3. Beyond Sorrow and Grief (Extended Version) (04:11)
4. Guardians of the Three (Extended Version) (05:47)
5. The Ruins of Dale (03:39)
6. The Gathering of the Clouds (Extended Version) (05:52)
7. Mithril (03:08)
8. Bred for War (03:19)
9. A Thief in the Night (04:14)
10. The Clouds Burst (04:12)
11. Battle for the Mountain (04:38)
Disco 2
1. The Darkest Hour (05:31)
2. Sons of Durin (04:23)
3. The Fallen (04:56)
4. Ravenhill (05:47)
5. To the Death (Extended Version) (07:22)
6. Courage and Wisdom (05:09)
7. The Return Journey (04:16)
8. There and Back Again (04:19)
9. The Last Goodbye (04:05)
10. Ironfoot (Extended Version) (06:11)
11. Dragon-Sickness (Bonus Track) (03:51)
12. Thrain (Bonus Track / From «The Hobbit: The Desolation of Smaug» Extended Edition) (03:24)
Tema de Dáin en «Battle for the Mountain»
Tema de los Orcos de Gundabad en «Bred for War»
Tema de la Casa de Durin en «Sons of Durin»
Howard Shore desarrolla al completo algunos de los temas principales de esta trilogía. En la banda sonora no faltan interpretaciones majestuosas de esos temas, fantásticos fragmentos líricos, poderosa música de batalla y momentos épicos espectaculares. De hecho, no es ni más ni menos de lo que se esperaba para esta entrega final.
En primer lugar, que representa el adiós de Shore a la Tierra Media, un universo musical del que han disfrutado la mayoría de los aficionados a la música de cine. No todos, claro, porque siempre hay excepciones. En segundo lugar, que hay poco material temático nuevo, aunque también es verdad que quedaban pocos personajes y razas para adjudicar nuevos leitmotivs. Finalmente, que no hay un tema que sea realmente representativo de esta tercera película, como si los había en las dos precedentes y en las de El señor de los anillos.
Los primeros minutos de “Sons of Durin”.
BSOSpirit opina
Nota media: 8,33
Fernando Fernández (9), Asier G. Senarriaga (9), Óscar Giménez (9), Ignacio Granda (9), Juan Ramón Hernández (9), Antonio Miranda (8), Javier Palomino (5), Sergio Rivas (9), David Sáiz (8)
Con La batalla de los cinco ejércitos Peter Jackson se despide, parece que definitivamente, de la Tierra Media, despedida que se extiende a todo el equipo que ha participado en la saga de El hobbit, entre ellos el compositor Howard Shore.
La tercera entrega de esta trilogía –que perfectamente podía haberse reducida a una o, a los sumo, dos películas- tiene exactamente lo que se esperaba de ella tras haber visto las dos primeras. Jackson vuelve a hacer gala de sus excesos hiperbólicos, rizando el rizo de la exageración, estirando escenas ad infinitum e inventando historias paralelas que nunca pasaron por la cabeza de Tolkien. En el lado positivo de la balanza encontramos que carece de esos apuntes pueriles que había en la primera película y que su duración –poco más de dos horas- es bastante aceptable y menos cansina que las dos entregas previas. Y que si uno va al cine de buen ánimo puede pasar un buen rato, que al fin y al cabo es de lo que se trata. Ya sabíamos que El hobbit no es El señor de los anillos por mucho que nos la disfracen.
Poco material temático nuevo
En cuanto a la música, el adiós de Howard Shore a la Tierra Media es también lo que todos esperábamos: evolución de los temas principales hacia su máximo desarrollo, música poderosa con potentes coros para las escenas de batalla y emotivas melodías finales para dejarnos claro que deja atrás el universo de Tolkien.
Igual que en La desolación de Smaug, Conrad Pope ha asumido la labor de orquestación (junto a James Sizemore) y de dirección de la Orquesta Sinfónica de Nueva Zelanda. Recordemos que Howard Shore asumió estas funciones en solitario con la London Philharmonic Orchestra para la prímera película.
