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  Life of Pi

(La vida de Pi)
Mychael Danna
     
Año:   2012
Sello:   Sony Classical
Edición:   Normal
Nº Tracks:   28
Duración:   65:11
     
Ficha IMDB
 
Web del Compositor
 
 

Introducción y epílogo:
Asier G. Senarriaga

Análisis corte a corte:
David Sáiz Bonastre

 
1. Pi’s Lullaby (3:45)
2. Piscine Molitor Patel (3:40)
3. Pondicherry (1.12)
4. Meeting Krishna (1:52)
5. Christ in the Mountains (1:13)
6. Thank You Vishnu For Introducing Me to Christ (0:56)
7. Richard Parker (0:54)
8. Appa’s Lesson (1:07)
9. Anandi (0:56)
10. Leaving India (1:23)
11. The Deepest Spot On Earth (0:50)
12. Tsimtsum (2:51)
13. Death of the Zebra (0:34)
14. First Night, First Day (3:46)
15. Set Your House in Order (2.11)
16. Skinny Vegetarian Boy (2.19)
17. Pi and Richard Parker (2.16)
18. The Whale (2:04)
19. Flying Fish (0:50)
20. Tiger Training (1:24)
21. Orphans (1:38)
22. Tiger Vision (4:32)
23. God Storm (3:44)
24. I’m Ready Now (3:23)
25. The Island (2:01)
26. Back To the World (8:21)
27. The Second Story (4:05)
28. Which Story Do You Prefer? (2:05)
 
 

«Pi’s Lullaby»

«Tsimtsum»

«Which Story Do You Prefer?»

 


Los caminos a la emoción que esta virtuosa partitura de un compositor en estado de gracia, logra transitar con mano, o mejor dicho, batuta maestra. La perfecta integración música/imágenes, alcanzando instantes de un deleite sonoro/visual dignos de recuerdo. La overtura al film, con una deliciosa nana, “Pi’s Lullaby”, presentando el tema del protagonista a través de la voz étnica femenina. El naufragio, apoteósico musicalmente sin necesidad de decir más, “Tsimsum” Y el maravilloso epílogo con los excepcionales “Back to the World”, “The Second Story” y “Which Story Do You Prefer?”. La carne de gallina es una segura consecuencia de su escucha.


Indiscutiblemente para todo aquel que ha visto el film y ha escuchado el score, poco negativo se pueden decir de este magnífico trabajo de Mychael Danna, por no decir, nada.


Tres, inolvidables por su hermosísima conjunción con las imágenes, extraordinarios en su escucha aislada. “Pi’s Lullaby” en el prólogo, mostrando la comunión de los animales con la naturaleza. La escena del naufragio, con un superlativo “Tsimsum”. Y el epílogo de la historia, “Which Story Do You Prefer?”, con unos coros finales a modo de coda inmejorable absolutamente mágicos. Danna at his very best!

BSOSpirit opina

Nota media: 8,30
 
Ángel Aylagas (6), David Doncel (7), Fernando Fernández (9), Asier G. Senarriaga (10), Óscar Giménez (9), Ignacio Granda (8), David Martínez (9), Jordi Montaner (7), Sergio Rivas (8), David Saiz (10)
 

 
Crouching Tiger, Hidden Mysticism
 

altLa primera vez que escuché hablar de la historia que nos narra la novela de Yann Martel, La Vida de Pi, del mismo título que el film dirigido por Ang Lee, que nos ocupa y que adapta la misma, la curiosidad por conocer de qué forma pudiera ser adaptada al cine me dio que pensar, concluyendo que o bien pudiera convertirse en un desastre absoluto si no se transcribía correctamente al medio cinematográfico esta fabula, o bien se lograba crear lo que quizá haya acabado siendo, al menos para quien esto suscribe, una auténtica y majestuosa obra maestra del séptimo arte.

Una historia aparentemente infilmable por su complejidad y dificultad para hacer creíble un film con un 75% de la acción ambientada en un bote salvavidas, entre un humano y un tigre de bengala llamado Richard Parker, a modo de parábola cortés con toda religión y creencia que el mundo haya conocido, basándose en el respeto a la vida y la búsqueda del yo interior para encontrarse a uno mismo y sentirse uno con el mundo, aún en las más desesperadas y/o trágicas circunstancias. Porque toda vida puede ser extraordinaria, porque toda existencia importa, porque incluso aquello que altdesconocemos, por opuesto que sea a nuestra ideas, si evitamos los prejuicios, puede suponernos un aprendizaje vital, y porque a veces no hay una única manera de ver las cosas o de acordarnos de nuestro pasado, sino aquella que nos haga vivir en plenitud con nosotros mismos y con quienes nos rodean, si el respeto, la honestidad y la tolerancia rigen nuestro camino hacia la trascendencia.

