Frase Representativa de la Reseña (7-8 palabras) |
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Alguno se preguntará el porqué de que aparezca ahora, la reseña de Mia Sarah, un título de hace más de 8 años. Y no hay una, hay varias razones. Dejadme que os cuente.
En primer lugar, evidentemente, porque vamos a tener la oportunidad de contar en el proximo Festival Internacional de Música de Cine ‘Provincia de Córdoba’, con la presencia y la música del compositor César Benito. Así que es un placer poder hablar de la música de un compositor que tal vez estén descubriendo ahora (con la maravillosa El tiempo entre costuras) y trabajos anteriores. Siempre he sido un fanático de «descubrir» cosas inesperadas… Qué le voy a hacer. Tuve la oportunidad de poder conocer al compositor (desgraciadamente no en persona hasta ahora) por medio de una entrevista por email que me concedió en aquel momento. Una de las primeras que yo hacía y que espero poder recuperar algun día y ofrecerosla de nuevo En segundo lugar, porque no soy ningún seguidor fiel del cine español ni de las comedias románticas. Sin embargo, cuando me invitaron al estreno de esta deliciosa película de Gustavo Ron, me encontré con algo también inesperado. Una película pequeña, con una preciosa historia, técnicamente muy bien contada, con unas interpretaciones estupendas (incluso de actores de los que no me esperaba algo así). Pero sobre todo con una bonita historia «mágica». Algo que echo mucho de menos en muchas ocasiones en todo el cine actual, sea de donde sea. No tengo control de lo bien o mal que funcionó la pelicula, pero al menos se merece que no quede escondida.
Y tercero, por cuestiones personales. Hace 8 años estaba aún comenzando en esto de hablar y opinar de la música de cine. De ser parte de un proyecto tan maravilloso como es el Festival Internacional de Música de Cine. Y por esas vueltas que da el mundo, años después ha vuelto a ser importante en mi vida. Es una de las músicas que más ha escuchado mi mujer mientras estuvo embarazada, como ella bien ha reconocido públicamente. Como consecuencia, es una de las melodías que más escuchado mi hija de 10 semanas. Me encanta saber que mi hija, haya disfrutado de una banda sonora tan mágica, y que sea ya parte de su corta vida. Y por ello me gustaría que alguien más también la descubra y disfrute con ella.
Eso sí, pensad que la reseña esta escrita hace 8 años, perdonadme mi falta de experiencia al hablar de la misma y miradla, al menos, con esos ojos de hace 8 años… Espero que la disfrutéis y descubréis algo nuevo.
Mia Sarah (hace ocho años) Ya tenía yo ganas de poder hablar del trabajo de alguno de los estupendos compositores de cine con los que contamos aquí en España. Y siguiendo con la filosofía de dar a conocer nombres y títulos que no siempre son los que primero vienen a la mente cuando se hablan de estos temas, vamos a echar un vistazo a la música de una pequeña película que se va a estrenar en los próximos días.
La película es una muy bien presentada historia, en plan cuento de hadas. La clásica comedia romántica que, en vez de empalagarnos con un exceso de “dulce”, busca más centrarse en los elementos llamémoslos mágicos de la historia. El resultado es una deliciosa película, sin pretensiones de grandilocuencia, de cambiar el mundo, sino de recuperar la magia que existe en el fondo de toda historia de amor. Ese tratamiento, es uno de sus grandes aciertos. El otro es la estupenda música compuesta por César Benito.
Al igual que la historia que acompaña, no tenemos una música grandilocuente. De estas partituras que muestran un romanticismo exagerado, sino que se adapta perfectamente a ese estilo mágico con el que no me canso de definir a la película. Y para ello, César Benito basa la efectividad de su música en tres elementos que proporcionan un gran acompañamiento a las imágenes de la historia.
Primero, en una estupenda interpretación de la Galiza Filme Orquestra (ahora ocupados con la música de la próxima película de Antonio Hernández, Los Borgia), la cual se ganó su participación en la película por el apoyo gallego a la producción. Pero el resultado es realmente bueno. Con un sonido limpio y claro en la producción, donde se puede oír perfectamente a cada uno de los instrumentos que participan. Y estamos hablando de todos los cuerpos de la orquesta. Sección de cuerdas, metales, viento. Realmente la producción de la banda sonora merece estas palabras de mención por su estupendo resultado en CD.
Segundo, por la utilización de un elemento curioso que aporta también su apoyo tanto a la película como a la historia que se cuenta en ella: las canciones. Evidentemente, no es que sea original el incorporar canciones en una banda sonora, pero sí que lo es la manera en que se hace aquí. De las tres canciones que se incluyen en la banda sonora, y que aparecen (íntegras) durante la película, dos tienen música del compositor. Básicamente utilizan los temas principales de la banda sonora, a los que se les añade letra, y que aparecen como parte de la emisión de un ficticio programa de radio.
