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 El género de animación es uno de los predilectos de John Powell. Desde Antz (Hormigaz, 1998), escrita mano a mano con Harry Gregson-Williams, un importante porcentaje de su filmografía como compositor corresponde a este género, en ocasiones colaborando con el citado Gregson-Williams (Chicken Run, Shrek…) o con Hans Zimmer (La ruta hacia El Dorado, Kung Fu Panda…).
De esa filmografía destacan, además de algunas de las mencionadas, Robots, las de la serie Ice Age (a excepción de la primera, que era de David Newman), Happy Feet, Horton, Bolt, Río, Marte necesita madres o The Lorax,pero de manera especial Cómo entrenar a tu dragón (How to Train Your Dragon, 2010), con la que Powell consiguió una nominación al Oscar, la única en su trayectoria de momento.
La partitura de Cómo entrenar a tu dragón es brillante y cala hondo en el oyente desde los primeros minutos de escucha, por su fuerza expresiva y su variedad de recursos. Powell recurrió a instrumentación celta para crear el universo sonoro de los vikingos y los dragones protagonistas del film, con pasajes vibrantes y muchos momentos espectaculares en los que la magia de la música se combina con bellas imágenes animadas.
Desde el arranque, con «This Is Berk», una prodigiosa presentación musical de la obra que contiene ya algunos de los principales leitmotivs, Powell va desgranando nuevos temas. La relación del joven protagonista con el feroz dragón que se convierte en su amigo se subraya con una fantástica pieza, «Forbiden Friendship», mientras que sus primeros vuelos se acompañan con la potencia del magistral «Test Drive», sin que falte la vena romántica en «Romantic Flight».
Los aficionados no dudaron en considerar How to Train Your Dragon la mejor BSO del año, tanto en nuestros Goldspirits como en los premios de la IFMCA, reconocimientos que se han demostrado más que merecidos.
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