Cuando, tras un epílogo inolvidable, nuestra mente reorganiza las piezas y tiene que decidir si lo que ha visto ha sido real o una representación preñada de belleza, fastuosidad cromática y sensibilidad lírica de unos hechos más mundanos de lo que un talentoso narrador nos ha hecho ver, quizá decidamos, que lo obvio es erróneo y que las cosas así sucedieron, porque algunas veces, la vida y sus senderos, como la voluntad inescrutable de quien pudiera estar observando nuestros pasos, puede ser más increíble que la más desaforada imaginación, haciendo que nos enamoremos sin remedio de un personaje, de un periplo vital, y de una existencia.

Que La Vida de Pi(scine Molitor Patel) y sus recuerdos sean también los nuestros,
y las enseñanzas de su aventura con Richard Parker,
nos acompañen,
ya,
siempre.

alt

Ang Lee, orquestador de lo inusual, maestro de lo cotidiano,

                              un director todoterreno

altNo cabe la menor duda de que si hablando de un director de cine, surge en una conversación el término “ecléctico”, hay una gran cantidad de probabilidades de que los contertulios se estén refiriendo, precisamente, a Ang Lee.

Y es que tan sólo hace falta citar los géneros que ha tratado este cineasta taiwanés para comprobar que lo acomodaticio y la falta de riesgo no son palabras que se encuentren fácilmente en su vocabulario fílmico, desde la comedia que hace pensar en su espléndido debut con su ópera prima Tui Shou, reflexionando sobre los choques, primero culturales y después generacionales, entre oriente y occidente, y los mayores y más sabios frente a las nuevas generaciones, género en el que reincidiría con más mordacidad en The Wedding Banquet y Eat Drink Man Woman; una adaptación de una de las novelas más famosas de Jane Austen, Sense and Sensibility, con la pulcritud y British Style que nunca hubiésemos supuesto altel director dominaba; un gélido, en todos los sentidos, y muy setentero drama trágico reflejando con perfección la pérdida de valores de la sociedad americana, acomodada y (aparentemente) puritana de cara a los demás (cuando la perversión más desaforada bulle en su seno), The Ice Storm; un western (sí, han escuchado bien) telúrico y descarnado de honda raigambre (anti)épica, Ride with the Devil; un fervoroso y emocionante tributo al Wuxia Pian; el cine de espadachines y artes marciales, y la aventura oriental, en la ganadora de varios Oscar de la Academia, Crouching Tiger Hidden Dragon, revitalizando este género en occidente; un film basado en un cómic de Marvel, como Hulk, adaptando la historia de La Masa con poderío visual y Hollywoodiano sense of wonder, con un original tratamiento acompasando el montaje al estilo de las viñetas originales, si bien con resultados algo fallidos en conjunto; una historia de amor gay ambientada en parajes naturales de belleza latente, Brokeback Mountain, en el que probablemente sea su mejor film de la etapa americana; su film de la segunda guerra mundial, con las furibundas pasiones y las traiciones y deseos soterrados de Lust, Caution; o su folletín vodevilesco de causticidad recargada, recogiendo los orígenes del festival musical más mítico que se vivió en los 60 en Estados Unidos, en Taking Woodstock

claro está pues, que eclecticismo, es, no cabe duda,
la palabra clave.
Y entonces, la novela de Yann Martel, La Vida de Pi, llegó a sus manos,
el resto,
es historia…

Mychael Danna, un compositor para la trascendencia,
                         un creador de sensaciones

altSi intentamos definir el estilo musical de Mychael Danna empezando con explicaciones manidas del tipo “músico dotado para lo étnico” o “experimentador de lo exótico aplicado a los matices occidentales” estaríamos cayendo sin duda en un error, reduciendo sus virtudes a solamente una parte de su obra y de su estilo, y no estaríamos siendo justos con las notables capacidades y el talento de este compositor canadiense nacido en Winnipeg, Manitoba.