Y como ya sucedía con las ediciones discográficas de los films previos, lo que escuchamos en los discos y lo que suena en la pantalla no coincide. Las diferencias no son tan bestias como ocurría con Un viaje inesperado, pero son evidentes. Los tracks incluidos son en su mayor parte puzzles formados por varios fragmentos musicales enlazados, fragmentos que en ocasiones corresponden a las escenas, a veces proceden de otros momentos de la película y a veces ni siquiera se utilizan en el film. Pongamos un ejemplo: la escena inicial desde que aparecen los créditos de las productoras hasta que vemos en pantalla sobreimpresionado el título “La batalla de los cinco ejércitos” dura algo más de 12 minutos, pero el corte “Fire and Water”, que correspondería a esa escena, no llega a los 6 minutos. Es cierto que hay algunos momentos sin música, pero también hay música no incluida en el disco. Por lo tanto, debemos entender que la presentación de las pistas son piezas editadas con el fin que la escucha sea más llevadera y que la música no era definitiva.
Ya ocurría con los discos anteriores de El hobbit –incluso en las ediciones normales de El señor de los anillos-, así que no es de extrañar. En las reseñas anteriores de la saga ya especulé con que los probables remontajes de última hora habituales de Peter Jackson podían ser una de las causas. Sigue siendo una especulación. Y también lo es la posibilidad de que en el futuro se haga un lanzamiento de la auténtica música utilizada en las tres películas como se hizo con la otra trilogía.
Respecto al material temático de esta película final, podría sorprender que el número de nuevos leitmotivs creados por Shore sean pocos. De hecho, se pueden reducir a dos: el de Dáin “Pie de Hierro” con su ejército de enanos y el del ejército de orcos de Gundabad. Tal vez hay alguno más, pero de poca relevancia.
Lo cierto es que la mayoría de personajes principales, razas y lugares ya tenían sus leitmotivs, presentados en Un viaje inesperado y La desolación de Smaug, por lo que, en este sentido, no había suficiente espacio para la incorporación de temas nuevos. Eso no significa que no haya música nueva, puesto que la hay y a grandes dosis, aunque no constituye lo que denominamos temas.
Shore coloca unos cuantos leitmotivs de la trilogía de El señor de los anillos. El tema de los hobbits y de la Comarca suena varias veces, especialmente en los instantes finales de la película. También escuchamos en determinados momentos el tema del Anillo, el de Sauron, el de Rivendel, el de Lothlórien, incluso el de la Compañía, como veremos más adelante en el análisis pista a pista.
Pero los que se utilizan con más frecuencia y tienen un desarrollo más evolucionado hacia exposiciones más completas y contundentes son los creados propiamente para la saga de El hobbit. Ahí están, por ejemplo, los dedicados a los enanos: el tema de Erebor, el de Thorin y el de los Hijos de Durin, estos dos últimos con algunas ejecuciones absolutamente soberbias. Evidentemente también tenemos el tema de la Piedra del Arca.
Los temas creados para los elfos también salpican la banda sonora en varios puntos: el tema de los elfos del Bosque Negro –con sus variaciones referidas a Thranduil o a Legolas, según el momento-, el heroico motivo de Tauriel y la romántica pieza dedicada a la elfa con el enano Kili.
Por supuesto también encontramos el tema de Bardo, el de la Ciudad del Lago y el de los políticos de esta ciudad, primero asociado al gobernador y posteriormente a su subalterno Alfrid.
El tema de Gandalf también suena aquí y allá, mientras que el tema de carácter furtivo y atribulado creado para Bilbo en la primera película brilla por su ausencia en esta última. En su lugar se emplea el clásico y famoso tema de los hobbits.
En cuanto a los malos de la función, Shore nos presenta alguna versión explosiva del tema de Smaug al principio. Lo curioso es que una vez muerto el dragón no muere con él su música. El serpenteante motivo de seis notas y las texturas sonoras creadas con el gamelán indonesio y las campanas tibetanas sobreviven para que tengamos presente la “enfermedad del dragón” (codicia obsesiva por el oro y los tesoros) que afecta a Thorin durante la primera mitad del metraje.
