La pregunta planteada, a mi entender, resume certeramente el éxito de un formato musical que no decae, que no olvidan los productores y que al ser escuchada tiene un firme potencial de efecto, aspecto éste en el que se basa la fuerza de la música de Tyler para la presente película.
No creo que nadie osara negar la magna diferencia de calidad artística existente entre las grandes obras musicales para cine y esta partitura (y otras muchas del género); no obstante, sí me atrevo a calificarla positivamente. ¿Por qué? Quizá esta misma cuestión me la planteo yo. La profundidad sentimental de la obra es innegable, toda ella girando en torno a un tema principal (“Power Rangers Theme”) que, si bien podría ser de cualquier producción de acción, manifiesta una grandeza tan arrolladora que incluso fabrica un placer arrebatador, rebosante e incluso metafísico cuando uno la escucha de forma aislada. El ánimo, indudablemente, crece y la atmósfera que rodea al oyente se abrillanta espectacularmente.
La obra, referente de un filme muy pobre, se estructura en notas visibles, limpias y que bailan durante toda la obra facilitando un versionado continuado pero realmente interesante y llegando a construir temas cuidados aún siendo simples cosa que, hoy día, no es fácil de conseguir (“Confessions”). El ejemplo más claro y sobresaliente de todo el score lo encontramos en la pieza “It’s Morphing Time”, conglomerado de pausa bien hecha, aplicación de las notas base, versionado de calidad del tema principal (minuto 1:50 a 2:38) y una aparición de la melodía asombrosa tras el versionado. Sobresaliente.
El cuerpo central de la música no decae. Tampoco aporta nada nuevo. El artista cierra la composición con el motivo central en primer plano y la llegada, en los títulos de crédito, de la dinámica y vintage melodía de Shuki Levy. Brian Tyler se ha convertido en un producto, no cabe duda. Su particular método y estilo no evolucionan, tampoco propone y se limita a tener una irrupción en el mercado bastante interesante, pero no más allá del estancamiento absoluto. Inquietan por instantes sus temas principales, altera ligeramente el empleo de la percusión en sus piezas (más, si cabe, cuando proceden de experimentación y grabación propias del autor) y se mantiene en una línea suficiente a la hora del desarrollo de los trabajos. Así es Power Rangers.
LO MEJOR: La sonoridad y las emociones que genera el tema principal, pese a su sencillez y repetitiva estructura.
LO PEOR: La línea casi imperturbable de la zona central del trabajo, poco atractiva.
EL MOMENTO: “It’s Morphing Time”, compendio del buen hacer que aparece en la composición.
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