Porque si es bien conocido por su investigación de la música de otros continentes, como el asiático, principalmente la India, en scores como Monsoon Wedding, Water, Kama Sutra, The Art of Love o Vietnam, en Green Dragon,

el Norte de Europa, por ejemplo junto a su hermano Jeff en su delicioso díptico de música celta Celtic Romance & Celtic Tale, o la música del este europeo, Ararat,

altasimismo se adapta al western de raigambre épica en Ride With The Devil o a varios análisis musicales sobre el deterioro de las relaciones humanas y la alienación que conllevan, The Sweet Hereafter, Girl Interrupted,

pasando por una adaptación de una novela de Stephen King, Hearts in Atlantis, donde creó una de sus obras más emocionantes y bellas, siempre desde su personal tamiz lírico (la escena de la ascensión de la colina queda grabada en la retina y el recuerdo como pocas veces, gracias al inspirado trabajo del compositor),

o destaca a través de las colaboraciones con Terry Gilliam en, por ejemplo, Tideland o The Imaginarium of Doctor Parnassus, o Billy Ray, en los difusos genéricamente Shattered Glass, y Breach (entre el cine de suspense y el thriller, o el análisis de personalidades discordantes entre contenido y continente, con gran labor de Danna en ambas),

hasta llegar a Ang Lee, en el anteriormente citado western revisionista o en su particular visión de los setenta en una América degradada moralmente, The Ice Storm, quien podríamos decir es el director que más prestigio le ha dado comercialmente e internacionalmente junto a Atom Egoyan, con quien colaboró en, por ejemplo, Exotica, The Adjuster, Adoration, Where the Truth Lies o Chloe.

Sin embargo, todo ello culmina de momento y unos años antes de la obra que ocupará en breve este artículo, con la que personalmente y humildemente consideramos su mejor partitura, donde Danna hace coexistir su brillantez para la experimentación sonora, buscando un sonido para el año del nacimiento de Cristo, a través de instrumentos que existían en la época, llegando a un glorioso sinfonismo con el añadido de grandes masas corales, The Nativity Story, una auténtica obra maestra de la música de cine, ya sólo por la cual, Mychael merece entrar en el Olimpo de los grandes.

altPodemos referirnos a él como un perfecto ejemplo de compositor para las sensaciones, un hábil estratega del pentagrama para inferir vulnerabilidad, fuerza moral, indefensión, gelidez emocional, candor, inteligencia y/o creatividad, o para mostrar un cruce de caminos interiores entre lo que se desea y lo que una persona se ve abocada a llevar a cabo, y un inmejorable acompañante para actores y actrices que ven sus interpretaciones mejoradas y/o ampliadas gracias a la música (díganselo sino a ganadores del Oscar de Hollywood como Philip Seymour Hoffman en Capote, Alan Arkin en Little Miss Sunshine, o a los nominados Brad Pitt en Moneyball o Annette Bening en Being Julia, si la música no ayudaba, y de qué manera, a sus interpretaciones). Pero, sobre todo, donde encontramos a un auténtico maestro en su juego, es en ir más allá, en presentar y hacer sentir aquello más grande que la vida a través de la música. Danna ya lo hizo en The Nativity Story, llegando donde las palabras o incluso las imágenes no llegaban, ahora

en su último film,
La Vida de Pi,
sencillamente,
lo ha vuelto a hacer.

La Vida de Pi, corte a corte

1. Pi’s Lullaby
altLa partitura se inicia con esta bella canción, nominada a los Oscar y a los Golden Globe, coescrita e interpretada en la voz solista por Bombay Jayashri. La oímos con placidez en los títulos de crédito de inicio, mientras van desfilando ante nuestros ojos los diversos habitantes del zoo propiedad de la familia del protagonista, Pi. En palabras del propio compositor, como se trata de un personaje que aúna referencias multiculturales, el objetivo era crear una pieza en la que se mezclaran sonidos e instrumentos indios (como el sitar o el bansuri, entre otros muchos), incluida la voz solista, con elementos orquestales occidentales, como las cuerdas o los coros (grabados en Inglaterra) e incluso pinceladas de color como el acordeón, hacia el final de la pieza, enlazando con la historia del protagonista y el origen de su nombre, que se nos explica en la escena siguiente.
 

