Japón, 2035. Durante un proyecto de investigación, un accidente genera una forma incontrolable de vida artificial. El Gobierno evacua la ciudad, antaño considerada la esperanza de la humanidad. Dos años después conoceremos a Aiko Tachibana, una chica de 15 años que se está recuperando de un accidente de tráfico en el que murió su padre y que mientras era intervenida quirúrgicamente para recuperarse, un incidente conocido como “Irrupción” hizo que perdiera también a su madre y a su pequeño hermano. Mientras la chica está en esa fase de recuperación conocerá a Yuya Kanzaki, un nuevo estudiante que explica a Aiko que su cuerpo está conectado a la forma de vida artificial que mató a su familia y que amenaza al mundo. Con la promesa de poder rescatar a su madre y hermano, a los cuales a través de sueños la protagonista puede ver que siguen con vida atrapados en una especie de capullo en la instalación que ocurrió el incidente, Yuya guiará a Aiko y a un equipo de jóvenes mercenarios denominados “Divers” hasta el origen de la llamada “Irrupción” para salvar a la humanidad, así como a la familia de Aiko, aunque esto pueda significar la muerte para algunos.
Bajo este guion nos encontraremos con una serie de ritmo rápido en la que durante sus doce episodios de duración asistimos a una compleja trama tanto a nivel político como científico en la que algunas cosas no son lo que parecen y en donde hay gran cantidad de luchas entre los protagonistas ayudados por alta tecnología y esa forma primitiva que apareció en la llamada “Irrupción” hasta llegar al destino final cual videojuego en el que se va superando niveles.
El apartado técnico es muy bueno, como no podía ser de otra forma, estando uno estudio tan potente como BONES tras la animación, e igualmente la dirección de Kazuya Murata (Berserk, Eureka Seven o la más reciente Kado: The Right Answer, por citar algunas) es igualmente impecable, pero cuando historia y protagonistas “cojean” mucho, o muchísimo en el caso de algunos en su desarrollo, al final el resultado es deficiente.
Y es que Aiko Tachibana, en mi opinión es un personaje muy blandito y soseras que, aunque tiene una razón de ser, durante los 12 episodios pasa casi de puntillas por lo mal desarrollada que está su historia, siendo mucho más interesante su compañero de aventuras Yuya Kanzaki, pero tampoco podemos empatizar con él por la poca información que se nos da de su pasado, salvo en los dos o tres episodios finales. Igualmente, el equipo de mercenarios que les acompaña es un grupo de personajes totalmente lineal con los cuales no he empatizado en absoluto, y si veis la serie ya os daréis cuenta de que el villano es totalmente irrisorio, pasando de ser buena persona a un psicópata total en una centésima de segundo.
Y es que el problema seguramente sea la escasa duración de la serie (muy de moda actualmente hacerlas con solamente los 12 episodios ya mencionados), la cual no deja margen para desarrollar prácticamente nada y tener que condensar una historia cerrada en tan poco tiempo. Estoy seguro que en el manga, que todavía se está editando, las cosas estarán mucho mejor desarrolladas y dejará con mucho mejor sabor de boca su resolución cuando esta tenga lugar.
Así pues, es por todo lo expuesto anteriormente que esta A.I.C.O. Incarnation es en mi opinión un producto fallido que se deja ver, pero que no deja el buen sabor de boca que otros anime recientes emitidos y producidos por Netflix sí han conseguido, aunque por lo menos nos deja una muy buena banda sonora.
La música de A.I.C.O. Incarnation
Convertido ya en el compositor habitual del director (Fullmetal Alchemist: The Sacred Star of Milos, Gargantia on the Verdurous Planet, Kado: The Right Answer), Taro Iwashiro nos presenta una banda sonora a caballo entre la música orquestal y electrónica para acompañar la historia.
El score se divide claramente en cuatro líneas musicales: una para los momentos de acción, otra para los dramáticos, la siguiente para las escenas más emotivas y, por, último una para el suspense, todas ellas desarrolladas en un 90% por las cuerdas, electrónica, piano y guitarra eléctrica, funcionando bastante bien la idea en la conjunción entre imagen y música a lo largo de los doce episodios.
Abriendo la banda sonora nos encontramos con el track “Never Say Goodbye to Her”, el cual nos presenta el tema asociado a la joven protagonista, siendo la sección de cuerda, con mucha carga dramática la que retrata toda la tragedia que hay detrás del personaje.
Dicho tema es también el protagonista en “A.I.C.O.”, una muy buena canción que es la que sirve de opening en cada episodio, la cual está interpretada por la bella voz de TRUE (nombre artístico de la cantante Miho Karasawa) y cuya música está compuesta también por Iwashiro.
