Repentino perdedor por K.O. |
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Reconoced que cuando supisteis de este nuevo proyecto cinematográfico, os surgió en exabrupto de vuestro cuerpo un autentico “¿Por qué?”.
Bien, otra vez la originalidad de Hollywood. Vamos a coger la historia de siempre y vamos adaptarla a los tiempos actuales, presentando un nuevo personaje. O mejor aún, vamos a tirar de la mitología de la franquicia y digamos que este nuevo personaje no es tan nuevo. Es el hijo de uno de los protagonistas de la saga. ¡Qué gran originalidad!
Y si encima eres fan de la saga de Rocky pensarías que algo en el espacio-tiempo había sido alterado fatalmente. Habían ultrajado el recuerdo de una de las mejores sagas deportivas de todos los tiempos y mas después de esa magnifica coda que fue Rocky Balboa.
Así que no harías mucho caso de trailers, entrevistas o promocionales de Creed. Total, ¿para qué? Uno ya se lo toca de tener que aguantar la misma historia. ¡Qué pocas ideas hay en Hollywood, por Dios!
Bueno, no me leeréis a mí decir que… “pero no…”. Porque Creed no deja de ser mas de lo mismo. Originalidad cero patatero.
Pero precisamente ahí radica su mayor virtud. Es más de lo mismo. Más de aquel personaje mundano, torpe, feo y marginado, que se hacía a sí mismo y se ponía a la altura del campeón mundial de pesos pesados. Una historia que no dejaba de ser la tan trillada historia de superación deportiva, pero contada de una manera diferente.
Creed es eso. No es lo que pensábamos. No es un ultraje de una memoria que ya parece anclada en nuestra mitología cinematográfica. Es un homenaje por una parte (en ese aspecto Rocky Balboa ya cumplió con aquel objetivo de tributo al personaje) y un relanzamiento por otra, con un personaje con similitudes con Rocky Balboa, pero con los suficientes elementos distintivos para considerar a Creed un producto poco original, pero a la vez fresco.
Tal vez Creed, como película, no sea mejor que Rocky Balboa. O ni mucho menos mejor que la mejor última gran película de boxeo que nos hemos echado al gaznate (aunque no en España, que aún no ha sido estrenada, algo inexplicable), Warrior. Pero sin duda es un producto, digno, intenso y con una de las mejores bandas sonoras que ha dado el género deportivo en mucho, mucho tiempo. Y por supuesto, también nos ha entregado la mejor interpretación de Stallone en toda su carrera.
Por tanto, Creed supera nuestra muy decepcionante recepción inicial. Ya es algo.
Centrándonos en su banda sonora, tenemos asociada al titulo un nombre propio que nos pasará totalmente desapercibido: Ludwig Göransson. Un joven compositor que ha estado más asociado a televisión y producción de artistas pop/hip hop. Y también, claro, ha estado muy vinculado, como alumno destacado, al infravalorado Theodore Shapiro.
Y en esto último está la explicación de porque Creed es tan… jodidamente buena banda sonora. Porque lo es. Porque si tuviese que elegir la mejor banda sonora del 2015, y teniendo Star Wars: The Force Awakens a mi lado, y con esfuerzo y todo el dolor de mi corazón, elegiría Creed. Porque es la que más he escuchado, porque me parece un soplo de aire fresco, por que está ajustadísima a las imágenes y las hace mejorar muchísimo y porque hace algo que parecía olvidado entre los jóvenes compositores actuales: CREAR UN BUEN LEITMOTIV.
¿Es tan difícil? Yo no soy músico. Escribo desde aquí como un humilde servidor suyo en un rango de fan. Un fan curtido y experimentado, pero un fan al fin y al cabo. Y que en los ochenta encontraba leitmotivs por doquier y que ahora todo está inundado de excelsas técnicas musicales, pero de poco “corazón” (y el corazón está en un buen tema, no os engañéis), es algo que empieza a cansar.
Ludwig Goransson, no ha inventado la rueda. Simplemente ha dicho: «¿qué es lo que hizo grande a la música de Bill Conti para la saga de Rocky?» Pues sí, uno de los mejores temas musicales que se ha escrito nunca. Uno que puebla cada gimnasio de barrio que encontrarás en cada punto del planeta. Uno que nos ha acompañado en más de una ocasión en nuestras vidas, a nivel mental, cuando hemos querido conseguir algo que a priori parecía imposible. Bill Conti creo la épica y la superación con su tema para Rocky Balboa.
Y Ludwig ha sido un buen alumno de su maestro Shapiro (que por cierto, tiene otra de las mejores bandas sonoras de otra película deportiva que yo recuerde, aunque con tonos de humor, Blades of Glory) y ha sabido que para conseguir el éxito en Creed tenia que crear otro gran tema. Por supuesto, no tan imperecedero, pero sí en un rango musical parecido. Y lo consigue.
Y no contento con eso, aporta elementos musicales muy contemporáneos, propios de la electrónica o el Hip Hop, conectando así con las generaciones actuales.
Pero no contento con eso, crea un temazo como la copa de un pino, su “If I fight, you fight (Training Montage)”, uno de los mejores temas que yo recuerde en muchísimos años.
Y no se vayan todavía que hay más. Y es que el compositor no tiene miedo en reconocer sus influencias y desata la pasión mas friki cuando al final de la película estalla el tema principal del Rocky de Conti.
Un diez, señor Goransson. Se ha coronado en este 2015. Sin saber quién demonios era, a día de hoy no olvidaré su nombre. Usted descuide.
¿Que no has escuchado aún Creed? Pues no sé qué demonios haces leyéndome…
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