2.  Piscine Molitor Patel
altAcordeón, mandolinas y divertidos coros sobre una base de cuerdas a ritmo de vals se mezclan a partir del minuto 1:00 con sonidos de la India, de nuevo con predominancia del sitar, mientras se nos expone la historia del nombre del protagonista, que coincide con el de una piscina de la ciudad de París, que frecuentaba un peculiar amigo de los padres de aquel. El tema -o nana- de Pi aparece de nuevo a partir del minuto 1:34 del corte, que continúa con el tratamiento desenfadado del resto del track, destacando un curioso uso de la voz a partir del minuto 2:23 y la interpolación del popular tema «Sous le ciel de Paris», para cerrar mediante un crescendo con destacado uso de la percusión oriental.
 

3. Pondicherry
De nuevo piano, acordeón y violín se fusionan con el sitar, siguiendo el ritmo de vals del track anterior, para ilustrar la zona de la India en la que vive la familia de Pi, de nombre Pondicherry, una ciudad colonial francesa, para desembocar en una breve rendición del tema principal a cargo de las cuerdas.

4. Meeting Krishna
altLa nana de Pi, interpretada mediante un solo de voz femenina, da paso nuevamente a una instrumentación de colorido indio, si bien acentuando más el misterio que el tono desenfadado aplicado hasta ahora, con intervención de voces masculinas, entre mágicas e inquietantes, para ilustrar el primer contacto de Pi con la religión, tema central del film, en este caso con el hinduismo. De hecho incluye interpolaciones de una melodía tradicional india, «Raga Ahir Bhairav», igual que en el corte sexto del CD.
 

5. Christ in the Mountains
Breve corte con introducción de sitar, santoor y sabor indio, sobre el que se impone un celestial -y muy occidental- coro arropado por un lecho de cuerdas, luego puntuado por percusión y vientos orientales. Ilustra el momento en el que Pi accede a la religión cristiana, eso sí, a través del hinduismo. De ahí la fusión presente en el corte, no exento de épica, pero en palabras del compositor, siempre reflejando la actitud de curiosidad del protagonista, tan propia de la juventud.
 

6. Thank You Vishnu for Introducing Me to Christ
Pinceladas del tema principal dominan este breve track, inferior a un minuto, en el que se perfecciona la fusión entre sonidos orientales y occidentales, con la inclusión de un coro tibetano interpretando en latín. Danna cumple con lo requerido por Ang Lee, que le manifestó que su deseo era mostrar el «dios», en abstracto, que hay detrás de todas las religiones, no cada dios específico de cada uno de los cultos con los que entra en contacto el protagonista.

7.  Richard Parker
altY por fin conocemos al coprotagonista de la película, el tigre Richard Parker. Danna aplica una música ciertamente intrigante, que se inicia con unas cuerdas sostenidas, a las que luego se une el ney persa, un instrumento de viento oriental, con el que el compositor canadiense quiere mostrar el carácter misterioso, imposible de conocer completamente, del animal y enfatiza el uso simbólico del mismo que se llevará a cabo en el film.
 

8. Appa’s Lesson
El tema de Pi, en una versión reposada, reflexiva, no exenta de melancolía, con intervención de la orquesta imbuida de los colores orientales, suena después de que el padre de Pi le muestre la salvaje e implacable naturaleza del tigre a su hijo.

9. Anandi
El sitar es protagonista en esta escena en la que Pi pasa tiempo en los muelles del puerto con una chica, que luego representará todo aquello que añora de la India.

10. Leaving India
altLa familia de Pi decide trasladar el zoológico a Canadá y con ello finaliza el primer acto del film. Junto con el protagonista, nos embarcamos hacia occidente y la música refleja el estado de melancolía del protagonista al verse obligado a abandonar una tierra que ama. El tierno solo de flauta india que escuchamos a partir del minuto 0:45 del track ilustra la relación de Pi con su madre, que tendrá gran relevancia en la resolución del film.
 

11. The Deepest Spot on Earth
Los metales en registro bajo se unen a las cuerdas, consiguiendo un tono entre épico y ominoso, en ese breve corte, que se corresponde con la primera música que escuchamos tras el naufragio, que Danna opta por no ilustrar musicalmente, a modo de coda a la destrucción.

12. Tsimtsum
altBellísimo tema, que recibe su nombre del barco en el que viaja la familia de Pi, sin duda uno de los mejores de la partitura, si no el mejor. Representa literalmente la calma tras la tormenta, con un prodigioso uso del coro infantil, al que al final se une un coro adulto, y la flauta india, sobre un mar de cuerdas. Aunque de corte místico y celestial, la música acentúa el sentimiento de dolor, pérdida, desolación y desorientación del protagonista tras el naufragio y sus consecuencias, constituyéndose, según nos indica el compositor, en un «guía compasivo» para el espectador, un alivio frente a la dureza de las imágenes.
 

