Tema de la profecía en «Floating – Neverland Ahoy!»
Tema de Peter en «Fetching the Boys»
El regreso de John Powell al cine de carne y hueso demuestra que es uno de los mejores compositores actuales para películas de aventuras y acción destinadas “a toda la familia”, con sus dosis necesarias de emoción y de magia. Es de lo poco no naufraga en esta película de barcos voladores.
La mala acogida de la película por parte de crítica y público provocarán que esta banda sonora quede relegada al olvido para mucha gente, que solo se acordará del «Smells Like Teen Spirit» de Nirvana. Solamente los buenos aficionados a la música de cine la recordarán y apreciarán por la verdadera calidad que tiene.
Las tres piezas que concluyen la película, “A Boy Who Could Fly”, “Transfiguration” y “Fetching the Boys”, configuran un perfecto resumen de todos los temas principales con sus interpretaciones más intensas y brillantes.
BSOSpirit opina
Nota media: 8,50
David Doncel (9), Fernando Fernández (8), Asier G. Senarriaga (10), Óscar Giménez (9), Ignacio Granda (7), Juan Ramón Hernández (9), David Martínez (9), Antonio Miranda (8), Jordi Montaner (8), David Sáiz (8)
El personaje de Peter Pan, creado por el escritor escocés J.M. Barrie en 1904, ha dado mucho de sí en cuestiones de música cinematográfica. Además de la banda sonora de Oliver Wallace para la versión animada de Disney de 1953, con la canción “You Can Fly, You Can Fly, You Can Fly!”, escrita por Sammy Fain y Sammy Chan, como elemento más representativo, otros compositores de primer nivel nos dejaron obras maestras inspiradas en el niño que nunca crecía.
La más apreciada por los aficionados es seguramente Hook (1991), de John Williams, pero no podemos olvidarnos de la partitura de James Newton Howard para Peter Pan (2003) –con aquel tema soberbio titulado “Flying”– y mucho menos de Finding Neverland (2004), con la que Jan A.P. Kaczmarek consiguió el Oscar.
La más reciente aproximación musical al personaje nos llega de un John Powell en estado de gracia, aunque se subió al barco de esta especie de precuela cuando casi había zarpado. Me explico. El compositor elegido era Dario Marianelli, habitual colaborador del director Joe Wright (Pride and Prejudice, Atonement, Anna Karenina…). El compositor italiano ha hecho grandes trabajos para este director e incluso ganó el Oscar por Atonement, pero los pases de prueba de Pan, con una fría acogida por parte del público, provocaron que fuera sustituido en última instancia por John Powell. Con frecuencia los productores piensan que cambiando la música se puede reconvertir una película mediocre en algo más aceptable, pero eso raras veces ocurre. Sin haber escuchado nado de lo que hizo Marianelli para Pan, el resultado final sigue siendo una película floja, aunque con una excelente banda sonora.
El film que nos muestra los orígenes de Peter Pan ha sido vapuleado por la crítica y por la taquilla. De sus 150 millones de dólares de presupuesto, apenas recuperó una décima parte en su primer fin de semana en USA. En definitiva, un fiasco y un fracaso económico. Ni siquiera el gancho de Hugh Jackman como villano sirvió para atraer a la gente a las salas.
Para resumir muy sucintamente el argumento, la idea es mostrarnos cómo el huérfano Peter, abandonado en las puertas de un hospicio cuando era recién nacido, es raptado a los 12 años, junto con un montón de huérfanos, por unos piratas que lo llevan a Nunca Jamás. Allí el malvado Barbanegra los trata como esclavos, haciéndoles trabajar en unas minas donde buscan polvo de hadas. Pero el joven Peter descubre accidentalmente que tiene la capacidad de volar, algo que lo convierte en el posible protagonista de una profecía según la cual será quien derrote a Barbanegra. Sus aventuras, tras escapar de la mina con la ayuda de Garfio y Smee –que en esta precuela parecen buena gente-, llegará a lugar donde viven los nativos, conocerá a la hija del jefe, Tigrilla, verá cocodrilos gigantes, sirenas y hadas, y tratará de descubrir quién era su madre y por qué lo abandonó. Es un argumento previsible y entretenido, sin más, y no para todo el mundo.
