Puntúa esta banda sonora

 

 

  Camp X-Ray

 
Jess Stroup
     
Año:   2014
Sello:   Lakeshore Records
Edición:   Normal
Nº Tracks:   14
Duración:   25:53
     
Ficha IMDB
 
Web del Compositor
 
 

Reseña por:
Fernando Fernández

 
1. Departure (2:00)
2. Empty Hallways 1 (1:05)
3. Is That Your Room? (2:39)
4. Empty Hallways 2 (1:04)
5. The Cocktail (1:48)
6. Communal Stash (1:03)
7. Hitchcock On the Block (1:49)
8. Morning Routines (1:33)
9. The Shower (2:02)
10. Dismissed (2:33)
11. Writing the Memo (1:07)
12. Empty Hallways 3 (0:55)
13. The Knife (3:30)
14. The Last Walk / Empty Hands (2:45)
 
 

«Empty Hallways 1»

«Morning Routines»

«The Last Walk / Empty Hands»

 


La claridad con que quiere convertirse en un elemento secundario y simplemente reforzar las sensaciones de los soldados y presos de aquel campo. Sin caer en ningún momento en el diseño de sonido ambiental de otras partituras electrónicas de este estilo.


Lo difícil y duro de su escucha aislada. Con momentos de pura atmósfera electrónica que no van ni vienen a ningún lado, simplemente están ahí, como “The Knife”. 


Por proporcionar a la banda sonora una cierta intensidad y una sensación de evolución en la música, aunque sólo sea por ritmo e intencionalidad en su sonido, “Morning Routines” proporciona un breve atisbo de algo más en la música.

 

 
Creando ambiente para un pequeño drama militar
 

altLa verdad es que las películas dramáticas y de carácter más independiente también han conseguido crear un género de música de cine en sí mismas. Normalmente son películas que intentan tener un carácter mucho más realista en cuanto a sus historias y su presentación. Si añadimos que sus presupuestos suelen ser mucho más bajos, si es que tienen alguno para la música, el resultado suele ser música de un marcado carácter ambiental e intimista. Que refuerce la historia y las imágenes que acompaña.

Aún así, ya conocéis mi opinión personal, la música debe ir más allá de un “funciona maravillosamente en la película” para que realmente estemos hablando de una partitura destacada. Y además, dicha aseveración puede perfectamente traducirse en un “no funciona en su escucha aislada”. Insisto, es mi opinión personal, pero es tremendamente importante diferenciar esos aspectos. Y la banda sonora que aquí os traigo, y que probablemente más del 90% de vosotros ni la conozca ni le haya prestado la más mínima atención, sirve perfectamente para mostrar ambos polos que menciono.

altCamp X-Ray es la primera película de Peter Sattler, que recibió muy buena acogida en el último Festival de Sundance. Para los que no les suene el nombre, que era bastante habitual escuchar hace unos años, hace referencia a la famosa prisión existente en la isla de Guantánamo bajo control norteamericano. Amparándose bajo el argumento de que dicha isla pertenece a Cuba, y por lo tanto las leyes norteamericanas no aplicaban en dicho territorio, se aprovechaba para llevar allí a los acusados de terrorismo y poder utilizar técnicas “no convencionales”. La película le proporciona una oportunidad a una de las vampiras más famosas, Kristen Stewart, de poder apartarse de su imagen habitual. Una de esas películas probablemente mejor intencionadas que resueltas que busca plantear una situación de paralelismo entre los prisioneros y los soldados (también prisioneros) en dicho entorno.

altPara aportar el punto de vista musical, un recién llegado como es Jess Stroup. Un nombre no conocido entre los aficionados, pero bastante conocido entre los apartados técnicos de la producción y composición de bandas sonoras. Un habitual colaborador de Christopher Lennertz (por ejemplo en Horrible Bosses, Identity Thief y Ride Along) y uno de los nombres habituales en cuanto a la producción, arreglos de bandas sonoras en Los Ángeles, así como un instrumentista de sesión también habitual en muchas de ellas. En esta ocasión el sonido aportado es claramente de electrónica ambiental y muy atmosférica.

altLa música claramente busca el mantener el tono dramático de una manera muy seria. Pero no buscando recargar el elemento emocional. Es evidente que el compositor no quiere que la música dirija las emociones del espectador hacia uno u otro lado (eso ya lo hace la película, os lo podéis imaginar). La música básicamente marca claramente un ambiente, buscando no entrometerse lo más mínimo en el desarrollo de la historia. Por lo que el elemento de realismo se alcanza sin ningún problema. Si tuviera que ponerle una etiqueta, sería la de que electrónica “ambient”.

