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The Nut Job 2: Nutty By Nature

(Operación Cacahuete 2. Misión: Salvar el parque)
Heitor Pereira
     
Año:   2017
Sello:   Varèse Sarabande
Edición:   Normal
Nº Tracks:   17
Duración:   55:40
     
Ficha IMDB
Web del Compositor
 

 

Reseña por:
Fernando Fernández

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1. Hard Work And Determination (1:43)
2. Le Jackpot (2:45)
3. Bigger Plans (1:05)
4. There You Are (3:04)
5. Weapon Of Mouse Destruction (2:12)
6. Eat! Eat! Eat! (0:40)
7. Tonight, We Dine On Squirrel (2:00)
8. Run, Doggies, Run! (1:27)
9. Find The Mayor’s House (1:02)
10. Parktopia (1:50)
11. Welcome To Liberty Park (1:07)
12. You Saved The Park (1:28)
13. Dinner Is Served (0:56)
14. I Don’t Have Time For Traffic (0:58)
15. Stealth Mission (2:00)
16. Surly (1:33)
17. Your Heads Are Going On The Wall (1:52)
18. It’s All My Fault (3:47)
19. They’ll Follow You Anywhere (1:52)
20. Aerial Campaign (2:13)
21. Mr. Feng Will Be Happy (3:10)
22. Take Them Out (1:03)
23. Take Cover (1:12)
24. We’ve Only Got One Shot (4:01)
25. We’re All Gonna… Live! (2:30)
26. Surly Suite (5:22)
27. Everybody Get Nuts (3:03)

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«Run, Doggies, Run!»

 

«Take Them Out»

 

«Surly Suite»

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El sentido de la acción y diversión de la música. Desde luego, si somos capaces de poner el cerebro en piloto automático y dejarnos asaltar por las decenas de ritmos, estilos y sensaciones de la banda sonora, podremos llegar a disfrutar de la misma.

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Por un lado, lo excesivamente cercana que la música es con respecto a la acción en pantalla, lo cual le quita muchos elementos de contacto a su escucha aislada. Y especialmente, la falta de un foco o idea clara en la banda sonora. Casi parece como si cada vez que se le hubiese ocurrido una idea que podía ser interesante, no hubiese habido ningún proceso de discriminación y directamente se hubiese decidido incluirlo. El problema es que la posible coherencia de la partitura salta por los aires.

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Si tuviera que elegir, probablemente me quedaría con los momentos de acción pura y dura orquestal, en los que los motivos principales van haciendo aparición y en los que mejor se aprecia el claro sentido de la diversión de Heitor Pereira. Con “Run, Doggies Run!” o “Take Them Out” como mejores ejemplo de ello.

BSOSpirit opina

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Nota media: 6,00

Ángel Aylagas (7), Fernando Fernández (7), Asier G. Senarriaga (5), Juan Ramón Hernández (6), Antonio Miranda (4), David Sáiz (7)

 

Música animada, perdida y sin demasiado rumbo

Para mí la animación es uno de los géneros cinematográficos que mejores satisfacciones nos trae a los aficionados a la música de cine. Es un terreno abonado para permitir prácticamente cualquier tipo de estilo. Desde el más clásico al más antiguo. Pero sobre todo para el desarrollo de una música cargada de melodías y temas. Como si del corazón emocional y humano de esos personajes animados se tratase. Con lo cual el resultado suele ser siempre apreciado y disfrutado por buena parte de los amantes de la música para el audiovisual. Incluso en películas de carácter independiente, animación no tradicional, o películas que suelen pasar desapercibidas en taquilla, el resultado siempre suele ser atractivo.

Eso no quita que en ocasiones el trabajo pueda ser un poquito pedestre. Secuelas, o películas que terminan un poco más perdidas en cuanto a dirección y sentido, pero que en ocasiones siguen permitiendo un entretenido trabajo musical. La verdad es que este no parece ser uno de esos casos. A pesar de que quien firma la partitura es ya todo un experto en la animación, siendo el responsable de las bastante más entretenidas bandas sonoras para las sagas de Despicable Me y esos divertidísimos personajes que son los Minions. The Nut Job 2 es una sorprendente continuación de una película que, personalmente, me pareció tremendamente entretenida. Aunque sí que es verdad que pasó con más pena que gloria por las pantallas de los cines de todo el mundo. Tres años después nos llega esta secuela que engancha directamente con el final de la anterior, pero que parece que la crítica no ha terminado de darle su visto bueno.

El responsable de la banda sonora de la película original, Paul Intson, realizó un trabajo adecuado y muy entretenido. Sin embargo, y a pesar de que muchos de los responsables de aquella producción son los responsables de esta secuela, parece que se ha decidido seguir el camino de las taquillas y la marca conocida. Como mencionaba antes, Heitor Pereira se apunta como responsable de la banda sonora para The Nut Job 2. Pero la verdad es que a pesar de que se adivina su habilidad en esta partitura, y parece mantener ese tono tremendamente animado, divertido y homenajeador tan habitual suyo, el resultado en conjunto es bastante pobre. Con una banda sonora muy esquizofrénica y que, salvo contadas ocasiones, parece querer apuntar a todas partes sin terminar de fijar un objetivo claro. Al menos más allá de acompañar a estos habitantes del parque en una completa aventura animada excesivamente alocada.