Pero como ya he dicho antes, la música es de sobresaliente. John Powell llena de energía y magia lo que no alcanzan a llenar las imágenes ni las actuaciones, y nos regala uno de los mejores scores del año, una partitura cargada de aventura, acción y emoción.
Powell, que no escribía una banda sonora para personajes de carne y hueso desde hace unos cuantos años, saca un excelente rendimiento a la orquesta sinfónica y a los coros. Además, en algunos momentos se une a la orquesta un grupo llamado The Balkanatics formado por varias trompetas, bombardino, saxofón, tuba, trompa, acordeón y percusión. No es difícil advertir sus intervenciones folclóricas en cortes como “Kidnapped /Galleon Dog Fight” y “Fetching the Boys”.
La banda sonora es abundante en leitmotivs. Asignar a quién o a qué corresponde cada uno de ellos es algo puramente especulativo y la forma de bautizarlos, evidentemente, también es algo arbitrario, pero es una partitura en la que vale la pena investigar cómo se usa todo ese material temático.
Lo primero que escuchamos nada más comenzar el primer corte, “Opening Overture”, es una melodía de piano con cierto regusto a himno religioso. Suena mientras oímos una voz en off femenina que nos anuncia el cuento que nos van a relatar. Esa melodía conforma el que considero tema principal del score y que aparece muy frecuentemente a lo largo de la película y de la edición discográfica.
Aunque su primera exposición tiene efecto evocador, a menudo lo oiremos insertado en momentos de acción desenfrenada o con un explícito carácter triunfal, acompañando determinadas hazañas de Peter, de Garfio o colectivas del grupo de los “buenos”. Lo tenemos en “Kidnapped /Galleon Dog Fight”, “Mine Escape”, “Inverted Galleon”, “Tramp Stamp”, “Pirates vs Natives vs Heroes vs Chickens”, “Flying Ship Fight”, “A Boy Who Could Fly” o “Fetching the Boys”. Como veis, está por todas partes, sobre todo subrayando los momentos más épicos, como es el caso de “Flying Ship Fight”.
En la escena inicial de la película, cuando la madre deja al recién nacido en la puerta del hospicio londinense, Powell nos presenta el que llamo tema de Peter. Lo hace con una dulce flauta cuando la cámara enfoca la cara del niño en su canastilla. Eso sucede en el minuto 1:10 de “Opening Overture”.
Este tema también lo escucharemos bastantes veces a lo largo del disco, siempre asociado al personaje de Peter. Por ejemplo, en “Kidnapped / Galleon Dog Fight”, “Floating / Neverland Ahoy!”, “Mine Escape”, “A Warriors Fate”, “A boy Who Could Fly” y en el corte con el que concluye la historia, “Fetching the Boys”.
Otro de los temas destacados de la partitura, que me atrevo a bautizar como tema de la profecía, lo escuchamos cuando Peter flota en el aire por primera vez. Es en la primera parte del corte “Floating – Neverland Ahoy!”.
Vuelve a escucharse poco después en la misma pieza con más brío e intensidad, y reaparece unas cuantas veces más a lo largo de la película, generalmente en escenas en las que el protagonista vuela o relacionadas con la profecía sobre el chico volador que derrotará a Barbanegra. Por ejemplo, en “Inverted Galleon”, “Origin Story” –donde el jefe nativo explica esa profecía-, “Crocodiles and Mermaids” –al principio con guitarra acústica-, “A Warrior’s Fate”, “Flying Ship Fight” y “A Boy Who Could Fly”, probablemente la versión más triunfalista a partir de 1:20.
Ese mismo leitmotiv es que protagoniza “Transfiguration”, aunque en una variación lírica muy emotiva asociada a la propia profecía que desprende pura magia.
Otro tema que aparece varias veces suena en ocasiones como una continuación del tema de Peter. Es el que escuchamos de forma espectacular cuando el barco cargado de niños huérfanos llega a Neverland, al final de “Floating – Neverland Ahoy!”, así que creo que podemos llamarlo tema de Nunca Jamás.
