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Apt Pupil

Apt Pupil


Título en español : Verano de Corrupción
Compositor : Ottman, John
Año : 1998
Distribuidora : RCA
Duración : 45:06

Excelente
Tracklist:
  1. Phoenix Pictures Presents (0:18)
  2. Main Titles (3:25) *
  3. "I´m Busy" (1:03)
  4. The Chamber (1:38) *
  5. The Speech (2:48) *
  6. "I want to hear about it" (2:06)
  7. Playing With Fire (1:54)
  8. Cat Bake (2:04) *
    [ 9. Cat Dance + (1:37)] *
  9. It Never Goes Away (2:14) *
  10. The Tables Turn (2:45) *
  11. Rite of Passage (1:51) *
  12. Curiosity (1:29) *
  13. An Ailing Heart (2:52)
  14. Cleaning Up (1:04)
  15. Recognition (2:54) *
  16. A Question of Power (2:13)
  17. Fowl Play (1:09)
  18. Extradition (4:38) *
  19. An Apt Pupil (0:50) *
  20. End Titles (2:36) *
  21. Das Ist Berlin ++ (1:38)
+ Composed by Larry Groupé
++ Music By Leo Leux & Mathias Hen
Lyrics by Hans Hannes & Bruno Balz
Performed by Liane & The Boheme Bar Trio
* Los mejores temas

Enfrentándose a la Maldición

Corría el año 1997, Bryan Singer había obtenido un éxito enorme a escala mundial con su anterior film, "The Usual Suspects", lo que le había dado a conocer al gran público, y para su siguiente proyecto tomó una valiente decisión, adaptar una novela que le había cautivado años atrás, y considerada hasta ese particular momento, infilmable. Se trataba de una adaptación de una de las obras menos conocidas del conocido autor especialista en el género del terror, Stephen King, su título original "Apt Pupil" ("Un Alumno aventajado"). Precisamente, el novelista sitúa ésta entre sus novelas favoritas, que curiosamente son aquéllas no pertenecientes a este género, como las ya adaptadas al cine, "Cuenta Conmigo", "Dolores Clayborne" o "Cadena Perpetua", dos excelentes films los primeros y una obra maestra para el que esto suscribe el último.

Consiguiendo involucrar al estudio Columbia, justo unos meses antes del desembarco total de Sony en la Meca del cine, y compartiendo las tareas de producción con su recientemente fundada compañía propia "Bad Hat Harry", Bryan Singer combinaba de nuevo sus esfuerzos con John Ottman para la partitura original y el montaje en ésta su nueva creación, un proyecto que tenía unos antecedentes algo funestos en el pasado.

Llevar a la pantalla la novela requirió en esta ocasión quince años desde las primeras muestras de interés mostradas por Hollywood durante los primero años 80, hasta la conclusión definitiva de su rodaje en el año 97, no en vano la producción de este film fue durante muchos años considerada maldita por gran cantidad de motivos.

Richard Burton fue el primero en mostrar interés en representar el rol del criminal de guerra Kurt Dussander, pero falleció pocos meses antes de comenzar el rodaje, James Mason recogió el testigo en sustitución de aquél, pero el largometraje se canceló. Unos meses después se retomaron los contactos y cuando Mason regresaba al papel y la producción conseguía fondos, el actor fallecía anulando de nuevo la entrada de capital en el proyecto. En el año 87 parecía que por fin el film podía tener futuro con la contratación de Nicol Williamson como Dussander y Rick Schroeder como Todd Bowden. El rodaje incluso llegó a comenzar, pero nada menos que un ataque severo de apendicitis que mantuvo a Williamson fuera de juego un tiempo y retrasos en el rodaje hicieron huir a los inversores, dejando sin dinero de nuevo una película cuya creación iba ya tomando tintes de tragedia griega. No obstante, ya situados en el año 97, y después de superar unos consabidos (no iba a ser menos esta vez) problemas financieros, Bryan Singer daba el primer golpe de claqueta con el gran Sir Ian McKellen y Brad Renfro en los papeles principales.