13. Death of the Zebra
Un solo de flauta india, con una variación sombría del tema principal sobre una base de cuerdas, ilustra la cruda muerte de uno de los compañeros de viaje de Pi a manos del tigre Richard Parker.

14. First Night, First Day
altCuerdas y serpenteantes vientos, con matices de percusión ligera, dan paso a una soprano femenina, que interpreta una oración en sánscrito, simbolizando la rendición de Pi ante dios. El tono es ominoso, pero no exento de belleza, especialmente a través de la participación de la soprano, aumentada por múltiples voces (carne de gallina en el minuto 1:35 del corte). Los delicados vaivenes del coro emulan las olas en las que Pi se encuentra irremediablemente perdido, a merced de los elementos, y con un compañero de viaje, cuanto menos, poco apetecible.
 

15. Set Your House in Order
altLa percusión es la protagonista casi en exclusiva de este track, mucho más optimista, que ilustra el carácter práctico y racional de Pi, con pequeñas intervenciones de su tema lideradas por la flauta india y luego las cuerdas, mientras asistimos a la ejecución de las estratagemas ideadas por el joven para sobrevivir en este microcosmos que le ha tocado en suerte, consiguiendo casi domar al feroz Richard Parker.
 

16. Skinny Vegetarian Boy
Aunque en los cortes anteriores nos hemos ido encontrando breves variaciones del tema principal, aquí Danna aplica un enfoque más completo e incluso alegre. Al inicio, el track está dominado por la percusión, y tras un interludio más orquestal, cuyo ritmo marcan las cuerdas, la melodía pasa a llevarla la flauta india, a partir del minuto 1:20, con un contagioso ritmo cercano al jazz, que desemboca en el tema principal una vez más, con contrapunto de arpas. El compositor canadiense aporta un enfoque abiertamente optimista al duro día a día de muestro protagonista.
 

17. Pi and Richard Parker
El tema del tigre, de nuevo interpretado por el ney persa, se entrelaza con un expresivo piano, y más tarde con las cuerdas, transmitiendo al espectador la placidez y cotidianidad que ha alcanzado la relación entre los dos protagonistas de la historia, conexión que será más evidente conforme avance la película, pero no exenta de soledad y melancolía, que Danna expresa con los violonchelos y la intervención de un elegíaco coro en los 15 segundos finales del corte.

18. The Whale
altLlegamos a una de las escenas visualmente más impactantes de la película, cuando los caminos de nuestros protagonistas se cruzan con los de una ballena, que surge de las profundidades del océano a través de un lecho de medusas fosforescentes. Sin embargo, la música de Danna, no solamente nos sugiere la belleza de la situación, sino que se aplica un tono ciertamente ominoso, que nos advierte del peligro que la situación puede suponer para Pi, como así resulta. Con este fin, el compositor introduce un nuevo color musical, el del gamelan indonesio, que junto con las arpas y los vientos, consiguen un sonido que Danna muy apropiadamente califica de “líquido”. El coro contribuye también a este fin, especialmente en los últimos segundos del corte.
 

19. Flying Fish
Un éxito del protagonista, que consigue atrapar con astucia a unos peces voladores, recibe un tratamiento musical optimista, con unas efervescentes cuerdas marcando el ritmo, puntuado por vientos étnicos y mandolina, cediendo el protagonismo hacia el final, primero al coro de niños y luego a los metales. Se consigue una música dinámica a la altura de la proeza visual conseguida por Ang Lee en el film, con cambio de formato incluido, para resaltar unas prodigiosas tres dimensiones.
 

20. Tiger Training
altContinuamos asistiendo a la gradual compenetración de estos dos seres abandonados a su suerte en la inmensidad del océano. Una variación de la nana a cargo de voz femenina da paso a la percusión y cuerdas, marcando el creciente ritmo de conexión de humano y tigre.

21. Orphans
El tema principal, primero interpretado por los metales y luego por la flauta india, da paso al tema de dios, con un celestial coro sobre una base de cuerdas.

