Justice League of Whedon… o no… |
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Creo sinceramente que, si esta Liga de la Justicia se hubiese estrenado en otro momento, las opiniones vertidas en su contra serían sumamente minoritarias. Pero ahora, en un mundo donde quejarse y saber de todo es la marca, esta nueva entrega cinematográfica de las odiadas andanzas de los héroes de Warner/DC, ha sido recibida con bastante desagrado y algo más terrible, frialdad.
Y es que hemos llegado a un momento que, lo reconozcamos o no los aficionados a los cómics, hay un saturación muy clara y patente del género superheroico en el cine. Para mí esta película no es mucho peor que Vengadores: La era de Ultrón, que fue posiblemente de las primeras del género que acusó la inminente fatiga de este. Pero la segunda entrega del mayor equipo de superhéroes Marvel fue bien recibida, a pesar de que ha ido envejeciendo el doble de lo normal cada año que pasaba desde su estreno, mientras esta Justice League esta coleccionando «yoyas».
La Liga de la Justicia da lo que se pide de ella. Es un entretenimiento de primer nivel, con algunos momentos en pantalla realmente espectaculares, solo como Zack Snyder puede rodar (por mucho que le pese a quien le pese). Pero a la vez es una colección de escenas a veces innecesarias (¡Hola, familia rusa!), otra veces injustificadas, que demuestra el desastre que fue su definición final.
Está claro que es una película con un tono mucho más accesible y luminoso que la vilipendiada Batman vs Superman, una película que produjo urticaria a todo fan total del Superman de Richard Donner.
Y lo es, no porque San Joss Whedon entrara en escena, sino por petición expresa de una Warner que veía cómo unos personajes con tantas posibilidades comerciales eran maltratados en taquilla por unas historias demasiado oscuras. O ese era el problema, según decían todos, que comenzó con la innombrable Man of Steel el origen de todo mal a exorcizar.
Whedon ya llegó cuando el pescado estaba vendido, pero no parecía eso meses antes del estreno de la película, cuando Snyder se dio de baja por un triste problema familiar y Whedon entró para poner la casa patas arriba. Para arreglar ese desastre que Snyder había hecho. Para salvar los muebles y erigirse con ese Dios verdadero, un fan de los cómics de verdad, que salvaguardó la continuidad comiquera DC y el honor de sus personajes.
Claro, uno empieza a ver la película y solo ve a Whedon acreditado en tareas de guionista y se pregunta dónde está el Dios salvador que foros de medio mundo loaban. ¿No era al menos codirector de esta película? Uno se queda perplejo cuando nada más empezar esta, vemos un clarito «Una película de Zack Snyder», para después seguir con unos magníficos créditos (muy Snyder, por cierto, a lo Watchmen) con un «Director – Zack Snyder».
Sinceramente no lo entiendo.
Ante este desconcierto, uno busca más datos sobre “quién fue quién” en la realización de la Liga de la Justicia, y aunque aún es pronto para saber lo ocurrido, ya empiezan a moverse conjeturas en la red sobre qué escenas rodó Snyder y cuáles rodó Whedon. Nada oficial.
Lo que al menos a mí me queda muy claro es que bastante bien ha quedado la película después de los cambios, las idas y venidas que, según estas web comentan, ha sufrido la película por culpa de la ida de Snyder y la llegada de Whedon. Y la familia rusa. No olvidemos la familia rusa. Una de las cosas más absurdas que he podido ver en una película de superhéroes.
Yo sin Elfman no soy nadie
Poco se ha hablado de lo sucedido en Vengadores: La era de Ultrón. Bueno, se ha hablado mucho por parte de los aficionados, pero nada sobre lo sucedido en la trastienda con la banda sonora de la película. El que os escribe sí sabe lo que paso. Ya con las aguas calmadas lo pregunté a un amigo que está muy metido en la industria de Hollywood y me contó lo sucedido. De ahí pude clarificar lo fanboy de la banda sonora orquestal ochentera que es Whedon. Algo muy bueno para aquellos aficionados que recuerdan viejos tiempos mejores que los presentes. ¿Pero eso es bueno para el resultado final de la película? ¿Esos compositores de los ochenta que finalmente ocupan el puesto de compositor en sus películas de superhéroes entregan la banda sonora que un fan de la música orquestal de los ochenta querría?