En el libreto de la edición discográfica, Doug Adams explica sobre este hecho que por primera vez en la música escrita por Howard Shore para la Tierra Media toda una familia de material temático ha migrado de un personaje a otro. No es por llevar la contraria a quien más ha estudiado la música de Shore para las dos trilogías, pero tengo la duda sobre otro leitmotiv que parece haber cambiado de significado. Se trata del que bauticé -arbitrariamente a mi gusto- como tema de aventura en la reseña de Un viaje inesperado. Sonaba cuando Gandalf decía a Bilbo que “toda aventura merece ser adornada”, en el corte “Axe os Sword?”, y constituía la melodía protagonista de “Dreaming of Bag End”.
En La desolación de Smaug este tema aparecía en “Thrice Welcome”, aunque no recuerdo que se escuchara en la película. En cualquier caso, en La batalla de los cinco ejércitos está asociado a la familia de Bardo y así se emplea en la primera secuencia del film y en otros momentos en la ciudad de Valle.
El tema de Azog se repite varias veces a lo largo de la batalla y durante su pelea con Thorin. Y también escuchamos en algún momento el tema del Nigromante.
Por lo que respecta al material temático nuevo, se trata básicamente de dos leitmotivs. En primer lugar el tema de Dáin, primo de Thorin que llega con su ejército de enanos de las Colinas del Hierro para plantar cara a los elfos y hombres que rodean la Montaña Solitaria. Es un tema de evidentes raíces celtas, con la melodía ejecutada por las gaitas sobre una dinámica percusión. Tiene carácter desenfadado e incluso algo sucio. En el film suena por primera vez cuando un cuervo avisa a Thorin de la llegada del ejército. En el disco lo encontramos en un momento de “The Clouds Burst” y de “Battle for the Mountain”, y protagoniza toda la primera parte de “Ironfoot”, donde los whistles y las gaitas le dan ese sabor auténticamente escocés.
El otro nuevo motivo más destacado es el de los orcos de Gundabad, el “quinto” ejército de la historia que, al mando de Bolgo, llega en apoyo de los orcos de Azog. Está formado por agresivas notas graves de los metales y con un acompañamiento creado por didgeridoos, instrumentos de viento de los aborígenes australianos que forman un tapiz sonoro de lo más curioso. Lo escuchamos en “Bred for War”, cuando ese ejército de orcos, acompañado de murciélagos “criados para la guerra” salen de las tierras del norte bajo la mirada de Legolas y Tauriel, y en “Ravenhill”, cuando llegan a la zona de batalla.
Por otro lado, como sucedía en La desolación de Smaug, el tema de “Misty Mountains”, considerado tema principal de Un viaje inesperado, no suena en ningún momento. Como ya dijimos en anteriores reseñas no estaba compuesto por Howard Shore y, además, las Montañas Nubladas quedaron muy atrás.
En esta ocasión no podemos decir que La batalla de los cinco ejércitos tenga un tema principal representativo de la película, tal como lo tuvieron las dos anteriores (el tema de “Misty Mountains” y el de Smaug). En todo caso, y considerando que sea el que suena cuando se sobreimpresiona el título del film en pantalla, sería el tema de Erebor, ese motivo de seis notas en pares ascendentes que parece más bien una llamada al combate y que encontramos al final de “Fire and Water”.
Análisis pista a pista
El siguiente análisis es de la edición especial, que tiene aproximadamente un cuarto de hora más música que la edición normal, contando los dos bonus tracks añadidos al final del segundo disco.
Disco 1
1. Fire and Water (05:57)
El corte contiene música creada –no toda- para la secuencia de apertura. La segunda película finalizó de forma abrupta con el dragón Smaug decidido a destruir la Ciudad del Lago, y es el punto donde arranca la historia del tercer film. El dragón arroja fuego, los habitantes de la ciudad lacustre intentan huir y Bardo escapa de su prisión para enfrentarse a Smaug y acabar con él.
Ya con los logos de las compañías encontramos sonoridades amenazadoras, con percusiones metálicas del gamelán, shakuhachi y campanas sobre una densa maraña de cuerdas. Es el sonido del dragón y antes de ver ninguna imagen Shore ya pone al espectador en situación. Con estos sonidos iniciales hubiera sido algo desconcertante escuchar el tema de los hobbits cuando aparece el título “The Hobbit” en pantalla (es lo que se hizo en las dos anteriores películas), así que el compositor nos muestra una sucesión de nueve notas que no son realmente el tema de Smaug, pero lo recuerdan bastante.