Por lo tanto, y como ya hemos comentado en otras ocasiones, es un tipo de banda sonora que fuera de la película no funciona excesivamente bien. A menos que uno sea aficionado a este tipo de música electrónica y se encuentre en un cierto tipo de ánimo, es difícil que se convierta en una música de las que habitualmente se escuche.

altPrincipalmente la música nos refuerza el aspecto de soledad y seriedad que la historia y la vida dentro de esta prisión para cualquiera de los que se encuentran en ella, no sólo los prisioneros, es una realidad diaria. La música parece dibujar una sensación de soledad, como de estar viviendo en un mundo totalmente diferente al real. En un inicio la banda sonora parece centrarse en estos aspectos. “Is That Your Room?” o “Morning Routines”, con su base electrónica armónica, sobre la que se van acumulando diferentes pulsos y ritmos repetitivos, nos sitúa en un entorno moderno, pero totalmente fuera del mundo real. Una sensación que nos traslada muy bien al centro de la película, con un sonido que no deja de recordarme al Mychael Danna más electrónico y moderno que retrataba mundos similares en algunas de las películas de su director habitual Atom Egoyan. Acompañadas además por el ritmo de una línea armónica de guitarra acústica, proporciona tal vez algunos de los momentos más memorables de la banda sonora.

altEl resto de la partitura en su mayor parte tiene una mayor sensación de gravedad y un carácter mucho más oscuro y serio. A partir de “The Cocktail”, con ese sonido de bajo machacón y repetitivo, el ambiente se vuelve mucho más cargado. “Communal Stash”, “Hitchcock On the Block” y ese oscuro final con “The Knife” y “The Last Walk / Empty Hands”, son básicamente variaciones electrónicas de ambiente. Stroup juega con la subida y bajada de la intensidad en la base para crear una mayor sensación de drama, mientras que diferentes elementos, a veces electrónicos y a veces acústicos, le proporcionan una sensación de ritmo y avance si es necesario. Pero en el fondo es simple tono de ambiente, poco más. 

altNo es que Stroup no utilice algunos motivos en su música para también ofrecer elementos en su sonido que sirvan de momentos de enganche con el espectador. Especialmente un par de ellos que, aunque poco originales, si son efectivos. Por un lado los clásicos efectos de “rebobinado” electrónico que escuchamos en las tres partes de “Empty Hallways”, colaboran tremendamente a esa sensación de disociación que pueden tener los habitantes de esa prisión al presentarse junto a unos delicados pulsos electrónicos. El otro motivo es el de una especie de “sirena” o llamada militar, creada con una distorsión de guitarra y que aparece en “Departure” y “Dismissed”, proporcionando uno de los elementos rítmicos, de los diversos que utiliza el compositor a lo largo de la banda sonora, que acompañan al único elemento melódico de toda la partitura, una línea de guitarra acústica que proporciona un carácter moderno y actual a la música, a la vez que mantiene un tono seco y duro a la misma.

altComo mencionaba al comienzo, la música funciona perfectamente con las imágenes, reforzando mucho más si cabe la sensación desoladora de unos seres humanos, que independientemente de que estén fuera o dentro de celdas, son meros animales atrapados y solitarios. Evidentemente la música, además cumple con su sentido de no querer posicionarse emocionalmente en uno u otro lado. De esta manera consigue que el espectador tampoco pueda hacerlo, y tenga que decidir por sí mismo cuál es su posición o con quien se siente más identificado. Además entiendo que la atmósfera en Guantanamo debe ser realmente muy poco confortable y con una sensación de soledad terrible para los que allí están. En ese sentido, el resultado de la música es ideal.

altPero aisladamente, la música, aunque nos transmite parte de esas sensaciones, se queda en nada fuera del contexto que le proporciona una historia tan potente y con tantas posibilidades. En ocasiones es comprensible que la música tenga que ocupar una posición totalmente secundaria y poco importante. Eso no me parece nada malo ni un problema. Pero sí que, personalmente, debe ser capaz de algo más que reiterar un mismo contexto. Debe aportar algo más. Especialmente cuando en el contexto de la película, uno de los aspectos sobre los que incide es sobre la capacidad de conexión con otras personas independientemente de a qué lado de las rejas te encuentres. En este caso la conexión existente en la música es prácticamente nula.

En la actualidad la verdad es que está convirtiéndose en algo bastante habitual el recurrir a este tipo partituras, especialmente por parte de músicos y compositores más cercanos al rock o el pop actuales. Pero aún me queda mucho por encontrarme con una que realmente sea lo suficientemente memorable y que cumpla esa función que va más allá en una banda sonora. Esta no es una de ellas.