The Elder Scrolls V: Skyrim

Dentro del mundo de los videojuegos, el género de R.P.G. o “rol” es uno de los más veteranos y mimados. Ha tenido miles de representantes a lo largo de la vida del ordenador personal y las consolas. Y esta saga que hoy nos ocupa, The Elder Scrolls, a pesar de contar con “solo” 5 partes, es una de las mejores.

La primera y la segunda parte, Arena y Daggerfall respectivamente, ya sentaban unas bases que se han mantenido hasta la fecha, siendo pioneros en unir una narrativa épica con un mundo abierto insólito en la época del Arena, 1994.

Pero es a partir de la tercera entrega, The Elder Scrolls Morrowind, cuando la saga da el salto a consola y consigue en PC una entrega absolutamente redonda, obsequiada con casi una veintena de premios, entre ellos con el galardón a Mejor Juego del Año, galardón que se ha repetido con cada entrega aparecida hasta hoy día.

6 años necesitó Bethesda para dar el salto de Daggerfall editado el 8 de noviembre de 1996 a Morrowind y conseguir en 2002 esa entrega tan redonda, pero sólo 4 años para en 2006 volver a sorprender con la siguiente entrega de la saga, Oblivion. En esta ocasión, la compañía de Maryland no sólo consiguió un juego de rol enorme, sino que lo hizo sobre un motor gráfico que revolucionó los estándares de la época, siendo además un baluarte de la nueva consola de Microsoft, al igual que lo fue con la primera xbox y Morrowind.

Y llegamos al año 2011. Noviembre fue el mes elegido para la salida del nuevo episodio, The Elder Scrolls Skyrim, y le bastó solo ese mes para alzarse en diciembre con el premio a mejor juego del año, superando por mucho a las entregas anteriores en todos los aspectos, nivel gráfico, jugabilidad, elementos en el mapeado, objetos, variedad de enemigos, habilidades, narrativa, y por supuesto en el aspecto musical.

Porque si algo tenía claro Bethesda cuando se puso manos a la obra con Morrowind, es que quería que la música fuera un elemento fundamental en su saga, y para ello recurrió a un compositor que ya atesoraba algunas de las más míticas melodías en el sector de los videojuegos, como Secret of Evermore, la expansión de Icewind Dale o la genial adaptación de Baldur’s Gate para PS2.

Así fue como Jeremy Soule llegó a esta saga, por la puerta grande, creando una composición deliciosa, enorme, variada y épica.

El Main Theme de Morrowind, “Call of Magic”, se ha convertido en el sello de identidad de la saga, siendo utilizado con pequeñas variaciones en Oblivion y dándole en Skyrim un nuevo enfoque. Contando con la temática nórdica del juego, Jeremy Soule compone «Dragonborn«, añadiendo coros y dotando de mayor importancia a los instrumentos de percusión, otorgándole al tema un cariz de canto de guerra. A la mitad de este irrumpe el coro, subiendo paulatinamente por encima de la parte instrumental, para al final del volver al ritmo pausado marcado por la percusión. Una auténtica oda al personaje protagonista de esta epopeya.

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“Awake” y “From Past to Present” son dos buenos ejemplos de cómo una buena música ayuda a la inmersión en un videojuego. Son dos temas que oiremos con mucha frecuencia en los interminables paseos por el paraje de Skyrim, y son de tal belleza que en más de una ocasión nos veremos parados observando algún escenario mientras nos deleitamos con la música de fondo. Y es que si algo sabe hacer y muy bien Jeremy Soule, es precisamente conseguir transportarnos al mundo Skyrim, hacernos formar parte de él.

Para los temas ambientales como los citados arriba u otros como “Under an Ancient Sun”, el compositor apuesta por melodías muy suaves, con mucho instrumento de cuerda, sin altibajos, pues lo que busca es serenidad, que nos fusionemos con el entorno y disfrutemos de él.

