McNeely vuelve a seducir con un score mágico |
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Return to Never Land, Tinker Bell, Tinker Bell and the Lost Treasure y Tinker Bell and the Great Fairy Rescue son los cuatro títulos que, hasta el momento, han sido editados en CD de las partituras de Joel McNeely sobre el personaje de Campanilla (Tinker Bell). A la espera se encuentran Secret of the Wings, The Pirate Fairy y Tinker Bell and the Legend of the Never Beast, aunque esta última ha sido publicada en formato digital. Todas ellas conforman un más que sólido conjunto musical que sitúa al compositor californiano en la cima de los músicos especializados en películas de corte familiar.
En este sentido deben citarse otras producciones para cine y televisión, animadas y de imagen real, como Polly: Comin’ home, Tiny Toons, Darkwing Duck, The Adventures of Young Indiana Jones, Flipper, The Jungle Book 2, Uptown Girls, Mulan II, Holes, Lilo & Stitch 2, Pooh’s Heffalump Movie, The Fox and the Hound 2, Cinderella III o Franklin et le trésor du lac. Un imponente curriculum profesional que hace de McNeely un autor que ha sabido como pocos adaptarse al difícil género del cine para todos los públicos, siempre a través de un estilo de profundas raíces clásicas que le debe mucho a los grandes compositores de la época dorada de Hollywood y muy especialmente a la obra de John Williams, cuya impronta se respira en cada una de sus creaciones. Aún así, McNeely ha mostrado una plausible capacidad creativa que, pese a lo mencionado con anterioridad, le han convertido en un artista con gran carácter.
En el caso que nos ocupa, Tinker Bell and the Great Fairy Rescue, compuesta en 2010, se trata de una banda sonora que vuelve a beneficiarse de las extraordinarias orquestaciones de David Slonaker, habitual compañero de viaje de McNeely desde sus inicios. La edición de Intrada / Disney incluye también cuatro canciones interpretadas por Cara Dillon y Bridgit Mendler, aunque vienen firmadas no por McNeely (como sí lo fueron algunas en otras películas de la serie) sino por Adam Iscove, Brendan Milburn y Valerie Vigoda.
La partitura orquestal se inicia con el tema de Tinker Bell, leitmotiv recurrente que, sin embargo, no es la excusa para realizar las previsibles variaciones tan comunes a la mayoría de los scores actuales. Es por ello que McNeely siempre ha resultado un autor con mayúsculas, pues su pasión por la composición le permite desenvolverse con gran libertad a la hora de concebir su trama argumental. Así, en su ecléctica visión de la creación musical, recorre los momentos enérgicos (“Launching the Boat”, “Lizzie Flies”), los emotivos (“I’ll Never Forget You”, “Tink and Lizzie Meet”) y los meramente festivos (“The Horseless Carriage”, “A Fairy Tea Party”) demostrando su innegable capacidad armónica.
El score recorre, en definitiva, toda la paleta melódica de la serie, aunque en esta ocasión se desmarca un tanto del toque tradicional británico, tan presente en la original Tinker Bell, para decantarse por una temática en la que priman los cortes dinámicos y sutilmente bulliciosos, conformando un conjunto jubiloso en el que domina en todo momento un espíritu vitalista.
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