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Inside Out

(Del revés)
Michael Giacchino
     
Año:   2015
Sello:   Walt Disney Records
Edición:   Normal
Nº Tracks:   24
Duración:   59:55
     
Ficha IMDB
Web del Compositor
 

 

Reseña por:
Antonio Miranda

1. Bundle of Joy (02:49)
2. Team Building (02:19)
3. Nomanisone Island / National Movers (04:21)
4. Overcoming Sadness (00:52)
5. Free Skating (01:00)
6. First Day of School (02:03)
7. Riled Up (01:03)
8. Goofball No Longer (01:12)
9. Memory Lanes (01:23)
10. The Forgetters (00:51)
11. Chasing the Pink Elephant (01:56)
12. Abstract Thought (01:48)
13. Imagination Land (01:26)
14. Down in the Dumps (01:48)
15. Dream Productions (01:44)
16. Dream a LIttle Nightmare (01:51)
17. The Subconscious Basement (02:02)
18. Escaping the Subconscious (02:10)
19. We Can Still Stop Her (02:55)
20. Tears of Joy (03:40)
21. Rainbow Flyer (02:59)
22. Chasing Down Sadness (01:46)
23. Joy Turns to Sadness / A Growing Personality (07:50)
24. The Joy of Credits (08:19)

Tema principal en «The Joy of Credits»

Tema de Bing Bong en «Imagination Land»

«Rainbow Flyer»


La capacidad del autor para convertirse en una emoción más de la película y, como tal, no redundar en un primer plano. La sutil fabricación del tema principal y los dos secundarios y su distribución en el filme es ejemplar. Una partitura tan abrumadoramente sencilla como compleja de componer a tan elevado nivel artístico.


En su escucha aislada, absolutamente nada. En la adhesión con imágenes en pantalla, su excesivo segundo plano en el montaje final; no en el sentido comentado en el artículo (por el que opta el propio artista) sino a la hora de la mezcla definitiva, en la que la partitura, durante bastante tiempo, se escucha muy débil y por detrás de diálogos y efectos de sonido.


El descubrimiento de Bing Bong, el amigo imaginario de Riley, la niña, por parte de Alegría y Tristeza (‘’Chasing the Pink Elephant’’) y los instantes inmediatamente siguientes, en los que Giacchino emplea el tema del nuevo personaje de forma encomiable, resaltando, al tiempo, la exquisita melodía que le da. Un instante entrañable.

BSOSpirit opina

Nota media: 9

Ángel Aylagas (10), Fernando Fernández (9), Asier G. Senarriaga (10), Óscar Giménez (9), Ignacio Granda (8), Juan Ramón Hernández (8), David Martínez (9), Antonio Miranda (9), David Saiz (9)
Una simple e inocente joya

altInside Out no es un filme para niños, tampoco para adultos o, incluso, para todos los públicos: resulta una historia claramente orientada al concepto genérico de la infancia. Así debemos verla y entenderla. Su creatividad, en cada instante y en cada fotograma, es tan grande que habría sido un error orientar la partitura en un plano visible y protagonista. Michael Giacchino, inteligente como siempre, opta por plantear una introducción fantástica, aparecer en determinados instantes y cerrar el filme casi sin notarse su presencia. Historia basada en cinco de nuestras humanas emociones, la composición entra en juego situándose, claramente, en el sexto lugar. Así crecen las notas y líneas melódicas, interesantísimas y rápidamente posicionadas (para el estudioso y curioso de la música) como uno más de los sentimientos.

altLa partitura que el actual dominador de la música para cine, Michael Giacchino, ha creado para la nueva producción Pixar orienta toda su estructura hacia lo anteriormente comentado. El empleo de unos sonidos electrónicos tipo vintage, sencillos y directos, junto a su siempre exprimida orquesta clásica y unas notas nada extrañas, complicadas o intelectuales (prácticamente escuchamos registros y golpes melódicos durante toda la extensión de cada fragmento musical, hecho que fija la atención e inyecta el interés del público infantil y, en general, del resto) generan un resultado final exquisito, uniforme (pese a la variedad de sentimientos en el filme) y un compendio firme de todo lo bueno que siempre ha mostrado su artista.

