Amor en los mares de China |
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Que no se diga que no somos pioneros en algo. Gracias al interés del nuevo sello discográfico Caldera, somos capaces de disfrutar desde hace varias semanas de la música para una película con fecha de estreno oficial para….. (tantatacháaaaan…) junio del 2014!!!!. Esto no se ve todos los días. Y alguno pondrá pegas diciendo que vaya manera de valorar una banda sonora, sin poder escucharla en el contexto de la película. Afortunadamente, como en el caso de muchas otras expresiones artísticas, la música puede perfectamente cumplir expectativas a muchos otros niveles y no únicamente en ese. A pesar de que esté compuesta para acompañar una historia en imágenes, también es capaz de contar su propia historia y demostrar calidad por sí misma.
Además cuando la calidad es tan alta, por su delicadeza, belleza y sentido evocador, como la música de Secret Sharer tiene, dudo que nadie pueda ponerle absolutamente ninguna pega a la partitura compuesta por Guy Farley para la misma.
Farley es un compositor que, para mí, está teniendo menos atención de la que se merece por los trabajos que está realizando. El compositor británico lleva más de 15 años trabajando en diferentes proyectos. Tal vez sin excesiva suerte en lo que se refiere a los resultados en taquilla o por tratarse de películas pequeñas, independientes y demasiado fuera de las grandes distribuidoras. Pero desde luego, no pueden ponérsele peros a la calidad de su composición. Otros de los grandes compositores británicos como pueden ser George Fenton, Debbie Wiseman o Rachel Portman.
Su relación con Secret Sharer viene dada principalmente por su relación con el director polaco, establecido en Gran Bretaña, Peter Fudakowski, con quien ocho años antes trabajó en una de estas películas independientes que tuvieron un cierto reconocimiento de crítica y público y titulada Tsotsi. Quien lea esto y conozca la película, puede pensar que lo mismo vivo en un mundo de realidad alternativa. Pero le rogaría que continúe avanzando en la reseña para entender el porqué de lo que digo
Fudakowski se interesó por Secret Sharer tras intentar poner en marcha un proyecto de un compatriota en una situación similar a la suya (un polaco afincado en Gran Bretaña, aunque de eso hace aproximadamente un siglo). Un compatriota del cual ya se han adaptado relatos suyos (de mejor o peor forma) al cine y la televisión que se llamaba Józef Teodor Konrad Korzeniowski, pero que fue conocido como Joseph Conrad. Las historias de Conrad siempre tienen un componente que mezcla aventuras en parajes lejanos, con protagonistas torturados por la vida y el momento que les ha tocado vivir. El corazón de la tinieblas o Lord Jim pueden ser dos de los ejemplos más conocidos y que enlazan perfectamente con la historia de Secret Sharer.
Relato corto de Conrad escrito en 1909, en esta ocasión se trata de la historia de un joven capitán polaco a cargo un viejo carguero que navega por los mares del sur de china. Su tripulación, totalmente autóctona, sospecha de él y de sus jefes pensando que quieren hacer naufragar el barco a cambio del dinero del seguro. Por ello, la tripulación decide abandonar el barco dejándole sólo, con el capitán, y anclado en una perdida bahía del Pacífico. Pero una noche descubre el cuerpo desnudo de una joven en el agua, enganchada a una de las sogas del barco y pidiéndole que la esconda. El problema se plantea cuando al amanecer aparece un grupo de rescate persiguiendo a un asesino. Clásica historia de Conrad, en la que el protagonista debe realizar también un “viaje interior” de descubrimiento y desarrollo personal, enfrentándose a sus propios miedos.
Este tipo de historias, con un lienzo de base tan amplio, deben de ser un proyecto soñado para cualquier compositor. Ya no son simplemente los parajes exóticos y las aventuras. Se trata de las pasiones, los miedos, el drama y la cantidad de emociones que salpican la misma. Y Guy Farley lo aprovecha al máximo, dándonos como resultado una de esas deliciosas bandas sonoras repletas de melodía, temas memorables delicadeza y pasión.
De primeras, nuestro protagonista es un capitán de origen polaco que suele tocar en el acordeón para pasar el tiempo. Normalmente canciones que le recuerdan a su tierra. Una de ellas es una muy popular melodía folclórica de su tierra, que incluso llega a cantar en un momento de la película. Dicha melodía se convierte en el tema principal de la película y que se nos presenta en la primera pieza “Secret Sharer Theme”. Una absolutamente memorable y deliciosa pieza melódica interpretada por acordeón y cuerdas en un compás similar a un vals.
Dicho tema, aparte de las aportaciones diegéticas en la película, se convierte en la base representativa de la partitura. La imagen de nuestro protagonista en la música, un joven lleno de posibilidades, sueños y recuerdos. La presentación del tema principal a lo largo de la partitura aparte de servirnos como un punto de referencia importante en la misma, nos ofrece varios de los momentos destacados. Preciosa su reaparición en “Gulf of Thailand”, con la trompeta como solista principal. Pero aún más bonita su presencia en “Few Want to Love” o el comienzo de “Horizons”, con una interpretación en vientos y piano absolutamente deliciosa. Prácticamente convertido en un tema de amor, como representando el espíritu de nuestro protagonista descubriendo emociones nuevas que van a marcar su vida a partir de ese momento.
