El regreso del Indiana nacional, con regusto a aventura clásica |
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Luego que no venga nadie quejándose que: “…no hay música como la de antes en el cine actual…”, “… se ha perdido la melodía y la música orquestal…”, etc, etc, etc. Variaciones sobre esos comentarios hay infinitas entre los aficionados, algo sobre lo que sigo opinando que me parece tremendamente injusto y equivocado. Más aún con la auténtica colección de grandes compositores para cine que hemos tenido… y que seguimos teniendo, en nuestro país. Con estupendos trabajos de compositores jóvenes. Entre ellos un Zacarías M. de la Riva, que se prodiga menos de lo que a mí me gustaría (y a él, seguro), y del que hace un par de años tuve el placer de poder comentar su maravilloso trabajo para Autómata, una banda sonora que, para mí, fue una de las más destacadas del año (con bastante diferencia), y de la que se habló demasiado poco. Especialmente en comparación con bastantes otros trabajos más convencionales y que se llevaron bastantes más menciones.
Ahora vuelve de nuevo acompañando las aventuras y desventuras de ese entrañable albañil que es Tadeo Jones, en su segunda entrega. Eso, si no contamos el corto previo a la llegada a nuestras pantallas de la primera película (La Mano de Nefertiti) o la serie Descubre con Tadeo, para las que también compuso la música. Tras ese maravilloso trabajo, fue una desilusión que Enrique Gato, el director, no contase con Zacarías para su siguiente proyecto: la fallida Atrapa la bandera. Pero afortunadamente, sí ha vuelto para volvernos a hacer disfrutar de las nuevas aventuras de Tadeo y todos sus amigos.
Y es que, probablemente, Tadeo no sería lo mismo sin la música de Zacarías. Principalmente porque con sólo una primera escucha es evidente que el compositor no ha perdido el pulso que demostraba en la primera película. La partitura es todo un homenaje a las clásicas bandas sonoras de aventuras, cargadas de misterio, asombro y acción. No solamente por el variado, y muy elaborado, trabajo orquestal que nos asalta desde los primeros minutos de esa escena inicial que es “Misión bajo el agua”, sino por el sonido, gusto y estilo que la música y las orquestaciones desprenden al escucharlas. Especialmente por como Zacarías va dejando que todas las sensaciones que nos transmite la música, sean maravillosamente fluidas. Pasando de una a otra con una sencillez y un estilo realmente brillantes. Con lo que consigue un trabajo realmente compacto y muy disfrutable de principio a fin de sus más que generosos 50 minutos.
Uno de los primeros elementos con los que más he disfrutado es cómo el compositor aprovecha para irnos introduciendo los temas y elementos principales, que conforman toda la partitura, en las primeras piezas. La aparición del tema de Tadeo en los “Títulos de inicio”, y ese maravilloso tributo a Indiana Jones (que da parte de su nombre al personaje) es, obviamente, uno de los más memorables. Pero es que ese tono más ligero y cómico de “La historia de la momia”, es igual de entretenido y destacable, para presentarnos a otro de los protagonistas de la película. Y finalmente “Conociendo a Tiffany”, introduciendo la parte más emocional y con corazón de la historia, la cual por supuesto es parte importante de la trama. Sobre todo con esas notas del tema de Tadeo que aparecen, en esta ocasión, tocadas con ese mismo velo romántico y emocional. Sólo con esto, ya estamos metidos de lleno en la historia y en su banda sonora.
A partir de aquí, se trata de dejarnos llevar e ir disfrutando cada vez más de lo que nos ofrece la partitura. Entre lo más destacable, la manera en que la música nos va presentando la historia de Midas, con ese tono de asombro y fantasía, pero cargado de dignidad y nobleza, que marca de manera clara lo que representa dicha legendaria figura. Comenzando con “El Papiro del Rey Midas” y los primeros minutos de “La leyenda del Rey Midas”, la orquesta ya nos ha transportado a ese mundo. Luego ya los elementos más ligeros y divertidos, así como los más potentes y de acción que salpican los mismos, sirven para que la música comience a acompañar a las imágenes, historia y personajes que van a ir pasando ante nuestros ojos en la pantalla.
El grueso de la banda sonora ya va a ir jugando con todos estos elementos según la película los vaya necesitando para hacernos acompañar a todos los personajes y hacernos sentir en su piel. En ocasiones será el elemento fantástico el más destacado, como en “El Templo Rojo de Baal”, “Llegan a la Alhambra” y “La fuente de los Leones” (con un maravilloso cambio de colores y tono en la música que nos transporta al sur de nuestro país), “La Montaña” o, el definitivo, “La tumba de Midas”. Incluso fuera de las imágenes, la música consigue perfectamente transportarnos a esos parajes de fantasía maravillosos. En otras ocasiones va a ser el misterio y la tensión, los que acechen a nuestros personajes, en la figura de su antagonista: Rackham. Y es que no todo puede ser disfrutar, hay que sufrir un poco para conseguir lo que deseamos. Y ahí están “Rackham interroga a Sara”, “El bastón de Rackham”, “Debajo de la Alhambra” y “Rackham se lleva el cuaderno”. Con el peligro acechando en cada esquina, y en oscuros pasajes que nos llevan hasta la siguiente etapa de este misterio a descubrir.
Pero todos estos momentos cuentan con la presencia de los elementos principales y que hemos conocido al principio de la banda sonora, lo cual crea una sensación de cohesión y variedad tremendamente entretenidos a la misma. Desde la participación de las secciones vientos y cuerdas, que proporcionan ese claro carácter clásico de animación y cierto humor a nuestra compañera Momia; pasando por la aparición del tema de Tadeo, cuando este resuelve la situación, o el de Sara cuando las emociones de los protagonistas saltan a primer plano. El conjunto es realmente brillante y hace imposible aburrirse mientras se le escucha. Y eso que aún no he mencionado los estupendos múltiples momentos de acción que nos asaltan en esta búsqueda por todo el mundo. Desde el brutal “Rackham secuestra a Sara” hasta toda la parte final de la aventura con “La pelea” y “Aplastando a Rackham”, la fuerza y la aventura están presentes a lo largo de toda la banda sonora. Proporcionando, de esta manera, el elemento final que redondea un conjunto realmente brillante, y que consigue superar (al igual que la película) el resultado que disfrutamos en la primera aventura de Tadeo.
Cuando la partitura concluye cerrando el círculo emocional (“Sacrificio por amor” y “La tumba de Midas”), la sensación que nos queda es la de haber disfrutado de una maravillosa aventura. Incluso sin la necesidad de acompañar a las imágenes. Una banda sonora que lleva a gala el traernos ese tono y estilos clásicos del cine de aventuras, y de una manera orgullosa y evidente. Sin querer enmascararlo con artificios modernos o complejos, simplemente buscando sacar a la luz los sentimientos y sensaciones necesarios para ir desarrollando la historia, la partitura es todo un ejemplo de como ese estilo en la actualidad sigue funcionando perfectamente. Uno de esos trabajos de los que simplemente queda agradecerle al compositor, y al director que le ha permitido seguir esa línea, el regalo de dejarnos formar parte de esta aventura cada vez que le demos al “play” con esta banda sonora. Pocos agradecimientos mejores se me pueden ocurrir dedicarle. |
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