Una de las más grandes catástrofes de la aviación |
|
Eso es lo que nos muestra esta serie de la cadena japonesa WOWOW basada en la novela escrita por Toyoko Yamasaki. La historia nos mete en la piel de Hajime Onchi, representante del comité de trabajadores de las aerolíneas japonesas NAL, quien en su lucha por unas mejores condiciones laborales, muy pobres en lo que respecta a el mantenimiento de la flota de aviones, es “desterrado” a distintas sedes de otros países para que no sea una molestia para sus superiores.
Es durante este destierro en el año 1985 cuando acontece el accidente aéreo en las montañas de Takamagahara del Boing 747 perteneciente a la compañía, en el que fallecen 520 personas. Dicho accidente, causado por un fallo en el mantenimiento del avión, conlleva la destitución de toda la cúpula de la empresa y el retorno del protagonista para que investigue toda la corrupción que ha llevado a la aerolínea a este desastre. A lo largo de los 20 episodios podremos ver su lucha por sacar la verdad a la luz en memoria de los fallecidos y sus familias. Con estos mimbres los directores nos ofrecen un producto muy interesante, desgranando poco a poco su trama y muy contenido en sus actuaciones que merece mucho la pena ver.
Sato “el Inagotable”
Para acompañar esta historia musicalmente hablando, el elegido ha sido uno de los más prolíficos compositores que hay en Japón, Naoki Sato, quien año tras año lleva un ritmo endiablado de trabajo y, aún así, ninguna composición suya se resiente en lo más mínimo y siempre nos regala grandes bandas sonoras.
Para esta Shizumanu Taiyô Sato ofrece una composición a caballo entre el thriller y el drama, a excepción de los cortes que muestran las localizaciones fuera de Japón. Uno de ellos es el tema principal para los títulos de crédito con el que abre el CD. En este tema escucharemos junto a orquesta y sintetizadores unos ritmos de percusión tribales unidos a una voz femenina que nos transportarán a las tierras que vemos reflejadas en la portada, Kenia, uno de los lugares a los que es trasladado el protagonista.
“Knee claws” es su título y es una inmejorable forma de comenzar la escucha del score. Los otros cortes con temática étnica los encontraremos en “The claw of the monster” y “Mixed group”, en el primero el Tar (instrumento de cuerda árabe) tiene total protagonismo para representar Pakistán e Irán, las otras dos localizaciones de acción del protagonista. El segundo, una estupenda mezcla de instrumentación árabe junto a sintetizadores que remarcan las intrigas vividas por Onchi en Oriente Medio.
Dejando lo étnico a un lado, Sato ofrece grandes temas tanto para el drama como para el thriller. En el primer bloque hay que destacar cortes como “Tears left”, tema en el que las cuerdas acompañan una explosión de sentimientos a flor de piel de los protagonistas que es a continuación subrayada en la tristeza de estos con “Abyss”, donde las cuerdas siguen mostrando el dolor de la perdida y de la impotencia.
Dos temas realmente bellos a los que hay que sumar “Lonely wings” y “Remorse”, ambos también muy explícitos en mostrar a través de la sección de cuerda el duelo y el luto, así como el sentimiento de impotencia y derrota del protagonista, que se transformarán en esperanza y triunfo con “A phoenix”, «tema Sato» total en el que las cuerdas van in crescendo acompañadas en un segundo plano por campanas tubulares mientras nuevas pruebas aparecen para dar solución al caso.
En “Evening sun”, el compositor retrata con las cuerdas y un pequeño matiz marcial al particular héroe, su soledad y la que queda en los corazones de los familiares de las víctimas a pesar de que se haya hecho justicia, y con “Sad wings”, tema que cierra el CD, rinde homenaje a los fallecidos con un tema de corte espiritual gracias a la extraordinaria voz femenina que acompaña a la música, realizando un broche muy emotivo y perfecto para la historia.
Pasando a la parte de thriller-acción hay que mencionar grandes temas también y que llevan toda la esencia de Sato en su composición, pero sin lugar a dudas hay que destacar por encima de todos el brutal bloque que tiene que ver con el avión siniestrado, comenzando por “Inflexible bird”, que retrata la majestuosidad de un objeto que pesa toneladas, elevándose y surcando los cielos.
Acto seguido aparece “Severe earthquake” tema que nos muestra los momentos en que el avión falla y se precipita a su trágico destino. Es digno de elogio cómo Sato acompaña unas imágenes en las que la electrónica y teclados nos transmiten toda la tensión que la escena requiere, sin necesidad de que estas vayan más allá de mostrarnos la preocupación de los operarios de la torre de control y a los pasajeros con las mascarillas puestas mientras el pasaje les ayuda a tranquilizarlos, todo aunado en una espiral de adrenalina que finaliza con la desaparición del aparato en los radares magistralmente retratada por el músico nipón, el cual, sin dar respiro nos ofrece “Epicenter”, o lo que es lo mismo, el mejor tema de la banda sonora (que ya es decir) donde el poderío de las cuerdas nos desborda en una de las grandes escenas de la serie.
Sin extenderme más solo decir que Shizumanu Taiyô es una de las grandes bandas sonoras que nos ha dejado este recién finiquitado 2016. No la veréis como candidata o favorita en las listas de siempre que leéis por ahí, casi ninguna web especializada en música de cine la mencionará, pero no debéis dejar pasar su escucha y descubrirla, y para eso está este servidor, para gustosamente descubriros cosas así. |
No hay comentarios