Por supuesto que en la banda sonora también nos vamos a encontrar con momentos en que la aventura, la acción y la intriga tienen su presencia. “A Fight” introduce una percusión en madera de fuerte carácter oriental, tipo taiko, con el omnipresente (en este tipo de bandas sonoras) sakuhachi. O “Dangerous Waters”, un tema de pura tensión, con continuas bajadas de ritmo e intensidad, incrementando fuerza y presencia. Estos temas además me sirven para llamar la atención sobre una característica destacada de la banda sonora. Su carácter musical principal es marcadamente occidental (como el protagonista). Pero Farley, sabe aprovechar momentos para impregnar puntualmente de elementos exóticos la partitura. El trabajo de equilibrio es muy bueno, manteniendo siempre más destacado el sonido occidental, lo que hace que además la música sea muy fácilmente disfrutable en nuestros paladares.
Pero es de justicia mencionar que aún no estoy hablando de los momentos más destacados de la banda sonora. En “In a Neat Pile”, una de las piezas importantes de la partitura, Farley nos introduce un segundo tema destacado a piano. Más genérico, en el sentido de que no parece centrarse en un personaje, sino en emociones y desarrollo de la historia. En esta pieza la presentación es breve, frágil y delicada. Casi como con miedo, indicándonos que existe algo más, que aún no termina de ser importante. Es como si no estuviera completo. Y sin embargo la melodía es igual de memorable que la del tema principal.
Eso sí, inmediatamente empieza a trabajar con la misma, incorporándose a la música e invadiéndola de su presencia. En “At Sea” combina los dos temas con un tempo más pausado. En realidad toda la primera mitad de la banda sonora, nos ofrece una sensación general de ambiente más dramático y oscuro hasta la aparición de la segunda protagonista. Incluso la introducción de la misma en “The Girl”, es realmente oscura. Otras piezas, como “What Will You Do?”, parecen cargadas de conflicto interno y decisiones difíciles. Pero poco a poco la banda sonora empieza a ganar emoción y luminosidad.
Llegamos a “Man Overboard” y la música nos descubre sus cartas. El tema secundario aparece en esta ocasión interpretado en vientos de marcado carácter oriental. Es como si la representación de esas emociones y de la historia se identificase con la protagonista femenina de la película. Ella va a ser el elemento revulsivo que va a hacer crecer a nuestro capitán. La reinterpretación del tema es preciosa. Pero si además a continuación “Few Want To Love” y “Horizons” se encargan de reinterpretar el tema principal, con ese aire tremendamente romántico que mencionaba anteriormente, ya no nos queda duda de cómo está evolucionando la historia. Y ya cuando el que termina siendo reinterpretado es el tema secundario en “Short Like Yours” tenemos la confirmación definitiva.
Toda la historia y evolución de los personajes queda cerrada en “Small Islands” que retoma el peso dramático en la partitura. Pero proporciona un maravilloso cierre, con mucha fuerza. Con la conclusión final en “End Titles” que presenta los dos temas ya completamente entrelazados.
Con todo esto ya merecería la pena destacar esta edición de la banda sonora. Pero es que encima tenemos dos regalos adicionales y de igual calidad. Primero una suite de unos 13 minutos de la música compuesta y no utilizada por Farley para la película Tsotsi. Dicha película fue uno de los primeros proyectos de Fudakowski, que al final sólo tuvo tiempo para centrarse en la producción de la misma (fundando su propia productora en el proceso), pero no pudiendo dirigirla. Esta pasó a manos del director británico Gavin Hood, que fue adaptándola a sus gustos. Entre ellos, dejando de trabajar con Farley (la partitura de la misma es obra de Mark Kilian y Paul Hepker, salpicada por unas cuantas canciones de hip-hop locales). La idea de Farley era la de incluir muy poca música, sólo centrada en el personaje protagonista. Pero el proyecto finalmente adquirió un sentido más urbano y moderno.
La música de Tsotsi que Farley nos presenta tiene un carácter marcadamente africano, especialmente por la presencia de percusiones. Pero cuenta con otro elemento que hace que se convierta en un complemento ideal en este disco. El carácter general de la música es también delicado e introspectivo. Dramático, pero con un marcado componente humano, especialmente destacado por la preciosa voz de Nicola Emmanuel (para quien se pregunte, es también la vocalista de la partitura para Cry Freedom de George Fenton). “Hills” o “Mother to a Child” son dos momentos absolutamente preciosos y delicados que nos van a hacer sentir escalofríos en la nuca.
El punto final es además otra primicia: el propio compositor se presenta y hace un pequeño audiocomentario sobre la música que acabamos de escuchar. Como surgió el proyecto, el sentido de la misma… Todo un regalo para los aficionados.
Cualquiera de los aficionados que disfruten de una buena banda sonora, repleta de melodías y emoción, va a encontrar en Secret Sharer y Tsotsi una muestra excelente de dicho estilo de composición. Espero que además sirva para descubrir (si no lo conocían ya) a un estupendo compositor que merece mucha mayor presencia en nuestras colecciones. Desde luego, ahora mismo, esta banda sonora sería la primera recomendación que yo haría del mismo.
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