Como parte de este típico programa nocturno con canciones dedicadas, y a lo largo de la trama de la película, estas canciones nos “narran” los sentimientos y pensamientos de los protagonistas de la historia. En vez de utilizar canciones conocidas que hagan, de alguna manera, que nos salgamos de la película al reconocerlas, aquí sirven como apoyo a la historia que estamos viendo desarrollarse. Esta idea, que podría considerarse excesivamente manipuladora, al tratarse de un pequeño cuento de hadas, aporta otro toque de “magia”, de casualidad, a la historia. Eso sí, las canciones, aunque salteadas a lo largo de la edición discográfica, un poco incomprensiblemente no se encuentran colocadas en el orden en que aparecen en la película.
El tercer elemento destacado es la propia música instrumental. Hay tres adjetivos que identifican a la historia y que hemos mencionado ya anteriormente. Por un lado la parte de comedia, juguetona, divertida. Esa parte en la película se identifica con la historia que nos presenta la relación entre Samuel y su abuelo Paúl. Samuel ha tenido una lista interminable de psicólogos y/o tutores que han intentado encontrar la causa de su encierro, pero que han sido incapaces de aguantar en el puesto. En el mismo prólogo de la película nos enteramos no sólo del porqué de esta situación, sino también del cómo. Para ello “Bien, ¡Empecemos!” nos deja claro desde el principio de la relación entre Samuel y su abuelo, y que no van a dejar que nadie se entrometa en sus vidas. Ese juego se ve acompañada por una entretenida música, casi de dibujo animado, en el que metales, viento y cuerda (aparte de la magnífica voz en off de Fernando Fernán Gómez) nos conducen de la mano por una frenética e “incómoda” situación; aparte de presentarnos a dos de los protagonistas principales.
Esta música juguetona acompaña a todas las acciones de Samuel y Paúl. Ellos aportan la parte de más de comedia de la historia, y aportan el ritmo divertido y alegre de la misma con sus artimañas en diferentes ocasiones (“Cortina de humo” o “Samuel y Paúl”). El peso de estos temas lo suelen marcar los metales y el viento, a una manera muy clásica de la comedia. En ocasiones aparecen momentos algo más dramáticos (“La Fuga de Samuel” o “Damas de blanco”), pero formalmente son iguales a los anteriores.
Por otro lado tenemos, la historia principal, la parte romántica de la película. Para ello, ahora son las cuerdas, acompañadas por flautas y vientos, las que se encargan de llevar el peso de la melodía. Un precioso tema que se va a repetir a lo largo de toda la banda sonora y que además se presenta de una forma también muy inteligente en la película. En un primer momento, el tema parece identificar la relación de los dos protagonistas principales, Gabriel y Marina. Sin embargo este tema también aparece al principio de la película en un momento en que el abuelo le cuenta una historia a su nieto. Una historia de amor, que después sabremos que es una historia sobre una mujer llamada Sarah. El tema no representa el romance de los dos protagonistas, sino que parece representar puramente el romance en sí de la historia, sea cual sea la forma que tome.
Por eso oímos el tema mientras se desarrolla la historia de amor de nuestros protagonistas. “Historia de un beso”, “El Café Princesa” o la preciosa transformación en un vals de “Vals entre libros”. Y no aparece en el supuesto tema principal de nuestros protagonistas (“Marina y Gabriel”). Pero sin embargo su primera aparición es en “Besos robados” cuando Paúl cuenta la historia de Sarah, y vuelve a aparecer cuando por fin conocemos toda la historia de estos (“Sarah” o la estupenda “Reencuentro”). En estos casos, también escuchamos el tema interpretado por guitarra o por piano. Pero ahora ya sabemos el porqué de ese tema y dónde quería llevarnos.
Entre tanto, ambas relaciones de estos cuatro personajes se van influyendo entre si, por ello en ocasiones vemos a como Marina y Gabriel son parte del juego de Paúl y Samuel (“Miradas encontradizas”), y la música así nos lo hace saber, de la misma manera que el romance también pasa a formar parte de estos últimos.
El tercer elemento es la aportación de una delicada percusión de campanillas o cimbales, que aparece salpicando en diferentes momentos toda la banda sonora, y que parece querer aportar ese sentido de lo mágico de la historia. Es inevitable no pensar de esa manera mientras lo oímos.
Sin embargo, curiosamente es una de de las piezas más breves, la que se encarga de conjuntar todos los elementos que hemos comentado. Y con toda probabilidad es la que más fácilmente vamos a poder terminar silbando. Se trata del estupendo “Finale”. En 50 segundos, consigue conjugar los elementos de juego y diversión, con los melódicos y románticos, sin olvidarse del toque mágico.
Para cerrar la banda sonora escuchamos un tema especial, en el que el compositor sólo con el piano nos hace un repaso de los temas y música de la banda sonora. “Recordando Mía Sarah” es una especie de tema extra que nos permite disfrutar de un pequeño resumen de lo que hemos escuchado anteriormente.
Realmente el conjunto no deja de ser absolutamente recomendable para todos aquellos que disfruten de una composición orquestal, variada y muy melódica. Para mi ha sido todo un descubrimiento el poder escuchar este trabajo de César Benito, y como ya mencionaba al principio, espero que no sea la última. Siempre es agradable el tener ocasión de disfrutar de una música delicada, sin altas pretensiones, sino que sólo quiere hacernos disfrutar con la magia que aún se puede encontrar en los cuentos.
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