Krampus

Menudo final de año musical estamos teniendo. En los últimos meses están llegando a las pantallas (y a nuestros oídos ) una serie de scores verdaderamente fantásticos. No solo de Star Wars vive el aficionado, aunque algunos se empeñen en creerlo así, lanzando agoreros mensajes de que el panorama actual en la música de cine actual se asemeja a un desierto ártico, salvo por extraordinarios maestros que pueden contarse con los dedos de una mano (y sobrarían tres). Nada más lejos de la realidad. Si fuese así, desde luego no estaríamos ante scores como el que nos ocupa, Krampus, de Douglas Pipes.

Lo cierto es que la corta filmografía de Pipes, con dos obras destacadas antes de este Krampus (y muy muy destacables, además), se ha centrado en films de espíritu ciertamente ochentero. Monster House era un entretendísimo film de animación dirigido por Gil Kenan, con un aroma spielbergiano inconfundible y Trick ‘r Treat una antología de historias cortas de Halloween que, aunque no llegó a estrenarse en salas comerciales, es hoy considerada una película de culto y un triunfo de su director, el también guionista Michael Dougherty (X-Men 2, Superman Returns).

También Dougherty es el director y coguionista de Krampus, recién estrenado y un éxito sorpresa en los Estados Unidos, no tanto entre nosotros. Se trata de una comedia negra navideña, con gotas de terror, de nuevo al más puro estilo ochentero, adoptando la ironía y mala leche de un Joe Dante en plena forma como el de Gremlins.

Max es un ferviente creyente en Santa Claus y todo lo que representa, pese a que está más cerca de la adolescencia que de la niñez, gracias a la influencia de su abuela paterna, de ascendencia germánica. Sin embargo, después de sufrir el azote del “anti-espíritu navideño”de su desestructurada familia, toma la decisión de romper la carta que había escrito a Santa Claus, provocando que Krampus y sus secuaces se vean obligados a mostrar a esta peculiar familia las bondades del espíritu navideño, aunque sea a la fuerza.

El film no escatima en mala leche y aprovecha un reparto encabezado por la estupenda Toni Collete (como la madre del protagonista) y una serie de cómicos como Adam Scott (Stepbrothers), David Koechner (Anchorman), Allison Tollman (de la serie Fargo) y Conchata Ferrell (Edward Scissorhands), para contarnos un irónicamente oscuro cuento navideño .

Como reza el slogan del film, todo se reduce a una pregunta: ¿HAS SIDO BUENO?

Douglas Pipes ha sido muy bueno

Como empezaba diciendo al inicio de la reseña, el score de Douglas Pipes es fantástico y de hecho es uno de los elementos claves que ayudan al éxito de la película. De corte decididamente sinfónico (lo interpreta la New Zealand Symphony Orchestra), se sirve además para crear el espacio sonoro del filme de coro mixto y elementos típicos tanto de la música navideña, como de rituales paganos, e integra de una manera ciertamente retorcida melodías navideñas clásicas.

De hecho, el tema principal del score está inspirado en la célebre melodía «Carol of the Bells», que sirve como motivo identificador del protagonista del relato, el despiadado Krampus, sugerido en los primeros cortes del score, con una suaves notas de celesta («The Wish» y otros cortes sucesivos) y que va tomado cuerpo a medida que el nefasto protagonista y sus secuaces van asumiendo el control de la situación, hasta que se une el coro entonando letras creadas por Pipes para la ocasión y la explosión final del «Krampus Karol of the Bells» de los títulos de créditos finales.

Aunque en definitiva el filme es una comedia, únicamente al inicio del film (y del score) se aplica música decididamente cómica o ligera. En el corte «Family Reunion» sí encontramos música amable, de corte inconfundiblemente tchaikovskyano, con protagonismo de la cuerda, la celesta, unos navideños cascabeles y los vientos dulces e incluso la tuba (que puntúa la aparición del personaje de Conchata Ferrell, una tía casi más monstruosa que las criaturas que pueblan el film), para ilustrar las correrías de la peculiar unidad familiar que forman los Engel.

