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Godzilla: Planet of the Monsters

(Godzilla: El planeta de los monstruos)
Takayuki Hattori
     
Año:   2017
Sello:   Toho
Edición:   Normal
Nº Tracks:   34
Duración:   75:21
     
Ficha IMDB
Web del Compositor
 

 

Reseña por:
Juan Ramón Hernández

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1. Kaijuu Wakusei (2:21)
2. Hajimari (4:15)
3. Haruo no Kioku (2:18)
4. Metphies (1:52)
5. Yureru Chuuou Iinkai (1:53)
6. Kenkyuu Ronbun no File (2:47)
7. Bunseki Kekka (1:57)
8. Akuukan Koukou (2:31)
9. Chikyuu (0:58)
10. Kehai (1:27)
11. Chuuou Iinkai no Ketsudan (2:49)
12. GODZILLA Senmetsu Sakusen (2:24)
13. Enzetsu (1:41)
14. Totsunyuu (2:14)
15. Sakusen Suikou (2:27)
16. 2-mannengo (1:45)
17. Yuko no Omoi (1:57)
18. Chikyuu no Bunmei (1:31)
19. Kyuushuu (1:41)
20. Tettai Koudou (2:11)
21. Exif no Denshou (1:37)
22. Taihi (0:48)
23. Leland no Tokkou (3:58)
24. Shikikan (1:41)
25. Sakusen Shiji (1:28)
26. Yuudou (2:19)
27. Katsu tame ni (2:52)
28. Yourikutei Hasshin (1:22)
29. Thermobaric Bakudan (1:13)
30. Yuko no Tatakai (0:47)
31. Daikanmon Totsunyuu (1:11)
32. Souryokusen (2:54)
33. Andou (2:27)
34. GODZILLA (7:45)

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«Haruo no Kioku»

 

«Leland no Tokkou»

 

«GODZILLA»

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Los pasajes en los que aparece Godzilla. Se nota que el compositor disfruta componiendo para el personaje grandes temas que están orquestados de lujo.

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Que la película no le haya dado a Hattori la oportunidad de desarrollar más música para personajes, uno de los puntos fuertes del compositor. Aunque al ser tres películas, seguro que tiene esa oportunidad en las siguientes.

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“Haruo No Kioku”, “Ri Land no Tokkou” y “GODZILLA”.

BSOSpirit opina

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Nota media: 7,00

Fernando Fernández (7), Asier G. Senarriaga (6), Óscar Giménez (7), Juan Ramón Hernández (8), David Sáiz (7)

 

Más vivo que nunca

Así es como se encuentra ahora mismo el emblema de la TOHO. Con una nueva película en camino: Godzilla: King of Monsters (2019), más las recientes Godzilla (2014) y Shin Godzilla (2016), de la cual ya os hablamos aquí, nos llega otra fuerte apuesta (y van…) de la plataforma Netflix por el anime en forma de primera entrega de una trilogía de películas sobre el gigantesco monstruo atómico.

La historia comienza cuando la raza humana se ve obligada a abandonar la Tierra debido a la aparición de los Kaiju, con Godzilla a la cabeza, ante el cual ningún arma conocida ha podido dañarlo. Por el contrario, el terrible ser ha sido capaz de arrasar todo vestigio de población y civilización. Es aquí donde conoceremos al protagonista de la historia, Haruo, quien no es más que un niño al que se le queda grabada a fuego la imagen de destrucción del planeta, así como del causante, mientras embarca en una nave espacial, una de tantas cuyo destino es una gigantesca nave nodriza que vagará por el espacio durante 20 años en busca de un planeta habitable.

Dicho planeta no es encontrado y las condiciones de vida son cada vez peor en la comunidad que vive en la mencionada nave nodriza, cada vez hay menos recursos y la situación se vuelve insostenible, con lo que un ya crecido y capitán del ejército Haruo plantea al gobierno volver a su planeta natal y recuperarlo de las garras de su destructor, ya que el joven ha descubierto cómo vencerlo. El problema es que una vez vuelven a la Tierra, por aquello de las curvaturas del espacio, cuando la nave nodriza regresa a ella los 20 años transcurridos para la tripulación son 20.000 años los transcurridos en el planeta azul… ¿Qué se encontrarán en él una vez aterricen?

