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The Brothers Grimm

The Brothers Grimm


Título en español: El secreto de los hermanos Grimm
Compositor: Marianelli, Dario
Año: 2005
Distribuidora: Milan Records
Duración: 73:41

Bueno
Tracklist:
  1. Dickensian Beginnings (03:23)
  2. Shrewd Thespians (00:42)
  3. Red Riding Hood (03:56)
  4. The Queen's Story (05:13)
  5. The Forest Comes to Life (09:14)
  6. Jakes's Pledge (02:03)
  7. Muddy (03:08)
  8. Inside the Tower (03:12)
  9. The Queen Awakens (06:25)
  10. The French Arrive (02:52)
  11. Burning the Forest (02:24)
  12. The Eclipse Begins (06:52)
  13. A Slice of Quiche Would Be Nice (06:37)
  14. It's You: You Know the Story (08:02)
  15. Sleeping Beauties (03:50)
  16. And they Lived Happily Ever After (03:40)
  17. End Credits (02:08)

Un director complicado

Uno ve la filmografía de Terry Gilliam y se da cuenta de que su carrera no es precisamente convencional. Y es que Gilliam tampoco es un creador convencional. Sus rodajes son verdaderos quebraderos de cabeza donde las luchas con los productores que buscan siempre un producto vendible chocan frontalmente con la originalidad y la visión única de un director de los que hay pocos. Uno agradece la perseverancia de Gilliam, que no ha dejado que estos problemas mermen su ambición y sus ganas de contar historias, luchando contra los elementos que se le planteen en el camino.

Es más, una película que no llegó a terminarse por causas ajenas a él, The Man Who Killed Don Quixote, al final encontró una salida en un documental de "cómo no se hizo", Lost in La Mancha. Esto demuestra que su capacidad de lucha es uno de los méritos mas determinantes en su carrera, aparte, claro está, de saber cómo reflejar su fantástico mundo interior en las imágenes de sus películas.

The Brothers Grimm es su decimocuarta producción como director y, para no variar, no ha estado desligada de problemas de producción. Para empezar, los siempre polémicos productores Bob y Harvey Weinstein han metido la zarpa en labores que no les competen. Esa falta de libertad para Gilliam se ha traducido en un considerable retraso en el estreno de la película por continuos reajustes, cambios y añadidos que, desde mi punto de vista, han distorsionado el producto final.

Por un lado Gilliam apostaba por maquillar a Matt Damon poniéndole una pequeña prótesis nasal, algo parecido a lo que se le hizo a Nicole Kidman en The Hours. Los productores no accedieron a tal decisión de Gilliam, viendo que podría perjudicar comercialmente a la cinta. Esto sería sólo el primer paso de una escalada de despropósitos que terminaría por cansar a Gilliam. El director vería cómo los productores descartaban por decisión propia a la actriz elegida para interpretar a Angelika, Samantha Morton (Código 46, In America, Minority Report, etc.), sustituyéndola por Lena Headey, que aunque no fuese la primera elección del director, realiza tal vez uno de los papeles más defendibles de la película, aunque diste mucho de ser tan buena actriz como Morton. Otro director en su lugar hubiese abandonado, pero el director inglés pensó que debía seguir adelante.

Después de la mala acogida en los primeros pases de prueba, los productores congelaron el proyecto mientras concretaban el final de su relación con Disney. Gilliam buscó sacar la historia de su cabeza ocupándose de un proyecto mas personal, Tideland, una historia fantástica sobre la cruda realidad de las drogas y la soledad.

Durante seis meses, el director desconectó de sus Hermanos Grimm, volviendo a la carga con nuevas ideas y fuerzas renovadas para cerrar de una vez por todas este complicado proyecto. Para ello retocó el montaje dejando fuera alguna de las escenas más espectaculares de la cinta (como una secuencia de acción donde uno de los árboles mágicos se enfrenta a los protagonistas), porque, según su criterio, dichas escenas lastraban poderosamente la historia.

Desde mi punto de vista, no creo que esta limitación al director reflejada a lo largo de toda la duración del proyecto fuera positiva, ni antes ni después de terminarlo. The Brothers Grimm plantea muy bien sus virtudes, pero también sus defectos, destacando uno por encima de todos, su ambigüedad.

¿Una comedia o un fantástico de acción?

