1. Hall of Trade Unions, Moscow (00:44)
2. Sunlit Silence (04:05)
3. Ejection Protocol (01:57)
4. Standing Man (02:12)
5. Rain (01:22)
6. Lt. Francis Gary Powers (03:05)
7. The Article (01:37)
8. The Wall (02:15)
9. Private Citizen (01:36)
10. The Impatient Plan (01:36)
11. West Berlin (01:13)
12. FriedrichstraBe Station (01:21)
13. Glienicke Bridge (10:52)
14. Homecoming (07:47)
15. Bridge of Spies (End Title) (06:58)
«Sunlit Silence»
«Glienicke Bridge»
«Bridge of Spies (End Title)»
El arrojo con que Newman se atreve a calzar los zapatos de Williams en una cinta de Spielberg.
En una de las dos subtramas de la película (la de la aventura interior del abogado) los diálogos se lo comen todo y la música de Newman queda coja, huérfana, insignificante en la gran pantalla… En el disco, por contra, esta es la parte en que Newman exhibe mejor sus esencias.
«Bridge of Spies (End Title)». Tema final que trenza las dos subtramas orquestal y pianísima. Es una variación de «Rain», una recreación que, a modo de tema principal, resume la banda sonora en casi siete minutos.
BSOSpirit opina
Nota media: 8,00
David Doncel (9), Fernando Fernández (8), Asier G. Senarriaga (9), Óscar Giménez (8), Ignacio Granda (6), Juan Ramón Hernández (7), David Martínez (7), Antonio Miranda (9), Jordi Montaner (9), David Sáiz (8)
Sospecho que, a propósito, Newman decide abrir el disco con una música muy al estilo de Williams que, en la película, pasa muy desapercibida por corresponder a una trama argumental de segundo orden. Se trata de la trama propia del espionaje, la del desafortunado acoso de los aviones U-2 estadounidenses en territorio soviético, arropada con coros y ataques orquestales.
Hay directores que consideran la banda sonora original como un actor principal más en la película que dirigen. No es el caso de Woody Allen, del británico John Boorman ni de los hermanos Coen, también autores del guión de esta película. Para estos últimos, la música tiene tanta trascendencia como la decoración o el vestuario, una trascendencia algo cosmética y apoyada en el tiempo o el lugar en que transcurre la acción, sin ningún propósito dramático.
Problemas de salud y estar trabajando a tutti pleni en El despertar de la fuerza apartaron a Williams del proyecto de Spielberg. En cualquier caso, no era Bridge of Spies un guión muy al estilo de Williams (tampoco lo era el de Schindler’s List, pero ahí lo clavó). Los Coen escribieron para Spielberg un guión demasiado realista, casi de tono documental, como para ensayar escenas arriesgadas, de acción o de potente carga emocional, que imploraran los sortilegios a los que Williams nos tiene tan bien acostumbrados. La historia manda; es una buena historia, bien escrita y bien narrada, y Spielberg asume que la música de Newman no romperá moldes, sino rellenará huecos.
Hall of Trade Unions, Moscow
El disco no empieza como la película. No es, por tanto, un tema introductorio ni principal. Sirve, eso sí, de «rampa» ambiental al tema que sigue. Coros masculinos, tema sobrio.
Sunlit Silence
Aquí Newman se crece, recrea la poca épica de Bridge of Spies con la arriesgada misión de unos pilotos americanos que, en plena guerra fría, deben cruzar estratosféricamente territorios soviéticos para fotografiar bases y despliegues militares a bordo de aviones sofisticados: los U-2, que años más tarde reivindicaría un grupo de rock irlandés… Se da la circunstancia divertida de que la hija de Bono (cantante de U2), actúa en Bridge of Spies como hija del abogado Cameron (Tom Hanks); se trata de Eve Hewson.
Aquí empieza y acaba, en cierto modo, la música épica de Newman. Lejos de sus habituales partituras, más cercana a los planteamientos de su padre (Alfred) y su tío (Lionel), o del mismísimo John Williams.
Ejection Protocol
En el disco seguimos todavía en territorio ruso, en la trama del piloto americano capturado y que se pretende intercambiar… La trama principal, el tema principal, no han sido aún apuntados. Destaca un uso sutil de la balalaika.
Standing Man
Dramáticamente es un tema importante. Es el sustento filosófico de la película: una insignificante anécdota que el espía Rudolf Abel cuenta al abogado Cameron, auspiciado por el Concierto para piano y orquesta número 2 de Dmitrij Dmitievi Shostakovich, y que actúa como el tema «Quint’s Tale» de Tiburón. Se trata de un relato contado sin más apoyo que el musical y que, sin embargo, marca al protagonista e inicia su giro dramático…
Rain
Newman, en este tema que pasaría muy bien por principal, se desprende de la máscara y nos muestra su faz acostumbrada: teclados, clarinete, ritmo contundente y pautado, melodía sencilla…
Lt. Francis Gary Powers
Tema atmosférico que se inscribe en el desafortunado cautiverio de un piloto estadounidense, detenido y torturado, cuya suerte final se halla en manos de un trueque propuesto por el abogado de un espía soviético al juez en Estados Unidos.
The Article
Newman se sirve aquí de los sintetizadores, muy al estilo de Angels in America, considerada por algunos críticos como su mejor BSO hasta la fecha.
The Wall
El muro, el telón de acero… Spielberg lo retrata con la contumacia que emplea en la Lista de Schindler para subrayar su carácter inhumano. Newman explota esa sensación de condena y repulsa con su música fría, casi helada.
Private Citizen
Tristeza al piano, seguimos con el clima musical frío, que en la película se contrasta con pequeños retazos de canciones de época en la radio.
The Impatient Plan
Cameron salva al espía Rudolf Abel de la silla eléctrica, a sabiendas de que el KGB también tiene a un espía americano en su poder y que un trueque interesa a ambos contendientes. Música de introspección.
West Berlin
Berlín es una ciudad tan abierta como destruida. Spielberg y Newman se recrean en la psicosis de ocupación que pervive en el suelo de una Alemania dividida.
Friedrichstrasse Station
A modo de guiño al tema «Standing Man», no es ahora el espía de la KGB quien nada contracorriente, sino un abogado americano con una delicada misión en terreno enemigo.
Glienicke Bridge
Es el tema más extenso del disco y se corresponde con la secuencia de resolución del conflicto. Se respira un aire marcial, con el que la música de Newman nos recuerda que la guerra fría es tan guerra como fría… El compositor añade un clima de suspense, puesto que Cameron decide elevar el listón y jugar con sus adversarios a dos bandas, en dos frentes.
Homecoming
El retorno del héroe, del elixir. Newman no se sirve de los arropamientos de Williams, sino de su propio estilo, con corneta y piano templando al noble espíritu del abogado defensor de causas perdidas e injustas… Recuerda un poco al Isham de los 90, y al Newman de siempre.
Bridge of Spies (End Title)
Esta pieza resume toda la banda sonora y se corresponde con los créditos finales. Los teclados mandan, como en las dos terceras partes finales del disco, pero vuelven a la carga los ritmos marciales y los coros masculinos… Acaba con un aire relajado y profundamente patriótico.
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