22. Tiger Vision
altEste extenso corte acompaña uno de los pasajes más “new age” de la película, en el que accedemos a los anhelos, miedos y deseos de Pi a través de la mirada de Richard Parker, reflejada en el agua del mar, en clara muestra de la compenetración ya absoluta de los dos protagonistas. ¿O quizás es que son una misma cosa? De nuevo encontramos la colorista orquestación aplicada por el compositor canadiense, el ney asociado al tigre, la flauta india asociada a Pi, el coro asociado a dios, el gamelan asociado al océano…
 

23. God Storm
Danna desata su fuerza orquestal, situándonos en el centro de una terrible tormenta, durante la que el protagonista lleva a cabo su enfrentamiento definitivo con dios. Musicalmente imponente, en este corte la percusión, cuerdas y voz (primero un soprano infantil, después un cambiante coro, entre amenazante y esperanzador, limpio), remarcan con fuerza el desafío de Pi, que puede significar su final o su salvación definitiva.
 

24. I’m Ready Now
El desenlace de la tormenta es ilustrado por Danna con ecos producidos por instrumentos de viento étnicos y unas sombrías cuerdas, provocando una sensación de incertidumbre y desazón, hasta que la luz penetra a través de un cambio de registro en las cuerdas en el minuto 1:28 del corte, que ayudadas por el piano y los celestiales coros, nos muestran que el protagonista ha acabado en tierra firme y haciendo las paces con dios, lo que se muestra entrelazando parte del tema del protagonista, de nuevo interpretado por la flauta india, con el de dios, con preeminencia del coro.

25. The Island
altLa indolente vida en la isla se refleja en la música moderadamente optimista que crea Danna, de nuevo interpretada por un conjunto de instrumentos étnicos, a los que solamente se unen las cuerdas en los segundos finales del corte, presagiando que no todo está bien en esta isla…
 

26. Back To the World
Extenso corte de más de 8 minutos durante el que acompañamos a nuestro protagonista hasta el final de su viaje iniciático, que constituye una muestra del dominio de la narrativa musical por parte de Danna, ayudado ciertamente por su variada y efectiva paleta instrumental. Desde los tonos sombríos de la isla come-hombres de la que logra escapar el protagonista (acompañado de una breve referencia a su tema y de unos cálidos piano y violín), hasta la dulzura del piano, vientos y coros en la llegada del protagonista al mundo y la despedida de su compañero de fatigas, Richard Parker, el último minuto del track es de una belleza sobrecogedora.
 

27. The Second Story
altAunque la música electrónica ha estado presente, siempre en segundo plano, en diversos cortes, es en este en el que adquiere un mayor protagonismo, estableciendo un curioso contrapunto musical entre las dos historias presentes en el film: la que hemos visto hasta ahora y la que se nos explica por el joven Pi, una vez rescatado y postrado en la cama de un hospital, cuando los agentes de la compañía aseguradora acuden a entrevistarlo. El tono es sombrío, acorde con esta segunda historia, sobre la que no entraremos en detalles para no destripar la película a quien no la haya visto.

28. Which Story Do You Prefer?
Y llegamos a la coda final, espléndida, musicalmente optimista, con el tema de Pi luciendo acompañado del piano y dulces vientos, imponiéndose a la cruda realidad y dando paso a un pletórico final, casi de cuento de hadas, a cargo del coro.
 

Debo confesar que no he leído el libro de Yann Martel, y que el final de la película de Ang Lee lo tomé como el reflejo de una filosofía vital que defiende el triunfo de la fantasía y la imaginación sobre la gris y fea realidad, más allá de cualquier religión o creencia: una actitud frente a la vida. Y me parece un gran acierto que se haya llegado a un final abierto, siendo el espectador el que debe asimilar e interpretar lo que se le ha mostrado.

altEn palabras del propio compositor: «la historia tiene un final oscuro, pero musicalmente le dimos un tono más esperanzador. Los espectadores deberán decidir por sí mismos». Esa es la grandeza del cine y de la (buena) música de cine: su comunión es capaz de sugerir a distintos espectadores distintos sentimientos e interpretaciones. Tanto es así, que los dos autores de esta reseña tenemos interpretaciones distintas del final de Life Of Pi porque seguramente nuestro bagaje sentimental y experiencia vital diversa hace que nos enfrentemos también de manera diversa a la magnífica película de Lee. A lo que para nada es ajeno la extraordinaria creación de Mychael Danna, en la que es, para quien esto escribe, una de las cimas de su interesantísima carrera, que le ha reportado, a fecha de escribir esta reseña, un Globo de Oro y es uno de los favoritos para conseguir el Oscar de este 2012. Si así ocurre, no será porque dios lo ha querido, sino porque el trabajo del Danna lo merece con creces.

