España y los toros, musicalmente hablando |
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Casualidades de la vida. Muchas veces hablando con amigos sobre cine y música, hay un tópico que suele aparecer de vez en cuando: la manera con que el cine americano (especialmente) suele intentar describir lo hispano. Y sí que es verdad que en ocasiones los tópicos suelen confundirse entre lo hispano y lo latino. Pero esa confusión suele darse más entre la música comercial que entre lo que sería la música más clásica, especialmente si el compositor está bien versado (culturalmente hablando) sobre música. Y por esas casualidades del destino, nos encontramos con dos estrenos de animación en nuestras pantallas de dos películas de animación y con dos estupendos compositores: Coco de Michael Giacchino y Ferdinand de John Powell.
Antes de que alguien me empiece a señalar con el dedo, sí, evidentemente hablamos de dos colores “hispanos” diferentes: México y España. Pero sí que es verdad que en ocasiones se confunden y están utilizados de manera muy flexible. Normalmente uno de esos tópicos es el uso de la guitarra española o acústica. Y esos amigos que mencionaba antes terminan de complicarlo aún más. Siempre comentan que parece mentira que siempre que tengan que identificar a caracteres españoles tenga que aparecer el sonido de la guitarra española. Pero lo identifican con el flamenco. Como si sólo el flamenco utilizara el instrumento. ¡Pues hala!, ya tenéis a mano dos ejemplos para que veáis cómo puede usarse perfectamente la guitarra para identificar lo hispano y lo latino. Normal, porque es un instrumento maravilloso lleno de vitalidad, energía y melodía, y muy nuestro. Pero también para que os deis cuenta de cómo se diferencia con el mismo instrumento lo latino de lo español, sin necesidad de recurrir al flamenco como alguno piensa por ahí.
De Coco ya he hablado sobradamente en su reseña. O sea que si queréis ver en qué sentido lo comento, pasaros a verla por aquí (reseña de Coco). Escalofríos recorren mi espalda cada vez que oigo o leo a mucho “experto” de las redes sociales destacando el sonido “flamenco” utilizado por Giacchino. ¡Tócate las narices!
Bueno, pues aquí la atención se la va a llevar la deliciosa música de John Powell para la adaptación de esta bien conocida y clásica historia infantil. Ya puestos en el tono reivindicativo, y por eliminar otro tópico de la mente de los obsesionados, no, esta película no simboliza a los españoles identificándolos con las corridas de toros. Ferdinand es un cuento infantil clásico (que ya adaptó Disney, hace bastantes años, en un corto que se convirtió en el primer ganador de un Oscar no honorífico para la factoría del ratón en 1938) escrito por Munro Leaf y con diseños de Robert Lawson. En él se cuenta la historia de un toro soñador que prefiere pasar su tiempo oliendo las flores del campo bajo una encina extremeña, en vez de convertirse en el más bravo toro de lidia que existe. Una de esas historias que aprovecha los tópicos para crear un cuento pacifista y que se ganó incluso el odio de Franco y de Hitler, ya que lo consideraron una burla personal de los Estados Unidos (ya sabéis, una conspiración judeomasonica de la época) a su presencia en Europa. Pero que en el ángulo contrario del espectro, también se granjeó el cariño de una personalidad como Gandhi, que lo consideraba su historia preferida.
Dicho esto, esta adaptación mantiene todos los elementos del cuento y del corto de Disney, pero (evidentemente) ampliando mucho más la personalidad de su toro protagonista, al igual que todas las aventuras que tiene que correr para no convertirse en el plato central de uno de esos espectáculos taurinos. Carlos Saldanha, responsable de éxitos como Ice Age y Rio, es quien se encuentra a los mandos de este proyecto. Y junto a él regresa el demasiado desaparecido pero estupendo John Powell, con lo cual tenemos asegurado el buen gusto y los buenos resultados, musicalmente hablando, para una película de animación. Y para el que tenga dudas sólo tiene que revisar esas joyas anteriores que mencionaba anteriormente u otras como Lorax o Horton. Y para confirmación, esa obra maestra que son las dos partes de How to Train Your Dragon. Simplemente una delicia para el paladar de cualquier aficionado con un poco de gusto por la energía, la emoción y las melodías, algo que Ferdinand tiene más que de sobra.
La banda sonora, en general, se encuentra absolutamente repleta de aires españoles por doquier. Cargada con un gusto y delicadeza realmente asombrosos, pero que no deja de lado esos momentos de acción tan absolutamente brillantes con los que Powell suele dotar a sus partituras, con un tono tal vez más cuidado y comedido que en sus anteriores proyectos animados y con la acción teniendo sus momentos destacados de manera más puntual. El sonido se encuentra dominado muy claramente con la guitarra española, acompañado de muy diversa percusión (de carácter muy ligero), vientos y metales.
El tema inicial “Bees and Bulls” es una muestra esplendida de lo que nos vamos a encontrar. Ese inicio de tono flamenco, que en esta ocasión Powell pone en manos de una guitarra eléctrica (abeja), que pasa a española y con tono mas delicado (Ferdinand, el toro), generando un juego divertido y ligero. De repente la guitarra eléctrica crea un “tono western” que termina provocando la huida de Ferdinand, con lo que su tempo queda reforzado por toda la orquesta con gran potencia y acción. Brillante introduccion que sirve para provocar el conflicto que va a provocar el desarrollo de la historia, pero ya hemos podido apreciar, el tono muy ligero y divertido de la música. Este se vuelve más emocionante y vitalista en “Selection Process”. y en otras ocasiones delicado y emocional, como puede ser “Sunsets in the Training Yard”. Pero en todos ellos dominando melódicamente la banda sonora la presencia de la guitarra, aunque con múltiples variaciones de estilo, ritmo y carácter. Como esos divertidísimos toques de western que van salpicando en diversas ocasiones y de manera muy sutil la partitura.
