The Sorcerer's Apprentice

Compositor: Rabin, Trevor
Año: 2010
Distribuidora: Walt Disney Records/Editado en CDR por Amazon.
Duración: 43:15

El Brujo y su aprendiz.

"El Aprendiz de brujo es una producción de Jerry Bruckheimer….” leyendo estas palabras uno ya se puede imaginar bastante bien lo que va a encontrar en esta reseña (y no me refiero a las duras críticas que este redactor no comparte, o al menos no en su totalidad) sino a un estilo muy personal (si se me permite la palabra) de entender el cine y su música. Top Gun, Days of Thunder, Bad Boys o The Rock son muestra de un sello inconfundible que tanto dinero ha dado como odio ha generado.

Sin embargo sabiendo que las fórmulas se agotan y tras el éxito de Piratas del Caribe el productor de las macho movies más macho movies que ha dado el cine decidió explotar el filón del cine familiar, dónde si las cosas funcionan se puede ganar más dinero que en la testosterona desmesurada.

Es en esta nueva etapa dónde han surgido productos como: National treasure y su sequela, Glory Road, G-Force, Confessions of a Shopaholic, Prince of Persia: the Sands of Time y la que ahora nos ocupa, The Sorcerer’s apprentice. En ella Nicolas Cage interpreta a Baltazar un Brujo que vive en el Manhattan actual y que recluta a un adolescente llamado Dave (Jake Cherry) para que aprenda sus habilidades y así le ayude a salvar el mundo de las garras del malvado Horvath (Alfred Molina) y de la demoníaca Morgana (Alice Krige).

El encargado de poner música a tan compleja y original propuesta es el bueno de Trevor Rabin. Y no sorprende, puesto que con esta son ya 14 las ocasiones en que el ex guitarrista de Yes y el productor estadounidense han colaborado. Desde esa obra magna que es Armaggedon pasando por la infravalorada Bad Company o por tonterías como Kangaroo Jack, Bruckheimer ha encontrado en Rabin el último exponente del sonido Media Ventures, el sonido que tanto le ha gustado siempre.

¿Que nos encontramos?

La música para el Aprendiz de brujo es inevitablemente una versión Rabin de los scores de magia y fantasía que nos están invadiendo últimamente (los Harry Potters y los Percy Jackson de turno). De este modo nos encontramos sonoridades propias del género tales como; los coros, las arpas y los instrumentos de viento (dejaremos a un lado si son sampleados o reales) pero fusionados con mejor o menor fortuna con elementos puramente Rabianos como: guitarras, percusión y elementos electrónicos. Si os imagináis una combinación de Spiderwick Chronicles con Deep Blue Sea y con National Treasure tendréis una buena idea de lo que aquí os espera.

El álbum se abre con una versión altamente sintetizada del famoso tema de Paul Dukas usado en el clásico de Disney Fantasía, dónde Mickey Mouse era, precisamente, un aprendiz de brujo. El tema juguetón y alegre va dejando paso a la masculinidad y la fuerza coral. Divertido, curioso y sin complejos.

No obstante es en el segundo track, “Story of the Prime Merlinian” dónde realmente Rabin declara sus intenciones presentando lo que serán los dos temas principales del score.

Un breve riff de guitarra eléctrica da paso a una progresión de cuerdas que desemboca en un potente solo de percusión. De repente unas voces femeninas con un delicioso sabor demoniaco irrumpen para presentar lo que será el motivo para Morgana. No puedo dejar de mencionar lo que me recuerda esta melodía a la compuesta por Mark Mancina y John Van Tongeren para la version de 1995 de la serie clasica de televisión The Outer Limits. La pista concluye con el tema heroico vinculado tanto a Baltazar como a su alumno, tocado primero brevemente con guitarra y luego explotando en una variación grande y solemne.

El siguiente track “note chase” es corto pero frenético y nos hace recordar que estamos en una producción Disney para toda la familia. Lo mismo ocurre con el gentil “Classroom” (precioso inicio con la magia del arpa) y “Walk in the rain” ambos con un toque Thomas Newman que ya escuchamos en National Treasure.

Las cosas se ponen serias en “The Urn” con el que será el motivo para el malvado Horvath. En este, Rabin explorará su vertiente más oscura haciendo gran uso de la sección de cuerdas, de los coros femeninos y de acertadas distorsiones electrónicas. Similares ingredientes encontraremos en “The ring”, “Merlin Circle”, o en el dramático “The grimhold”, con un motivo que recuerda levemente al que ya escuchamos en Armaggedon, dónde el piano y los taikos construyen un tema ligeramente disonante. Especial mención para “Dave revives Baltazar” con una brutal rendición para el despestar de Nicolas Cage.

Rabin nos da un respiro de tanta maldad y nos muestra su lado más dulce en “Becky and Dave on the rooftof” o en ”Seeing Veronica” con variaciones del tema de amor con punteos de guitarra acústica marca de la casa. Como diría nuestro querido José Luis, “Lovely!"

Pero no nos engañemos, lo que buscamos en este tipo de scores es acción desenfrenada, acción ruidosa que haga aflorar nuestros instintos más primarios. Cambios de ritmo imposibles, instrumentos sonando a la vez, guitarras eléctricas desenfrenadas y melodías tan fáciles como pegadizas. Todo eso lo tenemos. La fiesta empieza con con “Morgana fight” sigue con “Car Chase” y concluye con el apocalíptico “Bull fight” una de las pocas ocasiones dónde la orquesta suena como tal.

El álbum se cierra con “The Sorcerer’s apprentice suite” de, atención, 2 minutos y medio de duración (la suite más breve que un servidor a escuchado) y con la demo de la pieza de Fantasía de 4 minutos.

En definitiva, “The Sorcerer’s apprentice” es uno de los scores más disfrutables y decentes que ha dado Trevor Rabin en los últimos años, un retorno a sus orígenes más mediaventureros (aunque oficialmente nunca haya formado parte de este clan) y lejos de los intentos de ser un compositor serio (Flyboys, The Great Raid) y de las mediocridades como G-force.
Welcome back, Dude!

Lo mejor: El retorno a un estilo de música que parece relegado a tiempos pasados. Sin complejos ni refinamientos pero sin dejar a un lado la melodía y los colores en la instrumentación. Toma nota Djwadi.

Lo peor: Depende de los oídos con los que se escuche. Sonido enlatado y estridente no apto para todos los paladares.

El momento: “Car Chase”. Todos los tracks que lleven un “Chase “en su título deberían ser incluidos directamente en nuestra lista de reproducción.

Jordi Vázquez Cecilia