A finales del siglo XX, el neozelandés Peter Jackson emprendió una de las mayores aventuras cinematográficas de la historia: adaptar para la gran pantalla la mítica trilogía fantástica de J.R.R. Tolkien El señor de los anillos. Tras rodar las tres películas de un tirón, la primera entrega, La comunidad del anillo (The Fellowship of the Ring) vio la luz en diciembre de 2001.
Durante meses, los aficionados a la música de cine estuvieron expectantes haciendo cábalas sobre quién sería el compositor elegido. Fue, en cierto modo, sorprendente que se escogiera al canadiense Howard Shore, habitual de las películas de David Cronenberg y con un particular estilo asociado a sonoridades oscuras como era el caso de The Fly, Inseparables, El silencio de los corderos o Seven, aunque con evidentes excepciones (Big, Señora Doubtfire, etc.).
En La comunidad del anillo, Shore sentó las bases de lo que sería la excelente música para toda la trilogía, un amplio y variado tapiz de estilos muy distintos que retratan perfectamente a las distintas razas de la Tierra Media. En la banda sonora para la primera película introdujo también algunos de los innumerables temas de toda la trilogía, entre los que destacan los del anillo, la comunidad, los hobbits, la Comarca, Sauron, Rivendel, Saruman o Lothlorien. En el plano más oscuro, Shore sobresalió con una de las piezas más conseguidas, “The Bridge of Khazad Dum”, para la que utilizó un coro formado por jugadores de rugby.
En definitiva, fue la primera entrega de una de las obras de música cinematográfica más apreciadas por los aficionados, el salto de Howard Shore a la primera división de la música de cine y su primer Oscar. Tras la edición de Reprise Records de 2001, la misma discográfica lanzó en 2005 las Complete Recordings en tres CD.
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