Los misterios del Valle de Baztán |
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Cuando por una recomendación cayó en mis manos esta novela de Dolores Redondo me encontré con una de esas historias que te atrapan desde la primera página y ya no descansas hasta terminarla: un asesino en serie siguiendo un ritual, una zona geográfica con mucho encanto a la par que misterio, una protagonista de fuerte perfil y con un pasado que la liga irremediablemente al lugar de los crímenes, personajes secundarios que dan mucho juego y, para rematar la jugada, un elemento mágico y ancestral que fluye junto a la trama principal para otorgarle más interés y aumentar ese halo misterioso que rodea a dicha trama.
Con todos estos mimbres, Fernando González Molina ha realizado una película que ha sido toda una sorpresa para el que escribe, pues había elementos que llevados a pantalla, si no se tenía mucho cuidado con ellos, podrían haber mermado mucho la película. Afortunadamente no ha sido así y, al margen de estúpidos boicots por lo que ha dicho o dejado de decir una de las actrices, es una película que merece mucho la pena ver. Bien dirigida, con buenas interpretaciones y con un gran apartado visual con las localizaciones en Elizondo y el valle, las cuales son un personaje más en la película.
Para ilustrar musicalmente la película el elegido ha sido Fernando Velázquez, quien se ha imbuido totalmente del espíritu de la historia y ha compuesto una banda sonora que realmente funciona muy bien en todos los aspectos mostrados en pantalla.
Escucharemos en El guardián invisible una música que se moverá entre el drama y el thriller, a la que el compositor también añadirá las dosis justas para representar el elemento mágico que tiene la trama. El tema que abre el CD, «Viaje a Elizondo», es el que nos presenta el leitmotiv del score, muy bello en la característica composición para cuerdas que utiliza Velázquez en sus trabajos, leitmotiv que va asociado al personaje protagonista: Amaia, y que se esbozará en distintos pasajes del film.
En algunos de estos pasajes la música será oscura y opresiva, calándonos poco a poco como la lluvia que no cesa de caer en el valle navarro durante la investigación. Dicha vertiente aparecerá en temas como «Ha desaparecido otra niña» u «Otro hallazgo junto al río», donde unas inmisericordes notas a piano junto a sombrías cuerdas reflejan la monstruosidad a la que se enfrenta la protagonista. Ambos cortes cuentan con un elemento en común para retratar a las niñas asesinadas y el modo en que aparecen sin vida: las voces femeninas del coro que reflejan a la par un halo celestial, así como la inocencia de sus almas.
En el segundo de estos cortes también aparecerán otros dos elementos muy importantes en la partitura: por un lado el sonido de la txalaparta, que acrecienta la tensión en varios momentos de la cinta. El segundo es el asociado en forma de unas notas muy características a la parte mágica y ancestral de la historia, cuyo sonido recuerda al utilizado por Mark Snow en sus composiciones para Expediente X cuando se trataba también de representar algo de características similares.
Dentro del bloque creado para toda la vertiente de thriller e investigación encontraremos temas muy bien construidos y con la música de metales, cuerdas y piano al frente para acrecentar tensión. Temas como «El secreto de Montes», «Ir al origen», «El secreto de Freddy», «Los motivos del asesino» o «Algunas explicaciones», Este último ya muy pausado respecto a la tensión y misterio que acarreaban los anteriores y que sirve como liberación a la inspectora protagonista para poner cierre al caso del asesino en serie, no así al misterio del elemento mágico de la película, de ahí que este corte en sus últimos segundos finalicé con las notas de música asociadas a dicho elemento.
Pero sin lugar a dudas, dentro de este bloque temático los tracks que más brillan son «Amaia y su madre» y «Hallazgos macabros» por como van acompañando un encadenamiento de sucesos, y siendo el segundo de ellos el que acompaña a los que se dan simultáneamente en dos lugares distintos, en el cual Velázquez aúna todo los recursos con los que ha jugado en esta partitura, leitmotiv incluido, dando como resultado un impactante binomio música-imágenes para el clímax de la película.
Para finalizar no me quiero olvidar del precioso tema que es «La historia del Basajaun» y cómo este muta muy acertadamente de una bella melodía a algo amenazante para retomar acto seguido el discurso musical de su comienzo dando entrada al leitmotiv de la partitura.
No queda sino añadir que con esta banda sonora Fernando Velázquez no baja el pistón tras un año 2016 plagado de trabajos tan distintos y con tan buenos resultados en todos. De momento, en este 2017, el compositor getxotarra sigue por los mismos derroteros de buen hacer y calidad.
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