A lo largo de la serie escucharemos la música de este tema a modo de pincelada en bastantes ocasiones y aparecerá una última vez en forma de track en el tema “My Dear A.I.C.O.”, en esta ocasión luciendo mucho más al ser las cuerdas acompañadas por la electrónica para darle más intensidad a la secuencia que acompaña.
Si nos centramos en la parte dramática, toda ella está concebida para ser interpretada por cuerdas y piano con alguna incorporación electrónica o de guitarra eléctrica en casos muy puntuales, siendo un perfecto ejemplo de ello el corte “Falling Down to the Future”, el cual equilibra muy bien el aire futurista de la historia con la carga que arrastra el personaje protagonista, aunque de igual forma Iwashiro subraya totalmente la parte sentimental utilizando solo la sección de cuerdas en otros muchos temas como podemos comprobar en “Where a Family Live Still”, donde queda patente esa forma tan suya de componer para esta sección.
El tercer ejemplo de cómo enfoca el drama el compositor lo escuchamos en “Dedicated to Unforgettable Days”, donde el sonido del piano es dueño absoluto de la secuencia e historia con las cuerdas en un segundo plano para seguir ahondando en los recuerdos de Aiko, así como en su psique. Así pues, con esta línea musical, encontraremos temas tan estupendos en la banda sonora como “Never Say Goodbye to Memories”; “Always be with Beautiful Mind”, tema donde la aparición del saxo junto al piano le otorga a la escena un aire “noir” acertadísimo, o “Realm of the Subconscious”, en el que el violín solista es una constante del dolor que siente la joven. Un tema muy reconocible también en la forma de crear que tiene Iwashiro.
Los pasajes de acción están claramente guiados por una vertiente electrónica por un lado y por otro por temas en los que una marcial percusión y cuerdas llevan la voz cantante, todos ellos temas sumamente elegantes que contrastan de una manera muy efectiva con todas las luchas que se nos presentan a lo largo del anime.
“Anime Heart Beats” es el primer tema que escuchamos en esta línea musical y en él están algunas de las señas de identidad que tendrá dicha línea a lo largo de la partitura: rifs de guitarra eléctrica, piano y electrónica, todo ello fusionado de una manera muy inteligente para sin ponerse por encima de las imágenes hacer que estas funcionen como un reloj suizo. En esta vertiente electrónica escucharemos temas a destacar como “Non-Stop Madness”, “Together Another One”, “Wild Preasure” (donde vuelve a destacar ese aire “noir” gracias al sonido del saxo) y “Defense Battle Formation Z”, todos ellos temas ligados a luchas y escaramuzas entre los protagonistas y la facción humana que quiere detenerlos.
En los cortes donde es la percusión la que destaca hay que mencionar los cortes “Going to the Bloody Fields”, “Demon’s Steps” y “Under the Flag of Special Forces”, los cuales son acompañantes de las batallas entre el grupo de Aiko contra la llamada Materia en el camino de los primeros por llegar al punto donde se inició el incidente que dio origen a todo.
Centrándonos en la línea para el suspense cabe destacar varios temas. El primero de ellos sería “Just One Tragedy”, donde el órgano, electrónica, cuerdas y voces ponen de relieve el recuerdo de la tragedia acontecida a la familia de Aiko. El siguiente sería “Future of Secret Operation”, el cual bebe un poco del tema de la protagonista para acompañar la formación de la alianza de esta con el pintoresco grupo de mercenarios para iniciar el peligroso viaje. Otro tema de este bloque a resaltar es “Moaning in the Darkness”, donde unas voces femeninas junto a electrónica y el sonido del vibráfono aumentan la sensación de oscuridad y desasosiego que vive Yuya provocados por sus recuerdos y acciones.
Por su omnipresencia en la historia también hay que destacar “Doubt Against Our Future”, track en el que piano y electrónica van de la mano ligados a los flashbacks que sufre la protagonista tratando de recordar todo lo anterior a su accidente. Un tema que va también ligado a “Report About Unanswered Investigation” para primero insinuar y más tarde mostrar el verdadero ser de Aiko.
Y finalmente, en la línea emotiva hablar de “Pure & Cure”, “Motifv on Day-Dream” y “Blank of Last Monologue”, todos ellos interpretados por Iwashiro al piano para mostrar recuerdos muy ligados a la protagonista y su familia.
Por último, también mencionar la canción que sirve de ending del anime: “Michi no Kanata”, interpretada por la también bella voz de Haruka Shiraishi, con música compuesta igualmente por el compositor nipón.
En resumidas cuentas, es esta “A.I.C.O. Incarnation» una estupenda banda sonora de Taro Iwashiro que está bastante por encima del anime al que acompaña. Como la serie la tenéis en la plataforma Netflix, os invito a que le echéis un vistazo para sacar vuestras propias conclusiones. |
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