Fragmentos de una vibrante música de acción |
|
Los clichés que se han ido formando durante los últimos años en cuestión de partituras para superhéroes son un hecho abrumador, nada positivo y ya tristemente encasillado. No creo que sea un tema de compositores y sí, más bien, de directores. El carácter comercial de estas grandes producciones somete a sus genialidades en pro de las sensaciones fáciles para con los espectadores. Una pena, ya que la mayoría de estos artistas son grandes generadores de ideas y, de hecho, siempre se advierte en sus trabajos. Guardianes de la galaxia Vol. 2, de Tyler Bates, resulta una partitura que quiere escapar a formalismos y, apuntando intentos, consigue una notable estructura frenada, realmente, por dichos condicionantes.
La música de orquesta original para esta creación (existe también una edición discográfica de canciones) guarda dos frentes a destacar, eliminando la acción descriptiva que el compositor ya usara en la primera entrega: el intimista y los poderosísimos fragmentos de acción. Son estos últimos, sin duda ninguna, los que ofrecen un nivel a la obra digna de cualquier producción, incluso de terror, de seriedad artística y calidad sobresalientes: el tema “Space Chase” conmueve, desborda, sus detalles de cuerdas agudas llaman la atención y, de pronto, Bates forma (segundos 10 al 35) una transposición de notas y nos acerca al modelo atonal tan usado en los filmes de lo sobrenatural. No obstante, todavía su partitura gira, sorprendentemente, hacia otra admiración artística: segundo 50. Un tema, “Space Chase”, que me atrevería a incluir, sin temor, entre los mejores del presente año. La acción se ve matizada, en algún instante, por detalles de cierto atrevimiento, ya en el resto del score activo, como son matices electrónicos (por los que Tyler Bates no acaba, lamentablemente, por apostar) o la inquietante y hermosa guitarra acústica.
El tema principal del filme, continuando la primera entrega de la saga, aparece, en opinión de quien esto escribe, mejor trabajado y aplicado en esta segunda. Sin brotar de forma reiterada entre los instantes activos sobresalientes y, así, no generando particiones a los momentos de más logro, el motivo es ejemplarmente versionado en “Two-Time-Galaxy Savers” (a partir de 2:14) y demuestra el poder y las ganas de un Bates cortado por el formalismo del director y de la temática. La manera de modificar las notas melódicas, sin variarlas y sí cortándolas, da a la versión un carácter vital, dinámico y, al tiempo, serio (cuestión dificilísima de poder apreciar hoy día en un compositor).
En conclusión, obra interesante, notable, ante todo para saber lo que el artista es capaz de llegar a hacer (la parte coral es verdaderamente atractiva y formal llegando incluso a segundos de religiosidad) y también intuir lo que un filme de este tipo, hoy día, puede “prohibir” a su músico si no se apuesta, aunque los frutos sean positivos, por cierto cambio o atrevimiento en la composición.
LO MEJOR: Los fragmentos activos, de gran consecución, estructura y trabajo. Muy serios.
LO PEOR: El formalismo ya anquilosado del cine de superhéroes que parece no dejar espacio al atrevimiento.
EL MOMENTO: “Space Chase”, un tema fastuoso, bien cimentado, ejemplar y muy por encima de lo que la película exige a Bates. Una pieza a tener muy en cuenta.
|
No hay comentarios