Woo y la vuelta a sus orígenes |
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Protagonistas y policías intrépidos, antagonistas maquiavélicos, infinidad de cristales saltando por los aires a causa de infinitos tiroteos coreografiados a cámara lenta, las famosas palomas blancas marca registrada del director… ManHunt es sin lugar a dudas una película como las que John Woo solía hacer antes de su período en Estados Unidos, incluyendo Face/Off y Mission Impossible 2, así como sus tremendos dípticos históricos asiáticos más recientes: Red Cliff y The Crossing. De hecho, ManHunt es el primer thriller policiaco asiático de Woo desde Hard Boiled (1992), película que consolidó su estatus a nivel internacional.
A pesar del tiempo transcurrido y de que la historia se desarrolla en Japón en lugar de Hong Kong, el enfoque de Woo es muy similar. Incluso algunos detalles digitales hacen que la película se parezca mucho a las que el director firmaba durante su período innovador de los 80 y 90, cómo no, aderezando la historia con situaciones jocosas e incluso absurdas. Aunque la película es tan endiabladamente entretenida que cualquier pega que tenga se pasa por alto sí o sí.
Nos cuenta cómo Du Qiu (Zhang Hanyu), abogado de confianza de una compañía farmacéutica corrupta, es acusado de asesinato y se da a la fuga, siendo encomendada la misión de detenerlo al detective Yamura (Masaharu Fukuyama), quien durante la persecución e investigación comienza a sospechar que hay un plan más grande en marcha en el que el abogado es solo un peón de una peligrosa partida entre ricos hombres sin escrúpulos, policías corruptos, asesinos a sueldo y la yakuza.
Sin lugar a dudas uno de los puntos fuertes de la película es la estupenda química entre ambos actores, que en ningún momento decae y que nos ofrece grandes momentos cuando comparten pantalla.
Como decía anteriormente, el guion tiene situaciones absurdas e irrisorias, todas ellas buscadas a propósito, por supuesto, con el añadido de estar viendo una cinta hablada en mandarín, japonés e inglés, por lo que o aceptas lo que te ofrece Woo desde el principio o no habrá modo de que se disfrute de un film que tiene momentos realmente espectaculares y rodados como solo este hombre sabe hacer, ofreciéndonos algunos planos y secuencias para enmarcar, que incluyen, entre otras cosillas, un tiroteo con motos dentro de una mansión de campo, una persecución en motos acuáticas por Osaka, una colisión en un acantilado con… (hasta aquí escribiré), sin olvidar cierto palomar y un enfrentamiento culminante en un lugar que perfectamente es el equivalente de esta película a la tradicional guarida de un archienemigo de James Bond.
Estoy casi seguro que todo fan del cine de acción que se acerque a ella encontrará en ManHunt un divertimento con reminiscencias a cine de la vieja escuela, especialmente en su descarado corazón romántico y en la construcción de sus personajes, donde Woo demuestra que no ha perdido ni un ápice de esa maestría y poesía que solo él sabe darle a este tipo de cine.
Para mí es muy bienvenido este estilo, con sus bromas y ese aire retro y fanboy. No puede ser más acertada una frase dicha por uno de los personajes al final de la cinta: «Las películas antiguas siempre terminan de esta manera».
Y vosotros muy pronto lo vais a poder comprobar con su estreno en Netflix.
La música de ManHunt
Desde que sus caminos se encontraran no ha habido proyecto en el que Woo no haya contado con Taro Iwashiro para que el Maestro nipón ponga música a sus imágenes y, a tenor de los resultados tanto con Red Cliff como con The Crossing, es normal que el realizador chino siga apostando por esta colaboración, pues tanto uno como otro, ya lo han expresado ambos varias veces, se entienden de maravilla trabajando juntos.
Para ManHunt el compositor japonés ha optado por crear una música muy urbanita para reflejar con mucho acierto tanto la ambientación de la cinta como los personajes que la protagonizan, bebiendo claramente de la música del cine negro y de detectives tan característico de los años 70 y 80. Para ello no solo se apoyará en la orquesta tradicional sino que también hará uso de la electrónica en determinados pasajes para acercarse lo más posible al tipo de cine que presenta Woo en esta historia.
La banda sonora abre con “Nightfall’s Coming Over”, donde la sordina de una trompeta, secundada por el suave sonido de las escobillas de la batería, cuerdas y contrabajo, marca los códigos de cine policiaco al que vamos a asistir, mientras se nos presenta la moderna localización donde da comienzo la historia.
Con el segundo corte, “At Urban Blind Spot”, escucharemos por primera vez unas notas musicales que vendrán a ser el leitmotiv de la banda sonora, notas que son interpretadas por los teclados simulando una especie de marimba y que escucharemos en muchas ocasiones a lo largo del score. A partir de este motivo, Iwashiro construye un tema elegante con el piano como protagonista secundado por el sonido tan característico que suele darle a la sección de cuerdas en sus composiciones, con el que ya nos avanza el tono de intriga, así como retrata la moderna ciudad y muestra los lujos y riquezas de los que algunos de sus habitantes y protagonistas pueden rodearse.