Porque vamos a ser sinceros. Ni Vengadores de Alan Silvestri, ni Vengadores: La era de Ultrón, ni mucho menos esta Liga de la Justicia de Elfman son ochenteras. No son The Orville, esa maravillosa serie con una banda sonora que parece compuesta en esos idílicos ochenta.
Y mira que la de Alan Silvestri puede salvarse. Es una más que correcta banda sonora con un muy buen tema principal. El resto digamos claramente que no está a la altura del mejor Silvestri.
Y volviendo con Vengadores: La era de Ultrón, lo hecho allí sigo sin entenderlo. La versión muy resumida es que Whedon quería a Elfman y no a Tyler, y eso produjo una situación en la que Brian Tyler, el creador de la sintonía de Marvel Studios (ahora compuesta por Michael Giacchino) no fuese contratado más para ningún proyecto Marvel. Yo lo veo una pena, que queréis que os diga.
Y sí, para mí los mejores temas en esa banda sonora son los de Elfman, pero no dejaban de ser versiones del tema principal de Silvestri (repito, un gran tema).
Así que cuando Snyder salió del proyecto de la Liga de la Justicia y entró Whedon trajo consigo a Elfman y largó a Junkie XL. No entiendo muy bien que Synder siga siendo el director de la película y que esta siga siendo SU película, tal como versan los créditos de inicio, habiendo tomado el estudio una decisión tan importante como cambiar el compositor. Y más cuando ambos no pueden tener estilos más diferentes.
Junkie XL emitió un comunicado muy elegante y correcto, deseando lo mejor para Elfman y Whedon. Un diez para el caballero. Y Elfman comentó en una entrevista que volverían los temas míticos de los superhéroes que formaban parte de la Liga de la Justicia, entendiendo que el tema de Superman de siempre era el de John Williams y no el de Hans Zimmer y dejando claro que el tema de Batman era el suyo. Mientras, Hans Zimmer estaba leyendo estas declaraciones en el baño durante su momento “All-Bran”.
Para este viaje no necesitábamos tantas alforjas
Está claro que la película cambió radicalmente con la entrada de Danny Elfman en la banda sonora. ¿O no?
Pues la primera impresión que nos llevamos no fue esa. El primer corte que liberan para que todo el mundo empezase a hacer palmas con la música de Elfman fue «Hero’s Theme». Os reconozco que se me quedo cara de WTF.
«¿Habían sustituido a Junkie XL para evitar el sonido Remote Control y ahora llegaba Danny Elfman y nos presentaba un tema como este, que perfectamente lo podrían haber hecho en Remote Control? Venga, vosotros estáis jugando conmigo.»
No daba crédito. Luego salió la banda sonora, días antes del estreno de la película, y no quise escuchar nada. Me emplacé a ver la peli y la música de Elfman de la mano.
Y entonces comprobé que ese «Hero’s Theme» no era ni por asomo representativo de lo creado por Elfman para la banda sonora de Liga de la Justicia. Todo tenía un perfil mucho más orquestal. Tan orquestal que el compositor, no sabemos si por decisión suya o petición de Josh Whedon, decidió aportar una versión eminentemente orquestal del tema de Wonder Woman de Hans Zimmer.
Bien, es lícito darle un giro orquestal a una franquicia de superhéroes que estaba monopolizada por un sonido Remote Control. En algunas entregas como la de Batman vs Superman, con un sonido muy industrial. Muy denso y atmosférico.
Era el momento de un cambio hacia la épica más orquestal. Pero ¿En verdad la banda sonora de Danny Elfman lo era? ¿Era ese cambio a otros tiempos mejores, los melódicos ochenteros?
Permitidme que yo no lo vea para nada así.
No demoraré más mi valoración global de esta banda sonora. Creo que es una de las menos conseguidas del compositor y posiblemente de las menos acertadas. No sé si es por decisiones propias o por directrices de Whedon o de los productores.
