Netflix ha encontrado en la producción de animación japonesa una de sus apuestas más fuertes y, en este año 2018, todos los que somos fans de este género vamos a disfrutar mucho gracias a esta plataforma con la cantidad de anime que nos va a traer tanto de producción propia, del cual ya han visto la luz junto a la serie que nos ocupa Devilman Crybaby (de la que ya os hablé aquí) y A.I.C.O. Incarnation (de la que os hablaré próximamente), e igualmente con los derechos de streaming de otras series de estreno como Violet Evergarden o Children of the Whales (también aquí reseñada). Y de momento, hasta donde yo he podido ver, la jugada le está saliendo redonda con productos de mucha calidad.
Volviendo a esta B: The Beginning, nos encontramos con una serie trabajada hasta el último detalle en su producción. Con una gran dirección de Kazuto Nakazawa, la serie cuenta con una animación sobresaliente en la que tanto fondos como personajes lucen a un gran nivel. Nada de extrañar estando detrás un estudio de la talla de Production I.G. que, técnicamente hablando, siempre nos brinda unos anime de notable en adelante.
Entrando en la historia de este anime, B: The Beggining nos presenta un mundo impulsado por tecnología punta donde el crimen y la acción aparecen en el archipiélago de Cremona, lugar que es el escenario de esta historia y donde conoceremos a Koku, un joven de apariencia normal que esconde un gran secreto, y a Keith, un legendario investigador de la policía científica con un pasado tormentoso, cuyas vidas se verán cruzadas por culpa de una misteriosa organización criminal.
A estos dos protagonistas se les une una amplia variedad de personajes con bastante protagonismo en su lucha contra la organización anteriormente mencionada y el asesino en serie B, ofreciéndonos una historia a caballo entre el thriller y lo sobrenatural, siendo esto último el talón de Aquiles de la serie.
Como thriller es tremendamente efectivo y nos mantiene siempre interesados por lo que va a ocurrir. El misterio detrás de la historia engancha, pero hay un gran cortocircuito entre las dos partes del argumento: las cruzadas de Keith y Koku, cuya forma de hacer converger sus historias es muy artificiosa y precipitada.
El problema es, sin lugar a dudas, la duración de la serie. Con solo 12 episodios, esta no alcanza a establecer su historia de fondo lo suficiente. Tanto el misterio del origen de Koku como el pasado de Keith son muy pobremente desarrollados. Asimismo, su nexo de unión con Lily, otro de los personajes de peso en la historia, flojea bastante también, ocurriendo muchas cosas con bastante precipitación.
Pero aun dejando muchas vertientes sin explorar por culpa, como he dicho antes, de sus pocos episodios, no hay que dejar de reconocer que tiene grandes momentos: tensión, grandísimas escenas de acción muy dinámicas y visualmente atractivas, muy buenos diálogos en ciertos momentos que son muy necesarios… Reitero la pena de que cuente con tan poco metraje y que se quede sólo en la superficie de algunas cosas importantes. Dicho esto, personalmente he disfrutado bastante y creo que es un buen camino a seguir para que Netflix atraiga a un público adulto a este tipo de animación, dejando carta blanca a grandes estudios para que experimenten con esta clase de historias que están un peldaño por encima de un tanto por ciento muy elevado de las producciones de esta índole que nos llegan cada año.
La música de B: The Beggining
Yoshihiro Ike es quien firma la banda sonora y para ello ha creado una partitura sustentada en la electrónica con el fin de dar énfasis al thriller al que asistimos, así como a la investigación y lucha de los personajes.
A lo largo de sus casi dos horas y media de duración, la música de Ike nos sumerge de lleno en los acontecimientos que se nos cuentan. No hay en su banda sonora ningún vestigio de hilo narrativo y sólo cuenta para el compositor nipón potenciar al máximo la unión de imágenes y música para que la historia no pierda un ápice de interés a los sentidos de quien la ve.
Con este mapa trazado para el score, nos encontraremos con un temario que funciona a la perfección con lo que la serie necesita.
“Havoc” es el tema que da el pistoletazo de salida y también el que da un primer esbozo de lo que va a ser la banda sonora, utilizando elementos electrónicos que enfatizan el misterio e investigación, pero será con “Prickle”, uno de los temas a destacar, donde realmente Ike expone todas sus “armas” a utilizar en el score, y aparte de los elementos electrónicos mencionados anteriormente, hacen acto de aparición otros recursos como sintetizadores, la guitarra eléctrica para dar mordiente a la acción así como el piano para destacar los pasajes dramáticos, aunque también es utilizado en una sucesión de pocas notas como inductor a la tensión del thriller desarrollado. En esta línea encontraremos temas muy a tener en cuenta, casi siempre relacionados con Keith y su cruzada. Cortes a destacar como “Reason”, “Craziness”, “The Voice of the Wind”, “Chasing Ghosts” o The Spirits of the Dead”, siendo el último el que introduce el elemento vocal femenino tan presente en la banda sonora asociado a lo sobrenatural de la existencia de Koku.
Este elemento vocal que ya anuncia protagonismo en la breve intro acompañada por el tema “Split-B”, lo escucharemos en bastantes ocasiones, en tracks como “Suddenly a Voice Was Heard”, “Darkness” y el estupendo “Blow”, donde se une de genial manera con el único tema que está asociado a un personaje, concretamente a Koku.
De dicho tema se da alguna pista a lo largo del desarrollo del score y se desarrollan un poco en “Winter, Pt.1” y “Winter, Pt.2”, pero realmente donde queda por completo de manifiesto es en “Koku”, en el que el piano desgrana en cada nota el drama interno que acompaña a un personaje tan joven desde su infancia, explicando con la música el porqué de su búsqueda y cruzada.
Al margen de temas mencionados, la impronta del piano en el score queda muy señalada en cortes como “Memories”, “Psychological” y “Unveiling the Last Truth”. Todos ellos con una gran importancia para mostrar acciones y emociones en la pantalla de ambos protagonistas y constituyendo grandes ejemplos de lo que tiene que ser una música al servicio de las imágenes.
Y aunque toda la banda sonora esté construida alrededor de la electrónica, salvo las concesiones que Ike, por su importancia en el score, le da al piano, el compositor aprovecha para darle un toque melódico a un par de momentos. Uno con el breve “Lily”, en el que para retratar el bucólico lugar donde se asienta el hogar de la protagonista, Ike vuelve a mostrar su gusto por la música de reminiscencias célticas que tanto gusta de incluir cuando la ocasión lo permite en sus trabajos. El otro momento será con el tema que cierra el score: “Sweet Fragments of Peace” en el que piano, guitarra acústica y oboe muestran el ¿final feliz? que tiene la historia para los tres principales protagonistas.
Concluyendo esta reseña, solo añadir que quienes gustéis de este tipo de animación os animéis a acercaros a esta B: The Beginning aprovechando su reciente estreno en Netflix para así también podáis juzgar la banda sonora creada por Yoshihiro Ike para dicho anime. Para el que escribe, un trabajo que funciona muy bien en la serie y que ayuda muchísimo a ambientarla. |
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