Tracklist:
- The Journey
- The Ark
- The Garden
- The Beginning
- Living Waters
- Perpetual Motion
- The Witness
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Con una filmografía que consta únicamente de tres películas, un corto, un mediometraje y un puñado de videos musicales, el director Godfrey Reggio ha alcanzado una popularidad insospechada pero merecida. Y es que su dedicación cuasi religiosa a cada uno de sus trabajos -habiendo llegado a dedicar siete años a rodar "Koyaanisqatsi"- le ha otorgado un estilo propio, personal e identificable. No es que sea nada nuevo, ya que a principios de siglo, el director ruso Dziga Vertov ya jugaba con los mismos recursos en sus documentales, muy especialmente en "Chelovek s kinnoaparatom" ("El hombre de la cámara", película de la cual los documentales de Reggio beben de una manera bastante notoria). Pero el caso es que nuestro hombre ha tomado aquellos recursos, los ha pasado por su filtro particular y ha llegado casi al extremo de crear un género nuevo. Algo así como el "documental artístico". Después de su trilogía "qatsi" pudimos observar cómo su director de fotografía Ron Fricke se desmarcaba y nos presentaba "Baraka", un film que seguía las pautas que Reggio había marcado. E igualmente, este "Anima Mundi" que nos ocupa es un film que pese a sus escasos 30 minutos, ha sentado cátedra. Pese a que los animales son los protagonistas absolutos, no nos cuenta una historia (como por ejemplo en "El oso", "Juan Salvador Gaviota" o la mítica "The legend of lobo") sino que aquí asistimos a lo que podríamos llamar un video de "National Geographic" con denominación de origen, o a un nivel más espartano, un documental de "La 2" a las tres y media de la tarde, en versión "deluxe".
Lógicamente, después de la colaboración estelar del compositor Philip Glass en la trilogía de Reggio, este neoyorquino cuya música pone los pelos de punta a más de uno, era la opción ideal para acompañar las imágenes del film. Y es que "Anima Mundi" no nos muestra simplemente una sucesión de imágenes bonitas de animales. Lo que vemos es realmente espectacular, sobretodo en la primera parte del film. Estos bichos están rodados con tanta precisión, buen ojo y espectacularidad, que os aseguro que os van a dejar con la boca abierta.
Lo mejor de todo es que quizá Glass no parece el hombre ideal para componer música descriptiva, pero no es así. La banda sonora de "Anima Mundi" no se limita a ser música ambiental, sino que es una protagonista de la película casi igual de importante que los animales que en ella se nos muestran. Con una orquestación marca de la casa -incluyendo órganos y voces pero también sus clásicos redobles de tambor y grupos orquestales normales y corrientes, Philip Glass alcanza una sincronía perfecta con los movimientos de los bichos. Buenas muestras de ello son el principio de la película (el tema "The Ark", cuya orquestación incluye mucha percusión y voces indígenas) pero sobretodo casi llegando al final, con el tema "Perpetual Motion", que acompaña las progresiones de nuestros amigos con una precisión prodigiosa, capaz de provocar escalofríos a cualquiera. Es entonces, cuando la belleza de la idea de Reggio alcanza uno de sus puntos culminantes. Ciertamente, "Anima Mundi" le debe un 50% (¡o más!) de su poder a la banda sonora.
La escucha en disco no es que sea una maravilla, y especialmente si uno no ha visto la película. Entonces puede resultarle un Philip Glass del montón, pero os garantizo que si tenéis oportunidad de conseguir el film, tenéis que invertir media hora de vuestro tiempo, y al acabar es seguro que vais a mirar el disco de este "Anima Mundi" con otros ojos.
Dos temas os sonarán familiares si tenéis el disco de "The Truman Show": "The Beginning" y "Living Waters", ya que fueron incluidos en aquel film. Quiero destacar especialmente "Living Waters", porque después de una mayoría musical activa, con mucha percusión y una orquesta igual de ágil que los felinos que corren en busca de su presa, aquí asistimos a una breve descripción del fondo marino, y la música nos transmite una calma y una lentitud que se ajusta como anillo al dedo a la idea que todos tenemos de la fauna acuática.
"Anima Mundi" tal cual, como disco, es un Philip Glass inofensivo. No es ni mucho menos experimental como sus óperas, aunque tampoco es abiertamente bello como algunas de sus bandas sonoras más recientes ("The Secret Agent" o "The Hours") Es simplemente un disco agradable y fácil de escuchar, aunque dudo que a alguien le entusiasme tanto como para escucharlo muchas veces. Pero eso sí, una vez vista la película la cosa cambia. Y es que nos encontramos ante un claro ejemplo de una película que le debe mucho a la música, pero al mismo tiempo una música que también le debe mucho a la película.
"...Este mundo es en verdad un ser viviente, con alma y con inteligencia... un ser viviente único y visible, que contiene a todos los otros seres vivientes..."
(Platón, Timeo, Siglo IV A.C.).
Lo Mejor: Que la música es un animal más, en perfecta sincronía con el resto.
Lo Peor: Que sin la película, la música es olvidable.
El Momento: "Perpetual motion".
Rubén Sánchez
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