Definiendo el Mal

"Alumno Aventajado" (como verán no doy el absurdo título que le adjudicaron en España, que emplea la palabra verano para englobar el periodo temporal que abarca la historia, contradiciendo que ésta tiene lugar a lo largo de un curso escolar completo), sin embargo no estuvo exenta de polémica durante su creación. La espléndida escena de las duchas fue motivo de denuncia por parte de algunos extras por la intervención en ella de menores de edad. Los abogados de los demandantes acusaron a Singer y a los productores de "pederastas y reconocidos homosexuales", con lo que comenzaba un cruce de denuncias por difamación que duraría todo el rodaje. La escena finalmente fue filmada empleando actores mayores de edad.

Todo ello es sólo un apunte de los problemas que el director tuvo que afrontar durante el proceso de creación de un film tremendamente polémico por el tema tratado, pero debemos coincidir en que el resultado es un estudio fascinante del poder de seducción del mal, entendido éste como el demonio interno que se oculta en cada uno de nosotros y que solamente ésta esperando el momento idóneo para salir a la luz. El director evita efectismos y se centra en la exposición concisa de un fenómeno terrorífico como el resurgir de la semilla del nazismo en una comunidad contemporánea y sus secuelas psicológicas, incluso en las generaciones actuales que no conocieron el holocausto, pero no desde un tono claramente doctrinario y maniqueo, sino dejando entrever a través de sus personajes los aspectos cautivadores de dejarse llevar por las reglas del Diablo, y lo que es más difícil, hacer que comprendamos a unos seres, que a primera vista no pueden, sino horrorizarnos, mostrando de forma perturbadora cómo el mal puede anidar en cualquier lugar, incluso en la curiosidad que nos da la inocencia.

Un Viejo Maestro, Un Alumno Aventajado

Pero tras estos preámbulos que nos ponen en el contexto adecuado, nos centraremos en el trabajo de John Ottman para el film. La película se sirve de dos interpretaciones memorables que hacen que salten chispas de la pantalla, pero el elemento catalizador de la atmósfera y el ritmo, de la decadencia y la absoluta falta de moralidad de los personajes, y de la cadencia de la trama, es la música de John Ottman. Ésta nos va tensionando desde los falsamente épicos y decadentes títulos de crédito ("Main titles"), donde sobresalen el uso de las cuerdas y de los coros por encima de todo, momento en el que es de destacar asimismo el excelente montaje a base de encadenados y fundidos mostrándonos el interés creciente del joven Bowden en la terrible personalidad del antiguo jerarca nazi Kurt Dussander.

La sensación de corporeidad y realismo que a base de cuerdas y concluyendo a los metales la composición ofrece de las cámaras de gas ("The Chamber"), es absolutamente estremecedora. Encontramos entonces las notas más irónicamente crueles de toda su carrera y toques a lo Henry Mancini ("Cat Bake/Cat Dance") cuando el anciano nazi se divierte encerrando al gato en el horno (momento que Ottman monta con un "plano imposible" desde el interior del mismo, consiguiendo plenamente hacernos sentir la claustrofobia y angustia de la situación). El virtuosismo al piano y la tensión en "It Never Goes Away" nos deja sin aliento, donde ni siquiera la luz aleja las sombras, la atmósfera del relato nos aprisiona en "Rite of Passage", nos llena de una triste desesperanza en "An Ailing Heart" o nos hace imaginar actos terribles "Cleaning Up". La épica de una historia donde lo peor de cada persona sale a la luz ("The Tables Turn"), donde nunca más acertadamente "la curiosidad mató al gato" ("Curiosity", pleno de tensión y dureza), en la que descubrimos y, créanlo si se lo digo, sufrimos con un realismo y una fisicidad sobrecogedora lo que siente un prisionero de un campo de concentración, cuando descubre cuarenta años más tarde a su torturador y fracasado verdugo ("Recognition") como compañero de habitación en un hospital. Es estremecedor el uso que Ottman da a la orquesta en este tema, con un motivo de hondas raíces trágicas y emotivas.

