Esas son las perspectivas desde las que Wim Wenders trabaja esta película: haciéndonos ver tanto lo bueno que dejan los protagonistas como el mal o dificultades que les espera. La película nos traslada a los mundos opuestos de Danielle Flinders (Alicia Vikander) y James More (James McAvoy), quienes se conocen por casualidad en un remoto hotel de la costa normanda, donde ambos se preparan para peligrosas misiones. Se enamoran casi en contra de su voluntad, pero pronto verán el uno en el otro al amor de su vida. Cuando se separan, descubrimos que James trabaja para el servicio secreto británico y está implicado en una misión en Somalia para seguir el rastro de una red de terroristas suicidas que está asolando Europa. Danielle ‘Danny’ Flinders, por su parte, es una biomatemática que trabaja en un proyecto de inmersión para respaldar su teoría sobre el origen de la vida en nuestro planeta. Pronto les separará un mundo. James será apresado por yihadistas y no podrá contactar con Danny, que tendrá que adentrarse en lo más profundo del océano a bordo de un sumergible sin saber si el hombre al que ama sigue vivo.
Wenders nos presenta al comienzo a los personajes de forma separada y nos muestra a qué se dedican, para unirlos de una forma muy poética en esa perspectiva de luz y oscuridad en la que ambos se encuentran en ese instante y que les va a acompañar durante toda la historia.
Una vez establecido el punto de partida, entre flashbacks y momento actual, contándonos cómo ambos se conocen, se enamoran y lo que acontece tras su obligada separación hasta que finaliza la película, bajo mi punto de vista lo que mejor funciona en la historia es la parte en la que coinciden juntos Vikander y McAvoy, donde la química que hay entre los dos y sus juegos de miradas hacen que creamos a pies juntillas ese romance surgido en pocos días, y es además donde Wenders se gusta más tras la cámara, mostrando la diferencia de gustos y maneras entre ellos – él prefiere whisky mientras ella vino; el escocés aparenta ser culto mientras ella lo es de verdad; James tiene un sueño agitado y el de Danielle es tranquilo- por aquello de que los opuestos se atraen. O lo poético en cómo muestra el eslabón que hay entre los dos aunque sea muy opuesto en ambos, pues la relación de Danielle con el agua es verdadera y la de James es una fachada. Pero es en los ojos azules de él donde ella se zambulle para seguir mostrando esa poesía dentro de la historia.
Si nos centramos en las historias de ellos por separado, sin dudarlo me quedo con la de él y el interés que despierta lo que le pueda suceder en manos de sus captores, aunque se pase muy de puntillas por temas tan espinosos como la captación de adeptos a la Yihad o el poco valor de la vida de una mujer en estados islámicos extremistas, hay momentos realmente brillantes como las conversaciones con el doctor o el caminar hacia el mar mientras los terroristas queda a sus espaldas apuntándole.
Por el contrario, la trama de Danielle en solitario en ningún momento hace que me haya interesado en ella pues aunque Vikander es una gran actriz y solventa la papeleta lo mejor que puede, su personaje no logra transmitirme nada por sí sola. Más aún, estando rodeada completamente por hombres donde ella es el único personaje femenino, a sus inquietudes y problemas le hubiera venido de lujo tener una compañera con quien hablar en ese barco para darle más profundidad a su historia.
Reconozco que nunca he sido un entusiasta del cine de Wenders y que siempre me ha llamado más su faceta de realizador de muy buenos documentales. Sin embargo, es justo reconocer en esta Submergence ese aire poético dotado de una belleza estética que es imposible pasar por alto y donde destaca en gran medida la música compuesta por Fernando Velázquez.
La música de Submergence
La banda sonora se sustenta alrededor del sonido de las cuerdas para mostrar todo lo relacionado con lo que acontece a la pareja protagonista, así como elementos electrónicos para transmitir el elemento acuático que rodea la historia y los conecta.
El score abre con el tema “Opening Title”, en el que podemos escuchar el tema principal de la película y donde podemos apreciar la melancolía que acompaña en todo momento a la historia y los sonidos en segundo plano que muestran el nexo del romance con el elemento acuático.
