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Happy Death Day

(Feliz día de tu muerte)
Bear McCreary
     
Año:   2017
Sello:   Back Lot Music
Edición:   Normal
Nº Tracks:   9
Duración:   39:57
     
Ficha IMDB
Web del Compositor
 

 

Reseña por:
Fernando Fernández

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1. Day One (5:26)
2. Day Two (6:05)
3. Day Three (4:18)
4. Day Four (2:17)
5. Hospital Pursuit (5:55)
6. The Bell Tower (3:30)
7. Righting Wrongs (3:40)
8. Tree Takes Control (4:30)
9. The Cupcake (4:16)

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«Day One»

 

«Hospital Pursuit»

 

«The Bell Tower»

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La originalidad y frescura de la composición de McCreary. Da lo mismo que tenga 200 proyectos al año. Es capaz de crear algo nuevo incluso aprovechando tópicos. Hay pocos compositores con su capacidad ahora mismo.

ImagenLa brevedad de la música. Aunque también es verdad que los recursos electrónicos modificados que utiliza pueden asustar a los no aficionados a los mismos.

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Sin ninguna duda, los brutales momentos de acción. Específicamente “Hospital Pursuit” y “The Bell Tower”, una conjunción de orquesta y efectos electrónicos brillantes, reforzados por una música de corte “herrmannesco”, en la que la sección de cuerdas debió terminar con las manos destrozadas.

BSOSpirit opina

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Nota media: 7,62

Ángel Aylagas (7), Josep Manel Blanch (7), Fernando Fernández (9), Asier G. Senarriaga (8), Juan Ramón Hernández (7), David Martínez (7), Jordi Montaner (8), David Sáiz (8)

 

Ahora entiendo que digan que el género de terror es repetitivo

Parece mentira, pero han pasado ya prácticamente siete años desde que el compositor Bear McCreary nos hizo disfrutar en la ciudad de Úbeda de su trabajo para series como Battlestar Galactica, Human Target, The Walking Dead o Sarah Connor Chronicles. Y es que Bear McCreary es uno de esos compositores que no ha parado de desarrollarse y continuar trabajando en televisión y cine para producciones de muy diferentes estilos. No deja de tocar todos los géneros, siempre rodeado de sus habituales colaboradores y familia, y normalmente con un estilo y toque muy especiales. Entre ellos, el terror es uno de los que ha tocado en ocasiones, a lo que se le suma que encima es un auténtico fan de muchos géneros como este. Así es normal que el resultado de su trabajo sea, como mínimo, original e interesante.

En esta ocasión Happy Death Day es una película plagada de tópicos. Más aún, es una de esas películas que yo denomino OIP’s (One Idea Productions). Es decir, a alguien se le ocurre una premisa en base a mezclar tópicos en una idea, que es lo suficientemente sencilla y atractiva para una productora, y se saca adelante. En esta ocasión la idea es: ¿Qué ocurriría si mezclo la trama de Groundhog Day con un “slasher” juvenil? Y aquí tenemos el resultado. La película de Christopher Landon se beneficia principalmente de contar con un original guión de Scott Lobdell, Un experto guionista del mundo del cómic conocido por su trabajo con las sagas de La Patrulla X en los noventa, y Los 4 Fantásticos, que aquí obtiene su primer crédito cinematográfico.  La historia sabe tocar los diferentes tópicos y aprovecharlos en su beneficio para crear una mezcla entre comedia negra y slasher. Aunque al ser realizada con una clasificación PG13 en mente, poca sangre y salvajada hay que esperar de ella, lLo que la hace perder una parte de su interés a aficionados.

Una de las de razones de la calidad de McCreary en sus composiciones es la gran capacidad que tiene de saber ir más allá de esos posibles tópicos, mientras, al mismo tiempo, sabe jugar precisamente con todas esas convenciones y aprovecharlas en su beneficio. Es raro escuchar una banda sonora compuesta por McCreary en la que no aporte directamente en la música, de alguna manera, elementos presentes en la historia. Y encima buscando aportar elementos que la hagan original para que el sonido y las sensaciones finales sean muy diferentes entre sus trabajos. Aquí vamos a encontrar una serie de ellos que ayudan a convertir a la banda sonora en una más que interesante amalgama de acción y suspense, con algún toque más humano.

Lo primero en que se aprecia perfectamente la destreza y calidad con que McCreary combina los diversos elementos que pone aquí en juego. Es la capacidad de evolución que se aprecia en los primeros cuatro temas de la banda sonora. Desde el “Day One” al “Day Four”, McCreary nos presenta los cuatro primero días revividos por nuestra protagonista. La música, al igual que en la película nos muestra una evolución clara. “Day One” nos presenta lo que sería el estado inicial de la realidad. Para ello introduce, tras unos momentos de tensión inicial con unas notas en decrecendo, el tema principal de la protagonista. En guitarra y electrónica, muy rítmico y vital, con un tono casi popero y en el que sólo las cuerdas y sus líneas melódicas le proporcionan cierto tono de seriedad. Los más de cinco minutos se desarrollan en esta línea, hasta ser interrumpido por unos efectos y silencios que crean una atmósfera de tensión y que estallan violentamente con un golpe de acción orquestal brutal.