Empecemos por ese afán que tiene de apuntar distintos temas asignados a los superhéroes que participan en la trama. Una práctica magnifica si es bien utilizada. Pero creo que no es el caso.
La comentada Wonder Woman ve su tema versioneado a nivel orquestal. Para mí, pierde toda la fuerza que la versión más eléctrica de Zimmer aporta al personaje. Funciona, porque es un grandísimo tema. Pero le falta algo. Nada que ver con el tratamiento continuista que el compositor Rupert Gregson-Williams realizó en la película en solitario del personaje. Puestos a intentar ser continuistas y querer ser más clásicos en el acercamiento instrumental, deberían haber cogido el tema del personaje que Rupert creó para esta película. Un lugar intermedio para mí que no funciona. Y el tema, no es muy utilizado. Una vez para presentar al personaje y luego parece que le diera picores el volver a utilizarlo. ¡Como si el personaje no estuviera presente en la trama global!
Superman es posiblemente el personaje mejor utilizado musicalmente en la banda sonora. El tema superheroico inmortal creado por John Williams brevemente se apunta en un momento clave de la película (el mejor), que va destilando tonalidades oscuras y ciertamente tenebrosas. Todo muy bien justificado por las imágenes. Aquí Elfman deja bien claro su experiencia y bagaje profesional. Presentando su momento más lúcido, sabiendo que nada puede sustituir ese tema de Williams (lo siento por Zimmer y ese afán suyo de experimentar continuamente, que es algo que valoro personalmente, pero que creo es una equivocación a la hora de tratar musicalmente un personaje tan icónico en nuestra cultura universal como es Superman). De todas formas, el alter ego de Superman, Clark Kent, disfruta de un tratamiento mucho más convencional y, desde mi punto de vista, mejorable.
Puestos a rescatar el Superman de Williams, hay un momento de la película que conecta directamente con ese otro de la canónica película de Richard Donner, donde Clark comparte una afectiva conversación con su madre. Hubiese sido perfecto rescatar también el maravilloso «Leaving Home» de John Williams, en un momento donde ya cerraríamos el círculo del tratamiento musical de este personaje dual.
En el caso de Batman, tenemos el momento más delicado y posiblemente el más abierto a opiniones. La mía es clara. Danny Elfman se equivoca a utilizar el inolvidable tema del Batman de Burton, aunque sea suyo.
Es cierto que nuestro fanboy interior saltó de entusiasmo y alegría. Personalmente considero que Batman es mi banda sonora favorita del compositor. Ahí es nada. Creo además que su main theme fue el primero en sacar la cabeza y con orgullo después del imperio absoluto del main theme de Superman. Existía más vida para los temas musicales superheroicos aparte del del creado por John Williams para Superman.
Pero qué queréis que os diga, este tema no pega ni con cola con la versión de Batman que encontramos en Justice League. Un estilo musical recargado, gótico, denso, para un personaje oscuro eminentemente «burtoniano» no tiene nada que ver con un Batman de tecnología militar que vive el crepúsculo de sus días de superhéroe. Nada que ver.
Personalmente cada vez que aparecía el tema de Batman la banda sonora me sacaba de la película. Era como un «¡Vamos chicos!», de esos típicos que uno hace para intentar levantar un ambiente mortecino y lo hace a sabiendas de que ni uno mismo está convencido. Por eso que hubiese dado lo que fuera por ver un nuevo tema de Batman creado por Elfman. Ver como trabajaba ante la complicada tarea de crear algo nuevo a partir de una obra propia realizada hace casi treinta años. Eso si hubiese sido algo valiente, fresco y totalmente nuevo. Tres valores que podemos encontrar a día de hoy en el mundo de la TV, pero ninguno de ellos en el de cine actual. Una pena.
Fuera de los temas pasados, encontramos por supuesto el tema de la Liga de la Justicia. Vamos, el tema central de la película. Y lo siento, pero me parece muy mediocre. Falto de personalidad, pegada y esa grandiosidad épica que se le espera a un equipo de estas características. Es muy utilizado en la película, pero a pesar de las veces que nos resuena en nuestros oídos, no queda en ellos.