Escuchando la música se masca la tensión. Shore aumenta y disminuye la intensidad según el momento e introduce como referencias algunos leitmotivs, como el de los políticos de la Ciudad del Lago cuando el gobernador prepara su huida, el de Smaug a plena potencia o el de Bardo en tono heroico.
Cuando recibe la ayuda de su hijo suena el tema de la familia de Bardo –el que en películas anteriores habíamos llamado “tema de la aventura”-, al que los coros proporcionan un carácter elegíaco.
La música de suena a continuación es espectacular y apabullante, reforzada con poderosos coros que otorgan un cariz místico a la muerte de Smaug, envolviendo el tema del dragón en su caída.
El final de la escena nos lleva a la Montaña Solitaria, desde donde los enanos divisan la muerte de Smaug. El título “La batalla de los cinco ejércitos” aparece en pantalla y suenan las notas del tema de Erebor.
2. Shores of the Long Lake (04:01)
Tras la caída del dragón los habitantes de la Ciudad del Lago se han quedado sin hogar y buscan a sus familiares en la orilla. Allí se reencuentran Tauriel y Kili. Suena el preámbulo de su tema común, con su línea de oboe, interrumpido por la aparición de Legolas, pero el tema romántico se recupera un poco más adelante cuando se separan.
El corte incluye referencias al tema de los políticos de la Ciudad, cuando se preguntan dónde está el gobernador y crece la tensión, fundamentada en el mismo leitmotiv, cuando quieren linchar a Alfrid. La pieza acaba de forma sobria con Bardo erigido en líder de su gente.
3. Beyond Sorrow and Grief (Extended Version) (04:11)
El corte comienza con profundos coros que interpretan el tema de los Hijos de Durin, seguido del tema de Erebor, mientras el grupo de enanos que estaba en la Ciudad del Lago llega a la Montaña Solitaria.
La música que sigue a continuación se basa en la instrumentación y melodías asociadas a Smaug, cuya avaricia ha infectado a Thorin, convertido en una especie de rey tirano preocupado solamente por el oro. Shore usa aquí la variante del tema del dragón que escuchábamos en los títulos iniciales.
4. Guardians of the Three (05:47) No está mal ver a Elrond y a Saruman repartir estopa como nunca los habíamos visto antes, y a Galadriel enfurecida como una tertuliana de Sálvame. La acción nos lleva a Dol Guldur, donde Gandalf está prisionero. A poco de empezar esta pista suenan los coros interpretando el tema de Lothlórien, cuando Galadriel entra en escena. Es interesante cómo Shore juega con este leitmotiv y lo fusiona con el tema del Nigromante, para que de esa unión nazca una frase del tema de Sauron (aunque en la película se utiliza otra versión que parece usar un órgano de iglesia).
Más adelante, la irrupción de Elrond viene acompañada de los arpegios del tema de Rivendel.
La tensión se va acumulando, escuchamos por ahí el tema de Gandalf y, finalmente, se desencadena la pelea contra los espectros del anillo. 104c
El tema del Nigromante vuelve a sonar al final del corte, cuando Gandalf y Radagast ya están a salvo.
5. The Ruins of Dale (03:39)
El tema de la Ciudad del Lago suena como un lamento cuando sus habitantes llegan a Valle (Dale), la antigua ciudad de los hombres destruida por Smaug en el pasado.
Bardo y Alfrid ven a lo lejos que la compañía de Thorin ha sobrevivido y está instalada en la Montaña Solitaria. En la edición discográfica suena el tema de los hobbits hacia la mitad del corte (no así en la película), y después un dinámico fragmento de metales nos muestra a los enanos reforzando la entrada a su montaña.
Finalmente, escuchamos en el disco las cinco notas del tema de Gandalf a lo grande (fragmento no utilizado en el film, a pesar de que se ve al mago galopando hacia el lugar de la futura batalla).
6. The Gathering of the Clouds (05:52)
Los elfos del Bosque Negro, con Thranduil a la cabeza, han llegado a las puertas de Valle. Su tema, con redobles de caja que le otorgan un evidente carácter militar, suena al principio de este track.