Dentro de las melodías ambientales hay algunas cuyo uso no es tan frecuente, como el caso de “Ancient Stones”, que sonará en puntos concretos del mapa y que al igual que la zona que representa es un tema muy mágico, con una melodía muy suave con instrumentos de cuerda y algo de viento.

En lo referente a las estancias donde hay otros personajes con los que interactuar, como pueblos o ciudades, el compositor opta por personalizar con melodías únicas, según estemos en una villa a orillas del río o en las estancias del Jarl de una gran ciudad. Podemos destacar temas como “The City Gates”, “Imperial Throne”, “A Winter’s Tale”, “The Streets of Whiterun” o “Tundra”.

Pero sin duda donde los temas ambientales toman más peso es en las estancias que deberemos investigar, tales como mazmorras, cementerios o fuertes. “Silent Footsteps”, por medio de notas bajas y melodías casi susurradas, consigue arrancar un punto más de tenebrosidad a las oscuras y traicioneras cuevas de Skyrim, haciendo que el jugador agudice los sentidos todavía más. “Into Darkness”, “Towers and Shadows” y “The Jerall Mountains” son también buenos ejemplos de este tipo de melodías, aunque éste último apuesta además por añadir percusión a la mitad del tema con el fin de enfatizar la llegada a este escenario tan peculiar, donde deberemos llevar a cabo una importante misión.

Con respecto a los temas que deben cubrir los momentos de acción, el compositor opta por melodías rápidas, cargadas de momentos donde los tambores suben por encima del resto de instrumentos, bajan y vuelven a subir. “Tooth and Claw” es uno de los más recurrentes, lo oiremos con bastante frecuencia en enfrentamientos genéricos como los llevados a cabo por la larga senda del mapeado o dentro de las estancias. “Steel on Steel” añade a la percusión coros, aunque siempre por debajo de la melodía, dando un tono lúgubre, sin olvidar el momento épico que estamos viviendo. Este tema será mas frecuente en enfrentamientos contra dragones o en algunas estancias importantes.

Por último, en referencia a los temas de acción, cabe destacar “Watch the Skies”, tema escogido para los enfrentamientos con los dragones más complicados, que hace honor al momento vivido, usando una percusión rápida y unos coros que parecen entonar un cántico de guerra.

 Al margen de los temas de acción y los ambientales, me gustaría reseñar dos temas que sólo oiremos en un momento concreto del juego. “One They Fear” sonará en uno de los momentos más épicos del juego, y es una variación del tema principal, “Dragonborn”, pero más rápido y con más presencia de los coros, alejándose completamente del mítico “Call of Magic”. Pero el tema que para mí está por encima de todos y el que acompaña a la mejor parte del juego, es sin duda “Sovngarde”. En este tema, Jeremy Soule tira la casa por la ventana y nos deleita con el mejor coro que he oido jamás en un videojuego, un auténtico canto fúnebre que nos cuenta una historia, la de aquellos que cayeron en combate. Lo oiremos mientras visitamos ese más allá de los guerreros nórdicos, mientras hablamos con los personajes que lo habitan, y mientras asistimos al último combate. Un auténtico desenlace épico. Al coro le acompaña una marcha fúnebre con una percusión lenta, totalmente rítmica. Una delicia que se debe disfrutar con la experiencia completa, frente a la pantalla.

Y esto a grosso modo es un pequeño resumen de la extensísima banda sonora que el señor Soule ha compuesto, aunque sería injusto no añadir que su hermano Julian Soule ha colaborado activamente en calidad de compositor, algo que llevan haciendo desde hace tiempo.

Para los que gusten de tener en la estantería las bandas sonoras, es una buenísima noticia saber que por fin algo compuesto por este señor en materia de videojuegos ha salido a la venta en formato físico, y lo hace además  en una edición de lujo. 3 discos en un estuche formato digipak con 52 temas y un cuarto disco que incluye una única pista de casi 43 minutos titulada “Skyrim Atmospheres”, con el sonido ambiente que oiremos por el mapeado pero construido como una sola pieza. Realmente curioso el resultado, perfecto para una jornada de rol casera.