Perfecto. Hemos asistido al primer día. Pero, ¿qué ocurre cuando todo vuelve a empezar? Pues “Day Two” vuelve a desarrollar exactamente los mismos temas y motivos inicialmente. Lo que cambia es que la tensión dramática introduce un primer momento de rotura alrededor de los dos minutos del corte, aunque vuelve a retomar el tema principal inicial y lo continúa desarrollando de la misma manera. Lo que ocurre es que ahora la parte de tensión dramática y la explosión de terror final ahora se alargan, con la orquesta y los efectos electrónicos jugando un papel más importante. Ligeras variaciones, pero importantes en el desarrollo. A partir de aquí, una vez que ya tenemos claro que el día se repite, la música ya no es igual.

“Day Three” acorta la introducción del tema de la protagonista para entrar directamente en la tensión dramática y el terror, aunque sigue manteniendo cierta parte de la electrónica repetitiva del tema inicial y desarrollo básico del primer tema, pero en esta ocasión enterrada bajo estallidos muy ‘herrmaniacos’ en las cuerdas que nos remiten a Psycho. Curiosamente, aquí es donde McCreary introduce entre sus efectos muy claramente un juego de voces y sonidos retocados electrónicamente con los que representa a Baby Mask, el asesino enmascarado de la película. Y ya finalmente “Day Four” carga directamente entrando en el momento de acción y terror, potente y directo. Sin entretenerse más que con la breve aparición del tema de la protagonista.

La curiosidad que merece la pena explicar para quien no la conozca es que ese juego de voces y sonidos extraños, retocados electrónicamente que utiliza McCreary para mostrar musicalmente la presencia y acciones de Baby Mask es la voz de su propia hija. El asesino utiliza una máscara con cara de bebé que representa a la mascota de uno de los equipos del colegio y que puede adquirirse en cualquier lado. De esta manera, dejando abierta la identidad del posible asesino y la razón de por qué lo hace. Pero el asesino nunca habla, por lo que McCreary decide darle una voz, musicalmente hablando. Para ello llevó a su hija Sonatine al estudio y le pidió que realizara diversas risas y repitiera varias palabras para utilizar en la partitura. Es más, pues su hija dejó los habituales murmullos y susurros infantiles de niños pequeños que están aprendiendo a hablar. Al final se encontró con un auténtico arsenal de efectos que utiliza a todo lo largo de la partitura, diseminados entre la música, los cuales marcan la presencia del asesino en donde sea que nos encontremos. Ya sea en la música o en la película. Genial toque que podéis disfrutar aquí en este video:

Volviendo a la banda sonora, una vez que tenemos introducidos los elementos representativos de los protagonistas, y además musicalmente experimentamos esa repetición cíclica de los días y acciones de la víctima, ahora toca intentar salir de ahí. Pero lo primero que nos encontramos es con las dos piezas de acción más brillantes y explosivas de la banda sonora. “Hospital Pursuit” es una pieza con continuos cambio de ritmo entre la pura acción orquestal, reforzada por una percusión machacona que proporciona una vitalidad y fuerza muy altas a la pieza. Básicamente se trata de tambores y trompetas de una banda estudiantil también tratados electrónicamente para reforzar su presencia y proporcionar un sonido original, junto a un estupendo trabajo de potencia orquestal y la voz de Baby Mask. Aunque para pieza destacada “The Bell Tower”, donde coge la acción potente y sin freno, reforzada, y la libera en un tema que no tiene un momento de descanso. El resultado es realmente brillante, con uno de los mejores usos de los elementos electrónicos de la banda sonora en conjunción con la orquesta. Y donde incluso se permite (estoy convencido de ello aunque no se lo he preguntado) referenciar a un clásico como es el Halloween de John Carpenter (escuchad atentamente a partir de 1’35” de dicho tema, la entrada de las cuerdas en la pieza)

Toda esta parte final de la banda sonora es principalmente pura acción y suspense. Una música muy descriptiva de la acción en pantalla, sobre la que es interesante ir apreciando como evoluciona el tema principal de la protagonista, que alcanza un punto de madurez en su desarrollo, igual que en su personaje, en “Righting Wrongs”, con una interpretación donde la electrónica cede su lugar protagonista (sin abandonarlo totalmente) a la orquesta en uno de los pocos momentos de respiro en esta parte final de la banda sonora.

La idea ahora es girar las tornas y que la protagonista tome las riendas para solucionar esta situación. En “Tree Takes Control” podemos escuchar al inicio ese tema principal casi irreconocible de lo maduro y serio que parece. Pero rápidamente volvemos a dar paso a la atmósfera de terror y los efectos electrónicos dominándolo todo. Y con “Cupcake” alcanzamos la conclusión del misterio de este horroroso día, proporcionando a la protagonista una resolución emocional muy necesaria. Primero con su tema convertido en una máquina de acción cargada de propósito, para terminar con una revisión del mismo en su versión más brillante y electrónica que habíamos escuchado nada más empezar. Pero eso sí, con algún toque de tensión final inevitable.

La banda sonora es breve, sin llegar a los 40 minutos, por lo que no sobrecarga al aficionado con exceso de ambiente, terror u otros aspectos que suelen perjudicar a las actuales bandas sonoras de terror. Pero casi que no nos importaría poder contar con otros 20 minutos, especialmente de esa brillante y potente música de acción. La partitura es directa, interesante y muy entretenida, especialmente gracias a la gran cantidad de originales recursos que Bear utiliza para la misma. Una pequeña película que sabe aprovechar bien sus inspiraciones, sin querer ser más de lo que es. Pero aún mejor lo hace la música de Bear McCreary, demostrando que le da igual que tipo de proyecto caiga en sus manos. Él simplemente disfruta con ello.