Estos
americanos son gente muy curiosa. Cuando una película de habla no inglesa
tiene un éxito descomunal fuera de USA, les entran ganas de hacer a todos
sus ciudadanos partícipes de la maravilla francesa, italiana, alemana o
rusa en cuestión. Para ello tienen varias maneras:
- Hacer un remake (ya sabéis, los americanos no leen subtítulos). Puede
tener mejores o peores resultados, pero es una apuesta casi segura.
- Estrenar la película original con subtítulos. Esto se hace en rarísimas
ocasiones, como por ejemplo "La vida es bella".
- "Modificar" la película al gusto del público americano. Esto
puede significar muchas cosas (remontarla incluso cambiando el final
y entre otras lindezas, sustituir la banda sonora).
Y este último punto número 3, es lo que los "¿responsables?" de la
distribución americana de "The Big Blue" han hecho. No tenían ganas
de hacer un remake (muy caro), pero tampoco les parecía apropiado estrenar
la película tal cual (muy arriesgado), así que han decidido hacer unos pequeños
"cambios" para adaptar el film a los gustos del público USA.
Para empezar los cambios en el montaje fueron varios y muy sustanciosos,
incluyendo un final ridículo, pero más que centrarme en el montaje (que
quedaría para una reseña de la película) me centraré en la muy brillante
idea de llamar a Bill Conti para rehacer la banda sonora adecuada
a los gustos del público de allí. Antes de seguir con esta reseña me cuidaré
en afirmar sin ningún lugar a dudas que Bill Conti es un gran compositor,
autor de muchísimos clásicos de la historia del cine (Rocky, Karate
Kid...) y que merece todos mis respetos.
Dicho esto pues pasamos directamente al ajo de la cuestión. Vamos a ver:
Cuando desechas el trabajo de un músico para contratar a otro, es nada
más y nada menos porque lo que ha hecho el músico A, o no te gusta o no
lo consideras apropiado, y por eso llamas al músico B para que te haga
algo distinto. Correcto, ¿no? Pues bien, después de escuchar el score
de Bill Conti para "The Big Blue", mi pregunta llena de
indignación es: ¿Por qué han llamado a Bill para componer un score
que no sólo imita a Eric Serra, sino que lo imita mal, sin gracia
y con la unica ventaja de utilizar una mayor cantidad de instrumentos
no sintetizados que la que utilizó Eric en su dia?
Es que no lo entiendo... justamente la película es especial por una serie
de detalles entre los cuales destaca la música original de Serra,
que fue un éxito de ventas total y una revolución sonora en su momento
llegando a alzarse con el César a la mejor banda sonora... y para el mercado
americano van y se la cargan.
¿¿Por qué?? Quiero que alguien me lo explique... si no quieren a Eric
Serra y se traen a James Horner para que nos ponga flautas,
sakuhachi, cuerdas en crescendo y redobles de tambores pues me parecería
perfecto, pero hacer el esfuerzo de cambiar la banda sonora para que el
resultado final sea la versión barata del score europeo, me parece una
inutilidad tremenda.
Hablemos de Conti.
De hecho su score no es feo; tiene melodías bonitas (incluso bastante
bonitas a ratos) y está bastante bien trabajado dentro de lo que cabe,
pero su planteamiento es exactamente el mismo que el de Serra.
Un score que suena a "fondo marino", y ahí tenemos un problema:
si los sonidos con influencias sudamericanas de Serra podían entenderse
como rompedores, la música de Conti podría cuajar en un documental
de media hora sobre "nuestros amigos los calamares". Es una música
hecha sin ganas, funcional a más no poder, y que recrea la mencionada
sensación de "fondo marino" por medio de clichés sin ninguna originalidad
e inventiva. Es más, las percusiones medio pop que se oyen a ratos, y
la flauta de pan interpretando una de las melodías principales nos desvelan
sin ningún lugar a dudas que Conti ha tenido a Serra como
espejo a la hora de componer. Incomprensible.
Yo animo desde aquí a Bill para que busque las cintas originales
de su banda sonora y las lleve a alguna discográfica New Age para
que le editen la obra bajo el título "Música relajante para sentir
la caricia amistosa de los Delfines"... así compartiría estantería
en la tienda de discos junto a clásicos como "Sonidos mágicos del bosque
para soñar con las ardillas" o "El ruido fantástico de los bosques
y prados verdosos no contaminados"... Esta obra no merece ningún destino
más elevado.
Lo peor de todo es que la música no es molesta en su escucha aislada.
Es simplemente mediocre, pero en conjunción con el film se vuelve inexplicable,
absurda y falta de interés.
Por suerte ronda desde hace un tiempo el Director's Cut de "The
Big Blue" para el mercado americano, que no sólo es la película en
su versión de tres horas sino que por fin incluye el score original de
Eric Serra. Esta edición es recomendable no sólo para los americanos
sino para cualquiera, ya que la versión extendida incluye un montón de
escenas adicionales, y al fin y al cabo cuando hablamos de "The Big
Blue" hablamos de una gran película que no puede pasar desapercibida.
Lo Mejor: Que poquísima gente va a tener la oportunidad de escucharla.
Lo Peor: Que seguramente este trabajo evito que Conti recibiera
algún encargo más interesante por las mismas fechas.
El Momento: "Leaving the world behind"... Ah no... perdón, que
ése es de Serra...
Rubén Sánchez
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