El hecho de haber conseguido una audiencia de casi el 20% del share el día de su estreno televisivo en el Reino Unido permite hacerse una idea de la magnitud de Life, la serie documental de la BBC escrita y narrada por el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2009 David Attenborough (aunque la emisión estadounidense cuente con una más mediática Oprah Winfrey como narradora).
A nadie debería sorprender la calidad de los documentales de naturaleza de la BBC, pero es que Life es una nueva vuelta de tuerca. Se rumoreó que sus diez capítulos de 50 minutos han costado más de 10 millones de libras esterlinas, pero es que el resultado es lo más espectacular que se ha conseguido hasta la fecha en este género. No sólo por la alta definición ni por las distintas tecnologías empleadas para rodar escenas nunca vistas –en ocasiones con cámaras de alta velocidad que disparan 8.000 imágenes por segundo-, sino también por mostrar conductas animales capaces de sorprender incluso a los devoradores de documentales con más horas de vuelo. Life va mucho más allá de mostrar una recopilación de escenas bonitas, pues su valor desde el punto de vista científico queda fuera de toda duda.
Aun así, Life es una delicia para la vista, una serie documental que fascina y engancha. Por sus capítulos deambulan seres excepcionales que casi nunca habíamos tenido oportunidad de ver en una pantalla -mucho menos al natural-, desde el asombroso pez alga hasta la mosca Sphearocephala de la selva de Malasia o el colibrí admirable de los Andes peruanos, bichos que han desarrollado conductas increíbles para proteger su descendencia, cortejar, cazar o evitar ser cazados..
Y si las imágenes son extraordinarias, la música de George Fenton brilla a la misma altura. El compositor londinense nos regala una auténtica exquisitez que todavía no ha tenido edición discográfica. El promo con temas escogidos por Fenton es una selección magnífica, representativa del conjunto de la música de Life. El problema es que su duración –unos 34 minutos- te deja con ganas de más, de mucho más, sobre todo cuando sabes que en los diez capítulos de la serie hay horas y horas de música con temas magníficos que perfectamente podrían ser “main themes” destacados de películas de primer nivel.
El trabajo de Fenton en Life –que ha colaborado con The Band of Life, una formación de instrumentos clásicos con aportación puntual de la electrónica- es de una versatilidad envidiable y de una majestuosidad apabullante. No es ningún descubrimiento, pues todos conocemos la calidad en sus composiciones previas para documentales como Deep Blue o Planet Earth. Sin embargo, pienso que Life está en un escalón superior.
Los «Life Closing Titles» saben a poco, pero son una dinámica declaración de intenciones. El segundo del promo, «Mud Rings», es un tema soberbio que acompaña una escena de delfines mulares en la costa de Florida, que han desarrollado una estrategia de caza única: trazan círculos de barro para que los peces atrapados y confusos salten directamente a sus bocas. Las imágenes en cámara lenta se funden con las cuerdas creando una de las secuencias más memorables de la serie.
El tema más recurrente en la serie es «Migration». Arranca con arpegios de arpa y notas de chelo, instrumentos que van formando los cimientos de un leitmotiv dramático con el que Fenton sublima las imágenes migratorias en que vemos desplazarse a miles o cientos de miles de criaturas en sus rutinas vitales, sean renos, mariposas o medusas .
«Migration» viene a ser casi el tema principal y más de un capítulo se cierra con sus acordes. De hecho, lo volvemos a escuchar al final de «The Gift», otra pieza magistral escrita para la escena final del último capítulo, el dedicado a nuestros primos los primates, los agraciados por la evolución con ese «don» del título que los condujo a innovar y, en definitiva, a ser lo que somos. El fragmento de piano con la sucesión de humanos rostros de orangutanes, gorilas o chimpancés constituye un perfecto broche final.
Otra pieza magnífica es «Dancing on the Lake». Maderas y cuerdas enmarcan las vistas de los lagos de Oregón, donde parejas de somormujos de Clark parecen ensayar una danza sincronizada. Sin embargo, lo mejor está por llegar, cuando el cortejo de estas aves acuáticas se transforma en una carrera sobre el agua. Ahí es donde la música da paso a una guitarra solista que realza de forma romántica otra escena espectacular .
En el primer capítulo de la serie, titulado «Challenges of Life», tras mostrarnos la secuencia inicial de los delfines, varias imágenes breves de distintos animales en acción –hipopótamos luchando, ranas cazando insectos, un colibrí sorbiendo néctar de un flor-, ejercen de acto de presentación de todo el documental. El tema escrito por Fenton, del mismo título, de poco más de un minuto, es otra de las maravillas que podemos escuchar en este promo. Se trata, además, de otra de las piezas que aparecen en distintas ocasiones a lo largo de los capítulos, especialmente para concluirlos .
El tema dedicado a las mariposas monarca –«Monarchs Intro»– es también uno de los puntos fuertes, un gran tema que podemos escuchar por partida doble en el capítulo dedicado a los insectos. Millones de estas mariposas se alzan cubriendo los bosques al tiempo que crece y se desarrolla el bello vals escrito por Fenton para esta escena.
Y si bien los mencionados me parecen los más destacados, el promo incluye unos cuantos más que, por separado, marcan con precisión el ritmo y el carácter de cada escena. «Rescue», por ejemplo, subraya el dramatismo de una secuencia en que un sapo debe salvar contrarreloj a cientos de sus hijos renacuajos atrapados en un pequeño charco. En «Chameleon», corte no ajeno al jazz, la música apoya la larga y desoladora travesía de un camaleón en el desierto de Namibia en busca de pareja. «My Tree» tiene un tono más jovial y circense, mientras vemos a un macho de ese raro escarabajo conocido como ciervo volante, ascendiendo por el tronco de un árbol, peleando con otros machos y apareándose con una solicitada hembra –momento en que oímos el violín solista-. «Ant Harvest» suena como una divertida marcha militar y acompaña a miles de hormigas transportando briznas de hierba a su morada.
En conclusión, Life es una de las exquisiteces del 2009 por las que vale la pena romper una lanza desde esta página web, dado que su difusión como obra musical va a ser mínima si nunca llega a editarse. Eso sí, recomiendo encarecidamente disfrutar de esta nueva obra de George Fenton viendo todos y cada uno de los capítulos de esta sensacional serie documental. Todo un canto a la vida.
(Reseña publicada en la antigua página de BSOSpirit en 2009)
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