Y llegan con buenas intenciones para los supervivientes, pues lo hacen cargados de comida, momento en que suena una variante resplandeciente del tema de la aventura –o de la familia de Bardo-, seguido de una versión triunfal del tema de la Ciudad del Lago. Nada que ver con el lamento de fiddle del corte anterior.
A partir de entonces la música es más intrigante. La percusión y los metales denotan misterio y precipitación. Bardo se dirige a las puertas de la montaña de los enanos a negociar con Thorin. Suenan fanfarrias, percusiones amenazadoras, tensos crescendos de cuerdas, desarrollos de notas ascendentes que nos recuerdan a Aragorn cabalgando en Las dos torres, aunque ahora es Bardo el que cabalga de vuelta a Valle sin que la negociación haya dado ningún fruto.
7. Mithril (03:08)
Nada más comenzar la pieza escuchamos una frase de oboe conocida desde La comunidad del anillo y asociada a la cota de malla de mithril. Sonó por primera vez cuando Bilbo se la entregó a Frodo en Rivendel. Ahora la escuchamos cuando Thorin se la regala a Bilbo.
La música prosigue con esas sonoridades relacionadas por la enfermedad del dragón que afecta a Thorin. Oímos texturas densas y oscuras seguidas de fantasmagóricas voces, con toques de gamelán y campanas tibetanas, y con la frase de Smaug insertada de forma repetitiva por violines sibilinos. Es cuando Thorin se muestra desconfiado de los suyos y pide a Bilbo que le ayude a descubrir quién le traiciona.
La pieza sigue después con fuerza, con interpretaciones marciales y contundentes del tema de la Ciudad del Lago, enlazado con el de los Hijos de Durin, mientras las imágenes muestran a hombres y a enanos repartiendo armas y colocándose armaduras ante la inminencia de la batalla. En realidad, esta escena tiene lugar en la película antes de que Thorin entregue la cota de malla a Bilbo.
8. Bred for War (03:19)
Mientras tanto, Legolas y Tauriel han ido al norte a investigar qué traman los orcos de Gundabad. La música de la pieza es un conjunto de fragmentos utilizados en partes dispersas del film. Arranca con tonalidades oscuras y el sonido de los didgeridoos. Los metales comienzan a esbozar las primeras notas del nuevo tema asociado a los orcos de Gundabad y sus murciélagos gigantes.
Al tiempo que vigilan las puertas, Legolas le habla a Tauriel de su madre, conversación que se acompaña del tema de los elfos del Bosque Negro.
En el film se insertan varias escenas antes de volver a la pareja de elfos apostados en las puertas del reino de Angmar. El track prosigue con una potente interpretación del tema de Azog a cargo de los metales sobre enjambres de violines.
Continúan las tonalidades lúgubres acompañando el estado de alerta de Legolas y Tauriel, y vuelven a sonar las cuatro notas de metales del tema de los orcos de Gundabad cuando aparece en imagen Bolgo, el lugarteniente de Azog. A partir de ahí aparece el ejército de orcos y la música se desboca con ritmo militar sobre una cacofonía creada a base de glissandos de cuerdas, metales y didgeridoos. Sobre ese tapiz agobiante se impone con potencia este nuevo tema dedicado a los orcos del norte.
9. A Thief in the Night (04:14)
El enfrentamiento parece cada vez más inevitable, pero el hobbit protagonista guarda un as en la manga. O mejor dicho, guarda la Piedra del Arca que tanto ansía Thorin, así que marcha sigilosamente de la montaña para ofrecerla a hombres y elfos como moneda de cambio para negociar la paz. Lo que encontramos en esta pieza es una sucesión de leitmotivs, comenzando con el de Thorin y siguiendo con el de Thranduil. Shore nos presenta después un fragmento que expresa el furtivo viaje nocturno de Bilbo hacia Valle.
El tema de la Piedra del Arca con cuerdas, arpas y coros suena brillante cuando Bilbo enseña la gema a Thranduil, Bardo y Gandalf.
Posteriormente tenemos frases de flauta, arpa y oboe, seguidas de un fragmento calmado de cuerdas durante el cual el hobbit habla de la testarudez de los enanos, pero también de su nobleza. Pero la tensión va creciendo y el tono se vuelve cada vez más oscuro y ominoso, con apuntes del tema de Thranduil. Es el momento en que el ejército de elfos y hombres se presenta ante las puertas de la montaña de los enanos.