El principal problema que tiene la banda sonora es que es una de las que más parece seguir el clásico estilo de “mickeymouseing”, con la música muy relacionada con la acción que transcurre en pantalla. Por lo menos es una de las que de manera más acentuada lo utiliza, de las que he escuchado en los últimos años. Con ello, la música puede ser original en su orquestación y muy variada, pero la música pierde un componente principal de disfrute. Principalmente porque en la gran mayoría de las piezas, el desarrollo de temas o de la acción se ve interrumpida por una música tremendamente efectiva con la imagen, pero específicamente efectista en escucha aislada. Con lo que la escucha es un poco “accidentada”.

Pereira le proporciona un motivo bastante pegadizo a la ardilla protagonista, Surly, que es breve, sencillo y permite mucho juego a la hora de ser utilizado en la partitura. Pero este ya nos da una idea de lo que termina de funcionar en la banda sonora. “Surly Suite” podría haber sido la clásica suite de concierto final donde se aprovecha para presentar el motivo o el tema de manera completa y con toda la orquestación trabajando para hacer disfrutar al oyente. Sin embargo, sus más de cinco minutos de duración terminan por hacerse aburridos ya que es una interminable repetición del mismo motivo, una y otra vez, en diferentes arreglos y ritmos con no demasiada variación. Algo que podríamos señalar es el mismo problema de su banda sonora. Sí que es verdad que el motivo de Surly es entretenido y lo suficientemente pegadizo como para que sus apariciones en la música sean interesantes. Pero suelen hacerlo acompañados por esa música de carácter tan incidental. Es de suponer siguiendo los líos y meteduras de pata de su peludo protagonista. Desde el tema inicial, podremos comprobar su presencia. “Hard Work and Determination” es todo un ejemplo de lo que nos espera en el resto de la banda sonora. Melodías, motivos, música incidental y así hasta el infinito. Repetido en breves intervalos a lo largo de toda la pieza.

En una banda sonora tan variada, los estilos y atmósferas que vamos encontrando son realmente muchos. Por supuesto que la acción cómica está muy presente, en muchas ocasiones ofreciendo una sensación de caos orquestal que parece demasiado exagerado como con “Tonight, We Dine On Squirrel”, “Run, Doggies, Run!” (incluyendo un muy divertido juego entre voces agudas y graves, en vez de instrumentos) “Take Them Out” o “Your Heads Are Going On the Wall”. Sí que es verdad que probablemente esta sea la parte más entretenida de la banda sonora, especialmente si nos dejamos llevar por el simple divertimento adrenalínico que ofrece. Pero eso sí, afectada por ese efecto de personalidad múltiple que sufre. Y es que la acción no tiene reparos en mutarse en piezas de claro carácter jazzístico como “Welcome to Liberty Park” o “I Don’t Have Time for Traffic” (con sección de metales, batería y guitarra incluidos). O incluso marcarse cortes que parecen sacados de una película de acción setentera como “Take Cover” (con silbatos y ritmos de bajo incluidos) o “Eat! Eat! Eat!” (que parece sacada directamente de Pulp Fiction).

Dentro de este tono de acción, y aparte del motivo de Surly omnipresente en la partitura, el otro elemento memorable es probablemente el que sea también el más interesante de la película. Y es que en esta secuela se introduce a un nuevo protagonista. Un ratón blanco muy mono que resulta ser un auténtico gángster cargado con problemas de control de ira: Feng. Lo más interesante es que, en su versión original, la voz se la proporciona el mítico Jackie Chan. Lo cual es aprovechado por Pereira para introducir diversos motivos de percusión metálica con un aire claramente oriental. Dicho motivo se escucha en la primera aparición del personaje en “Weapons of Mouse Destruction”, pero vuelve a hacer aparición con su alianza con Surly que comienza a desarrollar la trama principal de la película. “Find the Mayor’s House” entremezcla los dos motivos principales, aunque luego no vuelve a utilizarlo demasiado hasta la parte final en “Mr. Feng Would Be Happy” y “We’ve Only Got One Shot”.

La banda sonora también aprovecha para presentar algún momento emocional. En ocasiones más evocador y con un claro aire de americana como en “Le Jackpot” (con toque parisino incluido), “Stealth Mission” o “They’ll Follow You Anyway”; o romántico como en “There You Are” o “It’s All My Fault”; o vital como “You Saved the Park”, “Parktopia” y la conclusiva “We’re All Gonna… Live!”. El conjunto puede ser divertido y tremendamente variado. Pero la sensación final es un poco de agotamiento para el oyente. Es como si el compositor se hubiese visto asaltado por multitud de ideas y sugerencias, todas las cuales pelean por tener su momento en la partitura. Y sin embargo, incluso a pesar de contar con algún motivo que sirve de hilo conector a la misma, la sensación que nos queda es de haber escuchado un poco de todo sin un foco claro de atención. Al menos ninguno más allá de proporcionar el lienzo de base de una animación sin freno. Tremendamente entretenida y cargada de acción, pero sin ningún foco, evolución ni coherencia. Y es que, como decía esa ya mítica campaña publicitaria: “… la fuerza sin control no sirve de nada…»