La mayoría de la gente que no ha visto la película de Gilliam tiene una previsión clara de lo que será esta película: "Un estilo a Van Helsing", y tal vez eso es lo que ha pretendido la agencia de marketing, vender esta película como una historia de acción desenfrenada, excesiva y sobremedida, donde el guión, los personajes y el desarrollo de los mismos es lo de menos.
The Brothers Grimm no es precisamente esto, aunque tampoco es un ejemplo de buenos personajes, desarrollo ejemplar o argumento original. De hecho, es todo menos un ejemplo a seguir.
Y es que a pesar de las buenas expectativas que nos crearon los primeros trailers, la película no sabe por donde tirar, siendo ese su principal fracaso.
Por momentos parecemos visionar una comedia, mientras que en otros asistimos a un desenfreno de acción donde el drama se apodera del argumento. Es prácticamente imposible sentirse identificado con la historia cuando ésta no se toma en serio a unos personajes en un primer momento y luego nos pide que suframos por ellos.

Hay situaciones cuyo desenlace nos importan tan poco que la película llega a naufragar en la búsqueda de mantener la atención del espectador, lo que evidentemente es la muerte de cualquier historia.

Es sólo gracias a la magnifica labor de sus actores, y a ciertos ramalazos del mejor Gilliam que la película no se convierte en la menos interesante del director (aunque poco le falte). Por eso The Brothers Grimm no puede equipararse a obras como 12 Monkeys (Doce monos), The Fisher King (El rey pescador), o Brazil, sino a otras menores y a la vez bastante irregulares como Time Bandits (Los héroes del tiempo) o The Adventures of Baron Munchausen (Las aventuras del Baron Munchausen), siendo esta última a la que más se asemeja, aunque esté a años luz de su variedad e imaginería visual.

¿Un nuevo compositor?

Decir q ue Dario Marianelli es un nuevo compositor es una aseveración un tanto gratuita, ya que tras sus espaldas se esconde una carrera de mas de 10 años, con unos 24 trabajos a cual más diferente. Dario nació en Pisa. Su origen italiano no debe implicar necesariamente que ha realizado el salto para dedicarse a producciones anglosajonas justo con The Brothers Grimm. De hecho, desde su comienzo en 1994 con Models Required, ha trabajado para la industria inglesa, y conoce bastante bien sus requisitos.

Terry Gilliam no es el primer director relevante con el que ha trabajado. En 2002 compuso In This World a las órdenes de Michael Winterbottom, mientras que en 2003 escribió la música de la segunda película como director del actor inglés David Thewlis (visto en Dragonhearth o en la tercera parte de Harry Potter), Cheeky. Pero es cierto que no ha sido hasta este 2005 cuando Marinelli ha experimentado una clara aproximación a productos más comerciales y americanos, colaborando con Gilliam, Michael Caton-Jones (Rob Roy) en Shooting Dogs, o Peter Cattaneo (The Full Monty) en Pobby and Dingan, y para el 2006 es el compositor elegido para V de Vendetta, producción de los hermanos Wachowski, adaptación de un cómic, obra maestra de Alan Moore, con dirección de James McTeguie, que hasta ahora se había encargado de ser el primer asistente de dirección de estos hermanos en la trilogía de Matrix, aparte de otros proyectos tan importantes como Star Wars Episodio II: Attack of the Clones.

Un escaparate único.

Aunque, como hemos dejado claro, Dario no es precisamente un autor novel, si está en la cresta de la ola, y sabe que la oportunidad que ahora se le presenta no hay que dejarla escapar. Por eso The Brothers Grimm se muestra como un escaparate único para que su música llegue a más de un oído que hasta ahora ignoraba su existencia y la de su música.

Pero por ahora no ha tenido excesiva suerte. The Brothers Grimm ha sido un fracaso, y V de Vendetta no presagia precisamente buenas sensaciones después de ver un trailer que se centra más en la acción, cuando la magistral historia de Alan Moore no tenía ni una sola escena de acción, por lo que tememos una nueva The League of Extraordinary Gentlemen .

Pero es que, a pesar del fracaso de la película de Gilliam, la música de Dario Marianelli no funciona bien con las imágenes, y eso ya es un elemento ciertamente alarmante (algo que no pasaba en la estupenda escucha aislada).

Marianelli ha comentado en más de una ocasión que Terry Gilliam tenía un interés especial por establecer un contraste claro entre música e imágenes en determinadas secuencias, y esto se evidencia en más de una escena, donde el compositor lo consigue con bastante soltura.

Pero el espectador comprueba cómo en otras partes la partitura de Marianelli no es ya que busque el contraste con las imágenes, es que ni siguiera representa su estilo, o bien paródico o bien dramático. Tal vez los sucesivos retoques de la película han provocado que su sabor propio se haya perdido, y han motivado posiblemente que el compositor haya decidido tirar por donde él se encontraba más a sus anchas, por sonidos grandilocuentes, excesivos y melódicos que se compaginan perfectamente con producciones como Van Helsing, pero en absoluto con The Brothers Grimm.

Tal vez Marianelli, harto de cambios y de caprichos de productores, decidió plantearse este trabajo como un ejercicio de estilo, mitad deudor de las imágenes, mitad a favor de un excesivo score que le hiciese destacar y atrapar las miradas de otros directores o compositores que valoraran sus facultades para historias épicas y grandiosas. Evidentemente, después de lo sucedido, es plenamente justificable.