10. The Clouds Burst (04:12) Bilbo confiesa haber entregado la Piedra del Arca al bando contrario, lo que desencadena la ira de Thorin, instante que se acompaña de las sonoridades asociadas a la enfermedad del dragón, con esos pares de acordes que recuerdan a Tiburón y los siseos de los violines. La música prosigue y hacia la mitad del corte escuchamos golpes de percusión que anticipan el tema de Thorin en clave dramática, fragmento que no se usa en este momento de la película.
Pero la llegada de un cuervo anuncia la llegada de la ayuda para los enanos. Dáin y su ejército de las Colinas del Hierro aparece en el horizonte. Es cuando Shore nos presenta el otro nuevo tema, el de Dáin “Ironfoot” o “Pie de Hierro”, primero con trompa y luego con la primera frase del leitmotiv insertada en el conjunto de la orquesta y arropada por ostinatos rítmicos de las cuerdas.
El medio minuto final –que no se escucha en el film- es otra sucesión de temas que integra el de Thranduil, el de Dáin y, finalmente, el de Erebor.
11. Battle for the Mountain (04:38) Azog, con sus orcos y trolls, ha aparecido en el escenario y la batalla comienza. El compositor pone sobre el tapete todos sus recursos para la acción, como ya hiciera en las grandes escenas épicas de El señor de los anillos: poderosos y contundentes metales, coros y percusión, con los que consigue la gran pieza que cierra el primero de los dos CD. Tras una entrada de cuerdas suena el tema de Erebor y arranca la acción, con inserciones del tema de Azog y la brillante interpretación heroica del tema de Dáin mientras sus enanos reparten leña.
Más adelante suena de nuevo con potencia el tema de Azog, seguido de coros élficos y un fragmento de disonancias violentas que continúa con el tema de la familia de Bardo, cuando orcos y trolls atacan Valle y él busca a sus hijos.
La música de acción continúa con escenas de la ciudad y el track finaliza con la variante del tema de Bardo que acompaña una de sus acciones heroicas con un troll.
Disco2
1. The Darkest Hour (05:31)
La batalla continúa y lo primero que escuchamos en este segundo disco es el tema de Gandalf con todo su poder.
La música transcurre acompañando distintas fases de la batalla y en diferentes escenarios. Encontramos apuntes del tema de la familia de Bardo, bonitos fragmentos corales y progresiones tristes de las cuerdas, siempre en clave dramática y utilizando preciosas armonías para escenas en cámara lenta de Thranduil y su cérvido, Dáin dando cabezazos a los orcos, Azog en la colina, Bardo y Gandalf en Valle… Como reza el título del track, “la hora más oscura” con un adagio de gran belleza.
El corte incluye también una exposición dramática del tema de Thorin, combinado con las notas de Erebor. Es un fragmento musical que se escucha en la película un poco más adelante, cuando uno de los enanos reprocha a su rey que no participe en la batalla.
2. Sons of Durin (04:23)
Estamos ante uno de los momentos climáticos del film y de la banda sonora. El principio del corte es de lo más impresionante. Thorin se ha recobrado de su insana avaricia y se pone al frente de su compañía para atacar a los orcos que rodean a su primo Dáin. El tema de los Hijos de Durin arranca con toda su contundencia épica.
Y continúa con una interpretación triunfal igual de potente del tema de Thorin.
La música heroica prosigue, ya que la aparición de los enanos es un estímulo para Bardo y los hombres de Valle. El tema de Erebor resuena sobre violines trepidantes. Tras una fase de cierta calma hacia la mitad del corte, con el tema de Thorin más calmado, se recupera el tono épico y, tras otra versión triunfal del tema de Erebor y de Thorin, vemos al rey y un pequeño grupo de enanos montar en cabras montesas y trepar hacia la Colina del Cuervo donde está Azog.
3. The Fallen (04:56)
Esta pieza está construida con fragmentos de distintas escenas dispersas. El inicio, con una voz de soprano triste sobre cuerdas se usa acompañando la muerte de Fili a manos del orco Azog.
