Batman v Superman: Dawn of Justice

Previsible cinta en la mayor parte de sus apartados, seguramente juzgada notable por unos y decepcionante por otros pero, sin duda, con un inicio arrollador en taquilla. Realmente, nada nuevo; ahora bien, su fuerza desbordante puede con la mayor parte de los errores.

La escucha del score de ambos artistas para la nueva película de los dos más conocidos superhéroes del cine ofrece una sensación algo pasiva, distante, a veces ilusionante, pocas trepidante y las más, expectante. Esta última es la impresión más fuerte que uno siente cuando la oye y cuando la presencia con las imágenes: esperamos, ansiosos, algo grande, notas fastuosamente doradas, fragmentos de una combinación global de composición y forma que, antaño, el artista alemán ofrecía a cada paso y que, actualmente (con sus muestras de valía) su compañero de obra también origina.

No obstante, la expectación no va más allá y un inicio larguísimo, pausado, soporífero y poco interesante (“Day of the Death”), con secuencias que nada aportan a una entrega nueva, nos lo demuestra, con la única excepción de los originales registros insertados en la obra, identidad de la unión de ambos personajes (como se comprobará finalmente, en su unión en busca de salvar al mundo), interpretados por la sección de cuerdas de la orquesta (“Their War Here”).

La partitura, global e interesante, carece de una composición a la altura de lo que sus artistas pueden conseguir (ahora bien, nunca pretendieron otra cosa) y se queda en una forma externa adecuada, un buen hacer que ambos, sin duda, controlan y una estructura de aplicación en pantalla que es la única vertiente que empuja notablemente a la obra.

Detengámonos en el detalle del Batmóvil, concepto a resaltar de forma directa, sin tapujos, como la intención más conseguida de todo el metraje: los registros de notas prolongadas, quizá de dos o tres durante largos segundos, con atmósferas sintetizadas completas y  arreglos en segundas y terceras capas de igual forma que la principal (aderezados con ciertas apariciones de la percusión), adquieren su sentido más álgido cuando aparece el coche de Batman, si bien se muestran a lo largo de toda la obra como concepto de fuerza aplicada a la contención (“Black and Blue”, “Tuesday”), cuya explosión y traslación a la acción se produce bajo los efectos aeróbicos de los temas percusivos (“Do You Bleed?”).

A caballo entre Man of Steel y Mad Max: Fury Road,  nunca llega a cuajar un contenido propio y, en absoluto, llega al nivel de la segunda, una de las mejores bandas sonoras del pasado año. Siendo conscientes de la creatividad y fuerza de ambos nombres de la música de cine actual, siempre hay que pedir más a dos artistas de la talla de Zimmer y Junkie XL que logran, sin debate posible, una pieza musical conjunta, compacta y práctica pero que, no obstante, pecan de ninguna originalidad y basan su obra en el choque frontal del bien y el mal, de la esperanza y la practicidad: de Batman y Superman.

Tal es la aplicación firme de esta doble vertiente que todo lo demás, apuntado con ligereza, entra torpemente en la partitura, ejemplo claro la figura y los temas de Wonder Woman, intensos y atractivos durante su aparición como “humana” pero con un giro drástico nada empastado con el resto cuando vemos en pantalla su verdadera naturaleza. La poca seriedad y convicción del director a la hora de insertar el personaje en el argumento casa admirablemente (para mal, es evidente) con la floja aportación de los compositores cuando identifican definitivamente a la mujer (“Is She with You?”).

Detalles numerosos encontramos en Batman v Superman: Dawn of Justice, pero muchos de ellos enquistados y, si bien el conjunto funciona bien, las individualidades se encuentran notablemente debilitadas: la figura de Lex Luthor tímidamente descrita y una simbología pictórica interesante en absoluto trabajada (“The Red Capes Are Comming”), lo comentado sobre Wonder Woman (con un doblaje realmente malo), el uso reiterado del score de Zimmer para su Man of Steel, sin nada nuevo que realmente origine entidad propia a su figura en esta nueva entrega…

Todos estos vacíos dejan por encima de cualquier otro concepto y secuencia la figura comentada del Batmóvil, aún siendo testimonial, y el enfrentamiento directo de los dos superhéroes, tanto en la secuencia de su primer encuentro como en la batalla que llevan a cabo.

En definitiva, trabajo conjunto correcto, con muchos detalles pero la mayoría de ellos trabajados lo justo, y una partitura llena de fuerza que podría haber sido (como en los últimos tiempos casi siempre pasa con Hans Zimmer) el inicio musical arrollador de las nuevas entregas que están por venir. Gran edición en dos CD en su vertiente “deluxe” y una producción, como siempre en los dos artistas, admirable.