Theme” es también la que suena en parte de “Love and the Hunter”, y se restringe a un solo capítulo de la primera temporada. Otros temas de aparición puntual son “Patrick”, melancólico tema de piano creado para uno de los heridos de guerra a los que acoge la mansión en la segunda temporada; o “A Song and a Dance”, intrigante pieza con pizzicatos y corno inglés referida al pasado del mayordomo Carson en uno de los episodios.
En el CD “The Essential Collection” se incluyen dos tracks que poco tienen que ver con la música de Lunn y mucho menos con la época. Son dos versiones de dos canciones famosas, “Every Breath You Take” de The Police y “With or Without You” de U2, interpretadas por un coro infantil llamado Scala and Kolacny Brothers. El único motivo para estar incluidas en el disco –aparte del posible gancho comercial- es haber sido utilizadas en los trailers de la serie que se emitían en televisión.
Obviando estas salvedades, la edición en su conjunto es una muestra muy representativa y bien seleccionada de la música creada por John Lunn, música sin artificios ni complejidades, elegante, conmovedora por momentos y, en general, muy efectiva a lo hora de plasmar con cierta nostalgia una forma de vida progresivamente aplastada por el desarrollo social.
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