La británica Rachel Portman pone música a este biopic sobre el triunfo de Jesse Owens en los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, historia de factura bastante convencional rodada por Stephen Hopkins y protagonizada por Stephan James.
Ya os habréis dado cuenta de que el título original, Race, juega con el doble significado anglosajón del término, que vale tanto para ‘carrera’ como para ‘raza’, puesto que el éxito del famoso atleta negro que consiguió cuatro medallas delante de las narices, y bigote, del mismísimo Hitler, se asienta sobre una historia de racismo y no solo por parte de los nazis sino también de los compatriotas blancos americanos. Y en España resolvieron el conflicto terminológico titulando como El héroe de Berlín y se quedaron así de anchos. Lo habitual.
Es interesante escuchar a Portman en una película con una temática algo ajena a lo habitual para ella. Estamos ante un drama deportivo que requiere música triunfalista, temas de corte dramático e introspectivo, cierto sentimentalismo, tensión y también algunas dosis de tonalidades oscuras que hagan referencia al nazismo, representado en la pantalla, en particular, por el personaje de Goebbels.
Y todo esto lo resuelve con nota la compositora inglesa, con una partitura que se adapta muy bien a lo que la película pretende expresar. Tiene un tema principal, expuesto ya en “Race Opening Titles”, eso sí, después de un inicio atípico respecto al resto de la banda sonora, donde la percusión y la guitarra de David William Hearn hacen referencia al humilde origen del protagonista, que vive en una barriada de Cleveland.
El piano lleva buena parte del peso de la banda sonora, muchas veces con ese tema principal que también oímos en ocasiones con trompeta, tanto en clave triunfalista como dramática. Lo encontramos en muchos cortes, valgan como ejemplos “Three World Records” o “You Made History”. También es evidente el tono heroico en uno de los mejores tracks, “Please Take Your Last Jump”, cuando Owens da la vuelta de honor junto a su rival alemán tras ganar en la prueba de salto de longitud; lo mismo que al ganar su tercera medalla en “The 200m Final” y sobre todo tras la carrera de relevos, “The Final Event”.
Los sentimientos del protagonista acerca de su color de piel, la problemática relación inicial con su novia o el peso de la responsabilidad de representar a su país en la Alemania nazi ocupan buena parte del score, muchas veces con el piano asumiendo el protagonismo. En este contexto vale la pena destacar “Waiting for Ruth”, “Hope You Don’t Go” o “These Are the Rules”, cuando a Owens le impiden por ser negro entrar por la puerta principal del hotel donde se va a celebrar una ceremonia en su honor.
Y para la parte más oscura de la historia, la que representa el nazismo y, por extensión el problema racial, escuchamos en ocasiones un tema secundario basado en progresiones de tres acordes de la sección de cuerda que conforman una música tensa y opresiva. Lo oímos en tracks como “A Business Proposal”, “Avery Arrives to Berlin” y, de manera especial, en “The Olympic Stadium”, cuando Owens entra en el estadio repleto de gente aclamando al Führer.
En conjunto, el desarrollo dramático se superpone a la vertiente más triunfalista que cabría esperar de una película de estas características, triunfalismo que obviamente no falta pero que se presenta en sus dosis justas y efectivas.
LO MEJOR: Un buen trabajo de Portman y el interés que puede despertar oír como se desenvuelve en un drama deportivo, temática un poco alejada del tipo de películas para las que compone.
LO PEOR: La película tira de convencionalismos y la música, hay que reconocerlo, también. Además, la edición discográfica presenta los cortes desordenados respecto al argumento del film.
EL MOMENTO: Destacaría la presentación del tema principal en «Race Opening Titles», el introspectivo e incluso romántico «Waiting for Ruth», el solemne «Please Take Your Last Jump» y la explosividad triunfalista de «The Final Event».
|
No hay comentarios