Por ahí se escucha un amago de tema para Flash, otro para Aquaman, pero nada, absolutamente definido y concreto.
La banda sonora en su conjunto podría definirse como una gran bolsa donde ir arrojando distintos leitmotivs, muchos temas de acción, autorreferencias, y sonido orquestal de gran scope. El sabor final es heterogéneo y con falta de cohesión temática, además de una evidente falta de cohesión conceptual con el resto de películas del universo cinematográfico DC actual.
Uno no entiende por qué. Si se le ha pedido a Josh Whedon que las escenas añadidas tuvieran un estilo similar a lo grabado con anterioridad por Snyder, sería comprensible que a Elfman se le hubiese pedido que la banda sonora tuviera un estilo que no se alejara en demasía a lo compuesto por Zimmer, Junkie XL o Rupert Gregson-Williams, para las anteriores entregas cinematográficas de superhéroes DC. Pero no ha sido así. Salvo el comentado «Hero’s Theme», el resto es una banda sonora que reúne todos los elementos necesarios para satisfacer al fan de la música orquestal que es Josh Whedon. Lo que podríamos llamar como «orchestral porn».
Así, Elfman rompe lazos no solo con las obras anteriores de estos compositores comentados, sino incluso con alguna de sus más interesantes y contemporáneas partituras. Aquellas en las que el compositor no tiene miedo a utilizar electrónica o elementos eléctricos. Véase la maravillosa Acero Puro (Real Steel, 2011).
Así, «Final Fight» es la representación perfecta de lo que es la banda sonora de Justice League, un compendio de lo mejor y lo peor de esta, a años luz de lo que un grandísimo compositor como Danny Elfman es capaz de entregarnos.
Conclusiones
Cuando una película pasa por un calvario para dar a luz es complicado tener un resultado final sólido y compacto que arroje al espectador una sensación de que todo se ha realizado a través de buenas ideas. Eso se traslada obviamente a la banda sonora, que como bien sabemos los que llevamos tiempo en este mundillo, es lo primero que sale por la ventana (y sino que se lo digan a Junkie XL).
En este caso que nos ocupa, con Justice League estamos ante una película que se presenta como un verdadero Frankenstein formado por formas de ver el cine a cual más diferente. Por un lado una pieza troncal que ha compuesto Zack Snyder, un director que seguía la línea de coherencia (para bien o para mal, esto ya a gusto del espectador) de los anteriores productos de DC cinematográfico actual, un director con un estilo muy marcado y que ha aportado el lado más épico y visual de la película. Y por otro Joss Whedon, encargado de terminar una película (y por lo que parece cambiarla radicalmente, por los cambios múltiples filtrados por redes sociales) a su gusto y el de los productores veletas (si no funciona un DC más oscuro, metamos algo de luz en él con la ayuda del tío que estuvo detrás del existo del mayor supergrupo de la distinguida competencia).
El resultado es cuanto menos irregular. Tenemos escenas espectaculares, con otras incomprensibles (¡hola de nuevo, familia rusa!), y un conjunto que sabe a entretenimiento de usar y tirar.
La banda sonora de Elfman busca contentar al fanboy que no veía con buenos oídos las anteriores aportaciones de los chicos de Remote Control, y que buscaban un tratamiento musical más cercano al Superman de Richard Donner. Es decir, melódico y orquestal.
Elfman consigue ser más orquestal, pero no mas melódico. Nos entrega una banda sonora plagada de referencias a obras propias y ajenas, donde lo más destacable es el uso excelente del tema de Superman de Williams. Pero el resto de su banda sonora es ramplona, falta de frescura, imaginación y de momentos melódicos a retener. Es un Elfman a medio gas, donde acumulamos un sinfín de momentos de acción, donde la orquesta provoca en el oído un sentir de exceso, de falta de mesura y control de los distintos instrumentos de la orquesta. Un tanto caótico todo, en clara respuesta al proceso de confección de esta película.
Para el que escribe, toda una oportunidad perdida.
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