Con esta premisa, la cinta dirigida por Hiroyuki Seshita (Blame!) y Kobun Shizuno (Knights of Sidonia) nos ofrece un film muy bien dirigido, con unos planos (sobre todo en la batalla con  Godzilla) que son espectaculares. También es absorbente desde el comienzo, pues los realizadores nos dan la suficiente información para que empaticemos y nos interesemos rápidamente por Haruo y todo lo que le acontece. A su alrededor son presentados varios personajes que serán con los que tenga que afrontar todo este primer acto de la trilogía y dichos personajes son en opinión de quien escribe uno de los fallos de la cinta, no por los personajes en sí, sino por lo poco que se nos cuenta de ellos y su desarrollo, lo que hace que prácticamente no importe nada de lo que les sucede, siendo más un vehículo para hacer que ocurran cosas en la película que piezas importantes de esta en su desarrollo argumental (aunque puede ser que alguno de ellos más bien debería tener mucho más peso en las dos siguientes entregas).

La animación es muy fluida, con un diseño de personajes muy conseguido en ciertos detalles, tales como las vestimentas sucias y ajadas por el uso tras interminables años en la nave nodriza, aunque es cierto que en el diseño de los rasgos faciales hay ciertos fallos por la similitud de estos unido al mismo color del pelo, lo que hace que no distingamos en algunos momentos a tres de ellos concretamente, los cuales tienen bastante cuota de pantalla en el film. Aunque esto último se puede considerar un pecado venial si nos atenemos al gran trabajo que se ha hecho en el diseño de naves, tecnología, armas, el bello a la par que agreste paisaje de La Tierra que se encuentran y, como no, el fabuloso aspecto de Godzilla, uno de los puntos álgidos de la película con la utilización del CGI.

Y si el aspecto técnico es casi todo merecedor de alabanza, no lo es menos el apartado musical, el cuál corre a cargo de un viejo conocido del gigantesco titán radiactivo.

El reencuentro entre dos viejos conocidos

Y es que quien firma esta partitura, Takayuki Hattori, ya tuvo en la década de los 90 tres ocasiones en las que estuvo involucrado en la composición de la música para películas protagonizadas por el monstruo de la TOHO: Godzilla Vs. Space Godzilla (1994), Godzilla Vs. Destoroyah (1995) y Godzilla 2000 (1999). Así pues, no ha sido ninguna sorpresa que la productora nipona haya tirado de la experiencia y el buen hacer de uno de los grandes compositores de la actualidad en la industria japonesa ligados a la filmografía de su emblema.

Para esta película, Hattori ha compuesto una partitura orquestal que se mueve entre lo dramático y lo épico con alguna pincelada marcial, consiguiendo darle con su música más empaque si cabe a la fluidez que ya tiene de por sí la cinta y ofreciéndonos grandes momentos a lo largo de esta.

El comienzo no puede ser más espectacular con la introducción del corte “Kaijuu Wakusei”, que retrata la aparición de los Kaiju en nuestro planeta con los metales y unas cuerdas sombrías, la melodía electrónica acompaña a las naves despegando y poderosos coros junto a los metales remarcan la aparición de Godzilla junto a la destrucción que trae consigo. Mejor comienzo imposible.

Varios temas a destacar en la parte dramática, la cual ya la percibimos en el segundo track. El primero de ellos “Hajimari”, donde el compositor utiliza recursos electrónicos para mostrar la soledad del espacio y la fría civilización que se ha formado en la nave nodriza, al igual que para mostrar lo que es un día cualquiera en la vida de los protagonistas.

“Haruo No Kioku” acentúa totalmente la carga dramática de la historia mostrando recuerdos del protagonista así como un inesperado suceso que acontece en la nave a un ser muy querido por él. Bello tema en el que las cuerdas y oboe son el reflejo de los sentimientos de Haruo, los cuales siguen retratándose, pero esta vez a través del arpa en el siguiente tema “Metofiesu”. Igualmente destacable en este apartado nombraría “Yuko’s Though” breve tema en el que el piano es el protagonista.