“I’ve Never Been Lonely Before” es el tema que nos pone en antecedentes bajo la perspectiva de Danny sobre su relación con James y que algo no va bien. Por su parte “Hold My Flight” nos introduce al personaje interpretado por McAvoy, en primer lugar mostrando la situación actual que está viviendo paralela a la de su compañera, que es reflejada por la oscuridad de las cuerdas y el vacío que muestra la electrónica. En segundo lugar, señalando su faceta de espía con una música que se vuelve misteriosa y cargada de intriga, marcando el punto de partida a la misión que le lleva a cruzar su camino con Danny.
Ese cruce de caminos lo plasma “Danny & James” con la aparición del tema de amor, breve, conciso y contrastando de manera muy bella con el paisaje donde se cruzan ambos por primera vez, dando lugar a una primera cita que es acompañada por “Layers Of The Ocean , The Hadopelagic” el cual, haciendo uso de los sonidos que transportan a las profundidades del océano, ilustra las palabras de Danny mientras el profundo azul de los ojos de James mientras la escucha nos hablan también del líquido elemento.
Dentro de esos breves días que comparten también forma parte el corte “Talking To Me”, que en su primera mitad muestra los nubarrones que se ciernen sobre ambos y su relación debido al verdadero trabajo de James que evidentemente le oculta a ella, mostrando la música lo esquivo que él se muestra ante las preguntas de la joven mientras cambia el tema de conversación al son nuevamente del tema de amor relajando totalmente la escena.
Dicho tema, y cerrando la parte de la historia en que la pareja protagonista comparte plano, vuelve a aparecer en “Exactly What I’m Going To Do , I’m Going To Remember This” a modo de promesa, recuerdo imborrable y despedida, siempre a través del sonido de las cuerdas y con la electrónica que nos lleva siempre a ese nexo que es el agua y las profundidades del océano.
A partir de aquí la música se torna más apesadumbrada si cabe. No hay duda de que este hecho lo acarrea la separación de ambos y, sobre todo, el tremendo lío en el que James se ve envuelto. Lo podemos apreciar rápidamente en el tema “Leaving” y en cómo se distorsionan a partir de su mitad los recursos musicales para señalar las amenazas e incertidumbres que van a aparecer en la vida de ambos, centrándose a partir de aquí la partitura en casi su totalidad en el arco argumental de James que, como dije al principio, es el que llama la atención en la historia, ofreciendo temas que funcionan realmente muy bien, entre los que destacan “Reaching Out , Shooting Squad , Alive” y cómo su música nos va preparando para un destino que intuimos fatal, mientras vamos viendo al protagonista junto a sus captores armados recorriendo un camino que nuevamente conduce al mar; “An Education , a New Plague”, donde las notas del arpa desgranan las palabras del médico yihadista que atiende a James, mientras le pinta un futuro devastador para la humanidad; “To The Mangrove”, que se sirve de la electrónica para mostrar una música áspera e inhóspita al igual que el camino que transitan los terroristas y el cautivo protagonista hasta llegar nuevamente a un lugar rodeado de agua, la cual se muestra directamente con el sonido de burbujas en “At The Docks”, y terminando con “Bomb Makers / Submergence / The Bottom of It / Made of Water”, tema que cierra todas las tribulaciones de la pareja en sus respectivas localizaciones, muy contenido en su carga dramática y toda una muestra de cómo Velázquez maneja de forma magnífica los tiempos de las imágenes con su música para que no se “cargue” con ella todo lo que estas pretenden transmitir con pocas palabras. Y esto queda más refrendado todavía en el estupendo, liberador y esperanzador “See You Again”, que en su final tiene ciertas reminiscencias “morriconianas” ya escuchadas muy de soslayo en algún otro tema de esta banda sonora.
Cierra el score “End Title” que, como su título indica, es el corte que acompaña a los créditos finales y donde el compositor getxotarra utiliza todos los elementos musicales que han acompañado a la historia, comenzando por el tema principal, para poner el broche final a un trabajo que es una nueva muestra del talento de Velázquez para elevar con su música la calidad de una película que, como he dicho al comienzo, tiene más contras que pros para mi gusto y que solo luce cuando Vikander y McAvoy comparten pantalla, así como en algunos pasajes de la historia del personaje de él. |
No hay comentarios