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  Dixie y la rebelión zombi

 
Manel Gil-Inglada
     
     
Año:   2014
Edición:   Promo del compositor
Nº Tracks:   35
Duración:   77:33
     
Ficha IMDB
 
Web del Compositor
 
 

Reseña por:
Ángel Aylagas

 
1. Suite de ‘Papá, soy una zombi’
2. Obertura, en el cementerio
3. Instituto de Villahuesos I
4. Sofía
5. Instituto de Villahuesos II
6. Tanatorio
7. En la habitación / Azoth / Apendicitis
8. Dixie, Isis y Gonner de nuevo
9. Tarizko y Nigreda
10. Caminito por el bosque
11. Vitriol y los cuatro elementos
12. Regreso por el cementerio
13. Villahuesos noche
14. El faro
15. La brújula
16. En la guarida de Nigreda
17. Noche en el faro
18. El primer elemento, cementerio y Piroska
19. Dixie y Julia, tristeza
20. El elemento fuego
21. La feria
22. En la guarida de Nigreda II
23. Gonner y Dixie, Gonner y Piroska
24. Canica, Chinche y Espiga capturan a Gonner
25. Buscando a Gonner
26. Chinche zombi
27. Ondinas
28. Nigreda y los zombis
29. Isis y el último elemento
30. La batalla final I
31. La batalla final II
32. El Azoth y los cuatro elementos
33. Papá, soy una zombi (Los Tiki Phantoms)
34. Final
35. Zombie Ceremony (Ljubliana and the Seawoolf)
 
 

«El elemento fuego»

«La batalla final II»

«El Azoth y los cuatro elementos»

 


La versatilidad que demuestra Manel Gil-Inglada a la hora de componer, aunque sea con recursos más limitados.


Que, a causa de esos recursos limitados, no podamos disfrutar de esta partitura con una buena orquesta. Aunque esto no es un problema a la hora de disfrutar del disco.


Dos. El delicioso ‘El elemento fuego’ y el potente ‘La batalla final II’.

 

 
Una sencilla pero deliciosa partitura gótica
 

altUna de las características que marca la diferencia entre los compositores es la versatilidad, el poder trabajar en diferentes estilos y con diferentes herramientas. Y en el caso de Manel Gil-Inglada ha demostrado con creces que este es uno de sus puntos fuertes: entre sus trabajos existe una gran variedad de estilos, pero también se adapta a los medios de los que dispone. Si con Cher Amipudo dar rienda suelta a su talento con una gran orquesta, con Papá, soy una zombiy su secuela, que comentamos ahora, Dixie y la rebelión zombi, no ha podido disponer de orquesta y ha tenido que tirar de otros medios, pero eso no es un hndicap, y Manel nos ofrece una magnífica partitura disfrutable de principio a fin.

altTras una primera escucha se agradece especialmente que Manel no se haya decidido por poner el piloto automático y componer la típica partitura para película infantil. Afortunadamente, ha querido hacer algo diferente y ha unido el sonido gótico y de terror con el habitual de las películas de animación dirigidas a un público infantil, recordando en ocasiones incluso a los scores para los míticos cartoons que tanto nos acompañaron en la infancia.

Fan reconocido de Danny Elfman, queda patente esta influencia al escuchar el disco, aunque sin dejar de banda su sello personal, convirtiendo la influencia más en un homenaje al compositor habitual de Tim Burton.

altY esta mezcla, gótico-terror-homenaje-animación, es la que da vida a una partitura destinada a una película de (lamentablemente) menor difusión. Es algo que, creo, hay que agradecer a Manel, ya que podría haber resultado arriesgado incluir en un producto dirigido a los pequeños de la casa, sonidos estridentes y cacofonías entre las melodías cómicas que salpican el score.

Tras una suite de Papá, soy una zombi, para refrescar los antecedentes de esta historia, se inicia la partitura en la que, en su primera mitad (o incluso dos primeros tercios), predomina el sonido atmosférico, creando ese ambiente gótico y terrorífico (nivel niño, claro está) que comentaba. De vez en cuando suenan temas más animados, como las dos partes de “Institutos de Villahuesos” o, en menor medida, “Tanatorio”. El resto de temas se caracteriza por unas melodías sencillas pero efectivas, con motivos ligeros que remarcan la atmósfera tétrica de la historia.

altPero Manel no lo deja ahí e incluye algo que le da todavía más vida a los cortes: un theremin. El instrumento que no se toca, viejo conocido dentro del mundo del terror y la ciencia-ficción, nos lleva un paso más allá y da otra dimensión a las melodías de la partitura.

Un tema a destacar dentro de este primer tercio es el titulado “El elemento fuego”, delicioso vals estructurado como una melodía que suena en una atracción infantil, que uno no dejaría de escuchar durante un buen rato. Lástima que sea tan corto y la degustación se acabe tan pronto. Aunque ya sabéis lo que dice el refranero, “Lo bueno, si breve…”

altEn el tercio final la cosa se anima, y tenemos los temas de acción que van a mantenernos más activos durante la escucha. Y es que Manel vuelve a su saber hacer e integra de forma magistral los sonidos a los que nos ha estado introduciendo previamente con ritmos trepidantes, coros y el maravilloso theremin, creando imponentes cortes que nada tienen que envidiar a producciones con más presupuesto (lo que comentábamos del talento…). Cabe destacar en este aspecto los cortes titulados “Isis y el último elemento” y “La batalla final II”; y remarco de nuevo la magnífica integración de los elementos antes mencionados.

Hay también cierto sonido místico en algunos momentos del disco, relacionados con esos elementos que forman parte de la historia. Son melodías suaves y ligeras, que evocan fácilmente la mistificada indicada. Se pueden apreciar en “La batalla final I” o “El Azoth y los cuatro elementos”.

En los últimos minutos del disco nos encontramos con un magnífico tema rock que ya sonaba en la anterior partitura y, de hecho, tiene el título de la anterior película, “Papá, soy una zombi”. Afortunadamente, en este corte no perdemos de vista (o de oído) el theremin, que sigue siendo el ingrediente mágico que nos acompaña a lo largo de la audición. Uno de esos temas pegadizos que se pueden escuchar varias veces sin que se haga pesado, e incluso que te apetece escucharlo (confieso haber accedido en alguna ocasión al disco solo para volver a disfrutar de este corte).

altCierra la audición “Zombie Ceremony”, canción interpretada por la banda Ljubljana and the Seawolf, un tema peculiar, con abundante percusión, que recuerda a una banda de jazz, blues, soul… La verdad es que no sabría enmarcarlo en un género concreto. De todos modos, el tema es magnífico, y merece la pena ser escuchado y, por ende, disfrutado.

Dixie y la rebelión zombies otro ejemplo de que Manel Gil-Inglada es un compositor a tener en cuenta, algo que ya dejó bien claro, para los que no lo conocían todavía, con Cher Ami. Y es que, después de disfrutar de su audición, lo que quieres es saber es cuándo va a estar disponible su próximo trabajo.