Una vida, y sus formas de ser recordada y narrada,
una historia sobre el respeto, la tolerancia, y en última instancia,
sobre cada uno de nosotros.

altLa Vida de Pi, como novela, se adentra de lleno en el terreno de la fábula para mostrarnos un aprendizaje vital, el de su protagonista, Pi(scine) Molitor Patel, y una lección de vida, el respeto por todas y cada una de las religiones o formas de ver el mundo, y cómo somos cada uno de nosotros quienes debemos interpretar y crecer, en base a la experiencias que la vida nos va poniendo en el camino, y si tal vez una parábola sobre la realidad, a veces puede servir de más ayuda a los demás (y a uno mismo), que una narración detallada de la realidad misma.

Hay ocasiones en que el visionado de un film no solamente nos ayuda a pasar un par de horas de entretenimiento o de distracción sino que nos toca, nos transforma y nos sirve para aprender, tal vez no cosas que desconociéramos, sino cómo incluso en las situaciones más adversas, en los momentos más difíciles, siempre se puede encontrar la esperanza, y que todo nos conforma, especialmente aquellos instantes en que somos puestos a prueba, ya que somos el resultado de nuestras experiencias, y ellas hacen de nosotros lo que somos, y no debemos perder la confianza en nosotros mismos, pues la salida puede estar allá donde precisamente evitamos mirar. Una moraleja, una lección de vida que en estos tiempos actuales en los que nos encontramos, se hace sin duda más importante que nunca llegar a comprender, asumir y aceptar.

Y si algo es sin duda La Vida de Pi es una lección vital, con los pilares de la tolerancia, la aceptación del otro, el respeto y la generosidad de espíritu como flameantes antorchas en la noche, para iluminarnos el sendero que a mayor o menor ritmo, eso lo decidimos cada uno de nosotros, todos deberemos hollar.

alt“Siempre he pensado que las más grandes películas, aquellas que dignifican y elevan el cine a la categoría de Arte con mayúsculas, son aquéllas que, más allá de sus loables aspiraciones lúdicas o filosóficas, consiguen conectar con el espectador a un nivel más profundo y espiritual. Son películas de clara vocación humanista y que nos invitan a indagar en cuestiones trascendentes tales como la vida, el amor, la muerte o la fe… apelando no tanto a nuestro intelecto como a nuestras propias emociones y sentimientos…”

Dicha indagación puede, en ocasiones, llegar incluso a propiciar un importante cambio de conciencia en las personas, ya sea en relación a uno mismo o al entorno que nos rodea, sin necesidad de recurrir a la fácil moralina o a un sectario proselitismo…
La vida de Pinos propone, una necesaria reivindicación de la fantasía y la ilusión como imprescindibles herramientas con las que afrontar la vida, máxime en estos tiempos aciagos que nos ha tocado vivir, entroncando así con esa rica tradición de cine escapista encabezada por obras de la desbordante imaginación, tanto en lo visual como en lo narrativo…

altLa vida de Pi es la confirmación de la encomiable disposición de su director a seguir reinventándose a sí mismo y no encasillarse en ningún género en concreto…

una de esas obras cuyo visionado da sentido al denominado síndrome de Stendhal. No entendido, por supuesto, como una enfermedad psicosomática, sino más bien como, en palabras de la autora Graziella Magherini, esa reacción romántica ante la acumulación de belleza y la exuberancia del goce artístico. No lo podría haber descrito mejor. Esto es CINE.

(Luis Rodríguez, para la web Cinemaseries en su crítica sobre el film)

Amén, querido amigo Luis. No podemos estar más de acuerdo.

– ¿Puedo preguntarte algo?
– Claro.
– Te he contado dos historias sobre lo que pasó en el océano. Ninguna explica lo que causó el hundimiento del barco y nadie puede demostrar cuál de las dos es cierta y cuál no. En ambas historias el barco se hunde, mi familia muere y yo sufro.
– Cierto.
– ¿Cuál de las dos historias prefieres?
– La del tigre. Es la mejor historia.
– Gracias.

Lo mismo pasa con Dios.

Agradecimiento especial a Luis Rodríguez
por su forma de ver el arte, el cine, y sobre todo, la vida,
y su maravillosa manera de transmitir su pasión por todo ello.