Una gran diferencia con el trabajo de Coco, aparte de ese sonido español y el mexicano que espero haya quedado ya claro, es la manera en que utiliza los elementos folclóricos. Mientras que Giacchino en Coco utiliza lo folclórico de manera directa, contagiándose de ese aire de fiesta y celebración, Powell conecta con el folclórico más clásico. De ahí que antes de que nadie comience a confundir el sonido de la guitarra con el flamenco, le pediría que se dé un pequeño repaso rápido por las obras de los grandes maestros clásicos españoles como don Manuel de Falla y don Rafael Albéniz. Así se podrá entender de forma sencilla y directa de dónde viene la inspiración de Powell para el sonido de la banda sonora.
“Flower Festival” es probablemente la que pueda tener un cierto carácter más festivo y localista a lo Coco de toda la partitura. Pero Powell la contagia de mucho más humor y le proporciona un desarrollo temático memorable, con incorporaciones de toda la orquesta en ocasiones que le dan una intensidad muy elevada. Otras como “Bull Olympics” basa su humor en el tratamiento exagerado de ese tono español, sobrecargándolo de intensidad y vitalidad. O “Finding Home”, que le da un punto más delicado, emocional y clásico. Pero el resultado es una banda sonora probablemente más dinámica y activa, con un potente sentido clásico que el trabajo de Giacchino, aunque sin miedo a utilizar referencias aún más oscuras para los no conocedores, como es la utilización de pasodobles de corrida de toros en su maravillosa pieza final.
Evidentemente que la banda sonora es para una película de animación, y por ello cuenta con muy buenos momentos de acción habituales, a veces más humorísticos, a veces más frenéticos. Pero en su conjunto es probable que lo que más llame la atención es el terreno bastante tranquilo e incluso delicado por el que transita. Incluso con momentos de drama emocionante, como apreciamos en “There’s Been a Mistake”. O la manera en que se centra en su relación con la única persona que parece comprender y entender al tranquilo toro en momentos como “Ferdinand and Nina” y ese delicado tratamiento de su tema en la guitarra.
Es evidente que la intención de Powell es mucho más la de seguir el espíritu de este toro pacifista que centrarse en el terreno de acción, algo que es uno de los aciertos de la banda sonora y que le da mucha más profundidad y recorrido a la música, de una manera mucho más emocionante y melódico de lo que podría ser habitual en este tipo de películas. Aparte porque Powell crea precisamente dos temas principales que le permiten ir jugando a lo largo de la banda sonora, uno para Ferdinand y otro para Nina. Uno más centrado en esa idea de volver a su hogar y escapar de su destino, que escuchamos primeramente en “Father and Son”. y otro más centrado en el cariño y comprensión que le proporciona su mejor amiga en “Ferdinand and Nina”. Ambos realmente bonitos e interesantes al mantenerse en ese tono emocional, sin olvidar la relación con otros personajes que proporcionan el tono personal pero más divertido como la rítmica de “Lupe and Ferdinand”.
Dicho esto, no quiero decir que no nos encontremos acción en la banda sonora. La hay, en muchas ocasiones con breves estallidos orquestales. Pero normalmente esta toma un carácter muy rítmico y propulsivo entre guitarra y percusión, como “Escape from the Spa”, con ese crecimiento de la intensidad que estalla en un autentico tema de rock. Lo que pasa es que donde termina por desatar toda su intensidad es en la parte final. Tras unos momentos de preparación, en que la música va cargando las tintas en la parte rítmica, con breves apariciones de algún momento emocional en “Highway Chase” y “From the Train to the Arena”. Pero el ritmo y el tempo son absolutamente increíbles en la preparación de lo que esta por venir: doce minutos de pura diversión y emoción en “Madrid Finale”, donde todos los elementos de la banda sonora se van a concentrar aquí en un final realmente explosivo. Pero con el añadido de que aprovecha el momento de la corrida de toros para ir intercalando detalles musicales propios de la misma, lo cual va proporcionando emoción, acción y un color realmente brillantes a la pieza. Otro de esos momentos que deben incluirse entre lo destacado de cualquier recopilación que incluya los mejores momentos del año.
En definitiva, es una preciosa banda sonora, cargada de melodía y emoción, curiosamente sin demasiada entrada en la acción puramente animada, lo cual la hacen una partitura mucho más seria, completa y disfrutable fuera de la pantalla. Y en donde la incorporación de gran cantidad de elementos clásicos la recargan aún más de melodía con un muy claro carácter español (que no hispano, como ya he explicado), terminando por ofrecer una maravillosa muestra de la gran clase y fuerza del compositor. Y toda una demostración del buen conocimiento y uso que hace de los múltiples recursos clásicos musicales a su disposición para adaptarse a la película. Toda una pequeña joya que debe estar entre las más destacadas de este 2017. No os arrepentiréis. |
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