Encontramos también un par de versiones de melodías navideñas como «Auld Lang Syne» (a piano, a cargo del orquestador John Kull) y «Oh Christmas Tree». Pero el uso de estas melodías navideñas será muy distinto en el resto del score, a pesar de que la inclusión en el filme de estas dos versiones canónicas no está exento de sarcasmo, cuando se contrasta con las imágenes y diálogos que las acompañan.

En cualquier caso, a partir de que Max decide hacer pedazos su carta a Santa Claus, la orquesta pasa a sonoridades góticas con la inestimable ayuda del coro, mientras la tormenta de nieve del Krampus se abalanza sobre la pequeña localidad en la que reside nuestra familia protagonista.

Aquí es donde Pipes emplea a fondo su bolsa de los trucos que incluye:

· Las melodías navideñas usadas en un modo ciertamente inquietante. Además del ya comentado «Carol of the Bells», hacen apariciones «Silent Night» (como una melodía de caja de música abruptamente interrumpida en «Bells, Bones and Chains» y con coros angelicales que acompañan con cierta sorna la desaparición de dos de los personajes principales en «Sacrifice») y «We Wish You a Merry Christmas» (al inicio del corte «Creatures Are Stirring», en una versión con metales a modo de vals estruendoso y retorcido, mientras (SPOILER) un Jack in the Box gigante se traga a un niño- ¿o era una niña?-)

· Los elementos de música navideña tales como cascabeles, campanas y celesta hacen su aparición por doquier en diversos tracks del score desde el final del primer corte («A Cold Wind») y hasta el último corte antes de los créditos, precisamente titulado «The Bell».

· Dado que a la postre el Krampus es un mito de corte pagano, Pipes introduce elementos de música de rituales paganos , que acompañan las apariciones de la Criatura y de alguno de sus secuaces. Destaca el uso de la percusión –a menudo usando huesos contra tambores de piel, según ha revelado el propio compositor-, aderezado con un agresivo y ominoso uso de los metales y otros elementos como el sonido de cadenas como las que el propio Krampus lleva entrelazadas en su manto. Muestras de esta potente música los encontramos en los cortes «Bell, Bones and Chains» y «Cloven», que acompaña el enfrentamiento final de Max con la criatura, en un entorno que nada tiene que envidiar a los rituales del final del clásico british The Wicker Man.

· El coro, omnipresente en el score, lo encontramos en cortes como «The Snow Beast», en esta ocasión agresivo y netamente demoníaco, muy próximo al uso que el maestro Goldsmith realizó en su oscarizada The Omen, y en todo su esplendor, entonando las sarcásticas melodías creadas por el compositor al final de «Creatures Are Stirring» y en uno de los highlights del score, el potente «Elfen».

Pipes además crea sus propios temas, además del tema de acción/ pagano ya comentado, es de especial importancia el que dedica al mito de la criatura protagonista, que toma asimismo las características principales de los villancicos o músicas navideñas. Uno de los escasos personajes completamente positivos de la cinta, la abuela del niño protagonista influencia los momentos en los que el uso de este tema es más amable, en concreto «Omi’s Story» (que ilustra en flashback el primer encuentro entre una joven Omi y el infausto reverso oscuro de Santa Claus, una deliciosa secuencia en animación stop motion) y «Elegy». Encontramos tratamientos más oscuros del tema en los tracks «The Shadow of St. Nicholas» y «When The Christmas Spirit Dies», en consonancia con la implacable obstinación de Krampus.

En fin, un score que hará las delicias de los amantes de la música de comedia negra, pues hace gala de un peculiar sentido del humor, en la estela de las bandas sonoras compuestas por el maestro Jerry Goldsmith para Joe Dante, sin olvidarse de aportar un espacio sonoro óptimo para encerrar a los desdichados protagonistas de este negro divertimento.

Sobre la edición discográfica
Por suerte para todos, tenemos ediciones de la música de Krampus para todos los gustos y paladares. Los buenos amigos de La-La Land Records han llevado a cabo una, como de costumbre, cuidada edición en disco compacto. El sello digital de Universal, Backlot Music, ha lanzado una edición que incluye un track adicional, que consiste en una versión alternativa del «Krampus Karol of the Bells». Por último, Waxworks Records ha editado un vinilo con la música del film para los amantes de este formato. Así que, felizmente, en esta ocasión cada cuál puede elegir su preferida.