También aparece al final de “Opening Overture”, así como en “Crocodiles and Mermaids”, “A Warrior’s Fate”, “Flying Ship Fight”, “A Boy Who Could Fly” y “Fenching the Boys”.
En el tema de acción “Kidnapped / Galleon Dog Fight”, Powell introduce un tema de evidente aire aventurero que suele aparecer integrado en escenas de lucha, sobre todo con la presencia de barcos voladores. Es lo que podemos llamar tema de los piratas.
También lo oímos en “Inverted Galleon”, “Pirates vs Natives vs Heroes vs Chickens”, “Flying Ship Fight” y “Fetching the Boys”.
En el tramo final de la historia escuchamos también el tema de las hadas, que se ocultan en su reino y que participan del combate final. Lo oímos en “Flying Ship Fight” y, como no podría ser de otro modo, la música tiene esa aureola mágica y luminosa que se consigue con coros y campanillas.
Posiblemente hay algún leitmotiv más. Sin embargo, los cinco mencionados conforman el esqueleto temático del score. El compositor, cambiando ritmos, tempos e instrumentación, los viste a gusto de cada escena para que suenen trepidantes, heroicos o evocadores, y los combina de manera que algunos tracks son todo un compendio de leitmotivs ajustados a las acciones de la pantalla.
Esto ocurre especialmente en los últimos cortes de la edición discográfica –canciones aparte-, que reúnen clímax, resolución y epílogo. Es decir, “Flying Ship Fight”, “A Boy Who Could Fly”, “Transfiguration” y “Fetching the Boys”. Es donde Powell saca más brillo a todos estos temas y los expone de la forma más contundente.
Del mismo modo, todo el disco está salpicado de sensacionales momentos de acción –“Kidnapped / Galleon Dog Fight”, “Mine Escape”, “Inverted Galleon”, “Flying Ship Fight”, “A Boy Who Could Fly”…- y de fases más calmadas con intenciones emocionales –“Opening Overture”, “Origin Story”, “Transfiguration”…-.
Hay algunos momentos que merecen comentario aparte, entre ellos los fantásticos fragmentos corales de “Origin Story”, que otorgan una dimensión mística al relato del jefe nativo y Tigrilla sobre el origen mitológico de Nunca Jamás utilizando el que hemos llamado tema de la profecía.
También los coros son los protagonistas de la segunda mitad de “Crocodiles and Mermaids”, con la aparición de las sirenas. La música expresa ese momento mágico con las cuerdas interpretando el tema de Peter, enlazado con el de Nunca Jamás.
El track más raro dentro del conjunto es tal vez “Murmurs of Love and Death”, en el que Powell experimenta con juegos de notas cortas y chirriantes de violines sobre el que escuchamos acordes largos de la sección de cuerda. El compositor utiliza este recurso para subrayar la tensión implícita de la escena en la que Barbanegra habla con Peter en su camarote, con palabras aparentemente amables que no lo son tanto.
Y por comentar algo más que se sale de la norma, son de destacar las percusiones tribales asociadas al pueblo de Tigrilla, que acaparan buena parte de “Tram Stamp” en la escena en la que el capturado Garfio debe combatir con uno de los nativos para salvar su vida.
Por último toca comentar la sección No-Powell de la edición discográfica. Por un lado la introducción de dos canciones famosas de Nirvana y de Ramones, que cantan a coro los niños esclavos que utiliza Barbanegra en sus minas. “Smells Like Teen Spirit” la escuchamos en la primera aparición del capitán pirata, mientras que “Blitzkrieg Bop” suena un poco más tarde, cuando decide castigar a algunos de sus esclavos por considerarlos ladrones, entre ellos a Peter. No quedan mal, pero no son más que una curiosidad que hará gracia a algunos espectadores y será considerara una incoherencia de relleno por otros.
En cuanto a las dos canciones de Lily Allen, “Something’s Not Right”, cuya letra hace alusiones a la separación de Peter de su madre, es un tema emotivo que aparece cuando el chico intenta poner en práctica su habilidad voladora, tal como le han exigido los nativos. Y en los créditos finales se incluye “Little Soldier”, una pieza más bailonga y coral que la anterior. Simplemente responde a esa dichosa necesidad de meter una canción de turno que sirva de promoción a la película o a la cantante.
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