Melancolía y emoción en un romance atípico |
|
Aprovecho que por fin se ha estrenado en nuestro país la película para poder hablar de esta bonita banda sonora que se publicó hace ya prácticamente un año. El director brasileño Bruno Barreto es uno de estos directores a los que había perdido la pista hace tiempo. A pesar de ser un director con un curriculum interesante e internacional (Bajo otra bandera, Carried Away o One Tough Cop) se encuentra un poco desaparecido del mapa. En esta ocasión presenta el drama romántico basado en la novela Flores raras, que cuenta el romance real entre la poetisa ganadora del Pulitzer Elizabeth Bishop y la arquitecto brasileña Lota de Macedo. Una de esas historias que presenta una relación amorosa que se sale de lo habitual, y entre dos personajes cargados de pasado y fantasmas propios que dificultan la misma. Una de esas historias con buenas interpretaciones de sus actores y que se suele beneficiar de una música que carga las tintas en la emoción o las pasiones.
Barreto ha sido siempre un director con un muy buen gusto en lo referente a la música de sus películas. Ha trabajado con Georges Delerue, Eumir Deodato, Jonathan Elias, Theodore Shapiro, Bruce Broughton o Basil Poledouris. Como currículo no está nada mal. Pero en esta ocasión ha vuelto a trabajar con su compatriota Marcelo Zarvos, con quien ya colaboró en una de sus últimas películas Última Parada 174, un proyecto totalmente diferente a este.
Ambientado en el Brasil de los años 50, Zarvos se olvida completamente de situar geográficamente con su música la historia. Incluso en ningún momento presenta un contrapunto de esos dos mundos tan diferentes como el de la Nueva York y el Brasil de los años 50. Probablemente es uno de los mejores aciertos del compositor, ya que se centra exclusivamente en la relación y la historia de amor, delicada y compleja, de sus protagonistas, algo que es completamente atemporal y que no necesita de ningún tipo de geografía en absoluto.
A pesar de que la historia de amor se desarrolla a lo largo de muchos años, incluyendo golpes de estado militares, distancia geográfica, alcoholismo y otros problemas personales, la música no se encuentra afectada por dichas cuestiones. Única y exclusivamente se centra en la relación entre ellas. Con lo cual la música se concentra en la emoción y algunos elementos románticos principalmente. También es verdad que hace a la banda sonora algo repetitiva e incluso puede que algo larga. Pero el buen gusto y delicadeza de la partitura consigue que se pueda disfrutar de ella.
Zarvos compone una partitura principalmente orquestal, apoyada en las secciones de cuerda y viento, con dos instrumentos destacados, al igual que las protagonistas de la historia: el piano y la guitarra acústica. En algunas piezas es el piano quien parece llevar la melodía mientras en otras es la guitarra. Pero lo habitual es que en prácticamente todas las piezas se combinen las dos como solistas. Nunca a la vez, pero si llevando la línea melódica principal. Y el resultado es una música delicada y romántica sobre la que las emociones van provocando ligeras variaciones.
En un inicio la música aparece cargada de un tono marcadamente melancólico. “Corujas” es nuestra presentación de la historia, y la presentación de un tema principal que va a ser motivo recurrente a lo largo de la banda sonora. Es el único momento en donde guitarra, piano y flautas parecen repartirse su presencia en la música de una manera muy sutil y delicada. El tema es simple, sencillo y muy bonito y también se beneficia de ser utilizado continuamente, sino que simplemente hace breves y puntuales apariciones que podrían hacer muy repetitiva a la banda sonora. Dicho tema además se va adaptando a las variaciones emocionales que va sufriendo el conjunto de la partitura. Por ejemplo, en “Lonely Birthday” va pasando de una primera aparición a mitad de la pieza, más vital y emocionante, que también podemos apreciar en otras piezas como “Crossing the Equator”, para terminar con un tono más triste y nostálgico que también podemos escuchar en “Military Coup”. La presencia del tema sirve de gancho emocional para el oyente.
El resto de la música sigue los mismos parámetros de estilo, simplemente realizando variaciones en el estado de ánimo de la música y de la relación entre las protagonistas. Ese tono melancólico inicial sufre pequeños golpes vitalistas como “House Tour”. Pero va, poco a poco, tornándose más frágil y delicada. Gana ese tono triste y nostálgico que mencionaba antes, marcando la distancia de la relación y el recuerdo. Pero al mismo tiempo ofreciendo piezas realmente emocionales como “Back from the Hospital” o “The Painting”. Una música que marca un fuerte contraste con la más vitales como “North and South”, “Lota Visits Lacerda” o la preciosa “Crossing the Equator”.
Pero al igual que la relación en la película termina alcanzando un momento de aceptación y resolución de la misma, la música también va evolucionando en su tono. Nunca deja de salpicar la partitura con momentos más delicados, o tristes o melancólicos. Sin embargo, aprovecha la utilización de uno de los poemas más conocidos de la protagonista, incluyéndolo en el epílogo de la película, y dando nombre a la pieza final. Con diferencia la más destacada, emocional y bonita de la banda sonora. Con la presentación definitiva del tema principal, introducido con mucha más fuerza en guitarra y piano, a los que se va sumando el grueso de la orquesta cargando la música de una fuerza y emoción que no habíamos escuchado hasta ese momento.
Zarvos es un compositor que probablemente aún no ha terminado de destacar entre los aficionados, debido a moverse en un terreno muy discreto y personal con su música. Probablemente esta sea una de sus bandas sonoras más emocionales y accesibles junto con la olvidada Beastly. Por ello es una de las que recomiendo si queréis conocer algo más a este compositor. Personalmente, siempre es de agradecer una música que muestra claramente sus cartas de estilo, sin ocultarse. Una música muy cargada de sentimientos, que probablemente se vea afectada por su larga duración, ya que la hace algo reiterativa. Pero cuya emoción y sentimientos, la hace perfecta para todos aquellos que disfrutan de una música cargada de sensaciones. Y, personalmente, le proporciona a la película una mayor profundidad y drama a su historia. No es perfecta, pero si perfectamente disfrutable.
|
No hay comentarios