En el bloque con carga épica nos encontraremos un main theme que es utilizado en diferentes ocasiones y que va asociado tanto a Haruo como a los tripulantes que entrarán en batalla junto a él en esta aventura. Lo escucharemos por primera vez en el tema “A Kuukan Koukou”, en el que las campanas tubulares, los metales y la percusión nos marcan la importante decisión tomada por el gobierno de la nave nodriza para volver a la Tierra, siendo la preciosa y heróica melodía de las cuerdas la que acompaña al viaje interestelar que acontece ante nuestros ojos. Dicho tema se complementa a la perfección con el breve “Chikyuu” en el que unas voces femeninas y los vientos describen la preciosa vista de la tierra ante la mirada de la tripulación una vez finalizado el salto de curvatura en el espacio.

Siguiendo con el uso del tema principal, este volverá a hacer acto de aparición en varios cortes más. En “Enzetsu” lo escucharemos en su forma más marcial, donde los metales, percusión y campanas tubulares son los absolutos dueños del tema que acompaña un motivador discurso de Leland, jefe al mando de la misión de reconocimiento y acción en La Tierra. A este le sigue “Totsinyuu”, corte que en su parte final muestra una acertada variación del main theme acompañando a las tropas en su aterrizaje a una Tierra desconocida.

Será en “Ri Land no Tokkou” donde brille con más fulgor este tema, mostrando la maestría de Hattori para orquestar, así como para hacer que una secuencia gane muchísimos enteros con su música, en esta ocasión para reflejar la verdadera personalidad de Leland así como su valor dando paso a modo de epitafio al marcial a la par que emotivo “Shiki Kan”.

Escucharemos por última vez el main theme en “Katsu Tame Ni”, donde se mezcla lo electrónico con guitarras eléctricas y orquesta. Es un corte pensado para mostrar la adrenalina que vemos en la lucha contra Godzilla. El ir y venir de naves en el cielo disparando, la artillería pesada atacando al gigantesco Kaiju, así como este defendiéndose queda más que manifiesto con un tema que se sale un poco del camino musical de la partitura pero que, como digo, funciona a la perfección para enlazar con todo el tramo final de la banda sonora y de la película, enfocado a mostrar la batalla final entre lo que queda del ejército y Godzilla, todo ello condensado en los cortes “Yuuko No Tatakai”, “Dai Kanmon Totsunyuu”, “Souryoku Sen” y “Ando”. Los tres primeros con metales y percusión como protagonistas para el incesante asedio contra el monstruo, el último de ellos mostrando una bella melodía donde las trompetas se alzan victoriosas y la sección de cuerdas nos muestra junto a la irrupción del piano algo de esperanza ante tanto infortunio de los últimos representantes de la humanidad, pero…

Y este pero quedará manifiesto en el tema que cierra la banda sonora, el portentoso “GODZILLA”, en el que la pesadilla más terrible que podían imaginar Haruo y compañía se hace realidad. Un track en el que Hattori saca toda la artillería pesada para golpear inmisericorde con su música: sección de cuerdas desatada, una percusión que martillea una y otra vez para hacer mella en el espíritu de lucha de los protagonistas, coros amenazantes a lo largo de toda la escena y metales que también se suman a esta traca final para dejarnos en el momento más álgido de la historia a la espera de que se estrene la segunda parte. Un remate magistral.

Así pues, como música para esta primera parte de la trilogía, la compuesta por Hattori funciona como un reloj, apareciendo cuando hace falta y siempre con mucho sentido. Seguro que en las dos próximas entregas tendrá la oportunidad de poder desarrollar mejor algunas ideas interesantes que ya ha esbozado aquí respecto a Haruo, Yuko y el mismo Godzilla. Espero que no nos hagan esperar mucho para poder echarle el ojo (y el oído) a la segunda entrega para hacernos una mejor idea del conjunto.