Los rencores y los intereses propios prevalecen frente al bien común, la guerra psicológica y los chantajes emocionales entre los personajes se suceden ("A Question of Power", "Fowl Play"). La dirección de actores de Singer, el montaje, vertiginoso en ocasiones, dejando que las escenas respiren por sí mismas en otras, consigue sacar lo mejor de los intérpretes, cuya interactuación sobrecoge. Especialmente en los momentos de enfrentamiento dialéctico entre los dos protagonistas la perfección de las interpretaciones es tal que no se puede evitar que un escalofrío recorra nuestra espalda ante una representación tan creíble del mal en su versión más pura. Es reseñable asimismo el recurso de Ottman para reflejar cómo los demonios internos atenazan a Dussander, la utilización de unos opresivos coros incrementando paulatinamente su volumen hasta casi incomodar, en el tema "Extradition".

Pero cuando parece que las cosas toman su cauce correcto, cuando pensamos, que esta vez sí, el mal no triunfará, el alma se agita dentro de cada uno de nosotros, al descubrir que el alumno aventajado queda impune, pero sin embargo, no nos duele; deseamos que se libre del destino de su maestro, la semilla del mal también está en cada uno de nosotros. Y Ottman concluye con un cinismo demoledor ("An Apt Pupil") haciendo que nos demos cuente de ello, y, no obstante no nos importe. Es entonces cuando irrumpen los "End Credits" con una versión bellísima del motivo principal, que nos sobrecoge con su fuerza a los violines, piano y subrepticios coros, para despidiéndose de nosotros lograr que una duda permanezca en el aire, ¿quién será realmente el alumno aventajado?, ¿él, o cada uno de nosotros?

Es conveniente no olvidar por ello que "todo poder conlleva una decadencia posterior, la adaptación a ella nos indica el grado de grandeza".

Lo mejor: La presentación del protagonista, Todd Bowden, durante los títulos de crédito iniciales, "Main Titles", impresionante el montaje de los mismos (obra del propio Ottman) junto con el tema principal, decadente y lírico a un tiempo. El cinismo de la marcha cómica en "Cat Dance", la escalofriante descripción musical de las cámaras de gas en "The Chamber" o la épica oscura del mal en la parte final de "The Speech", pero sobre todo el aterrador y emocionante "Recognition" recogiendo el momento en que uno de los supervivientes del holocausto reconoce en una habitación de hospital junto a su cama, a su torturador en el campo de exterminio nazi al que fue enviado. No hay palabras para definir lo que la combinación música imágenes te hacen sentir en ese momento, insuperable.

Lo peor: Lo angustioso de algunos pasajes, sin embargo absolutamente adecuados con lo que se nos está contando como "Rite of Passage", con su atosigante percusión inicial, "An Ailing Heart" o "Cleaning Up" Desde luego no son recomendables para escuchar a solas en una oscura noche de tormenta.

El momento: "Recognition", impresionante, absolutamente sobrecogedor, consiguiendo de forma magistral que la memorable escena a la que acompaña quede grabada en la retina del espectador, y por supuesto, la rendición final al tema principal, haciéndonos entender claramente que el protagonista es finalmente digno alumno aventajado del maestro, "An Apt Pupil", y quizá lo más inquietante, que nosotros estamos ya de su lado, sin remisión.

Nota: Existe un error en el listado de temas de la contraportada del disco. Aparecen señalados 21 cuando en realidad son 22 los presentados. Todo es debido a la existencia de un Bonus Track oculto (concretamente en el corte nº 8), resultante de la división del tema "Cat Bake" en dos. El segundo corresponde a una versión del mismo no utilizada finalmente en el film. Se trata del tema "Cat Dance" compuesto por el colaborador de John Ottman, Larry Groupé, conductor asimismo de la partitura. Por tanto, a partir del tema 10, no hay correspondencia entre título y tema, el tema 10 será el 11, etc.

Asier G. Senarriaga

 
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