Escuchamos después un oboe tocando el tema de Thorin, que suena desesperanzador, y más coros élficos con el tema de Thranduil cuando ve los cadáveres de los elfos caídos. Después la música atraviesa fases de mayor oscuridad e intensidad, con apuntes del tema de Thranduil y el de Azog, fases más calmadas con un esbozo del tema de los hobbits, y un final en el que la percusión, los metales y los vibratos de los violines confieren un evidente aire de misterio.
4. Ravenhill (05:47)
Este es otro de los temas épicos del score y nos sitúa en la Colina del Cuervo, cubierta de hielo y nieve. La música inicial es la que enlazaría directamente tras la muerte de Fili, y lo que oímos es justo lo que acompaña a la imagen de su hermano Kili que ha visto su caída. Los coros masculinos se alzan después marcando el primer enfrentamiento de Thorin y Azog, con sonoridades que recuerdan por momentos algunas escenas de El retorno del rey.
Más tarde llegan los orcos de Gundabad con los murciélagos y Shore nos vuelve a mostrar su rotundo tema protagonizado por tubas y trombones.
A las escenas de lucha se incorporan Tauriel y Legolas. Sus leitmotivs suenan en distintos momentos acompañando heroicidades y “legoladas” varias. El final es más dramático, con el reencuentro de Kili y Tauriel contra Bolgo y la muerte del enano en presencia de la elfa. Eso da pie al uso del fragmento inicial de su tema romántico, con los típicos coros élficos y las evoluciones del oboe.
5. To the Death (07:22)
Pensado para las escenas finales de la batalla, lo que escuchamos en el disco varía bastante de lo que finalmente se empleó en la película. La música, en esencia, acompañaría sobre todo la pelea de Thorin con Azog. Shore hace uso de sus juegos de metales y percusión que tanto habíamos oído en El señor de los anillos, con progresiones ascendentes y descendentes de las cuerdas. En varios puntos inserta el tema de Thorin, el de Azog, el de Gandalf… aunque no todo está en el film. Uno de los momentos claves de la pieza es la entrada del tema de la Naturaleza, para la llegada de las águilas en compañía de Beorn y Radagast, irrupción milagrosa que decanta definitivamente la balanza del lado de los buenos. Y también un déjà vu muy propio de Tolkien en sus historias.
Esa potente versión no es la que suena en la película, aunque sí que se oye el tema de la Naturaleza en ese momento de la acción en una variación coral más contenida. En los últimos minutos de corte volvemos a la pelea de Thorin con Azog, primero con música relativamente calmada cuando el orco parece muerto bajo el hielo. Es una falsa calma, claro está, y la música crece en dramatismo con cuerdas y voces cada vez más agudas hasta que resuenan violentos acordes fúnebres cuando se clavan sus espadas.
6. Courage and Wisdom (05:09)
La batalla ha finalizado y ahora vemos –y oímos- las consecuencias. En primer lugar, Bilbo, que estaba inconsciente, despierta y ve a las águilas rematando la faena, instante que se acompaña de un bonito pasaje de cuerdas, arpas y coros.
Después encontramos el tema de Thorin. El rey enano moribundo dedica sus últimas palabras a Bilbo antes de morir. En otro escenario, Tauriel tiene en sus brazos el cadáver de Kili. Su tema romántico suena primero con pizzicatos y luego en su forma más conocida con coros femeninos.
Cerca de ellos, Thranduil habla con Legolas, a quien propone buscar a un tal Trancos, llamado realmente Aragorn, un guiño en el que Shore introduce con tan solo cinco notas de trompas el célebre tema de la compañía de La comunidad del anillo.
En tramo final de la pista tenemos el tema de Thranduil. El rey de los elfos del Bosque Negro habla con Tauriel y después suena el oboe del preámbulo del tema de Kili y Tauriel cuando la elfa besa al enano muerto.
7. The Return Journey (04:16)
Seguimos con las consecuencias de la batalla. Los enanos supervivientes se arrodillan ante el cuerpo de Thorin y escuchamos su leitmotiv de manera solemne como si estuviéramos en su funeral, muy emotivo e intenso.
La gran aventura de Bilbo ha concluido y se dispone a regresar a la Comarca. Se despide de los enanos e inicia su viaje junto a Gandalf mientras oímos una variación del himno de hobbits con cierto regusto melancólico.