La constante repetición de unas notas al piano junto a unas cuerdas sombrías y electrónica bajo un ambiente festivo en “Dogma Lines” nos hace aventurar que, tras la cordial fachada del jefe de Du Qiu mientras habla con este, hay algo oscuro en él y en las investigaciones que lleva a cabo la farmacéutica que dirige.
“An Unknow Daybreak” es el track que muestra el comienzo de la pesadilla del abogado, siendo la incredulidad ante lo que están viendo sus ojos llevada de la mano por el dramático sonido de la sección de cuerdas, haciendo aparición nuevamente el leitmotiv para dar entrada a la aparición policial en escena.
Escuchados estos primeros cortes, tenemos en ellos toda la base sobre la que Iwashiro sustenta la banda sonora. En el bloque que representa la investigación y la trama farmacéutica nos encontramos con temas a destacar como “Secret Hunting”, en el que electrónica y el lamento del chelo empastan para mostrar la operación montada en secreto por su antiguo jefe y al margen de la ley para dar caza a Quiu. Con “Against the Investigation” la música vuelve a beber de los clásicos policiacos de los 70-80, donde la sordina y piano construyen un elegante tema para mostrar los pasos dados por el detective tratando de encajar piezas del caso, un tema que contrasta mucho con “Keep on Seeking More”, donde la electrónica es la que más prima con la sección de cuerdas tomando protagonismo conforme avanza el tema para mostrar las piezas que poco a poco van encajando, gracias a su investigación ante los ojos de Yamura, investigación que tendrá su cierre y punto álgido reflejados en el track “Place at the End”, en el que el sonido de la percusión y metales, unido al concertino, son fiel reflejo de la tensión de la escena, a la par que del sentimiento de liberación del protagonista. Muy atentos si veis la película a cómo funciona la música en esta escena y a la entrada final de las notas del órgano en ella.
En cuanto a acción, resaltan tracks como “Hunt on the River”, donde cuerdas y metales marca Iwashiro se unen al leitmotiv del score junto al sonido de una muy oportuna batería para acompañar una persecución por el río de Osaka, filmada espectacularmente por Woo, cuyas imágenes se benefician muchísimo de la música. “Soldiers Dance” y su marcial percusión es otro de los temas protagonistas del score, también potenciando mucho la secuencia y sin perder nunca la esencia del compositor con cuerdas y metales en segundo plano. Y no puedo olvidar en este bloque dos de los grandes temas de la banda sonora: “Introduction to Party” y “Run and Run”, donde el primero es total deudor de temazos como “Baker Street” de Gerry Raferty en cuanto al uso del saxo, y en el segundo la trompeta marca toda la tensión del momento, muy bien secundada por tambores japoneses, electrónica y notas puntuales del piano, mientras en la noche de la gran urbe asistimos a una persecución.
En los momentos de interrelaciones de los personajes Iwashiro también construye temas muy interesantes y certeros. El primero de ellos es “Buddy Session”, tema de corte jazzístico que funciona muy bien para mostrar cierto compadreo entre la pareja protagonista. “Unpredictable Lonely Figure” lleva bastante carga dramática en las notas que desgrana el saxo así como la música de la sección de cuerdas para unas escena que necesitan mucho de ella, enlazando con “Interval of the Inference” para mantener ese drama, así como el apremio que comienza a sentir el abogado para tratar de mostrar su inocencia, ambos estupendamente reflejados por el violín solista y el piano.
Con “Rule of the Assassins Duo” el Maestro nipón vuelve a construir un elegante tema en el que las cuerdas con el contrabajo a la cabeza vuelven a tener mucha importancia, así como la batería y metales para mostrar el perfil y sentimientos de dos chicas muy peculiares que conocemos desde el comienzo de la cinta. Este es seguido inmediatamente por el track más melódico, «Memories of the Illusion», que va asociado a un hermoso recuerdo de uno de los personajes femeninos, que ve unido su destino a los del detective y abogado. Un precioso y certero tema en la línea más clásica del compositor.
Otro tema a destacar en este bloque por su peculiaridad es “Before Attacking at Farm”, en el que la guitarra española y las castañuelas son guías de los pasos del trío protagonista huyendo a través de un precioso bosque, con tiempo para una jocosa escena entre los tres a pesar del peligro que corren.
El color que da Iwashiro a los vientos en sus composiciones aparece en de “Way to the Horizon”, un tema de corte intimista donde la trompeta vuelve a ser el instrumento más destacado junto a la batería para dibujar un halo de esperanza en la resolución de la historia, la cual queda cerrada bajo los cortes “Destiny and Bond” y “For Two Men”, el primero sirviendo bajo su tono en clave de jazz de cierre a la resolución del caso para alegría del protagonista, y el segundo bajo la melodía del piano mostrando el mutuo respeto entre Qiu y Yamura tras verse fuera del peliagudo caso así como los más que posibles futuros que se auguran para ambos.
Para dar final al score escucharemos la canción “Unforgettable Woman”, que es la que acompaña a los títulos de crédito.
ManHunt es claramente una nueva muestra de cómo Iwashiro entiende perfectamente el cine de Woo y regala grandes momentos con su música a las imágenes del realizador chino. Como ya he dicho al comienzo, en breves fechas podréis ver si os apetece esta película en Netflix y poder haceros vuestra propia opinión sobre esta y su banda sonora. Para mí, ambas muy muy recomendables.
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