Go Nagai en estado puro y elevado a la séptima potencia |
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Este comienzo de año ha vuelto a poner de rabiosa actualidad uno de los grandes nombres del manga de los últimos cuarenta años, el gran Go Nagai, quien ha visto cómo sus dos grandes símbolos, Mazinger Z y Devilman, son nuevamente protagonistas en la pantalla. El mítico robot gigante en las salas de cine y el personaje mitad humano mitad demonio en televisión, gracias a la plataforma Netflix, que está haciendo una apuesta fortísima por la producción de anime con muy buen resultado.
Centrándonos en esta producción televisiva, nos encontramos con un producto muy arriesgado, exclusivamente para mayores de edad y que a buen seguro, a muchísima gente que se interese por él, le va a resultar una experiencia desagradable por su alto contenido en violencia y sexo, ambas señas de identidad del autor nipón en sus obras, pero que aquí el director Masaaki Yuasa las lleva hasta el extremo, junto a la tragedia y al sentido propio que tiene él mismo del humor negro y el espectáculo. Todo ello con el consentimiento y bendición del propio Nagai, no en vano su productora Dynamic Planning también participa en el proyecto y, como él mismo dice en una entrevista, ambos son realizadores de pedir perdón antes que permiso.
Así pues, nos encontramos a los mismos protagonistas, Akira Fudo y Ryo Asuka, amigos desde la infancia que se verán obligados a luchar contra demonios al saber de la existencia de estos, siendo Fudo el que ve cómo un demonio (Amon) se apodera de su cuerpo sin llegar a tomar el control de su alma, por lo que se convierte en Devilman, el arma perfecta para luchar contra las hordas demoniacas. Hasta aquí todo el parecido con el original, pues vamos a asistir a un exceso visual y narrativo desde el minuto uno, con un guion muy bien pensado, profundizando en personajes secundarios que en el original estaban muy desdibujados y con unos giros en la trama que van apareciendo durante sus diez episodios, haciendo para el que escribe que esta serie sea un auténtico “pelotazo” que con el paso de los años pasará a ser una serie de culto.
Nuevo enfoque musical
Trasladada la historia al siglo XXI y en un ambiente muy oscuro y urbanita, la banda sonora también se desmarca por completo del anime original o de las OVA que le siguieron. Kensuke Ushio, joven compositor que ya pusiera música entre otras a películas de mucho peso en el fandom, como las dos entregas de A Silent Voice, ha sido quien se ha hecho cargo de la banda sonora para esta serie, optando por la música electrónica y sus subgéneros como columna vertebral de este score presentado en una edición de dos CD.
Dentro del uso de la música electrónica, en la partitura encontraremos dos partes bien diferenciadas. Una en la que podremos escuchar una gran variedad de los subgéneros mencionados anteriormente está dedicada a todo lo relacionado con retratar el ambiente urbano en el que se desenvuelve la trama, así como algunas localizaciones como discotecas, tiendas, etc. Igualmente, también es la línea musical que acompaña tanto los momentos de acción como el reflejo de la juventud y el ambiente en que se mueven los personajes.
«Buddy Ryo», uno de los primeros temas que escuchamos en el score, es una buena muestra de ese acompañamiento a personajes. Una música con base Electro que retrata de forma muy certera tanto la personalidad chulesca de Ryo como el aspecto tecnológico de todo lo que se rodea. Dicho ritmo se mantiene y pasa a género Trance en temas como «Strategist», «Akira the Wild» o «Sabbath I», todos ellos acompañando escenas en locales de ambiente y discotecas, siendo perfectos para la paleta de colores fluorescentes y oscuros utilizados por el director del anime, siendo «Smell Blood» el que más redondo queda con las imágenes de orgía sangrienta que acompañan a la música.
En este último tema escucharemos otro de los elementos que aparece mucho en la banda sonora, voces de cáracter satánico y de misa negra, tañer de campanas que siempre van ligadas a la aparición de demonios para matar y sembrar el caos, lucha entre ellos o posesiones demoniacas. Esta línea musical destaca en cortes como «The Genesis», «Possession», «Luxuria», «The Two of Them», «Night Hawk» o el estupendo y perturbador «Satan».
Pero como he dicho al principio, DEVILMAN crybaby es también una historia de sentimiento y tragedia, y para retratar esto nos encontramos con la línea melódica del score, representada sobre todo en un tema asociado al alma humana de Akira, cuya introducción se esboza bajo el ritmo Trance en «Akira the Wild», siendo mostrado en su totalidad en «Tears» y brillando con luz propia en «Pathetique» y en uno de los mejores temas de la partitura: «Crybaby».
Y hablando de los mejores temas, no puedo olvidarme de su poderoso y retentivo main title: «D.V.M.N. – Theme From “DEVILMAN crybaby”- en el que las percusiones y las cuerdas junto a las voces dibujan magníficamente como es el personaje protagonista. Cómo hubiera sonado este corte con una orquesta real…
Añadir que, siendo un anime y un personaje tan mítico, no podía faltar la versión actualizada de la canción del original compuesta por el legendario Go Misawa e interpretada por Keizo Toda. Siendo en esta nueva versión interpretada por Avu bajo bases electrónicas como no podía ser de otra manera. Dicho tema es «Devilman No Uta».
Concluyendo la reseñan destacar que no es esta DEVILMAN crybaby una banda sonora para todos los gustos del aficionado a las bandas sonoras, pero sí que es, en mi opinión, el score que necesitaba una serie de estas características para retratar el mundo Devilman que Masaaki Yuasa ha creado. Si no sois muy “tiquismiquis” a la hora de ver un producto así, merece que le deis una oportunidad al conjunto. |
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