El fragmento final corresponde a la despedida de Bilbo y Gandalf, con un ligero apunte del tema del mago, y un amago de inicio del tema del anillo.
8. There and Back Again (04:19)
El último track con música de la película acompaña la llegada de Bilbo a la Comarca. Su viaje ha finalizado, pero aún tiene asuntos que resolver. El whistle interpreta el tema de los hobbits como siempre lo hemos conocido.
Después tenemos música un tanto apresurada, que mezcla humor y misterio, cuando Bilbo se da cuenta de que sus vecinos están subastando sus pertenencias al creerlo muerto. Resuelto el problema, el resto de la pieza tiene un sentido claramente evocador. El tema de los hobbits y la Comarca suena en su forma más emotiva y, un poco más adelante, Shore hace amagos de exponer el tema del anillo cuando Bilbo lo busca y la orquesta lo interpreta al completo en el momento en que lo encuentra.
El tema del anillo y la interpretación final del tema de los hobbits son la manera de concluir esta trilogía y enlazarla musicalmente con el inicio de la anterior. Son los segundos finales del paso de Shore por la Tierra Media.
9. The Last Goodbye (04:05)
Como siempre, tenemos canción final. En esta ocasión el intérprete es un viejo conocido, Billy Boyd. El actor que encarnó a Pippin ya cantaba en El retorno del rey. “The Last Goodbye” tiene letra de las guionistas Fran Walsh y Philippa Boyens y arreglos de la neozelandesa Victoria Kelly. Se trata de una buena canción que se pega más con cada nueva escucha y que nos habla de regreso al hogar y de despedida, un adiós referido al protagonista de la historia pero extensivo a todo el equipo que ha tomado parte tanto en la trilogía de El señor de los anillos como en esta de El hobbit.
10. Ironfoot (06:11)
Tanto la edición especial como la normal contienen este track, aunque la primera con un minuto más de duración. Es una versión que no se utiliza en la película, pero hay que reconocer que es uno de los mejores tracks del disco. Nos presenta el tema de Dáin con todo su sabor celta. Gaitas, percusión, whistles… y creciendo con cada repetición de la melodía de forma grandiosa.
A partir de los dos minutos deja atrás el tema de Dáin y se interpretan otros temas. Coros solemnes, un solo de violín tristón que refiere a los habitantes de la Ciudad del Lago despojados de su hogar (la melodía se había utilizado en “Shores of the Long Lake”).
Poco después se escucha el tema de la Ciudad del Lago y algo más tarde un motivo de trompas y cuerdas, y finalmente coros que remiten a los elfos.
11. Dragon-Sickness (03:51)
La edición especial incluye dos bonus tracks. Este referido a la “enfermedad del dragón” que azota a Thorin contiene en su primera mitad los elementos musicales asociados a Smaug que hemos oído en otros tracks. Incluye el tema de la Piedra del Arca con flauta, que repite varias veces, igual que el tema del dragón. Más adelante encontramos referencias al tema de Thorin y al de los orcos de Gundabad. El tramo final es más brillante e incorpora una variación del tema de la Ciudad del Lago.
12. Thrain (03:24)
El último corte es otro bonus track, pero la música procede de la edición extendida de La desolación de Smaug. Hace referencia a Thrain, el padre de Thorin, y comienza con disonancias y complejos juegos de cuerdas, metales y percusión. Tras una parte intermedia más relajada y agradable, con el tema de Erebor, finaliza con música tenebrosa, con referencia al tema de los Jinetes Negros y de Sauron.
Al final hay una coda intrigante y fúnebre. Una curiosa forma de rematar la edición discográfica.
En conclusión, Howard Shore se ha despedido de la Tierra Media por todo lo alto. Quizás también tenía ganas de hacerlo, pero eso no es óbice para pensar que no ha dado la talla (hay quien lo piensa). La partitura de La batalla de los cinco ejércitos es compleja musical y conceptualmente, con muchos temas y motivos que ensamblar para que no pierda su lógica narrativa. Seguro que Conrad Pope ha sido de gran ayuda, pero considero que una escucha atenta del trabajo demuestra Shore ha cumplido de sobras con unas expectativas que, de por sí, ya eran muy altas.
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