altInside Out, en el ámbito en el que nos centramos, la música, resultará muy familiar para todos aquellos seguidores del mundo Pixar de los cortometrajes. Giacchino ha compuesto gran parte de ellos y siempre bajo una capa sencilla que mirase de cerca la mente de los niños y niñas, único público al que se orientaban. Sonidos ya empleados (las trompas, el uso de la sordina, el piano, el jazz…) y un repertorio artístico que ha quedado apartado de la publicidad musical pero que ahí está, sin duda entrañable. Ahora, el artista une todo su potencial y da vida a una de sus partituras serias y largas más sólidas. Los tres temas principales y la multitud de melodías que aparecen son ejemplo a seguir para cualquier músico de cómo crear una amalgama artística bien abrigada por una noción única y estructurada. Es curioso, igualmente, cómo con tantas capas de composición que Giacchino presenta en cada pieza, la atención que genera no es para nada difusa, al contrario, despierta en un servidor la misma “voracidad musical” en sus fragmentos activos (“Goofball No Longer”) que pudiera hacerlo en los correspondientes alta sus últimas obras de aventura (Jurassic World, Jupiter Ascending) y, al tiempo, la ternura absoluta de unas melodías tan sencillas como inolvidables, casi propias de las series más infantiles de los años ochenta o, incluso, los básicos juegos de arcade de aquellos tiempos. Ejemplo máximo es la asociada al imaginario amigo de la niña protagonista, Bing Bong, una mezcla de elefante, gato y delfín, que preside la parte central del filme y supone una figura importante en la aventura, como lo es, sin duda, el exquisito y pegadizo tema que le asocia Giacchino y que versiona con soltura durante varios de los minutos de esta parte de la obra (“Chasing the Pink Elephant”).

 

altResulta sorprendente hoy día escuchar una composición y presenciar su influencia en pantalla para, sólo con dos de sus melodías compuestas, merezca la pena como ninguna otra. Así sucede con Inside Out. Su tema principal, más influyente que presente, constituye una buena forma de sellar globalmente la historia, sin melodía retentiva fácil o matices tan rotundamente claros como sus compañeros de viaje (“Bundle of Joy”).

 

altDistintos son, por el contrario, esas otras dos delicias compositivas que le secundan y a las que me refiero: el tema que suena asociado al amigo imaginario, ya comentado, y el tema romántico de la obra, una maravilla que el artista versiona en multitud de ocasiones y que forma parte de la introducción de la película, donde el compositor sí da un paso al frente para, de inicio, dibujar el ingenuo y hermoso mundo infantil sencillamente desde su mundo musical (“Nomanisone Island/National Movers”).

 

altA partir de entonces, Giacchino baja la cabeza y, únicamente, se asoma prudente a este imaginario y fantástico mundo durante un par de secuencias (y puntuales instantes) en las que actúa con fuerza y que apuntalan su línea de trabajo: la introducción (ya comentada y basada en el tema romántico), la parte en la que Bing Bong, el amigo imaginario, guía a Alegría y Tristeza por un mundo desconocido y ya, dentro de éste, la estrambótica y conseguida secuencia del pensamiento abstracto (“Abstract Thought”).

 

altEn definitiva, una de las mejores obras del año 2015 y que, sin las injusticias no lo evitan, estará presente en la mayoría de los premios y reconocimientos. Sutil, tímida y hermosa. De lo más bello compuesto en los últimos años para la gran pantalla y manera de trabajar a seguir por muchos, basada en lo sencillamente organizado de una estructura tan simple y directa como disponer tres partes y tres temas. Dentro de tanta apariencia de simplicidad, efectivamente, se esconde una inocente (y compleja) joya de la música de cine actual.