Los mejores tracks.

Salvando ese importante elemento de no congeniar bien con ciertas secuencias, la música de Dario Marianelli es una verdadera gozada en una escucha aislada, aunque ciertamente, necesita de un círculo de aficionados que disfrute con estos sonidos excesivos, grandilocuentes y barrocos, tan próximos a algunas partituras de Elliot Goldenthal.

The Brothers Grimm no es para nada una partitura intimista, sutil o contenida, algo que se aprecia desde el primer corte, "Dickensian Beginnings" donde Dario introduce abruptamente (al igual que unos títulos de presentación tan inesperados como súbitos) el leitmotiv principal de los hermanos Grimm.

En "Red Riding Hood" presenciamos cómo Caperucita Roja es atacada por el Lobo Feroz. La música se torna vertiginosa en un estupendo tema de acción. Después, una voz femenina, la de Dessislava Stefanova, que se repetirá aisladamente en algunos momentos de la película, da paso al tema de los niños desaparecidos, una especie de nana macabra de 7 notas, tal vez de lo mejor de la partitura.

"The Queen's Story" empieza con una fanfarria a modo de marcha militar, para luego apaciguarse y volverse oscura, aportando el tema de la bella reina encerrada en la torre. Este corte tiene lugar en uno de los mejores momentos de la película, un flashback realmente interesante donde conocemos la leyenda de esta pérfida reina. Los violines describen la historia en una interpretación muy similar a cómo lo haría el citado Elliot Goldenthal. Marianelli añade también en este corte un leitmotiv recurrente, la famosa nana de Brahms, que casa perfectamente con la canción de cuna ya creada por el compositor que aparecía en el anterior corte.

"The Forest Come to Life" es un corte extenso de 9 minutos. Marianelli aporta elementos tenebrosos gracias a las cuerdas, introduciendo de nuevo su nana. A los tres minutos la música se revoluciona, introduciendo un nuevo motivo, el del bosque, que se intercala perfectamente con la música de acción. En la parte final nos recuerda a Joseph LoDuca, y algunos tenebrosos cortes para la serie televisiva "Hercules".

"Jake´s Pledge" es muy deudor del sonido Elfman, rescatando de nuevo el leitmotiv de los niños desaparecidos.

"The Queen Awakens" tiene un comienzo estupendo a base de cuerdas, reuniendo en su larga duración de 6 minutos casi todos los temas importantes: el de los niños desaparecidos, que es una extensión del de la reina, y el del bosque.

"Burning the Forest" es un corte muy destacable gracias a su magnífica percusión. Y es precisamente en la prodigiosa instrumentación de The Brothers Grimm donde podemos encontrar el punto más destacable de la obra de Dario Marianelli, siendo este corte el mejor ejemplo. Otro corte que se ve muy beneficiado de esta instrumentación es "It´s You: You Know the Story".

Bastante excesiva se presenta la utilización de "Lullaby" de Brahms en "The Eclipse Begins", más cuando ya había un leitmotiv (aunque menos retentivo en verdad), para el personaje de la reina.

"Sleeping Beauties" supone el despertar de Angelika, que asume el tema de los niños perdidos en una interpretación mucho más pausada. La victoria de los protagonistas conlleva un obligado crescendo al más puro estilo americano.

Los "End Credits", excesivos a más no poder, nos presentan el tema de los hermanos Grimm que, una vez vista la película, sinceramente no es un tema que cuadre demasiado con la idiosincrasia de los personajes, demasiado gracioso, excesivo y rutilante.

La partitura es muy defendible en una escucha aislada, a pesar de la existencia de algunos tramos tediosos basados excesivamente en la instrumentación más que en la composición, sobrecargando el espectro sonoro y no dándonos la menor opción de asimilarlo.

Marianelli es un gran compositor, y lo demuestra con una nutrida partitura de temas y grandes orquestaciones, pero evidentemente su mala conjunción con las imágenes en algunas escenas, algo que se hace demasiado evidente, provoca que esta partitura no sea todo lo "bombazo" que se esperaba.

Y es que la música de cine es eso, música para el cine.

Lo mejor: El tema de los niños raptados es magnifico.

Lo peor: Una banda sonora no debería de ser reseñada hasta no ver las imágenes (siempre que tengamos la opción de hacerlo), ya que descubriríamos que, aunque en una escucha aislada la partitura cumple perfectamente, luego, con las imágenes, presenta más de una decepción. Esto es lo que pasa en algunas secciones de The Brothers Grimm. No pegan ni con cola.

El momento: "Red Riding Hood".

DDBSpawn (David Doncel Barthe)

 
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